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"El
Guerrero de Dios"
Mensaje
de la Stma. Virgen María, recibido a través de
José-Luis Manzano García,
el día 6 de Agosto, de 1988.
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La Madre: La
Paz de Dios Padre, Todopoderoso, esté con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espiritu Madre.
La Madre: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
La Madre:
¿Lo ves hijo mío? No tardaría en volver y hoy
estoy aquí, y muchas almas de este pobre mundo han acudido a esta
cita tan importante, porque no olvides hijo mío que hoy es un
primer sábado de mes.
Y Yo he llegado hasta mis hijos para así
darles mi Bendición, y para así llenar de LUZ sus corazones y
llevarles hasta el Padre, porque tú, hijo mío, eres el "Guerrero
de Dios. Y así te llamo Yo.
¡Eres..., el Guerrero de Dios!, el que
Dios ha enviado a las almas para salvarlas del pecado y destruir
al enemigo: Ese eres tú hijo mío. En el que DIOS ha confiado para
llevar adelante el plan de Dios hijo mío.
Ya sé que hay muchas almas que no quieren hablarte hijo mío,
porque ellos creen, y así piensan, que tú eres su enemigo porque
Yo estoy contigo hijo mío. Y así le digo a las almas:
"Que no piensen así..., que un hermano
como el Gran Guerrero, y
un amigo, no encontrarán, porque él tampoco falla; porque él es el
Guerrero de
Dios, el que os salvará hijos míos.
El es alguien grande, y las pobres almas no se dan cuenta."
Hijo mío, ¡mira cómo vengo hoy! Aunque Yo
no vista hoy como de dolor, mi Corazón aún sigue sufriendo hijo
mío, porque Yo siempre soy la misma, "la que siempre sufre".
Pero también sé sonreir a mis hijos cuando se acercan al Padre.
Si sonrío hijo mío, es porque esas almas han llegado hasta
Padre, porque se han decidido a seguir al Padre y llegar hasta el
final; pero otras pobres almas no han querido caminar con el
Padre, que han caminado con Satán y se han perdido hijos míos.
¡Qué triste es! Es muy triste que esto ocurra.
Pues Yo
siento el dolor y vosotros me oís hijos míos. Yo sé que después de
haberme oido os marcharéis y muchos de mis hijos olvidarán mi
palabra. Que mis hijos no se preocupen, que Yo no me
olvidaré de ellos. Pero Yo sé que muchos de mis
hijos se olvidarán de mi palabra, y sonreirán al mundo.
Tú, hijo mío, por fuera sonríes, pero Yo sé que por dentro
estás sufriendo porque me ves así hijo mío, y hay muchas veces que
lo demuestras en tu silencio..., y muchas veces en tu llanto. Porque tú no lloras hijo mío:
"Llora tu alma que es
quien lo siente. Pero tu alma es grande porque brilla con más
Luz. Hijos míos: La Luz que brilla en el alma del Guerrero de
Dios os iluminará el Camino; ¡seguidle!"
Padre Eterno:
Y llegaréis hasta Mí.
La Madre:
Y así será. Pero seguidle, aún estáis a
tiempo. Solo así digo hijo mío: "No se te
puede seguir caminando por el mundo, sino con la oración".
Que
las almas, hijo mío, te amen porque tú les amas; y enséñales,
porque ellos no han aprendido y tú eres su maestro para enseñarles
tantas cosas como has aprendido de tus Angeles. Angeles, hijo
mío, que Yo sé que jamás podrás olvidarles, porque ellos te
enseñaron la verdad, y te enseñaron a sufrir.
Pero tú sé fuerte como mi hijo en la
Cruz lo fué. ¿Ves hijo mío? Siempre que hablo de mi Hijo en la
Cruz, lloro, ¿verdad? Y así será siempre, pues aquéllo que ocurrió
jamás se podrá olvidar. Es una
herida que tengo en mi Corazón.
Que esa
herida no ha cicatrizado hijo mío. Pero tú hijo mío sé fuerte y no
te preocupes por esta gran herida y camina, pero a la vez que
caminas, hijo mío, no te olvides de mirar
mi Corazón. ¡Míralo hijo mío, y
verás cómo tú no te olvidarás de Mí!
Porque ellos sí se olvidan,
pero tú no hijo mío.
JOSE-LUIS: No me lo enseñes.
La Madre: Hijo
mío, ¡súfrelo...!, pero con amor, como Yo lo sufro. Yo, sufro los
errores de mis hijos con amor, no con odio, porque Yo quiero mucho
a mis hijos, y así será siempre hijo mío. ¡Mírame hijo mío!
JOSE-LUIS: Estás muy guapa.
La Madre: Hijo
mío..., pero sufro.
JOSE-LUIS: Esto no se me olvida. Sabes que jamás se me olvidará,
porque yo también te quiero, porque eres mi Madre, y cuando una
madre tiene una herida, el hijo no se olvida de esa herida que
tiene su madre.
La Madre: Has
aprendido muchas cosas hijo mío.
JOSE-LUIS: Porque Vosotros estáis conmigo. Si
no..., ¿qué sería yo ahora?
La Madre: Un elegido
como eres hijo mío, porque el Plan de Dios es elegir un alma con
más LUZ. Y así ha sido; pero llega la hora de marcharme.
JOSE-LUIS: ¡No te marches!
La Madre: Hijo
mío, Yo volveré muy pronto, pero muy pronto.
JOSE-LUIS:
¡Pues no te marches...!, nos quedamos sólos. Sin Tí...,
¿qué hacemos?
La
Madre: Rezar hijo mío, rezar para que Dios perdone
a las almas.
JOSE-LUIS: Me gustaría irme Contigo, pero debo de estar aquí,
porque mi sitio es éste. Éste es mi sitio y el tuyo. Y aquí vendré
a orarte y a invocarte para que vengas a mí, para que escuchen
ellos también tu PALABRA y sepan practicarla.
La Madre: Y
que vean tu Luz hijo mío.
JOSE-LUIS: Con tu ayuda la verán muy pronto.
La Madre: Si
así es la Voluntad del Señor.
Y Yo os doy mi bendición
especialmente. ¡Levantad los objetos hijos míos...! Y Yo los
bendigo como el Padre lo bendice.
Padre
Eterno: En mi Nombre.
El Maestro:
En el Mío.
La Madre: Y
con la Luz de mi amado Esposo el Espíritu Santo; ya están
bendecidos.
PUBLICO: Gracias Madre.
JOSE-LUIS: Bendice también sus almas, para que
sepan seguirte y no se olviden de Tí, porque Tú no te olvidas de
nosotros.
La Madre: Y
Yo bendigo vuestras almas especialmente para que sigáis el Camino
de la Verdad, como el Padre os bendice:
Padre
Eterno: En mi Nombre.
El Maestro:
En el Mío.
La Madre:
Y
con la Luz de mi amado Esposo, el Espíritu Santo..., ya estáis
bendecidos.
PUBLICO: Gracias Madre.
La Madre: Llegó
la hora de marcharme.
JOSE-LUIS: Que se haga tu voluntad.
La Madre: Pero
volveré muy pronto, no te olvides hijo mío: Aún queda uno de tus Angeles por hablar. (1) Pero hoy Yo anuncio hijo mío, que el próximo día TRES, que es
primer sábado de mes, daré ese mensaje que las almas esperan, y
descubriré la maldad que hay allí en "Prado Nuevo"(2), pero
aquéllo es cierto:
La
maldad la traen las pobres almas que allí están. No os olvidéis: aquéllos son apóstoles;
pero mis apóstoles de aquí no son como ellos. Estos de aquí saben
amar. Llegó la hora de
marcharme. Ahora sí hijo mío. No os
olvidéis que el día TRES volveré, como volveré mañana y muy pronto
hijo mío. Nada más.
JOSE-LUIS: Me dejas sólo.
La Madre: ¡Sí
hijo mío...!, pero no te dejo sólo.
JOSE-LUIS: ¡Ya lo sabía Yo.!
La Madre: Pues
hijo mío, también están tus Angeles, y ya
sabes que cada paso que des, mi Manto te cubrirá.
JOSE-LUIS:
Y yo quiero decirte: "Que
cada paso que dé, que sea para tomar el Cuerpo de tu divino Hijo,
y para acercarme más a Tí; y cada paso que dé, que sea para llevar
las almas hasta el Padre."
La Madre: Muy
bien hijo mío, lo que debías de aprender ya lo has
aprendido. Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Madre.
Padre
Eterno:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
El Maestro:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
El Hermano:
Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
El Hermano:
Que la Paz del Dios-Padre Celestial, el Creador, quede con todos
vosotros.
PUBLICO: Que así sea Hermano.
El Hermano:
Adiós Hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.__
(1)
- Los
cuatro Angeles que protegían al vidente daban mensajes relacionados
entre sí.
Esta vez fueron los días
29.7.1988-noche;
30.7.1988;
31.7.1988; y
7.8.1988.
(2) -
"Finca de Prado Nuevo", el
lugar de las apariciones de El Escorial. (Madrid.)
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«Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y con
mentira digan contra vosotros todo género de mal, por mi causa. Alegraos y
regocijaos, porque grande será vuestra
recompensa en los Cielos.»
s. Mt. 5, 11-12.
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”Aquéllos que me aman serán perseguidos por
los que me rechazan. Aquéllos que creen en Nosotros serán
perseguidos. ... Pero si todo eso se conlleva con amor, no es
motivo de tristeza, sino de alegría para aquél que sienta la Fé viva
en su corazón.”
Mensaje 25.7.1995.
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