Es
comprensible que todo lo importado haya tenido siempre su ingreso
por el codiciado puerto de Buenos Aires, vía normal de
entrada a la República Argentina. Así aconteció
con los deportes, y el rugby no fue la excepción.
La
burguesía inglesa del siglo XIX desempeñó
un papel creativo, fue la fuerza motriz de la Revolución
Industrial. Ella necesitó engendrar funcionarios para poder
atender los intereses comerciales que generaban sus actividades
mercantiles en todo el mundo. Gente que asimilara el comercio
británico con la civilización y la suerte del mundo
con la suerte del imperio.
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Escuela de
Rugby en Inglaterra
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Los
ingleses habían encauzado su formación educativa
y su pujante carácter sobre la base de una educación
física fuertemente influenciada por el profesor Thomas
Arnold. Una prueba de ello lo encontarmos en la Escuela
de Rugby, tal como lo muestra la ilustración. >>>
No
resultará extraño que en el Buenos Aires de mediados
del siglo XIX, la creciente colectividad británica, introdujera
el gusto por los deportes y por la fundación de clubes
tan en boga en el Sur de Inglaterra, culturalmente vinculado al
ámbito universitario y amateur.
Los
primeros clubes eran cerradamente ingleses, y cuando sus puertas
se abrían para los nativos, era sólo para aquellos
funcionarios "iniciados" sobre los que no había la menor
duda en cuanto a su lealtad a un determinado sistema de valores.
Al
respecto, y con relación al rugby, debemos tener en cuenta
que en sus comienzos en la Argentina, allá por 1873, este
deporte fue practicado exclusivamente entre la colectividad británica
residente. Desde aquel año hasta 1903 inclusive, los únicos
equipos que participaron fueron fundados por británicos
o por descendientes de éstos. Ellos eran los únicos
conocedores de las reglas y los códigos del rugby, y pertenecían
a las clases sociales que, por su condición socioeconómica,
tenía una basta cultura de tiempo libre.
Si
bien en 1874, a partir de la fundación del Buenos Ayres
Football Club, sus socios adoptaron las reglas de la Rugby Football
Unión, sólo se jugaron algunos partidos... decayendo
luego el entusiasmo.
Sin
embargo, desde 1882 renació la práctica en Rosario
y, a partir del ‘86, con la segunda fundación del Buenos
Ayres Football Club, se instalará una costumbre que ya
no se interrumpirá hasta nuestros días.
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Una vista
de la calle Congreso en el siglo XIX, seguramente transitada
por los rugbiers de ayer
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Si
bien no había asociación que nucleara a los equipos
ni campeonato organizado, sólo se disputaban encuentros
amistosos, lo que no debe extrañar, pues ha ocurrido en
los períodos iniciales de todos los deportes. Seguramente,
no pasarían de cien jugadores por temporada, los aficionados
que se repartían en alguno de esos clubes-equipos entre
1886 y 1898.
Recién
en 1904 se presentó el primer team formado por criollos:
Centro
de Estudiantes de la Facultad de Ingeniería,
aquel de los hermanos Newbery, Martín
Miguens, Alberto Lagos, Luis Duhau, Mariano Paunero o Germán
Dates. Habían transcurrido nada más y nada
menos que 31 años.
Pero
bien, instalémonos en pleno barrio de Caballito, en las
inmediaciones del Club Ferrocarril Oeste. Allí nació
esta historia que dio origen a un club por muchos olvidado, el
Flores Athletic. [CONTINUA >>>]
Rubén Ayala