Carlos Madrigal
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ABRIL

I
Ese amor que duró una canción

Floreciste entre mis cuerdas
creciste en los versos de otros
mi voz te abona
y tierna despiertas

con el sol te vas
en alas de un mar ajeno
lejano y frío
donde vive un solo dios
con su tropa de vientos y sigilo

debo traerte a mi suave violencia
al recodo de esperanza
que verde cobijo
 

MAYO

I
Si no me conociera...
pero cuando te veo así
cuando rehuyo tus ojos
se alertan los sentidos
y empiezo a ir más allá

Estas palabras
memoria de un oficio olvidado
no dejan duda
no puedo fingir

La espera de tus días para verte
la ansiedad cuando llego y no estás
la bronca de otras cosas cuando llegas
el desequilibrio en tu presencia

mi maldición
la ausencia del fin de semana
el filo hiriente
de que dejarás en ayuno mi ánimo

mis manos
que no saben de ti más que en sueños
quedarán sin eso
con tu huida de la memoria
II
pienso en ir construyéndonos
por un día o por siglos
ser amantes en el espacio confabulado

pienso en despertar en tu tibieza
amanecer en la claridad de tu rostro
cuidar nuestro rincón de besos

veo mi risa en tus dedos
tu vientre creciendo en mi anhelo
mi deseo hibernando en tu cabello

la luna me cobija al amparo de la lluvia
y una luz pequeñita de urgencia ilumina el lecho dispuesto

te pienso en casa
la que llenamos de nosotros sin prisa
jugando
como con las maderitas de niño