Y DEMÁS: Antes de Lady Gaga: manifestaciones gay en la cultura pop

Debido al revisionismo histórico, pareciera que apenas hasta hoy la comunidad gay finalmente está de lleno en el mainstream tras décadas de represión y oscuridad. Un repaso a las últimas décadas desmiente ese argumento. Curiosamente, en su momento los grandes medios desdeñaron aquella manifestación

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AGOSTO, 2016. Un reciente artículo aparecido en The Guardian y días después rematado por un reportaje en CNN así como la revista The Nation, coinciden en que la muerte de David Bowie "da cuenta de su legado hacia la cultura gay, que finalmente hasta estas alturas del siglo XXI comienza a manifestarse abiertamente", según una parte del texto de ese diario inglés. The Nation agrega: "Lady Gaga y Beyoncé son parte de una visión gay inédita en el mundo de la cultura pop". El mensaje de estos dos textos es claro: hasta hace poco la comunidad LGBT tenía las puertas cerradas a toda expresión, víctima de la intolerancia y la represión.

Sin embargo, para quienes llevamos años siguiendo la cultura pop básicamente de Estados Unidos y Gran Bretaña, la presencia gay, y aun de los trasgéneros, distan mucho de ser la novedad. De hecho, David Bowie fue apenas una parte del enorme engranaje de esa presencia. Pareciera ser que los autores de ambos textos y el reportaje de CNN quisieran juzgar la historia a partir del presente y no a éste como una consecuencia del pasado algo que, por cierto, es parte de la plaga del revisionismo políticamente correcto que hoy padecemos.

Los iconos pop de manifiesta ambigüedad sexual como Lady GaGa no son insólitos. Ejemplos ha habido, y muchos, no tanto Bowie, quien más bien defendió una postura bisexual la cual dejó de manifiesto en una entrevista con Rolling Stone en 1972: "Nací hombre, es cierto, pero no veo eso como una limitante para mi sexualidad masculina la cual he practicado, tanto así que ya he tenido descendencia. Pero también gusto de explorar la parte femenina de mi sexualidad". Bowie perteneció a la corriente llamada glam- rock cuyos otros exponentes fueron igualmente ambiguos, entre ellos Gary Glitter, The Sweet y The New York Dolls, quienes incluso adoptaron nombres de mujer.

Como consecuencia del sentimiento de liberación que se pensaba habían dado los sesenta, durante la década siguiente se dio una explosión gay dentro de la cultura pop mucho mayor al que hemos tenido hoy. Ahí estaba Lou Reed, cuya carrera se remonta a los sesenta. Reed, quien por muchos años manifestó ser gay y más adelante regresó a la heterosexualidad (en caso que olvidemos que su grupo The Velvet Underground fue patrocinado por Andy Warhol, abiertamente gay y el cual fue luego caracterizado en el cine por Bowie).

El temor a los prejuicios y, sí, a perder muchos fans, hizo que Elton John guardara por varios años el secreto de su homosexualidad. Finalmente y presionado por sus amigos para que lo reconociera públicamente se dio en 1975 en una entrevista con Rolling Stone. Para su sorpresa, nada pasó, como el mismo John reconoció posteriormente: "Esperaba reacciones como que en el sur de Estados Unidos hubiera quema de mis discos y cosas así. Pero lo que ocurrió fue algo más cómo '¿en serio, Elton? Lo sospechábamos, pero gracias por confirmarlo'. y ya". (El cantante volvió temporalmente a la heterosexualidad a mediados de los 80 al casarse con su asistente Renata Behuel para divorciarse a los pocos años. Volvió a declararse gay y hoy vive con otro hombre).

Pero quizá el escenario más grande que tuvo la cultura gay en los setenta se dio con la música disco, la cual efectivamente brincó de la oscuridad y los sótanos de Nueva York, Londres y París hacia el mundo. "Lo disco y lo gay prácticamente nacieron juntos, una relación dual en la cual muchos exponentes habrían sido rechazados por otros géneros más convencionales", escribió el columnista Jonathan V. Last. Ciertamente, en sus primeros años la música disco jugaba más con la ambigüedad sexual como lo había hecho el glam-rock pero conforme se fue posicionando, su identidad gay fue siendo más manifiesta.

Uno de los casos más sonados fue el de la inglesa Amanda Lear, quien se rumoraba se había cambiado de sexo años antes de iniciar su carrera, o de Sylvester, un cantante californiano cuyos hits "(You Make Me Feel) Mighty Real" y "(Dance) Disco Heat" lo convirtieron en icono gay, Sin embargo el ejemplo más claro lo tuvimos con Village People donde sus integrantes se disfrazaban con indumentarias para actividades eminentemente masculinas como empleado de la construcción y un vaquero. Las letras de sus canciones también iban en esa dirección: "Macho Man" refiere a un joven al que sus padres le exigen que se comporte como "un macho", "YMCA" lleva el sutil mensaje de conocer otros hombres en un gimnasio mientras "Go West" (luego grabada, no coincidentemente, por los Pet Shop Boys) habla del sueño de viajar a San Francisco, la capital gay del mundo, o el grupo Chic, del cual dijo Nile Rodgers, uno de sus fundadores: "La comunidad gay y los trasvestis son la esencia de este grupo.

Y quizá seguro que sus electores son solamente millenials para quienes lo ocurrido la semana pasada carece ya de importancia, el autor del texto de The Nation apunta: "Al ser detectados los primeros casos de sida la cultura gay sufrió un embate de censura y represión por parte de los grandes medios". Fue todo lo contrario. A partir de la aparición de los primeros casos en 1982 --año que el autor omite mencionar-- la música pop tuvo una expresión de exponentes gay que no se había dado antes, entre ellos Culture Club con el andrógino Boy George quien aceptó ser homosexual desde la primera entrevista, lo mismo que grupos abiertamente gay como Frankie Goes to Hollywood, Cabaret Voltaire, Communards, Soft Cell, Orchestral Manouvers in the Dark y en especial The Pet Shop Boys. ¿Cuál censura y represión?

Ante esta marejada ochentera que tuvo su age cuando los casos de sida adquirían niveles de alarma, el llamar a Lady Gaga "pionera de la cultura gay" suena un poco exagerado e injusto hacia quienes le antecedieron.

La ironía final es que todos estos exponentes fueron en su tiempo atacados y ridiculizados. Queen, cuyo vocalista Freddie Mercury se convertiría tras eu muerte en icono gay, jamás recibió elogios de la crítica la cual no lo bajó de "pretencioso". Basta recordar cómo Rolling Stone llamó a "Bohemian Rhaposy" en 1975 "una composición que nos enseña cómo los mama mías sustituyen a una letra cuando no tienes nada más qué decir". Los discos de Amanda Lear, Sylvester, Soft Cell y OMD fueron igualmente desdeñados, lo mismo que la música disco la cual, llegó a decir Michael Hutchence, el fallecido vocalista de INXS, "se utilizaba para torturar ratones de laboratorio". Village People jamás recibió un comentario elogioso por parte de esa misma prensa que hoy aplaude a Lady Gaga. El columnista Last refiere este comentario de un tal Derek Stephens en el periódico The Village Voice y publicado en 1979: "No quiero que mi hijo escuche a Village People ante el enorme peligro que crezca como homosexual" (el Village Voice es un diario izquierdista, aclaremos).

Bien lo dice Last: los homófobos de aquellos años son los mismos que hoy hablan de una revolución gay en la cultura pop, "pero quieren hacernos olvidar que esa misma revolución hace 20 años les parecía deplorable".

El enorme talento que la comunidad gay ha aportado a la cultura pop, no solo en la música sino en el cine, la televisión y la literatura es hoy incalculable. Por ello es absurdo que se nos quiera hacer creer que es algo nuevo y que antes la sociedad no los toleraba en absoluto. De otro modo no se explica que este año Culture Club esté celebrando sus 25 años de carrera.

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