Lucy ejerce la poesía, la lleva por dentro, la resuma. Sus poemas, de ritmo abrazador, tienen destellos, que parecen guiños: una risa que se asoma en el medio de la tristeza, o una nota de nostalgia en el medio de la canción de ritmo alegre. Veamos ...
Las Hormiguitas | Bolero Triste | Yo sí creo |
Las Hormiguitas Unas hormiguitas me saltaban del cuerpo y una vez en el piso jugaban a la ronda cantando junto a mi. Al terminar, saltaban otra vez hasta mis pies y se me colaban adentro. De allí subía cada una por su cuenta entre rodillas, muslos, entrepierna y caderas. Hacían una rueda escandalosa en mi estómago, despertando y haciendo bailar a las mariposas. Se me trepaban por la espalda, y subían por la nuca hasta llegar a mis ojos y guindaban de mis pobres párpados cansados.
Una de ellas siempre alcanzaba a metérseme por entre el corazón y lo enojaba tanto que me provocaba una taquicardia, que me daba un mareo, que los ojos los llevaba siempre por la mitad del rostro. Las manos me sudaban y me sentía nerviosa. La otra hormiguita que se me trepaba al alma me la mordía tan fuerte que hasta me hacía llorar.
De todo esto, lo que más me molestaba no era el paseo festivo de las hormiguitas, sino que, por más que yo explicaba que eran hormigas, todos creyeron que estaba enamorada.
BOLERO TRISTE 4. TUS MANOS
De tus manos
van a salir un día
pequeñas espinas,
para que no tengas
que seguirme hiriendo
con palabras.
Tus manos van a crecer mucho,
hasta convertirse en murallas
muy altas...
quizás así no pueda verte
y deje de quererte.
Tus manos van a ser palos,
van a ser garrotes o toletes:
y van a asustarme
-cinco en cada mano-
y van a quitarme las ganas
de acercarme a tí
para robarte un beso.
Yo sí creo que hay gente
que se muere de amor,
que se muere de amor,
que se muere de amor ...
Yo sí creo que hay gente gente.
Hay gente que se muere,
que se muere,
que las ganas de vivir
se les van acabando,
gastando,
que se van cansando,
agotando...
Yo si creo que un bun día llega
en que se les olvida amar en porciones pequeñas.
Se desbordan sin miedo,
sin recato, sin temor.
y se van apagando, apagando, apagando
hasta haber extinguido todo resto de amor.
Luego,
toca llegar con el alma desecha
a recoger la hecatombe
que dejó el dolor.
Yo si creo que hay gente
que se muere de amor,
porque hoy,
aquí,
si no tuviera que pensar en tí
también me haría pedazos.
Fondo:Idolos en el parque de Paul Klee, tomado de la Internet.