LÍMITES CRONOLÓGICOS
El Renacimiento comienza aproximadamente a mediados del s. XIV, llegando a su apogeo en el siglo XVI y finalmente a su decadencia a finales de este mismo siglo, bajo el espíritu contrarreformista de la iglesia Católica.
Musicalmente abarca desde la decadencia del Ars Nova, también desde mediados del s. XIV, hasta finales del s. XVI en que aparece el «estilo recitativo» y las nuevas formas como el oratorio y la cantata.
EL PRIMER RENACIMIENTO
En la segunda mitad del s. XIV comienza una cierta reacción contra la complejidad del Ars Nova y se busca una mayor simplicidad y elegancia en las composiciones.
El principal impulso a este nuevo estilo se da primeramente en Inglaterra, con compositores como John Dunstable, y pronto se extiende al resto de Europa, especialmente en la Francia nororiental, en donde los compositores agrupados en torno a la capilla de los duques de Borgoña serán sus principales valedores. Éstos destacarán tanto por la composición de sus canciones (con una voz principal y otra u otras dos que la acompañan), como por consolidar la composición del ordinario de la misa completo, como ya había hecho Machaut el siglo anterior. Con ello la misa pasa a ser un género de grandes proporciones en el que, junto al canto gregoriano, se deja sentir claramente la influencia de lo profano: la línea melódica fija (el ya explicado «cantus firmus» medieval) estaba basada a menudo en canciones u otras obras profanas.
El compositor más destacable de este primer renacimiento fue Guillaume Dufay. También Gilles Binchois fue un compositor destacado de canciones en el nuevo estilo.
La composición contrapuntística
se desarrolló sobre todo a través de la imitación,
mediante la cual se repetía, con una o más voces, una misma
idea melódica en un corto espacio. Una voz imitando a otra durante
un espacio relativamente largo formaba un canon.
Así, dos voces podían constituir un canon mientras que otras
voces podían realizar imitaciones más cortas.
LA ESCUELA FRANCO-FLAMENCA
La influencia de los compositores borgoñones declinó en favor
de compositores nacidos en los territorios franco-flamencos, que dieron en
sus composiciones una mayor importancia al contrapunto,
con igual importancia de todas las voces y un sonido más homogéneo,
lo cual contrastaba con las composiciones borgoñonas, con una voz dominante
y con sonidos bien diferenciados.
Los compositores franco-flamencos continuaron la tradición de las canciones,
motetes y misas, siendo en su caso los motetes
los que sufrirían mayores cambios y experimentaciones, pues la unificación
de todas las partes de la misa realizada por los borgoñones estaba
ya extendida. En cuanto a las canciones, se alejaron de la sencillez de las
canciones amorosas borgoñonas para componer contrapuntísticamente
y reflejar sonidos de la naturaleza o de la gente.
Algunos de los más destacados compositores franco-flamencos fueron Johannes Ockeghem, Josquin des Prés y Orlando di Lasso.
ITALIA: EL RENACIMIENTO PLENO
Italia recogerá la herencia flamenca y llegará al apogeo del
contrapunto y la técnica
polifónica. Como rasgo más importante de este proceso
es la potenciación del sentido del texto, sobreponiendo la línea
melódica vocal sobre cualquier otra y dotándola de una gran
expresividad dramática. Buena muestra de ello serán los madrigalistas,
que utilizan textos dramáticos, siendo entre ellos Claudio
Monteverdi el mejor exponente.
Un paso más adelante será el estilo
recitativo, consistente en recitar cantando, expresando los matices
del texto con inflexiones melódicas. Cuando este estilo recitativo
sea llevado a la escena estaremos ante el «dramma per musica»
y el nacimiento de la ópera. Será
igualmente Monteverdi quien consagre el género favorito de la siguiente
época histórica: el barroco.
Otra línea será la que represente Giovanni Pierluigi da Palestrina, cuya música, de carácter religioso y atendiendo a las normas del Concilio de Trento, será el máximo exponente de la polifonía coral que se convirtió en el principal ideal del estilo renacentista.
Pero paralelamente al desarrollo vocal se da otro hecho de gran trascendencia: la música instrumental se libera de su servidumbre de la voz y emprende un camino propio, expresándose sin el apoyo de texto alguno.
OTROS PAÍSES
En España destacará sobremanera Tomás Luis de Victoria, que alcanzará gran renombre en toda Europa en composiciones de carácter religioso, mientras que Antonio de Cabezón será un reconocido compositor de música instrumental.
En Inglaterra cabe destacar el surgimiento en la música instrumental
de los virginalistas, siendo William
Byrd uno de sus mejores representantes. El virginal, antecesor del clave
(v. comentario),
fue el primero de los instrumentos que dio lugar un gran movimiento musical
que se aprovechaba de todas sus capacidades sonoras y expresivas.
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