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INTRODUCCIÓN
La microencapsulación es una
técnica que se viene empleando con creciente interés en diversos campos de la
tecnología. La aplicación más ampliamente conocida se encuentra en los materiales
de escritura; en especial en los denominados papel carbón sin carbón. Estos se
obtienen impregnando el papel con microcápsulas que contienen el colorante o el
leucoderivado que se emplea, disuelto en un solvente oleoso. La coloración se
desarrolla al producirse la ruptura de las microcápsulas, por la presión de la
máquina de escribir o de un bolígrafo; liberándose el colorante o la leucobase
que reacciona con el material que es capaz de producir el color
correspondiente.
La aplicación de la microencapsulación alcanza campos muy variados. En la
agricultura se utiliza en algunos insecticidas, fungicidas y en los
fertilizantes de cesión lenta. En la industria alimentaria las microcápsulas se
emplean para mantener la calidad de sustancias grasas, aceites, saborizantes y
aromatizantes. Estas liberan el material que contienen durante la preparación
de las comidas o la ingestión. En cosmética y perfumería, es también frecuente
su uso, como por ejemplo en la aplicación de sustancias odoríferas sobre superficies
que entregan el perfume una vez que se frotan suavemente.
La microencapsulación consiste en la aplicación de una cubierta delgada sobre
pequeñas partículas de sólido, gotitas de líquido o de dispersiones, con el
objeto de proteger algunos materiales, separarlos o facilitar su almacenamiento
y manipulación. También puede tener por finalidad provocar la cesión de la
sustancia recubierta en condiciones particulares o en forma diferida o
prolongada. Estas condiciones necesarias para la cesión, pueden ser la humedad,
el pH, la fuerza física o la combinación de ellas.
Las partículas que se recubren en la microencapsulación tienen un tamaño que
varía entre unos pocos y alrededor de 200 micrones; sin embargo, algunos
autores extienden el tamaño hasta partículas del orden de los 5 000 micrones.
La microencapsulación se emplea con el objeto de alterar algunas propiedades
físicas de líquidos o sólidos con el objeto de protegerlos o hacerlos más
manejables. Con esta técnica, se pueden convertir sustancias líquidas en
productos sólidos; se proporciona cubierta protectora a sustancias alterables;
es posible controlar la cesión como asimismo modificar algunas propiedades
coloidales y superficiales de las sustancias que se recubren. Permite además,
mezclar y almacenar en forma conjunta, sustancias que reaccionan o que son
incompatibles entre sí. También se emplea para enmascarar el mal sabor, o mal
olor o para reducir las características volátiles de algunas sustancias.
Las aplicaciones en tecnología farmacéutica de la microencapsulación pueden
puntualizarse en las siguientes:
- Fabricación de microgránulos de acción sostenida.
- Evitar la evaporación de sustancias volátiles (aceites esenciales).
- Proteger de la luz y humedad sustancias sensibles a ellas tales como vitaminas
A, K, C, etc.
- Preparar en un mismo sistema sustancias incompatibles entre sí, por ejemplo,
comprimir en tabletas simples, sustancias sólidas que interaccionan.
- Enmascarar el mal olor y mal sabor de algunos medicamentos facilitando su
inclusión en formas farmacéuticas, tales como comprimidos o suspensiones.
Siendo la microencapsulación una técnica relativamente nueva, su aplicación en
el campo de los medicamentos presenta innumerables posibilidades para el futuro
y en este sentido se encuentra en plena expansión.
La microencapsulación comprende un conjunto bastante heterogéneo de procedimientos y emplea técnicas y materiales muy diversos. En esta sección, se analizarán en forma breve; algunas características de los componentes y se efectuarán algunas consideraciones sobre los procesos de microencapsulación y las propiedades de los productos.
El material del núcleo está
constituido por partículas sólidas o por pequeñas gotas de líquido. En muchas
ocasiones se requiere un tratamiento previo del material. En el caso de los
productos sólidos puede ser necesario seleccionar el tamaño de las partículas o
efectuar transformaciones en su forma, como por ejemplo darles forma de esfera.
Se puede requerir el empleo de coadyuvantes, tales como estabilizadores,
antioxidantes, antisépticos, diluyentes u otras sustancias con el propósito de
modificar la cesión. En el caso de los líquidos en algunas ocasiones se
efectúan operaciones de dispersión o emulsificación.
El tratamiento previo al cual debe someterse el núcleo, como asimismo la
técnica a emplear en este tratamiento, son de mucha importancia, ya que pueden
influir poderosamente en el comportamiento del producto en el preparado final.
En la selección de los
materiales que se van a utilizar para el recubrimiento es importante considerar
las características del producto final. Por ejemplo, si se trata de proteger el
núcleo de la acción del vapor de agua o que la cubierta resista la acción extractiva
del agua, ésta deberá ser de naturaleza hidrofóbica para que provea una
adecuada barrera protectora.
La película de recubrimiento tiende a seguir el contorno y la forma exterior
del núcleo; por esta razón, debe adherirse firmemente a él. También son
propiedades importantes de la cubierta la flexibilidad, la fuerza o
resistencia, la permeabilidad y la facilidad de aplicación.
Junto con el material formador de la película, suelen emplearse algunas otras
sustancias, tales como colorantes, plastificantes, etc.
La película de recubrimiento suele ser muy delgada ya que las partículas que se
recubren son, generalmente, de pequeño tamaño. Su continuidad es un factor de
mucha importancia y aun las más pequeñas alteraciones pueden hacer variar las
características de cesión del material incluido en el núcleo.
En muchas ocasiones, una vez obtenidas las microcápsulas por cualquier procedimiento, es necesario someterlas a un tratamiento posterior, en orden. a lograr las cualidades requeridas por el producto. En esta etapa, generalmente se logra una mayor dureza de la película y consiste en someter el producto a tratamientos químicos o físicos. Por ejemplo, microscápsulas en las que se utiliza gelatina como material de recubrimiento, se suelen tratar con solución de formaldehído en condiciones de pH y temperatura apropiadas con el objeto de conseguir el endurecimiento e la cubierta. En otras ocasiones, el uso de algunos líquidos apropiados provocan una deshidratación y la consolidación del recubrimiento. Cuando la cubierta está formada por un polímero, ésta puede endurecerse tratándola con un líquido en el que la película no se disuelva. En algunas ocasiones es necesario someter las microcápsulas a un tratamiento térmico para estabilizar y dar las características adecuadas a la película. También puede ser necesario adicionar a la cubierta algunas sustancias que actúan como antiadherentes, evitando que las partículas se junten y permitiendo el libre flujo del polvo.
Para que el material del núcleo
sea cedido, es necesario que la microcápsula se someta a algunas condiciones
particulares que promuevan la liberación. Estas condiciones para la cesión
pueden hacerse dependientes de humedad, del pH, de la presión o la fuerza que
se ejerza sobre ellas o por una combinación de estos factores. Por su parte, el
mecanismo para la cesión puede depender de la extracción del principio activo
desde el interior de la microcápsula por el medio líquido circundante, por la
erosión de la cubierta, ruptura de ella, presión, fusión o disolución del
material de recubrimiento, dependiendo del producto de que se trate y de la
aplicación a que se destine.
En algunas ocasiones, el material del núcleo, una vez cedido por la
microcápsula, reacciona con alguna otra sustancia química que se encuentra en
el medio donde se libera, para producir el efecto que se desea. Es frecuente
encontrar este tipo de situación, en algunos productos de tipo industrial, como
por ejemplo, en microcápsulas que contienen colorante en forma de leucoderivado
que reacciona con alguna otra sustancia obteniéndose el producto coloreado. La
posibilidad de producir esta reacción, in situ, permite utilizar una menor
cantidad de material microencapsulado, lo que es importante, porque la
microencapsulación, por lo general es un proceso tecnológicamente complicado y
en relación, el costo es elevado.
II. TECNICAS DE MICROENCAPSULACIÓN
Se ha descrito una cantidad muy
grande de procedimientos que se basan en principios muy diversos, que van desde
los más o menos tradicionales, que se efectúan por recubrimientos mecánicos,
hasta métodos fisicoquímicos bastante complicados y que dependen de factores
muy precisos. La selección del método no siempre es una tarea fácil y es
importante considerar diversos factores, como por ejemplo si el núcleo es
sólido o líquido, sus características de solubilidad, las propiedades del
núcleo en relación con las sustancias que se van a utilizar como materiales de
recubrimiento y las eventuales interacciones que puedan producirse entre ellos.
También es necesario tomar en cuenta el tamaño de la microcápsula, la manera
como se une la película al núcleo, la forma de cesión del principio activo, las
características de producción y la economía del proceso.
A continuación se describirán algunos de los procedimientos que más comúnmente
se utilizan en tecnología farmacéutica y algunos otros que, aun cuando no se
han empleado en este campo, representan posibilidades futuras de utilización.
El recubrimiento en paila es una
de las técnicas más antiguas empleadas en la industria farmacéutica para la
fabricación de comprimidos cubiertos. En la microencapsulación se utiliza un
procedimiento en todo similar a la cobertura, con la sola diferencia que el
material a recubrir se encuentra en forma de pequeñas partículas de tamaño
aproximadamente entre 100 y 600 micrones.
Este procedimiento se ha empleado principalmente para preparar microgránulos de
acción sostenida y también para proteger algunas sustancias alterables ya sea
por la humedad o la luz.
Para la preparación del núcleo pueden seguirse dos caminos. El primero consiste
en usar como base, partículas inertes, como por ejemplo, gránulos de azúcar,
depositando sobre ellos, en capas sucesivas el medicamento en solución. El otro
método consiste en producir un granulado que contenga el medicamento. El
granulado se prepara con excipientes de uso corriente en tecnología
farmacéutica, como por ejemplo lactosa, almidón u otras sustancias.
Obtenidos los núcleos de tamaño apropiado, se recubren aplicando capas de
solución del material de recubrimiento o bien, adicionándolo en forma de
atomización, mientras los núcleos giran en el interior de la paila. Al igual
que en el proceso de cobertura, las
capas de recubrimiento se alternan con la aplicación de aire frío o caliente
con el objeto de evaporar el solvente. De esta manera, sobre los núcleos se
deposita el material de recubrimiento en forma de fina película.
Las sustancias que se usan para formar la cubierta pueden ser de muy variada
naturaleza; cuando se trata de preparar microcápsulas que van a servir para la
formulación de preparados de acción sostenida, se suelen utilizar sustancias
grasas o polímeros disueltos en solventes orgánicos. Por ejemplo, una mezcla de
cera con monoestearato de gricerilo en solución de cloroformo o tetracloruro de
carbono. En los preparados de acción sostenida, se emplean mezclas de gránulos
con diferentes grados de recubrimiento, con el objeto de producir una cesión
del medicamento en forma gradual durante un periodo de tiempo determinado.
Consiste, en líneas generales,
en atomizar el material que se encuentra en estado líquido -ya sea como
solución o como dispersión- en forma de finas gotas sobre una corriente de gas
calentado. Cuando las pequeñas gotas del liquido toman contacto con el gas a
mayor temperatura, se produce una rápida evaporación del solvente, formándose
una fina película del material de recubrimiento que se encuentra disuelto en
él.
Un equipo de desecación por atomización se compone, esencialmente, de un
sistema de alimentación del líquido, un dispositivo de atomización -que por lo
general consiste en un disco que gira a alta velocidad-, una cámara de
atomización y un sistema colector del producto seco.
Para efectuar la microencapsulación, el material de recubrimiento se disuelve
en un solvente apropiado y en esta solución se dispersa la sustancia, sólida o
líquida, que va a servir como núcleo. Esta debe ser insoluble en el liquido
utilizado como solvente del material de recubrimiento. La dispersión, al estado
líquido, preparada en estas condiciones, se introduce en la cámara de
atomiz-ción en contracorriente de aire. El aire caliente proporciona el calor
de evaporación requerido para la remoción del solvente, produciéndose en esta
forma la microencapsulación.
Las partículas sólidas se microencapsulan sometiendo a desecación por
atomización una suspensión de ellas en una solución del agente de
recubrimiento. Cuando el solvente se evapora, el material de recubrimiento
envuelve las partículas.
Este procedimiento puede emplearse para enmascarar el olor o sabor desagradable
de medicamentos, para mejorar la estabilidad, para recubrimiento entérico o
entrega gradual del medicamento en preparados de acción sostenida.
Los líquidos oleosos pueden microencapsularse efectuando primero una
emulsificación de ellos en una solución acuosa del agente de recubrimiento y
sometiéndolos, posteriormente, al proceso de secado por atomización. En este
caso, al producirse la evaporación del agua, las gotitas de aceite son
microencapsuladas por el material formador de la película. Con este
procedimiento, pueden prepararse los denominados aceites sólidos, que
contienen, generalmente, sustancias aromatizantes que se utilizan en preparados
farmacéuticos, o perfumes que se emplean en la industria cosmética.
El producto que se obtiene por este procedimiento está constituido por
microcápsulas de forma aproximadamente esférica y de un tamaño que varía entre
5 y 600 micrones y que, casi siempre, presenta una cubierta porosa. Por esta
razón, cuando se procesan materiales por este método es necesario emplear una
baja proporción del ingrediente que va a constituir el núcleo ya que, para
asegurar una adecuada protección, es necesario que la cubierta ocupe un
porcentaje importante de la microcápsula total. En el caso de la
microencapsulación de aceites volátiles, se recomienda que el núcleo no
represente más del 20% del total de la microcápsula.
Este método es muy similar a la
desecación por atomización. El núcleo se dispersa en un medio líquido y se
somete posteriormente a atomización. La diferencia reside en que, en este procedimiento,
se usa la sustancia de recubrimiento fundida y al ser sometida a atomización se
produce un enfriamiento que provoca su congelamiento y se solidifica
produciéndose, de esta manera, la microencapsulación de la sustancia que se
encuentra dispersa.
El congelamiento por atomización fue introducido en tecnología farmacéutica por
Robinson y Swintosky, quienes lo emplearon para preparar microgránulos de
sulfaetidol recubiertos con el objeto de utilizarlos en un preparado líquido de
acción sostenida. La microencapsulación la efectuaron suspendiendo la sulfa en
polvo, en proporción 40% p/p en aceite de ricino hidrogenado, fundido,
mantenido a 110º C - La suspensión se sometió después a proceso utilizando un
equipo de atomización de anillo, obteniendo un polvo de aproximadamente 35
micrones de diámetro promedio. Por su parte, el tamaño promedio de las
partículas de partida fue de cerca de 4 micrones. Las microcápsulas fueron más
tarde suspendidas en un medio acuoso para fabricar el preparado líquido de acción
sostenida.
El congelamiento por atomización se ha utilizado para microencapsular algunas
vitaminas hidrosolubles, sales de hierro y otros medicamentos con el objeto de
enmascarar el mal sabor de estas sustancias, como asimismo para producir
microcápsulas de vitamina A y otras sustancias oleosas líquidas
transformándolas en sólidos en forma de polvos que fluyen libremente. También
se ha descrito el empleo de esta técnica para recubrir partículas de ácido
cítrico, bicarbonato de sodio y otras sustancias de interés farmacéutico con el
propósito de modificar algunas características en relación con la sensibilidad
a la humedad, la velocidad de disolución o la compatibilidad con otros
componentes de una formulación.
La microencapsulación por este procedimiento se realiza, en general,
suspendiendo el núcleo o ingrediente activo en el material de recubrimiento
fundido. El líquido caliente se atomiza dentro de una cámara fría empleando un
equipo de desecación por atomización, que se opera inyectando en contracorriente
aire frío. La velocidad y temperatura de la corriente de aire se ajustan
convenientemente con el fin de obtener un congelamiento rápido del liquido
atomizado en pequeñas gotas. El material se recolecta en el fondo del aparato
en forma de polvo y consiste en partículas más o menos esféricas, cada una de
las cuales contiene el ingrediente activo suspendido en una matriz del agente
de recubrimiento.
Como material de recubrimiento se suelen utilizar sustancias que son sólidas a
la temperatura ambiente y que funden sin descomponerse. Entre otras, pueden
citarse ceras, ácidos grasos, polímeros, azúcares, etc.
La solubilidad, hidrofobicidad, permeabilidad y otras propiedades del material
utilizado como agente de recubrimiento, tienen influencia preponderante en las
características del producto final. De la misma manera, tienen gran importancia
algunas variables del proceso, tales como la velocidad de alimentación del
atomizador, viscosidad del líquido que se atomiza y velocidad del disco que
produce la atomización.
Becker y colaboradores han efectuado amplios estudios del procedimiento de
congelamiento por atomización para producir microgránulos de acción sostenida,
como asimismo de los diferentes factores que influyen en la cesión del
principio medicamentoso desde el interior de las microcápsulas.
En este procedimiento la
microencapsulación se produce al suspender las pequeñas partículas que forman
el núcleo en un lecho de aire, u otro gas, al mismo tiempo que se dispersa
sobre ellas, en forma de fina lluvia, una solución del material de
recubrimiento. La película se forma por evaporación del solvente el cual a su
vez, lo remueve el aire o el gas que abandona el sistema.
Este procedimiento - lo desarrolló inicialmente Würster. El aparato en que se
lleva a cabo, se denomina cámara de Würster y consiste en una columna vertical,
estrecha en la parte inferior y más ancha en la superior. La microencapsulación
se realiza introduciendo una corriente de aire desde el fondo; la velocidad del
aire en la parte más estrecha de la columna es considerable, de tal manera, que
las partículas que van entrando en esta zona, son de inmediato levantadas hacia
la parte superior. En la parte más ancha de la columna, la velocidad del aire
disminuye notablemente haciendo que el aire no sea capaz de sostener las
partículas en suspensión, provocando la caída de éstas hacia la zona central o
región de trabajo. La velocidad de la corriente de aire en la zona de trabajo
puede ser regulada mediante toberas colocadas a una cierta altura.
La cámara
donde se desarrolla el proceso puede construirse de metal, acero inoxidable,
vidrio o plástico. En su parte inferior, se encuentra una malla o tamiz
inclinado, que recibe la alimentación del material a recubrir en la parte
superior encontrándose el dispositivo de salida en la parte inferior de este
plano inclinado. Por debajo de la malla se encuentra un sistema que inyecta
aire a una determinada presión. También en la parte inferior, se encuentran
algunos dispositivos de calefacción, que permiten dar al aire la temperatura
deseada. El material de recubrimiento se inyecta en forma de fina atomización
en el interior de la cámara y en una posición inmediatamente debajo de la
región de trabajo de la columna. Sin embargo, su ubicación puede ser variada
de acuerdo a las necesidades de trabajo. |
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El grosor de las cubiertas de
los microgránulos y las características del producto final, dependen en forma
importante del tamaño de las partículas de partida, concentración de la
solución de recubrimiento, naturaleza del solvente utilizado para disolver el
material que forma la película, velocidad de atomización y velocidad y
temperatura del aire que se aplica durante el proceso.
La microencapsulación por recubrimiento en lecho fluido se aplica ampliamente
en tecnología farmacéutica para producir microgránulos de acción sostenida,
para mejorar las características de flujo de las partículas y para el recubrimiento
de numerosas sustancias en tecnología de alimentos y otras industrias
relacionadas.
La
coacervación es un procedimiento de recubrimiento relativamente nuevo. Es uno
de los métodos de microencapsulación que con más amplitud se ha estudiado
dentro del campo de la tecnología farmacéutica. En algunas ocasiones, la
modificación de algunas características en un sistema coloidal, tales como
cambio en el pH o la adición de una sal, puede producir una disminución de la
solubilidad de la macromolécula, provocando su separación en una nueva fase.
De manera que pueden distinguirse, en este sistema, dos zonas, una rica en
sustancia coloidal y la otra que contiene una baja proporción de la
macromolécula. En la fase rica en coloide, la macromolécula puede quedar
constituyendo una fase en forma de pequeñas gotas al estado liquido. Este
fenómeno se denomina coacervación y las pequeñas gotas forman el estrato
líquido llamado coacervato. Cuando se forma el coacervato y en condiciones favorables,
éste puede producir la microencapsulación de pequeñas partículas sólidas o
gotas de líquido inmiscibles que se encuentren en la interfase. |
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La coacervación compleja se obtiene cuando reaccionan dos sustancias de tipo coloidal produciendo un complejo que tiene una solubilidad menor que la de los coloides en forma separada. Un ejemplo característico, es el que se produce cuando reacciona la goma arábiga con la gelatina en condiciones apropiadas. |
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La goma
arábiga posee carga negativa y si se encuentra en un medio con la gelatina
cargada en forma positiva, se produce una interacción entre ambas,
provocándose la separación de fases y formación de un coacervato. En este
caso, la coacervación compleja es muy dependiente de pH, puesto que para que
la interacción se produzca en buenas condiciones, es necesario que la
gelatina se encuentre cargada fuertemente positiva, y esto ocurre cuando la
solución está a un pH por debajo de su punto isoeléctrico. |
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Esto ocurre si el polímero es
capaz de adsorberse en la interfase formada entre el núcleo y la fase líquida
del sistema.
La separación de las fases y formación de coacervatos se puede efectuar
provocando algunos cambios en el sistema coloidal. Estos pueden referirse ya
sea a reducción de la solubilidad del coloide en el liquido que actúa como fase
continua, o bien a la introducción de algunas sustancias capaces de reaccionar
con el polímero.
La separación de fases puede lograrse también aprovechando la diferente
solubilidad que presenta, en un solvente determinado, la sustancia coloidal que
se utiliza como agente de recubrimiento. Esta situación puede ejemplificarse
con la microencapsulación del n-acetil-p-aminofenol con etilcelulosa. La
etilcelulosa se disuelve en ciclohexano a temperaturas relativamente elevadas,
pero es insoluble a temperatura ambiente. Para producir la microencapsulación,
se dispersa la etilcelulosa, por ejemplo al 2% en ciclohexano y se calienta
hasta disolución completa. En esta solución se dispersa el
n-acetil-p-aminofenol, finamente dividido, luego se enfría el sistema bajo
agitación continua. Al disminuir la solubilidad de la etilcelulosa en el
solvente, se produce la coacervación y el polímero se deposita sobre las
partículas
de la droga recubriéndolas con una fina película. El sistema se enfría
posteriormente a temperatura ambiente produciéndose la gelación de la
microcápsula y la solidificación de la cubierta. Las microcápsulas se separan y
se someten después a los procesos de endurecimiento y de desecación que son
comunes para este tipo de procedimiento.
La separación de fases con formación de coacervatos puede conseguirse también,
adicionando al sistema que contiene el material de recubrimiento disuelto, un
solvente en el cual, la sustancia formadora de pelicula sea insoluble o una sal
que provoque la precipitación.
A continuación se ejemplifican los procedimientos de microencapsulación por
coacervación simple y compleja describiendo las técnicas con un poco más de
detalle.
El desarrollo de la microencapsulación por coacervación puede resumirse en cuatro etapas esenciales.
a) Preparación de un sistema en el que un vehículo liquido
contiene el material de recubrimiento -una sustancia de tipo coloidal- como
fase continua y el material que va a encapsularse (núcleo), se encuentra como
fase dispersa.
b) Modificación de las características de dispersión del coloide para producir
la separación de fases.
c) Depósito del líquido coloidal en forma de una membrana continua sobre el
material que constituye el núcleo.
d) Endurecimiento de la cubierta depositada sobre el material microencapsulado.
Estas procedimientos se basan en
la formación de un polímero, en la interfase, por la reacción de dos solutos
que se encuentran en dos fases líquidas. Esta técnica se ha usado para recubrir
núcleos hidrofiicos e hidrofóbicos. Un proceso de microencapsulación de este
tipo ha sido utilizado para microencapsular hemolisados de eritrocitos y
diversas otras sustancias de interés bioquímico. Han descrito el procedimiento
en detalle Chang y cols. y se basa en la formación de un polimero constituido
por poliamida (NylonMR), que se produce al hacer reaccionar una diamina
alifática en solución acuosa, con un cloruro de ácido dicarboxiico disuelto en
un solvente orgánico. La reacción de polimerización se produce a la temperatura
ambiente. El polímero de poliamida puede formarse haciendo reaccionar una
solución en solvente orgánico de cloruro de sebacilo y la hexanodiamina
disuelta en agua. El cloruro de ácido es prácticamente insoluble en agua, pero
la diamina tiene un coeficiente de partición apreciable hacia la fase orgánica
promoviendose una migración de la diamina hacia ella y por esta razón se
produce la formación de la poliamida y la polimerización en la interfase.
La polimerización se lleva a cabo casi enteramente en la interfase debido a que
la reacción es muy rápida y su velocidad superior a la de migración de las
moléculas de hexanodiamina desde la fase acuosa hacia la fase orgánica.
El procedimiento descrito por Chang consiste en emulsionar la sustancia que se
va a recubrir y la hexanodiamina, disueltos en agua, con ayuda de Span 85 al
1%, en un solvente orgánico constituido por cloroformo y ciclohexano en
proporción 1 a 4. Una vez producida la emulsión de las características
apropiadas, se adiciona, agitando, una solución de cloruro de sebacio en el
mismo solvente orgánico. Al producirse la polimerización, la membrana se
deposita sobre los glóbulos de la emulsión recubriéndolas.
La remoción de las microcápsulas del sistema se efectúa adicionando una
cantidad mayor del solvente orgánico y sometiendo el producto a centrifugación.
Retirado el solvente, las microcápsulas se dispersan en una solución de laurato
de sorbitán polioxietilénico, con el objeto de separarlas completamente del
solvente orgánico; se centrifugan otra vez y resuspenden, ahora en una solución
de cloruro de sodio al 0.9%. Por último, se someten a lavados sucesivos con el
objeto de eliminar por completo el tensoactivo.
Este método se ha aplicado para la microencapsulación de precursores de
colorantes, aceites, proteínas y enzimas.
Este procedimiento aprovecha la fuerza centrífuga que proyecta el núcleo contra una película del material que forma la cubierta de la microcápsula. Al chocar las partículas del núcleo contra la película, ésta las envuelve produciendo la microencapsulación.
El procedimiento de microencapsulación se lleva a cabo en un aparato que consiste, esencialmente, en un cilindro rotante que tiene dispuestos orificios en su parte externa. La figura de la derecha representa un esquema del aparato utilizado en la microencapsulación por este procedimiento. El material del núcleo se introduce en el sistema, como lo indica la figura, mediante tolvas de alimentación por medio de un dispositivo que lo conduce hasta el centro del disco. Al girar éste, la fuerza centrífuga proyecta el material del núcleo a la periferia, impulsándolo hacia los orificios que están dispuestos en la parte externa del cilindro. Por su parte, el material de recubrimiento se introduce por dispositivos que lo hacen circular en la periferia del cilindro justo en la salida de los orificios que éste posee. Al chocar las partículas en contra de la película de recubrimiento se produce un englobamiento del núcleo y cuando las fuerzas centrífugas de la masa del núcleo y del material de recubrimiento sobrepasan la fuerza de cohesión de la película, se forman pequeñas cápsulas que se proyectan hacia afuera. |
Esquema del equipo de cilindro rotatorio con orificios de recubrimiento
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La membrana del material de
recubrimiento se regenera inmediatamente y queda de nuevo en condiciones de producirse
a continuación la formación de otra cápsula. .De esta manera el proceso se
desarrolla en forma continua.
El tamaño de las cápsulas formadas depende de la velocidad de rotación del
cilindro, siendo inversamente proporcional a la fuerza centrífuga
Una vez que las cápsulas se han formado, es necesario someterías a un
procedimiento de consolidación o endurecimiento por los métodos usuales, es
decir, puede incluir reacciones químicas, evaporación de solvente o
enfriamiento.
Las características de las microcápsulas pueden variarse por modificación de la
velocidad de rotación del cilindro, de la velocidad del flujo del núcleo y del
material de recubrimiento. También tienen influencia, la concentración y
viscosidad del material de recubrimiento y la viscosidad y tensión superficial
del material del núcleo.
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