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Tranvía


EL TRANVÍA

El más antiguo y a la vez el más moderno de los medios de transporte con los que contamos en la actualidad en la región metropolitana de Barcelona.

Este medio de transporte se hizo camino en las ciudades de medio mundo cuando no existía nada de nada para posibilitar los movimientos urbanos de las personas y la ciudadanía por las mismas, cuando la era del ferrocarril no hacía más que comenzar, cuando la práctica totalidad de las redes de metro y cercanías, o bien no existían en ninguna ciudad moderna y occidental, o bien estaban en ciernes y en proyecto en urbes como Londres, una de las pioneras.

En esos momentos el tranvía se abrió camino e instaurando raíles a través de las calles de numerosas urbes y núcleos poblados de los más importantes y gracias a la facilidad de implantación de los raíles en las mismas, el tranvía se extendió como medio de transporte urbano. A partir de ahí, su expansión se produjo de forma meteórica y en cada ciudad, en cada núcleo poblado, en cada puerto, en cada localidad que contase con un número importante de personas, el tranvía se hizo indispensable para posibilitar los desplazamientos.

El antiguo tranvía era simplemente lo que hoy entenderíamos como un simple vagón, nada más, se asemejaba enormemente a un autobús urbano de los actuales tanto en prestaciones como en el "diseño" de la caja o vagón, con paradas relativamente próximas, con capacidad similar, con un servicio muy parecido, etc. Seguramente esa fue una de las razones por las cuales los tranvías fueron desapareciendo de las ciudades para dar cabida a las redesde bus urbano que limpiaron fachadas y calles de vías, hierros, tensores, cables, chispazos y demás.

Algo muy distinto a los tranvías modernos que circulan hoy por Barcelona y muchas ciudades de Europa y del mundo, unidades silenciosas, amplias, largas, que mejoran muy notablemente la comodidad y prestaciones, que discurren por plataforma reservada, que reurbanizan las calles y la ciudad a su paso, que crean calidad de vida, que dejan de tener paradas cada pocos metros para situar sus estaciones cada 500 ó 600 metros y así ampliar su radio de acción y velocidad comercial mejorando su efectividad respecto a las antiguas unidades y la antigua concepción de este medio de transporte.

LOS VIEJOS TRANVÍAS Y LA NUEVA IDEA "TRAMBAIX"

Los antiguos tranvías tenían aspectos positivos y aspectos negativos, como todo en esta vida. Los viejos tranvías constaban de composiciones muy, pero que muy parecidas a las de los actuales autobuses urbanos y del mismo modo que ahora existen autobuses con mayor capacidad debido a las unidades con "acordeón" en el medio, a esos mismos tranvías antiguos se le podían añadir vagones o se les podía acoplar un nivel superior creando unidades de dos pisos, que dependiendo de un sinfín de características técnicas cambiaban su nombre según variasen estas características. Aún así, seguían siendo una modalidad de tranvía que circulaba sobre raíles y que estaban electrificados. Por lo tanto, el retirar estos tranvías en base a que las nuevas e inminentes unidades de autobuses que iban surgiendo los podían reemplazar perfectamente por capacidad de transporte de viajeros, por seguridad, y por mejor maniobrabilidad (el bus no estaba limitado por raíles) era algo totalmente acertado. Y del mismo modo, era acertado también el retirar de las calles la amalgama de cables, vías y catenarias que existían. Desde ese punto de vista el acabar con la red de tranvías fue algo perfectamente lógico.

Ahora bien, la idea principal y que nos hace plantearnos si fue realmente acertada esta decisión de acabar con la antigua red de tranvías es la filosofía de vida que esta red nos marcaba. Es decir, un aspecto fundamental de la antigua red era el hecho de que este tipo de antiguos tranvías urbanos circulaban sobre el asfalto destinado también a la circulación de los vehículos privados, luego este asfalto, siendo el mismo para todos, era compartido a partes iguales por el transporte público y el vehículo privado. La filosofía de contar en ese espacio con una red de tranvías para que la gente optase por desplazarse en ellos, en lugar de hacerlo en su coche, era buena. Aunque siendo de esta forma y mirándolo así, también fue o podríamos considerar como acertada la retirada y clausura de los antiguos tranvías en base a que serían sustituidos por autobuses con la misma capacidad y que realizarían las mismas líneas o trazados que los tranvías, pero esta vez con una mayor maniobrabilidad y además, compartiendo el mismo asfalto por el que circulaban los vehículos privados y los viejos tranvías. Luego la actuación que se llevó a cabo en Barcelona fue simplemente y pese a quien pese, de sustitución de los tranvías por autobuses, fue positiva y además, lo que en la época se tenía que hacer.

Aun así, evidentemente, hubo aspectos negativos. Retirar de la circulación y clausurar los antiguos tranvías conllevaba aspectos negativos y lo que no se tenía en cuenta con este tipo de sustitución de bus por tranvía era algo tan importante hoy día como la mayor contaminación que se produciría en la ciudad al retirar una red de transporte compuesta por un medio que no requería de motores de combustión y regalar y entregar la calle por entero al vehículo privado y al bus, cuya propulsión se efectuaba mediante motores de combustión que necesitan gasolina o diferentes tipos de gasóleos para autogenerarse su propio movimiento. Es por este tipo de razones, por lo que retirar de la circulación los tranvías no era muy acertado. Tampoco fue nada acertada la decisión de la retirada de los tranvías de las calles de Barcelona por la nula planificación y previsión de futuro que ello implicaba. Y es que el sector ferroviario pasó a mediados del siglo XX por una gran crisis que hizo que muchas de las empresas que gestionaban este tipo de servicios quebrasen y desapareciesen. Las causas fueron, en gran medida, la competencia directa de los medios ferroviarios dedicados a los servicios más "de cercanías" con el vehículo privado, que para distancias tan cortas, presentaba prestaciones superiores, era más cómodo, más rápido y además y al no ser la población del área de Barcelona tan numerosa como lo comienza a ser ahora, no existían problemas con los atascos, las aglomeraciones, etc. Es por ello que no se tuvo planificación ni previsión de futuro alguna eliminando la totalidad de la red tranviaria, ya que ello demuestra que nadie se planteó qué pasaría cuando la población aumentase hasta tal punto que nos encontrásemos en el nivel de saturación de las redes viarias principales, que es lo que ocurre hoy. Si se hubiesen estudiado esos aspectos, si se hubiesen previsto las cosas y si se hubiesen dado cuenta de ello, habrían visto que los medios ferroviarios en las distancias cortas, no solamente no eran obsoletos, sino que serían en el futuro la solución para evacuar y trasladar a muchísima gente de una vez sin ningún tipo de problema. Y es que en una red viaria vacía de vehículos, el coche es el más rápido, pero en una red viaria colapsada y en atasco permanente, resulta inoperante frente a una red de cercanías, una de metro y una de tranvía a pleno rendimiento.

Así pues, realmente... ¿fue necesario y positivo el hecho de clausurar la antigua red de tranvías de Barcelona?. La respuesta que podríamos dar sería: necesario sí, positivo no.

Y es que resulta que hay una gran diferencia de concepto bastante importante. En la Barcelona de aquellos entonces se hacía más que necesario el clausurar y retirar del servicio, no al tranvía como medio de transporte válido y efectivo, sino a ESA precisa red tranviaria que se había quedado anticuada y que ya solamente significaba y suponía un estorbo a la ciudadanía y que claramente salía perdiendo en casi todos los aspectos frente al nuevo e incipiente bus urbano que surgía. Además, a esto se le añadía el que la ciudadanía empezaba a disfrutar en esas épocas de mejores niveles de vida y el parque automobilístico barcelonés y catalán empezó a aumentar considerablemente. La decisión que se tomó de eliminar el tranvía fue conceptualmente equivocada, pero necesaria para el desarrollo económico de la época que ha desembocado en la bonanza actual.

Fue una decisión negativa porque el tranvía como medio de transporte válido y efectivo en una ciudad, es algo completamente necesario y positivo y debido a ello jamás debió de ser eliminado de manera tan radical de Barcelona. El clausurar totalmente la red tranviaria de Barcelona fue negativo, ya que se hacía, no para mejorar el transporte, sino para entregarle la calle al coche y al vehículo motorizado. El concepto equivocado y la idea erronéa que llevaron a la clausura de la antigua red de tranvías de Barcelona era el de que como cada vez había más coches, pues que todo lo que no fueran en las calles carriles para ellos estorbaba y había que eliminarlo y entre todas esas cosas que le estorbaban al coche, se encontraba el tranvía. Por eso fue erróneo el eliminar el tranvía y por eso se equivocaron, porque lo hicieron con esa idea en la mente y para eso: la calle para el coche, y todo lo que no sea coche, molesta. El concepto era fatal y de base era algo completamente nefasto para una ciudad, además de que no se tenían en cuenta ningún tipo de planificación ni de previsión para los tiempos futuros en los que esa red viaria se colapsase, ¿qué pasaría entonces?, no lo habían previsto, eso no podía pasar y por tanto, a nadie le preocupaba. El futuro del coche como la base de todo en Barcelona era algo así como el Titanic: insumergible. No había error posible, no podía fallar. Pero como vemos hoy en día, el Titanic se hundió y el área metropolitana de Barcelona se atasca día sí, día también.

En cambio, de haberlo hecho con otro concepto en la mente, con otra filosofía de vida y de ver las cosas y con la idea de simplemente sustituir esa antigua red de tranvías por una nueva de autobuses, sólo y exclusivamente donde hiciese falta en lugar de hacerlo con la idea de quitar de enmedio todo lo que le estorbase al coche, la cosa habría significado un avance brutal para Barcelona. Lo verdaderamente erróneo y equivocado fue el concepto y la idea con la cual se retiraron los tranvías, no el retirar esa red anticuada. Lo que se debería de haber hecho era, en efecto, retirar y clausurar la mayor parte de las líneas tranviarias existentes que tanto por la crisis del sector ferroviario en la época, como por sus arcaicas características técnicas eran susceptibles de ser sustituidas exitosamente por los incipientes autobuses. Pero una vez dicho esto, lo que se debería de haber hecho del mismo modo era respetar las líneas tranviarias más positivas y adaptarlas a las nuevas necesidades. Haciendo algo así, el resultado final en Barcelona podría haber sido muchísimo más positivo de lo que nadie imaginaría jamás. Así se hubiese dotado a la ciudad de nuevas y reconvertidas líneas de tranvía a imagen y semejanza de los actuales "Trambaix" y "Trambesòs" y de la misma forma, se le habría otorgado a Barcelona el necesario desahogo de liberarse por fin de aquellas líneas de tranvía innecesarias para ser cubiertas por un único mini vagón de tranvía y que un autobús podía igualar perfectamente.

Realizando este tipo de acciones con la filosofía adecuada y los conceptos claros, la ciudad de Barcelona podría haber eliminado la práctica totalidad de las líneas de tranvía que no necesitaba, como hizo, pero a su vez, haber conservado las líneas de tranvía, que por su condición de servir ejes principales de la ciudad y la red viaria como el frente litoral, la avenida Diagonal, la Gran Vía o el Paseo de Gracia, sí que eran positivas y necesarias para los desplazamientos de una ciudad como Barcelona, ya que el tranvía urbano en superficie como medio eficaz de transporte es algo tremendamente necesario, útil, eficaz y que no estorba en absoluto. Líneas como las actuales y recientes que componen el "Trambaix" o el "Trambesòs", no se habrían tenido que construir como nuevas infraestructuras en la actualidad, sino que lo que tendríamos que haber ido haciendo con el paso del tiempo, debería haber sido simplemente, el modernizarlas y adecuarlas a las diferentes épocas con actuaciones como la reurbanización de calles, plantar césped, asegurarles plataforma reservada, etc. De haber hecho las cosas con ese concepto en mente y con esa filosofía de ciudad, podríamos contar ahora mismo con este tipo de infraestructura tranviaria en ejes urbanos tan importantes como la Gran Vía, la Diagonal en todo su trazado, el Paseo de Gracia, el frente litoral, etc. De haber conservado esas líneas tranviarias situadas en ejes tan concurridos y rectilíneos como los enumerados, las mismas habrían podido ser cubiertas perfectamente con unidades tranviarias similares a las actuales, de mayor capacidad que un autobús urbano y circulando por carriles segregados debido a la gran amplitud de estos ejes. De esta forma, las inversiones ahora, se hubiesen podido destinar por entero, no a construir esos tramos de nuevo (doble gasto), sino a ampliar esas redes hacia el exterior, a la ampliación del metro e incluso a la creación de un más que necesario túnel de cercanías bajo Diagonal.

Lo que falló con la retirada y clausura total del servicio tranviario en Barcelona fue el concepto y la filosofía con la que se hizo semejante barbaridad, es decir, el quitar de ahí y de forma total y sin remisión, todo lo que le estorbase al coche en su camino, en lugar de hacerlo de forma parcial y respetando los ejes urbanos más transitados y amplios y hacerlo simplemente para mejorar el transporte colectivo y los movimientos de la ciudadanía por el núcleo urbano.


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Ver también...

Ministerio de Fomento

Departament de Política Territorial i Obres Públiques

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Entitat Metropolitana del Transport

Aena

NITBUS (buses nocturnos)

Líneas metropolitanas de autobús

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