LÍMITES CRONOLÓGICOS
A pesar de hablarse de música del siglo XX, debe considerarse que su inicio «oficial» suele fecharse con la aparición del dodecafonismo, ya bien entrado el siglo y terminada la Primera Guerra Mundial, cuando se da la manifestación de toda una serie de experimentos formales que dan lugar a numerosos estilos y corrientes.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Con la fonografía, la radio, el desarrollo de las comunicaciones, etc., los aficionados comienzan a verse en disposición de juzgar las novedades musicales más rápidamente que nunca. Uno de los resultados de esto es que se valora más que nunca la originalidad, un rasgo ya propio del romanticismo. Los propios compositores están más al tanto de lo que hace el resto, y por tanto, en busca de esa originalidad, la diversidad y el cambio serán los rasgos distintivos del siglo.
LOS ESTILOS FUNDAMENTALES
La mayoría de los estilos se fundamentan en ciertas características armónicas:
El cromatismo sigue siendo fundamental en la armonía de este siglo. Como consecuencia extrema del cromatismo se llega al atonalismo, es decir, la total ausencia de tonalidad central. El austriaco Arnold Schönberg ideó el sistema dodecafónico, en el que los doce sonidos de la escala tonal se colocan en serie según un orden escogido por el compositor, pudiendo sólo utilizar esa serie o unas determinadas variaciones de la misma. Al principio fueron sus alumnos Alban Berg y Anton von Webern los únicos que adoptaron su técnica. Sin embargo, después de treinta o cuarenta años desde su aparición, la mayoría de los compositores del siglo XX utilizaron este sistema.
Basado en el sistema dodecafónico, el serialismo establece un orden para la sucesión de las diferentes figuras y para los niveles de intensidad sonora, por ejemplo, así como para las notas. Se ha llamado también «serialismo integral» para distinguirlo del serialismo limitado del dodecafonismo. Destacan en este estilo Olivier Messiaen y su alumno Pierre Boulez, junto con Karlheinz Stockhausen, Ernst Krenek y Milton Babbitt.
La politonalidad, o uso simultáneo de más de una tonalidad.
La modalidad o uso de modos y escalas del renacimiento y anteriores. Béla Bartók utilizó profusamentelos modos de la antigua música popular húngara.
La música microtonal, que se basa en la división de la octava en más de los doce sonidos normales, por lo que algunas notas, llamadas «microtonos», suenan un poco más agudos o graves que los sonidos de la escala normal.
Pero también hay estilos cuya novedad no estriba tanto en el ámbito armónico:
El neoclasicismo, en la década de
1920, busca un retorno a la concepción clásica en la que todos
los elementos de la composición contribuyan a la claridad de la estructura
formal.
En cuanto a sus características armónicas, el neoclasicismo
usó de un sentido diferente de la tonalidad al combinar el cromatismo
con las formas del barroco y del clasicismo. Los músicos más
destacados de esta tendencia serán Igor
Stravinsky, Paul
Hindemith, Sergei
Prokofiev y Dmitri
Shostakovich.
La música concreta fue el resultado de la combinación de sonidos grabados al azar en la calle (a comienzos de 1948 por el ingeniero francés Pierre Schaeffer y algunos compositores de París). Con dicho nombre se hacía referencia a una música que contenía ruidos de la vida diaria y sonidos abstractos y artificiales producidos por instrumentos musicales.
La música concreta marcó el comienzo de la música
electrónica, en la que equipos electrónicos u ordenadores
se utilizan como generadores de sonidos para posteriormente modificarlos y
combinarlos.
También el azar interviene en la música
aleatoria, usando para ello los dados o las cartas, o dejando al intérprete
elegir entre varias páginas compuestas, o haciendo que éste
interpretase musicalmente ciertos dibujos (música
gráfica). Los músicos más destacados en este apartado
son los estadounidenses John Cage y Earle Brown, el argentino Alberto Ginastera
y el griego Iannis Xenakis.
Finalmente, la ópera ha seguido teniendo
el atractivo de los siglos anteriores. Entre los compositores de más
éxito cabe destacar a Richard
Strauss, Hans Werner
Henze, George
Gershwin y Benjamin
Britten.
En tanto, el ballet se revitalizará
con compositores como Prokofiev,
Bartók, Ravel
y Stravinsky.
A pesar de la sorprendente variedad de la música de este siglo, un rasgo común en las obras más vanguardistas es el interés en las cualidades, texturas, densidades y duraciones de los sonidos: por primera este interés ha primado sobre todos los demás, incluyendo la melodía, ausente hoy, y la armonía, tratada como un componente más.