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Medios/Series
animadas
Las caricaturas: algo se perdió en el camino
Un recorrido por el Cartoon
Network de cinco horas sin provocar una sonrisa la verdad preocupa.
¿Cuándo se erradicó el buen humorismo en los dibujos animados?
JUNIO, 2008. Hace algunos días decidí pasar un rato sintonizado al Cartoon Network, y como dicen, lo que encontré fue una experiencia, mínimo, extraña.
Aquello puede resumirse con personajes pequeños, de enormes ojos, capaces de volar o bien moviéndose con fondos sicodélicos detrás, aderezado todo con golpizas y traducciones mediocres. De las cinco horas que pasé frente al CN percibí algo, esto es, que ni una sola vez había sonreído. Claro, pasados los 40 años las nuevas caricaturas
pueden parecer más anodinas que un discurso de Hugo Chávez. Sin embargo, cualquier amante de esta expresión
coincidirá conmigo que la calidad de las caricaturas actuales no es para guardarse a posteriori. Y es que el Cartoon Network es referencia directa al respecto, algo así como el Wall Street del dibujo animado.
Ninguna caricatura, salvo la de Los Simpson en Fox (OK, retiramos lo dicho en torno al CN), el panorama en ese campo se ve desolador. Es verdad que hay unas series hiperrealistas, invariablemente inspiradas en el anime
japonés, pero su sustancia es casi imperceptible. Ya desde el Dragonball Z de hace varios años presentíamos que las caricaturas como las conocíamos y apreciábamos, iban directo al retrete. Lástima. porque es ahí donde la animación convivía con con el ingenio y cuyo fin era hacernos reír, y no pensar cuándo saldría esa serie en formato de videojuego.
En este instante prefiero tener en mi colección el episodio de La Rana Tenor de Warner Brothers que cualquier
paquete completo de las series estrenadas el último lustro en CN. Seguramente el lector sabe la historia.
Un vagabundo encuentra una rana que canta como el mismo Caruso, pero él literalmente es un privilegiado pues nadie
más puede escucharla. El potencial futuro que le aguarda como promotor nunca se concreta de modo que el tipo termina más pobre que antes. No por nada Spielberg llamó ese episodio "el
Ciudadano Kane del mundo animado".
¿Podemos mencionar, así de memoria, un momento similar del CN este
último lustro? (La Rana Tenor es de 1952) No lo creo. La razón es fácil de dilucidar: desde hace buen tiempo las caricaturas dejaron de ser modo de expresión un modo de expresar arte para convertirse en un hueco producto
convencional, esto es, a donde va uno van los demás. Ya no se asumen riesgos, todo se va en el mismo recurso sencillo y probado hasta el cliché.
Cuando los estudios Hanna-Barbera comenzaron con Tom y Jerry y luego con
Los Picapiedra, los conceptos de caricaturas eran totalmente distintos; antes de ellos los dibujos animados apenas eran segmentos de seis minutos mientras que una serie de 30
minutos como modalidad era algo que se antojaba una locura.
Parte del problema lo representan las megafusiones empresariales, fenómeno similar al de la industria discográfica la cual, al hacerse más homogénea --en el proceso desaparecieron una veintena de firmas pequeñas-- se atascó en la mediocridad. Es así como estas compañías prefieren apostar a un mercado cautivo en vez de
innovar, además que hoy existe el elemento "políticamente correcto" que limita la
creatividad para desarrollar nuevos personajes a ideas. Si algo funcionó hay que repetirlo mil veces, dice el viejo adagio. Pero hace rato que las series animadas, y la industria del entretenimiento en general rebasaron esa cantidad.
Como símbolo interesante, el CN lleva algunos meses transmitiendo películas con cero animación, símbolo inconfundible de un rating en declive. El cine animado ha sido una opción mucho más interesante que la animación televisiva dados sus contenidos tediosos. Si este último medio estuviera evolucionando la noticia sería, al menos, alentadora.
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