Mensaje
de la Stma. Virgen María,
recibido en Talavera de la Reina,
a través de José-Luis Manzano García
- el 16 de Abril, de
1995.
(A las 7h., mañana de Resurrección.)
El
Hermano: La Paz del Señor es con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
El Hermano: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Hermano:
"Vengo a dar una
buena nueva, aunque según pase el tiempo seguirá
siendo dolor y angustia. Pero hoy el Sepulcro está vacio: Él ya no
está entre los muertos. ¡Aleluya!, después del dolor causado por los
pecados, Él vuelve en una mañana de Gloria. Él vuelve a todos aquéllos
que con Él estuvieron.
Y a los que no, es cuando empiezan a sufrir por sus propios
pensamientos. Pero hoy
es un día donde ha de desbordar la alegría, no
el odio ni los enfados, ni los rencores, ni las
envidias; pero
tristemente todo eso seguirá perdurando mientras deis cabida al
anemigo.
El Maestro:
Yo soy al que estáis esperando hijos míos. Hoy es una mañana de
alegría, pero tristemente esta mañana también se llenará de dolor
porque vosotros, los hombres, seguiréis mirando con el cuerpo y no con
el alma.
¡Madre...!, el dolor ya ha terminado. He venido a tí, y a
todos ellos, a demostrar que la verdad nunca muere, y que todo lo que es
de Dios nunca acaba, sino que perdura
hasta el confín de la Tierra. He venido a demostrar que en verdad soy
el Hijo de Dios. Todos aquéllos que no me creyeron, ahora verán la
verdad.
Sentid tristeza hijos míos, vosotros sois mis verdugos: Una y otra vez ponéis mis manos
sobre el madero y con vuestros pecados, sin piedad, taladráis golpe a
golpe. Sentid mucha tristeza hijos míos, porque Yo me he sentido muy
sólo en estos días de dolor. ¿Dónde estábais hijos míos? ¿Dónde?
Ahora no tenéis respuesta.
Yo he estado aquí sufriendo, llorando mi
propia agonía; padeciendo. Esperando ver a mis
hijos para recibir un pequeño consuelo, para sentir el amor que me negáis.
¿Dónde estábais? Yo nunca os he abandonado.
¿Qué os he hecho Yo hijos míos? ¿Acaso no me habíais pedido y Yo os
he dado? Solo os pedía consuelo, solo os pedía amor y también me lo
habéis negado. No penséis que soy cruel con vosotros, pero ¿acaso no
habéis sido vosotros crueles conmigo?
Es
una mañana de alegría, pero como véis, el dolor ya se hace notar. No
os excuséis hijos míos, para esto no hay excusas. No os podré
perdonar, porque el dolor ya está grabado muy aquí dentro hijo mío,
muy aquí dentro.
La noche del
JUEVES, cuando fuí apresado, muchos de vosotros
estábais viviendo en el mundo..., con vuestros vicios, con vuestras
alegrías mundanas. Y Yo, llorando por todo aquéllo que me había de
llegar.
No aborrecí a la muerte por vosotros. No dije: "¡No!" por vosotros. Todo
lo hice por vosotros. Y vosotros..., ¿qué habéis hecho por Mí?
Solo
pedía consuelo, solo os pedía amor y me lo negáis también. Solo os
pedía dos cosas y vosotros no me lo habéis concedido y a la par
vosotros pedíais, no solo una cosa, sino muchas y sin corazón.
¿Qué
os dará el mundo? Comparadlo: De todo lo que Yo os ofrezco, ¿qué os
dará el mundo? ¿Y tenéis miedo al hombre y a mí me aborrecéis?
No queráis excusaros con nada, reconoced vuestra culpa y os será
mucho mejor. Y vosotros diréis, que esta mañana he llegado como
señalando a mis hijos. Aún no lo he hecho, pero llegará el momento, y
muy pronto.
No tenéis Fé ya hijos míos. Y vostros diréis: "¡Si
yo hago todo lo que puedo...!" Y
vuestro Maestro os dice: "Hay que
hacer más..., ¡mucho más..!" No solo lo que uno puede, sino lo que no puede
también.
Muchas veces os excusáis de hacer un sacrificio porque os
encontráis mal. ¿Acaso a Mí no me llegó
la muerte en el madero?, no reproché a nadie por ello? ¡Ay hijos míos!
Si vuestra fé fuera pura no tendríais miedo al
hombre, pero vivís en el mundo y la carne os debilita, y eso os hace
perder hijos míos. Tendría que hablar de muchas cosas de aquélla
mañana, pero ahora hay dolor, y he de hablar de lo que me angustia. Aunque no sea comprendido, he de decirlo:
"Me apenáis, me apenáis
mucho hijos míos; os he abierto una puerta
hacia el Cielo en este lugar. Mi Madre, mi
amada Madre, os da las
cosas con tanta claridad que vosotros una y
otra vez caéis, y recaéis
en los mismos errrores y pecados".
A partir de hoy, Yo os puedo
decir que aquél que caiga en esos errores, que se han dicho con tanta
claridad y no veis, Yo os aseguro que no llegaréis a ver el
Paraiso. ¿Es crueldad acaso?
Padre Eterno: ¡No!, es justicia.
El Maestro:
Aquél que no lo ha oido tiene menos delito que aquél que lo oye y
cae. Aquél que no lo ha oido tiene menos delito, porque cae sin saber.
Y vosotros que lo habéis oido, tenéis mayor delito porque lo oís,
caéis y no prevenís al que no lo sabe.
Padre Eterno:
Eso
es
JUSTICIA, es
SABIDURÌA y
AMOR: Mucho amor.
El Maestro:
Sentid conmigo la tristeza de esto que me hacéis, pero Yo sé que ha
habido alguien que me ha seguido paso a paso: Eres tú hijo mío.
Cuando sentí que mis manos eran atadas miré en mi Corazón y ví a
alguien en oración que pedía estar en mi lugar...
Padre Eterno: Eso
es amor.
El Maestro:
Miré otra vez y vi a muchos de vosotros embargados en la pereza,
viviendo en la mundanidad y me entristecí. Miré otra vez, y ví a mi
Madre diciéndome con su mirada: "Toma mi amor, toma mi consuelo, no
estás sólo, estoy Yo para sufrir contigo esta pena y este dolor ".
Cuando clavaron las espinas en mi cabeza miré en mi Corazón y te ví,
te ví hijo mío, diciendo: "Quiero esa corona, pero en mi Corazón, para
que nunca se me olvide lo que tú has hecho por mí".
PADRE ETERNO: Eso es amor.
El Maestro:
Y miré al mundo, miré al mundo y ví como muchos de vosotros
mirábais lo que llamáis procesiones. ¿Qué vísteis? Solo algo que
representaba lo que Yo padecí. Y Decidme: ¿Y aquí, qué oísteis?
Nada, porque no llegásteis a Mí. Y los que estuvísteis, ¿qué
oísteis? Un DOLOR y una
AMARGURA. Es muy distinto a lo que vosotros vísteis.
Y miré otra vez, y ví a
mi Madre diciendo:
"No estás sólo. Quiero ser Yo la que esté en tu
lugar, como madre.
Pero como Hija de Dios,
sé que todo esto se ha de cumplir.
¡Que se haga la Voluntad del Padre!"
Padre Eterno: Eso
es conformidad, y lo vuestro es olvido.
El Maestro:
Cuando clavaron el primer clavo, miré alrededor y no
ví a nadie.
En ese momento os quise recordad a todos, pero ví que
nadie me
recordaba a Mí, y lloré. Lloré con amargura, porque mis hijos
no me
dieron lo que Yo había pedido. Y fuí capaz
de daros un enorme regalo,
de entregaros mi
propia Madre para vosotros:
"Ella será la
mediadora vuestra ante Dios.
No la hagáis de sufrir,
no la hagáis de padecer.
Cuando Yo os entregué a mi Madre,
Ella sabía que ahí comenzaba
el suplicio para Ella y lo aceptó.
Lo aceptó con amor y no lo rechazó."
Pero quiero
veros a vosotros, a vuestra fé impura; diréis que soy cruel.
¿Qué
puedo ser hijos míos, si vosotros me habéis hecho ser así?
¡Sí hijos
míos! Vosotros habéis hecho que Yo
demuestre la crueldad. No la mía, sino la vuestra. Yo solo os advierto, Yo solamente os digo en lo que habéis errado. ¿Y sabéis lo
peor hijos míos? Que no lo véis.
Si tuviérais Fé pura sabríais aceptar todo lo que Dios os manda. Cuando os veis agraviados por una enfermedad enseguida decís:
"Dios
se olvida de mí".
Yo no me olvido de nadie. Es al contrario: Vosotros
os olvidáis de Mí. Si os llega esa enfermedad o esa prueba, sois
capaces de ofender a lo más alto, de clavar espinas con crueldad en
nuestros Corazones llenos de amor, y no sois capaces de decir:
"Dios mío, si esta es tu voluntad,
yo la padeceré.
Si esta es tu voluntad, te lo ofrezco para todos
aquéllos que no te conocen. Que no te aman y
que no te quieren
conocer".
Si hiciérais eso, todo sería alivio y esa enfermedad o esa prueba,
se llevaría con más paciencia. Pero vuestra fé mundana os hace caer en
ello. ¿O me equivoco hijos míos? Quiero preguntar: ¿Qué hacéis sobre
este lugar?
(PUBLICO: Acompañarte Maestro, en este momento tan
grande.)
¿Y los demás días? ¿Dónde estábais la noche del JUEVES?
Yo estuve en este lugar y no os ví. Y la noche del VIERNES,
¿dónde estábais? Yo estuve en este lugar y
no os ví.
Y muchos solo acudísteis en esas noches para escuchar un
mensaje, solamente para oir sin cosechar, y sin recoger el fruto. En
este lugar también hay vigilias los viernes, sábados y domingos, y
cuando Yo os miro, y cuando Yo estoy esas noches, ¿dónde estáis?
¿Tenéis respuesta?
No os excuséis, porque no hay excusa para esto. Esa es mi pena:
Creéis tener abundancia de fé y ni siquiera tenéis
fé de corazón. ¿Me
equivoco hijos míos? Entonces, ¿porqué no me demostráis vuestra
fé de
Corazón? ¿Porqué no hijos míos? No hay excusas para esto hijos míos,
no hay excusas.
La fé se demuestra solamente a Dios,
no a los hombres. Porque decidme: Los hombres, ¿qué tienen que ver de
vuestra fé? ¿Son ellos los que os van a juzgar el último día?
¡Decidme hijos míos!, ¿son ellos?
(PUBLICO: ¡No Maestro...!)
Entonces, ¿porqué no demostráis vuestra Fé al Padre?
Vuestra Fé es fé de conveniencia hijos míos, y el Maestro no es cruel. Y si os
sentís heridos pensad que sois culpables..., solo pensad que sois
culpables.
Yo tendré muy en cuenta vuestros errores, y también tendré
muy en cuenta los que no acudísteis en esos días, a acompañarme a mi
Madre y a Mí en el dolor.
Os lo tendré muy en cuenta hijos míos,
porque eso es justicia:
JUSTICIA
DIVINA. Os lo tendré en cuenta porque vosotros, cuando me habéis
necesitado, Yo he estado a vuestro lado.
¿Conocéis a alguien que se
haya sentido defraudado por Mí? ¡Decidme!
(PUBLICO: ¡No Maestro!) Y si
acaso lo conociérais, pensad que no había fé en
él, porque Yo no
defraudo a mis hijos.
En cambio, Yo sí me siento defraudado por
vosotros. Eso es dolor, dolor hijos míos. ¡Ay hijos míos!, si supiérais mirar las cosas con tanto amor, sería
todo tan placentero. Pero miráis las cosas con los ojos del mundo, y
nada es placentero, y es todo agravios y dolor.
No queráis excusaros
de nada, porque no tenéis salida para ello. No digáis que no
pudísteis, porque Yo siempre pude para vosotros.
Y si tuviéseis fé pura, vosotros
siempre podríais para mí. No hijos míos, hoy todo queréis reconocerlo,
pero esta tarde ya se habrá olvidado todo.
Os
lo repito otra vez para que veáis cómo se va a cumplir. Todo sabéis
reconocerlo. ¿Porqué? Porque Yo stoy presente, pero esta tarde, de
todo esto, no quedará nada... Digo nada hijos míos, y no solo esta
tarde.
Vengo a hablar de AMOR y vosotros queréis desechar el amor..., a
hablar de Paz y vosotros queréis injurias y odios entre vosotros, a
hablar de una AMISTAD: La vuestra conmigo, que está muy alejada.
Vengo a sembrar la PAZ que vosotros robáis en este lugar. ¡Cuántas
veces os he visto ofender a este lugar y ofender mi Nombre...! No os
podré perdonar.
Si tuviérais Fé, Fé, sabríais aceptar todo lo que se
os dice, tanto en este lugar como en vosotros mismos. No te sientas
herido hijo mío, no solo es por tí, es por todos. Y no le digo al Gran Guerrero, para que entendáis.
La FÉ no
significa el creer en Dios, significa CONFORMIDAD, AMOR,
OBEDIENCIA, HUMILDAD. Todas esas cosas. Barrabás ya
murió y Yo estoy vivo. También te recordaré a tí, y pido perdón al
Padre:
"Padre mío, te pido perdón por todos aquéllos
que no creen.
Por todos aquéllos que con sus injurias quieren ofender
mi
Nombre. Por todos aquéllos que quieren destruir la Obra que
siempre
perdurará. Padre mío, te pido perdón por ese alma...,
en pena, que ha
gritado el nombre de Barrabás. Te pido perdón
por ese alma, y que tú
sabrás perdonarla. Que así sea."
Eso es CONFORMIDAD hijos míos, eso es conformidad. Eso es
hablar sin ofender y abriendo un poco los ojos. Vuestro Maestro hoy os ha
querido enseñar, os ha querido dar todo. Quiero que recordéis este día
con el mayor recuerdo posible, y cada mañana, cuando os levantéis del
descanso, os acordéis de este día. Sé que muchos se habrán olvidado.
Y
recordad que siempre que me habéis necesitado, Yo he estado ahí, pero
vosotros me negásteis eso. No quiero que tengáis miedo a los hombres, quiero que tengáis amor
a los hombres: Si os odian amadle.
Si me ofenden amadle y pedid
perdón. Nunca discutáis. Solamente amad y decid: "En Nombre de Cristo
Jesús pido perdón para tí".
Y aceptadlo, aceptad las OFENSAS, las BURLAS y los ODIOS.
Pero vuestra actitud ha de ser de AMOR, ha de ser de CONFORMIDAD.
Si no lo aceptáis, o si os aquejáis de
esa Cruz mandada por Dios, será desobediencia y no será Conformidad.
No os olvidéis de todo ello.
Y cuando pidáis, pedid con el corazón, no con la boca:
"Y cuando pidáis, sabed lo que pedís.
Sabed lo que
pedís. Porque si no sabéis lo que pedís y si no lo hacéis de corazón,
ofenderéis al Señor: mejor no pedir.
Y cuando oréis, hacedlo con el
corazón, con todos los sentidos, no con la boca, ni con sueño. Para eso es mejor
no orar."
Y cuando veáis a alguien que desobedezca las LEYES
establecidas por DIOS decídselo, porque el delito también estará en
vosotros, si lo véis y no lo recordáis. Si alguien me ofende, ofende
al Padre ydebéis decir:
"Recuerda, NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO."
Si alguien trabaja en los días señalados para Mí, recordadle y
decidle:
"SANTIFICARÁS LAS FIESTAS."
Si alguien desobedece a sus padres o impone el odio entre ellos,
recordad:
"HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE." Y no solo eso:
Siempre que habléis demostrad el ejemplo. Si Yo os hablo de
AMOR he de demostrar el AMOR para
que entendáis, si no, no lo entenderíais. Demostrad también la OBEDIENCIA.
Si alguien de vuestra
familia se marcha de este mundo, sea quien sea, y lo tenéis gran
aprecio, en vez de ofender a Dios, decid: "Esta es tu
Voluntad, solo acójelo en tu seno si es tu Voluntad."
Eso será obediencia a la Voluntad
de Dios y Dios sentirá gran alago y sentirá mucho amor de vosotros a
Él. Y sobre este lugar respetad cada palabra, y hacedlo con amor. Cuando entréis en este lugar demostradme alegría a Mí, no malas
caras, no odio. Y vosotros diréis:
- "Es que todo es muy duro en este
lugar."
Y Yo os diré: Eso no es CONFORMIDAD,
ni es
FÉ, ni es
OBEDIENCIA.
Dios te puede probar con cualquier cosa: Con un
tropiezo..., con una lluvia..., con una enfermedad, con una muerte,
con pobreza, con mucha pobreza.
Y diréis vosotros: "¡Si la pobreza no es una prueba...!"
¿Acaso creéis eso? Aquél que se sienta rico en el Espíritu que no
espere nada, pero el que se siente pobre, que espere todo, ¡todo!
¿Comprendéis hijos míos?
PUBLICO: ¡Sí Maestro!
Eso espero de
vosotros. Y recordad las palabras de mi Madre, todas:
"En este lugar, la
mujer ha de vestir como mujer y el hombre como hombre". Y si
tuviérais Fé, no solo sería en este lugar, sino fuera. Y eso tiene
mucho, mucho delito. ¿Sabéis porqué?
Porque hay quien ya lo ha oido y
no lo ha llevado a la práctica, pero hay quien no lo ha oido y peca. Ése no tiene delito.
Delito lo tiene la mujer que viste como hombre
habiéndolo oido. No tendrá perdón. Y también tiene delito aquél que viéndolo no dice:
"Recuerda, esto está dicho por Dios y nuestra Reina".
Y ése hará gran labor y podrá
abrir un poco los ojos del alma. Os sentís a gusto, ¿verdad hijos
míos? Pero el tiempo se acaba. Entonces hijos míos, cumplid con esa
Ley.
Si aquí se os pide AMOR, tenedlo también fuera de aquí, porque
eso sería Fé de conveniencia: "Me conviene aquí para querer
demostrar a Dios y a los hombres, y fuera soy como yo quiero".
Eso sería injusto de vuestra parte, muy injusto.
Te perdono hijo
mío, te perdono. No envuelvas más tu alma en pena. Te perdono, te
perdono hijo mío. No envuelvas más tu alma en pena, te perdono. Y
aleja de tí a Satanás, porque te hará perder.(1)
Hijos míos, no tengáis miedo al
hombre, ¿qué os puede hacer el hombre? ¡Decidme!
(PUBLICO: ¡Nada Maestro!) Entonces,
¿por qué tenéis miedo al hombre? ¿Porque vivís en el mundo?
"Si queréis vivir conmigo cumplid con todo, vivid con todos, y
enseñad lo aprendido. Yo me sentiré alagado por vosotros y
nuestros
Corazones sentirán menos pena."
Hacedlo así, y esto que habéis
aprendido hoy, enseñadlo. No lo guardéis para vosotros,
porque también sería delito y egoismo.
No tengo nada más que decir
para vosotros. Solamente que no tengáis miedo en cumplir todo lo que
os he dicho. Solamente sed fuertes y pensad que cada día Yo estaré con
vosotros. (PUBLICO: ¡Gracias Maestro! )
Y que tenéis a alguien para
enseñaros, y es el gran Guerrero. Si a él no le prestáis atención, él
nada podrá hacer por vosotros. Él no está
aquí para curar, ni para solucionar vuestros propios errores, sino
para corregiros en vuestros errores, y enmendaros en el propio camino
y daros el propio propósito de proseguir. Él solo está aquí para enseñar lo
que no habéis aprendido.
"Él no está
aquí para solucionar lo que muchos dicen ver, siendo
mentira. Nunca mintáis en eso, ese pecado
nunca se borraría, como la desobediencia".
Todo esto queda para vosotros, y para tí
hijo mío. Barrabás está en un lugar donde el fuego consume las almas.
Ten cuidado, mucho cuidado, tu tiempo es corto y puedes llegar a
verlo.
(1)
Hijos míos, que la Paz quede con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Maestro.
El Maestro:
¿Deseáis algo de Mí?
PUBLICO: Quiero pedir perdón Maestro... (No se entiende.)
El Maestro:
Hijo mío, el perdón para los hombres es algo lejano si no habla el
corazón. Hay que sentir conformidad con todo: Con este lugar, conmigo
y contigo mismo. Si una de esas tres cosas falla, no hay perdón.
¡Recuérdalo!
Seguid pidiendo hijos míos.
PUBLICO: Piden varios a la vez. No se entiende.
El Maestro:
Tu fé hija mía, te hará muy grande ante Mí. Seguid pidiendo hijos
míos. (Contiúan pidiendo.)
Sed fuertes de corazón y no demostréis a los hombres lo que Dios ha de ver de
vosotros, y no sintáis miedo.
No sintáis miedo. Nunca hijos míos. Y lo que hagáis no lo hagáis por vosotros, hacedlo por los demás
y por Mí. Yo ya he de marchar.
Mi Madre volverá y Yo estaré con cada
uno de vosotros. (PUBLICO: ¡Gracias Maestro!)
En este día recordad que
muchos sábados y domingos hay un rosario que recorre las calles de
esta ciudad impura. Si podéis acompañadlo.
Y
recordad, que en este lugar viernes, sábados y domingos, por la noche,
se reza también en nuestro Nombre. Si podéis, acudid, pero nunca
pongáis excusas que a Dios no convenzan, porque Dios todo lo ve y no
se puede excusar nada, viéndolo Dios como lo ve. Recordadlo y participad cuando podáis en todo ello.
Si Yo os he
abierto una puerta en este lugar, no la cerréis. Recordadlo. ¿Lo
haréis así hijos míos? (PUBLICO: ¡Sí
Maestro!) El que lo haga así, quiero que sepa que recibirá mucho de Mí. Y
tened cuidado:
"Mi
Iglesia se está oscureciendo y pronto vendrá abajo. Eso
significará que el fin ya está aquí, y vosotros
os vais a preparar
para recibirlo, porque el Gran Guerrero, Yo y mi
Madre, y
vuestra Fé os prepararemos."
Amad, amad
a todos aquéllos que os odien, y alegraos porque hoy es fiesta. Ya
estoy con vosotros hijos míos.
Y a tí hijo mío: Te doy una
oportunidad para que te arrepientas, y te vuelvo a repetir: Barrabás
está en un lugar donde el fuego consume a las almas. Ten cuidado, tu
tiempo es corto y pronto lo podrás ver.
Te doy una oportunidad, solo
una. (1) Hijos míos, os amo.
Adiós hijos míos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
Padre Eterno:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
La Madre:Adiós
hijos míos.
PUBLICO: Adiós Madre.
El Hermano: Que la
Paz del Señor Yahvé y la fuerza del príncipe de las almas quede con
todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
El Hermano: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Hermano: Adiós
hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.____
(1)
El mensaje cambiaba a veces de discurso para responder a los pensamientos,
preocupaciones o anhelos de
algunos de los presentes.
|