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A
diferencia del fútbol actual, en el que los presupuestos
de los equipos se nutren básicamente de sus derechos
televisivos, anteriormente las taquillas eran la base económica
de los clubes, por lo que el Real Zaragoza C.D. comenzaba a
necesitar un NUEVO CAMPO con más aforo.
La
Primera División comenzaba a ser muy competitiva y los
equipos precisaban estadios grandes donde poder acomodar al
mucho público que se daba cita en los partidos. Así
que, en el año 41 el alcalde de Zaragoza, D. Francisco
Caballero Ibáñez, empezó a barajar la posibilidad
de construir un campo nuevo.
El
9 de febrero de 1951, el Dr. Abril, presidente del Real Zaragoza,
C.D. dio el siguiente paso en busca de la construcción
de un nuevo campo, aceptando la opción de compra del
estadio de Torrero, para, con el campo en posesión,
poder venderlo en busca del saneamiento económico del
club.
Durante
el verano de 1954, el presidente Cesáreo Alierta vende
el campo de Torrero, cancelando toda la deuda del Club. Pero,
a pesar de crear una cláusula por la que el Real Zaragoza,
C.D. podía seguir usando el estadio durante los siguientes
5 años, estaba claro que había que construir
un campo nuevo.
Desde
ese momento, el consistorio zaragozano, en la persona de su
alcalde Luis Gómez Laguna, comenzó a estudiar
dónde construir el nuevo campo. En un primer lugar
se pensó que el lugar idóneo era la zona de
Miraflores, pero el arquitecto D. José Descartín
planteó todas las dificultades técnicas del
lugar.
Se
llegó a la conclusión de que el emplazamiento
ideal estaba al lado de la Feria de Muestras, por lo que el
9 de febrero de 1956 se firmó en el Pleno del Ayuntamiento
la propuesta de construcción de lo que iba a ser el
Estadio Municipal de La Romareda y la adjudicación
de las obras al proyecto del arquitecto D. Francisco Riestra.
Durante
los 9 meses que duraron las obras, que se llevaron a cabo
bajo la dirección de D. José Beltrán,
se comenzó a buscar nombre para el nuevo campo. La
publicación Zaragoza Deportiva realizó una encuesta
entre sus lectores en busca del nombre preferido por los zaragozanos
y el elegido fue "Estadio de Miralbueno". A pesar
de todo ese clamor popular, Luis Gómez Laguna decidió
llamarlo "La Romareda", como el nombre de la partida
donde estaba enclavado el campo nuevo. Las protestas populares
arreciaron debido al género femenino del nombre, pero,
una vez que se vio el nuevo campo, la satisfacción
hizo olvidar las discrepancias que había suscitado
el nombre.
El
8 de septiembre de 1957 se inauguró el campo de La
Romareda, abandonando el equipo el viejo Torrero. El partido
inaugural fue Real Zaragoza C.D. - Club Atlético Osasuna
y acabó con el resultado de 4-3, favorable a los zaragozanos.
Los goles fueron marcados por Vila (primer gol en el Estadio
de La Romareda) Wilson, Murillo y otra vez Vila, para el Real
Zaragoza. Areta, Gabino y Glaría lo hicieron para el
C.A. Osasuna.
El
31 de agosto de 1977 se terminaron de construir los nuevos graderíos
cubiertos de Norte y Sur. En el año 1982, con motivo
de los Mundiales, se construyeron las cubiertas de general sentado.
Finalmente en 1994 el campo alcanzó su aspecto actual
tras la reforma que sirvió para que todas las localidades
sean de asiento.
El
estadio, que actualmente es de propiedad municipal, tiene
un aforo de 34.596 localidades y unas dimensiones en el terreno
de juego de 107 x 68 metros.
La
Selección en La Romareda
Finales de Copa en La Romareda
Mundial 82 en La Romareda
Olimpiada Barcelona 92 en La Romareda
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El
campo de Torrero marcó, sin duda, las limitaciones
deportivas del Real Zaragoza durante tres décadas.
Cuando el Zaragoza se comparaba con otros equipos de primera
división comprendía que su terreno de juego
solo era apto para deambular por segunda. Los 20.000 espectadores
no daban para convertirse en un club grande por muchas ampliaciones
que se hicieran.
El
terreno de juego se construyó con la ayuda de todos
los socios y directivos del Iberia logrando explanar el llamado
monte de los olivos, terreno que compraron a 10 centimos el
metro cuadrado. Hicieron los vestuarios y una pequeña
tribuna de madera. El campo de Torrero se inauguró
el 7 de Octubre de 1923 en un partido amistoso con el Osasuna
que venció 1-4 y durante 9 años se le llamó
la "Catedral gualdinegra". El alcalde de la ciudad
D. Juan Fabiani realizó el saque de honor.
En
1924 se colocó el cesped, novedoso en España
así como el graderío de cemento armado que circundaba
todo el campo. En la Preferencia, detrás de un amplio
pasillo, se levantaban cinco largas gradas, precedidas de
doce palcos. Cuando se fundó el actual Zaragoza en
Marzo de 1932, el aforo permitía albergar a 8.000 espectadores.
A partir de esta fecha sería el Real Zaragoza quien
durante 34 años ofreciera su fútbol sobre este
terreno.
La
Guerra Civil no ocasionó desperfectos como en otros
campos, aunque D. Luis Gayarre tuvo que retirar unas 200 granadas
de mano esparcidas por el cesped. En 1943 se amplió
en 4 metros la altura de la grada de General, lo que dejó
la capacidad en 15.020 plazas.
Torrero
también conoció la tragedia. El 11 de Septiembre
de 1949 una gran tromba de agua y viento antes del comienzo
del partido Zaragoza-Badalona, derribó un trozo de
la tapia de General ocasionando la muerte de un aficionado
y siete heridos.
A
finales de los años 40 ya habían surgido voces
que alertaban sobre los multiples inconvenientes que presentaba
Torrero, principalmente sus pésimas comunicaciones
y su modesto aforo. En agosto de 1950 comenzaron las obras
de la última remodelación: el gol de piscina,
una rotonda que lo enlazaba con la Preferencia, dos grandes
gradas en la General y unas tribunas metálicas sobre
el lado de la piscina contigua. El aforo aumentó hasta
las 20.000 plazas. Al mismo tiempo, el club conseguía
una opción de compra sobre las instalaciones, que no
se hizo efectiva hasta 1953 por 2.924.308.
El
Presidente D. Julian Abril había ideado un proyecto
mucho más ambicioso para albergar hasta 49.000 espectadores,
pero su sucesor D. Cesáreo Alierta desechó el
plan porque ya había acordado con las instituciones
la construcción del futuro campo de La Romareda. Antes,
en 1954, vendió Torrero a una constructora por casi
7 millones de pesetas, con la condición de poder utilizar
el campo hasta que pudieran estrenar La Romareda.
Si
el primer partido se disputó allá por el año
1923, el último se disputó el 28 de Abril de
1957, en la primera eliminatoria de Copa de España
frente a la Real Sociedad. El empate a cero no resultó
un digno cierre para el histórico campo de Torrero.
La
Selección en Torrero
Finales de Copa en Torrero
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