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FGC


RED DE FGC (FERROCARRILS DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA)

Estos son los planos disponibles:

DOS HISTORIAS DIFERENTES:
LA HISTORIA DE FGC Y LA HISTORIA DE LA INFRAESTRUCTURA QUE GESTIONA


FGC es una empresa pública relativamente reciente y moderna. Fue la Generalitat de Catalunya quien, en el año 1979, se hizo cargo de una serie de infraestructuras ferroviarias ya existentes, pero que se encontraban medio abandonadas a su suerte y desperdigadas por la geografía del área metropolitana de Barcelona y la zona central de Cataluña. La gestión de todas estas líneas férreas estaba en manos del estado, pero fueron traspasadas a la comunidad autónoma catalana por tener la infraestructura en su totalidad un ancho de vía inferior al ibérico que se había adoptado en España como ancho de vía estándar (1.668 mm), de lo contrario y de tener esas líneas un ancho de vía idéntico al ibérico, puede que ahora mismo no estuviésemos hablando de FGC como empresa y que la infraestructura formase parte en la actualidad del conjunto de lo que conocemos como RENFE.

Como hemos comentado anteriormente, la breve historia de FGC como empresa pública y la breve historia de la gestión directa de la Generalitat al cargo de unos ferrocarriles, simplemente se remontan ambas al año 1979. La historia de FGC y de la gestión de la Generalitat de unos ferrocarriles empieza y termina allí, no yendo nunca, más hacia atrás en el tiempo.

Pero... hasta el momento en que esa empresa pública en la que interviene la Generalitat se funda y la misma se materializa en algo gracias a que recibe de manos de FEVE una "mini red" ferroviaria en la cual poder prestar servicio... ¿cuáles eran los orígenes reales de esa red?, ¿cómo es que existían en Cataluña unas vías férreas de tales características?

Para saber de dónde procedía esa infraestructura ferroviaria existente en 1979 y para saber también por qué estaba donde estaba, debemos de remontarnos mucho más atrás en el tiempo e irnos... hasta finales del siglo XIX. A una época en la que, después de haberse producido la invención de la máquina de vapor y con ella, la Revolución Industrial en el Reino Unido, los adelantos técnicos que se derivaron vinieron a desembocar en, entre otros inventos, la aparición de los primeros ferrocarriles. Los adelantos y los avances técnicos e industriales que se produjeron a partir de entonces lo hicieron a una velocidad endiablada y, gracias a los avances en la aplicación de los novedosos inventos a las comunicaciones y a medios como los buques y el nuevo e incipiente ferrocarril, dichos inventos y la propia Revolución Industrial se fueron extendiendo rápidamente por todo el continente europeo. Y por supuesto... llegaron a Cataluña consolidándose en tres actuaciones que se fueron desarrollando en torno a la ciudad de Barcelona: el ferrocarril a Mataró, el ferrocarril de Sarrià y las diferentes líneas del Llobregat.

El ferrocarril de Barcelona a Mataró, de ancho de vía ibérico de 1.668 mm, fue el primero que se instauró en España y precedió al que después unió Madrid con Aranjuez. El ferrocarril de Sarrià (ancho de vía de 1.435 mm) apareció poco después y en sucesivas prolongaciones se extendió hacia las comarcas y poblaciones del Vallès salvando el obstáculo de Collserola. Y del mismo modo y simultáneamente en el tiempo, en esa época y en la zona del Llobregat, se fueron sucediendo y se fueron instaurando de la mano de diferentes empresas y compañías privadas, una serie de líneas diversas de ancho de vía métrico que conectaron entre sí poblaciones y áreas que comenzaron a ser importantes en el plano industrial y a destacar en el aspecto textil, minero, etc. De esa forma las líneas ferroviarias de ancho métrico que se extendían por el Llobregat, llegaron a las minas de Súria en la Cataluña central y se extendieron desde allí al puerto de Barcelona.

Pero... ¿qué es exactamente lo que propició ese periodo oscuro intermedio entre la época actual y aquel momento de máximo apogeo de una red que llegó a extenderse desde el puerto de Barcelona hasta Súria y Guardiola de Berguedà?, ¿cómo es que durante un tiempo esa red que actualmente gestiona FGC estuvo muerta, inerte, producía pérdidas económicas e hizo quebrar a las diferentes empresas que la formaban?, ¿por qué estas líneas que inicialmente fueron provechosas estuvieron en letargo hasta su reflote mediante el traspaso a FGC de la infraestructura?

Sabemos que después de la Transición política hasta la democracia actual ocurrió un hecho que sacó definitivamente a estas líneas ferroviarias del abandono en el que estaban sumidas: la reestablecida Generalitat de Catalunya creó, a imagen y semejanza de lo que era la empresa RENFE a nivel estatal, una empresa ferroviaria pública dependiente del recientemente reestablecido gobierno catalán, para gestionar esa amalgama de líneas férreas que heredó y recibió de manos de FEVE. Esa empresa pública creada con el fin de modernizar las líneas, adecuar la infraestructura a los nuevos tiempos, renovar el material rodante, etc. se llamó FGC: Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya. Y se creó el día 5 de septiembre de 1979. Pero... ¿qué había ocurrido hasta ese momento con esas líneas?

Hasta aquel momento en el que esas líneas férreas fueron traspasadas del estado a Cataluña, esas redes ferroviarias locales y menores en extensión que existían en Cataluña y que tenían cada una unas características diferentes en cuanto al ancho de vía, electrificación (...), habían sido gestionadas desde su creación (entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX) por diferentes empresas privadas que, por consiguiente, utilizaron para su creación y funcionamiento capital privado procedente de sus propietarios y benefactores. Empresas privadas que, con el paso de los años y después de numerosas vicisitudes y contratiempos, fueron quebrando una tras otra sucesivamente hasta dejar el servicio, en los años 70, completamente abandonado ya que no pudieron superar la crisis del sector. El que las diversas empresas privadas no pudiesen hacerse cargo por más tiempo de las diferentes líneas era algo que las obligaba a desaparecer como empresas, pero que no afectaba en absoluto a la integridad de la infraestructura, que era un bien de interés general, lo cual hizo que la deficitaria infraestructura, al no tener medios económicos sus propietarios para desmantelarla, fuese entregada de manos de sus antiguos dueños a FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha), dadas las características propias de dicha red, cuyo ancho de vía era inferior al ancho ibérico convencional de 1.668 mm.

FEVE era en aquellos entonces, y es hoy en día, el organismo público estatal en España que a partir de la creación de RENFE para gestionar la red nacional de vía ancha (ancho ibérico de 1.668 mm), quedó como encargado de la gestión de una amplia red de vía estrecha ubicada principalmente en el norte peninsular (vías de ancho métrico). Debido a la geografía del norte de España, muy accidentada y de difícil acceso en según qué puntos, se adoptó el ancho métrico como el idóneo en todo el norte peninsular y, por tanto, esa red de vía estrecha (ancho de vía métrico) consuma una gran extensión ferroviaria a lo largo de toda la cornisa cantábrica (se extiende desde Galicia hasta el País Vasco). Como se comenta, debido tanto a su diferente ancho de vía respecto al de 1.668 mm, como a su gran extensión, se entendió desde las administraciones que la citada "red de vía estrecha", o mejor dicho, de ancho métrico, tenía entidad suficiente por sí sola como para ser gestionada y dirigida desde una empresa pública de nueva creación que estaría segregada de la principal RENFE y que se dedicaría por completo a la gestión y el mantenimiento de esta infraestructura.

Pero resultó que además y debido a que, desperdigadas por España, existían innumerables redes ferroviarias menores con este tipo de características diferenciales como un ancho de vía inferior al que se había estipulado (acertada o equivocadamente) como el ancho nacional de 1.668 mm, pues ocurrió que en el periodo de tiempo localizado entre los años 50 y los años 70, las diferentes y variopintas empresas que gestionaban toda esa amalgama de líneas de ancho de vía inferior en el contexto de la península ibérica, vieron cómo sus infraestructuras antiguas no podían competir con el incipiente vehículo privado en distancias tan pequeñas como las que eran abastecidas por sus respectivas redes ferroviarias de caracter más local. La empresa FEVE, que había sido creada para mantener en el norte peninsular una inmensa red de este tipo de características, al ser un organismo de caracter público, pues fue recibiendo durante un periodo de tiempo determinado (aquél en el que estalló la crisis del sector ferroviario) innumerables líneas ferroviarias, instalaciones abandonadas, talleres, material rodante obsoleto, etc. de manos de todas aquellas empresas privadas, que al no poder hacerse cargo de su gestión por ser deficitaria o por no estar preparados como empresa para ello, pues debieron abandonar a su suerte. E
sas empresas privadas que gestionaban todas esas líneas, pudieron observar que debido al crecimiento del número de automóviles, debido a la aparición de los primeros "coches de línea" o autobuses interurbanos, debido al menor tiempo empleado en los desplazamientos de esta forma en comparación con las antiguas locomotoras y debido a la política que las administraciones impusieron en el sentido de favorecer este tipo de movilidad mediante el vehículo privado en todo el territorio, en lugar de favorecer la movilidad en base a los desplazamientos mediante el ferrocarril, el resultado final fue catastrófico para estas empresas privadas. Dichas empresas quebraron ya que no pudieron hacer frente a sus gastos, que cada vez eran mayores que sus ganancias, y no pudieron superar todas aquellas contrariedades y vicisitudes que se les presentaron debido a la suma de todos esos factores:

  • Redes anticuadas
  • Material rodante obsoleto y lento
  • Una incipiente industria del automóvil (favorecida desde las administraciones)
  • Velocidades comerciales muy pero que muy inferiores a las de los vehículos privados
  • Un parque automovilístico que no se veía entorpecidos por los actuales atascos
  • (...)

Todo ello obligó a los propietarios de estas empresas privadas ferroviarias a abandonarlas por no poder afrontar la situación creada.

En lo que concierne a Cataluña, los hechos y circunstancias que rodearon a la crisis de las diferentes empresas ferroviarias que se encontraban gestionando la red de ancho métrico del Llobregat, fueron más que evidentes. Las autopistas que se construyeron a la salida de la ciudad en dirección a Martorell, así como las sustanciales mejoras que se introdujeron en la red viaria convencional de carreteras paralelas al Llobregat propiciaron que cualquier desplazamiento hacia esa localidad y por ese corredor fuese muchísimo más cómodo y rápido en coche o en autobús, que en tren. Si a este hecho le añadimos que teníamos la doble vía de ancho ibérico de RENFE justo en la banda contraria de donde se encontraba la vía de ancho métrico (la que actualmente gestiona FGC), tenemos servida la solución que se encontró: como RENFE ya disponía de una infraestructura totalmente en funcionamiento y que hacía el mismo recorrido, pues se estimó que FEVE debía simplemente asegurar que esa red de menor ancho de vía se ocupase nada más que del transporte de mercancías al puerto. Fue entonces cuando la infraestructura pasó a ser por completo algo dedicado al transporte de mercancías. Y cuando una red ferroviaria se dedica al transporte de mercancías lo que ocurre por estas latitudes es que, en lugar de realizarse un mantenimiento decente y de calidad, se abandonan sus instalaciones, se deja la línea a su suerte, no se invierte si no es estrictamente necesario y cuando se invierte suele ser muy a menudo porque las instalaciones se encuentran en tal estado que se caen a pedazos y el asunto es tan deplorable que ya ni se tienen en pie.

El caso del ferrocarril de Sarrià fue algo más alentador y la empresa que lo gestionaba no quebró hasta entrados los años 70. En ese caso particular, el ancho de vía era el de 1.435 mm (ancho internacional), y del mismo modo, fue la empresa FEVE quien se ocupó de seguir con el servicio hasta que se lo traspasó a la empresa pública que para el mismo menester creó la Generalitat: FGC.

Pero en la zona del Llobregat y al propiciar algo como la total desatención y abandono de la infraestructura a su suerte, lo que quedó de manifiesto es que no se tuvo en cuenta ni se pensó en ningún momento en qué pasaría el día en que esas redes viarias (autopistas y grandes accesos por carretera) se colapsasen por el creciemiento de la población a ambas márgenes del río (época actual). Lo lógico era pensar que en torno a uno de los puertos más importantes del Mediterráneo y que en torno a una gran zona industrial como la que surgía en Barcelona y su área metropolitana, la población de la propia Barcelona creciese y se expandiese. Lo lógico era pensar que esa población, que además llegaba a Barcelona desde todas partes, se expandiría hasta tal punto que rebasaría los límites de la ciudad condal y que las poblaciones vecinas y resto del área metropolitana más inmediata, también crecerían ya que la gente se instalaría en ellas. Lo lógico era suponer que lejos de quedarse en Barcelona, el crecimiento demográfico rebasaría las fronteras del límite administrativo del término municipal barcelonés y que serían las poblaciones adyacentes las que crecerían en número de habitantes, al haberse superado y agotado el ámbito geográfico de la propia ciudad de Barcelona o núcleo central. Lo lógico era intuir todo esto, tenerlo en cuenta y contando con ello realizar las previsiones para el futuro. El señor Ildefons Cerdà, artífice del ensanche de la ciudad de Barcelona y el primer urbanista moderno ya había realizado estudios en esta línea muchísimo antes de encontrarnos en esta tesitura que se dió en los años de la crisis del sector ferroviario. Estudios sobre el área geográfica en la que se enclavaba Barcelona, estudios y análisis sobre cuáles eran sus principales fuentes de riqueza, de ingresos y de futuro creciemiento, estudios sobre cómo la población crecería y se iría asentando donde buenamente pudiese a lo largo de todo el llano que conformaba el exterior de la Barcelona de entonces, y de ahí que simplemente y teniéndolo todo en mente, idease un sistema para ordenarlo todo: el ensanche ortogonal a base de manzanas dispuestas de forma ordenada y que generasen calles paralelas y perpendiculares entre sí, y donde se debería instaurar un sistema residencial tal, que significase una simbiosis perfecta entre el mundo rural del campo y el mundo urbano de la ciudad. No en vano, la totalidad de las manzanas de Cerdà incluían espacios verdes y el ensanche en sí mismo estaba concebido para crear una verdadera "ciudad-jardín". Solamente había que empezar desde ese mismo momento a edificar y construir en todo lo que hoy es el área metropolitana de la forma indicada, respetando los antiguos núcleos de las poblaciones existentes pero edificando de ese modo propuesto hasta desembocar un buen día en la unión indivisible de todas las poblaciones en una sola de dimensiones inmensas: la actual área metropolitana. Esta situación ya fue prevista y con éxito por Cerdà, luego el errar posteriormente en idéntico diagnóstico es algo imperdonable. Esta situación ya se contempló en los tiempos en que Barcelona era simplemente el núcleo que hoy conocemos como "Ciutat Vella" y cuando aún se encontraba amurallada, por lo tanto el no preveer que en lo sucesivo ocurriría lo mismo es algo absolutamente inadmisible.

Para más
información, ver el ESPECIAL ILDEFONS CERDÀ

Lo lógico era pensar que con tres únicos carriles por sentido en una única autopista (la antigua A-2 que hoy llamamos B-23) no sería suficiente en el futuro para abastecer todo lo que en esta zona existe: puerto, aeropuerto, poblaciones locales, accesos a Barcelona, accesos a la variante del Vallès, desvío de las mercancías por el corredor del norte ó B-30 sin pasar por Barcelona, tráfico local, tráfico de mercancías por carretera, tráfico de larga distancia, etc. Y evidentemente, ahora que hemos llegado al futuro, hemos tenido que implementar un carril más por cada sentido en esta B-23 y una autovía entera de tres carriles por sentido para abastecer la banda contraria del río por donde discurría la antigua N-II como carretera convencional. Como no se pensó en lo que ocurriría en el futuro cuando los atascos desbordasen esas vías rápidas de acceso y las colapsasen hasta tal punto que el transporte mediante el vehículo privado y mediante el autobús interurbano quedase completamente inutilizado, pues se abandonó el medio ferroviario considerándolo inútil. Y ahora nos estamos dando cuenta de que gran parte de ese tráfico que colapsa las vías rápidas desbordadas, podría perfectamente encauzarse de manera que los usuarios se desplazasen en ferrocarril y no mediante sus vehículos privados. Y precisamente por esa imprevisión de lo que debería haber sido analizado como una "crisis momentánea y temporal del sector ferroviario" y no como una "crisis total e irremisible de la que no habría recuperación", se abandonaron a su suerte las líneas existentes de vía inferior al ancho de 1.668 mm, no solamente en Cataluña, sino en todo el territorio español (Mallorca, norte peninsular...) no invirtiendo en ellas, no modernizándolas, no adaptándolas a los tiempos y entregándole por completo el panorama al vehículo privado propulsado mediante motores de combustión a gasolina, diesel, etc. El control de la movilidad ciudadana en las grandes áreas se le entregó a los transportes terrestres no ferroviarios y de baja capacidad como el bus y los taxis y el medio ferroviario y los sistemas de cercanías en Barcelona fueron completamente desterrados como opciones válidas para encauzar el transporte de viajeros.

Y, efectivamente, como suele pasar siempre que las cosas se hacen de manera equivocada, al principio de actuar de esta forma no pasó nada. No se notaba. No solamente no había carencias, sino que todo funcionaba estupendamente y con lo que había... "ya bastaba y era más que suficiente". Es curioso, esta misma frase es la que esgrimen todos aquellos que se niegan a cambiar para mejor, a ampliar las redes y a modernizarlas para, pensando y analizando el futuro, poder estar preparados para afrontarlo en las mejores condiciones. Este tipo de personas siempre han dicho lo mismo y sus herederos aún continúan haciéndolo: "así ya está bien, hay más que suficiente, no es necesario hacer nada, vale mucho dinero, mejor lo empleamos para otra cosa". Siempre dicen lo mismo... y siempre se equivocan. Y se equivocan porque su idea de "emplear el dinero en otra cosa" consiste en la mayoría de los casos en, o bien construir más carreteras y ampliar las existentes, cosa que no soluciona nada ya que las nuevas inversiones en vías rápidas se colapsan y llegan a su capacidad máxima cada vez en menos tiempo... o bien en hacer ver que apuestan por los medios ferroviarios, pero invirtiendo de forma errónea en ellos casi en el 100% de los casos. Como ejemplos de inversiones innecesarias y no prioritarias, baste decir que en pleno 2007 aún no disponemos en Barcelona de ningún tipo de infraestructura de cercanías que atraviese la ciudad de punta a punta por sus dos principales arterias: la Diagonal y la Gran Vía. En cambio, en el PDI del 2010 se incluye una partida de más de 3.000 millones de €uros que se destinarán a una nueva línea de metro periférica llamada L9/L10 y que tendrá más de 43 kilómetros de extensión. Si se añade además que estos más de 3.000 millones de €uros se convertirán en más de 10.706 millones, ya que la nueva línea se pagará a plazos y ese pago finalizará en el 2053, lo que al final tenemos es absolutamente escandaloso: la Diagonal y la Gran Vía sin infraestructura de cercanías que vertebre la ciudad y más de 10.706 millones de €uros invertidos en una más que controvertida L9, que no todo el mundo apoya, que no todo el mundo ve necesaria y que se hará con un trazado esperpéntico.

Por maneras erróneas de actuar como estas, ya se desterraron en una ocasión un determinado tipo de redes ferroviarias que eran las que han desembocado hoy en día en las redes gestionadas por FGC, cometiendo un error imperdonable. Pero es que en el futuro, la única actuación que lo prevee todo, la única inversión segura, cueste lo que cueste, es la de vertebrar la red de cercanías del área metropolitana de Barcelona de tal manera, que se unifique el ancho de vía y que las líneas crucen Barcelona de punta a punta por sus dos ejes y arterias principales: la Diagonal y la Gran Vía. El futuro pasa por conectar todos los sistemas y redes ferroviarias existentes entre sí, hacerlos pasar bajo los corredores de mayor demanda y más céntricos de Barcelona y segregar de esas líneas de viajeros de cercanías, las circulaciones de mercancías, de trenes regionales, de largo recorrido, etc. para generar frecuencias competitivas con el vehículo privado. El futuro pasa por todo ello y mientras no se vea así, los avances no se producirán en el núcleo de Barcelona.

Por este motivo y porque esto es lo que, a juicio de esta web, es lo que se debe implementar:

  • Unificación del ancho de vía a 1.435 mm en todas las infraestructuras ferroviarias de España
  • Eje de cercanías de 4 vías bajo Diagonal
  • Eje de cercanías de 4 vías bajo Gran Vía
  • Conexión de estos dos ejes con las infraestructuras existentes en la actualidad
  • Eje del frente litoral
  • (...)

Por todo ello, se presenta en esta web la sección "propuestas".

 

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Ver también...

Ministerio de Fomento

Departament de Política Territorial i Obres Públiques

Autoritat del Transport Metropolità

Entitat Metropolitana del Transport

Aena

NITBUS (buses nocturnos)

Líneas metropolitanas de autobús

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