INTRODUCCION

Esta zona se localiza desde el sur de Tamaulipas hasta la frontera entre los estados de Veracruz y Tabasco.

Hace aproximadamente 3 500 años, en esos pantanos y bosques tropicales que ahora forman parte del estado de Tabasco, surgieron las civilizaciones madres del México prehispánico. Si bien los orígenes del pueblo olmeca se remontan a la oscuridad del pasado, las huellas arqueológicas indican que su creatividad espiritual y estética influyó en las culturas mesoamericanas durante 3 000 años.

En esta región, florecen tres grandes corrientes plásticas, que inciden de manera importante en los estilos y planos arquitectónicos de las antiguas ciudades prehispánicas. Quizás las dos más conocidas sean la de Tajín y la de la Venta. La primera, maravilloso ejemplo de la cultura Olmeca, que produjeron esculturas monumentales en piedra volcánica de cabezas humanas, en contraste con delicadas tallas de figurillas y máscaras en jade.

Tajín, es con mucho, el asentamiento más importante de la región, en donde resaltan, sus nichos y grecas tallados y esculpidos en piedra, donde muestran la hábil integración de los diseños y motivos con un complejo decorado, donde domina el entrelace de bandas ondulantes. Resaltán las figuras humanas de arcilla tamaño natural; maquillándolas con betún negro, especialmente en esta región como en ninguna otra. La glorificación al culto del juego de la pelota, les llevó a inventar los yugos, las palmas y las hachas.

La tercera corriente es la huasteca, delimitada entre los estados de San Luis Potosí y Veracruz, en donde podemos comtemplar, un bellísimo código artístico, que se proyectó en la talla de rocas areniscas, donde las imágenes de hombres y mujeres relatan cultos a la desnudez y la sexualidad. Sus cerámicas y figurillas, modeladas en pasta de color cremoso, insisten en exaltar la belleza del cuerpo humano, especialmente las exuberantes formas femeninas. Recordándonos un poco quizás, a cuando en Europa, la cultura y arte griego, estaba en su esplendor.

EL JUEGO DE PELOTA

Gracias a los estudios realizados en esta región, sabemos que se practicó el Juego de Pelota, por lo menos desde el año 1000 A.C. Hasta ahora, se tienen registrados en la Región Olmeca, 3 canchas de juego de pelota, pertenecientes al período preclásico (1000 A.C. - 200 D.C.); dos en San Lorenzo y uno en la Venta. Hacia el centro del estado de Veracruz, se tienen registrados 26 canchas, correspondientes al período Clásico (200 D.C. - 900 D.C.); destacándose Vega de la Peña (Malpasito) y el Tajín. En tanto que en la región huasteca, sólo e tienen registrados 6 juegos de Pelota, siendo los más importantes los de Cerro Cabadilla, La Noria y Tambolón.

Parece ser, que a diferencia del resto de mesoamérica, en esta región, no tuvo el Juego de Pelota, la connotación religiosa que se le atribuía en otras partes. La mayoría de las canchas de juego, se construyeron en el período Posclásico (900-1521 D.C.), período durante el cual, existío una intensa influencia mexica, desde el Altiplano central.

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