Tratamiento del Acne

TRATAMIENTO DEL ACNE
Las causas del acne pueden ser desequilibrios endocrinos o del sistema simpático, trastornos del hígado, intestino o páncreas, problemas circulatorios, alteraciones hormonales o acción de bacterias. Esta enfermedad puede convertirse en un verdadero suplicio sin fin y dejar como secuelas (si no es convenientemente controlado) feas cicatrices.
El tratamiento clásico del acné consiste en desobstruir los poros con productos a base de azufre, resorcina y ácido salicílico, de exclusiva prescripción médica. Es común que se diga que el acné juvenil se va solo, sin embargo no es infrecuente que exceda de esa fase y acompañe a la víctima hasta después de los 30 años de edad. Por eso, tratarlo lo más pronto posible, intentando regularizar principalmente las funciones hepáticas e intestinales, es el mejor procedimiento para quien no quiere conservarlo como compañero fiel.
Una de las opciones es realizar un tratamiento con limón, para el cual se deben utilizar limones pequeños, preferentemente citrus médica, suculentos, tiernos y en el punto correcto de maduración. Se debe exprimirlos solamente en el momento de usar, colar bien el jugo y tomarlo puro, sin azúcar y en ayunas. Cualquier tipo de alimento se deberá ingerir una hora después. Todo el tratamiento dura 19 días y la cantidad de jugo que se deberá ingerir es, el primer día un limón, el segundo dos limones, y así sucesivamente hasta llegar al día diez en el cual se deberá consumir el jugo de diez limones, luego y regresivamente, en el día once nueve limones, en el día doce ocho limones y así sucesivamente hasta llegar al día diecinueve en el cual se consume el jugo de un limón y se termina el tratamiento del acne. Aunque la cantidad de jugo de limón que se debe ingerir en un único día y de una sola vez pueda sorprender, este tratamiento no provoca reacciones negativas, a no ser que coexistan factores psicológicos.
Otra opción para el tratamiento del acne es la administración simultánea de tres medicamentos preparados a base de plantas:
Infusión - Mezclar 30g de fumaria, maravilla, llantén, zarzaparrilla, trinitaria, brionia negra y orozuz, todas hierbas que se pueden adquirir en cualquier herbolario. Verter dos cucharaditas de esa mezcla en una taza de agua caliente y dejar descansar por diez minutos. Tomar tres tazas al día del líquido caliente y sin azúcar.
Esencia - Mandar a preparar en una farmacia homeopática un medicamento compuesto por 90ml de tintura-madre de propóleos y 1g más de aceite esencial de limón, orégano, acedera, alhucema y manzanilla. Beber tres gotas de esta esencia diluida en un vaso de agua, tres veces al día.
Pomada - Mandar a preparar, también en una farmacia homeopática, 10g de tintura-madre de propóleos, 10g de aceite de avellana, 1g de aceite esencial de alhucema y 100g de gelatina neutra. Aplicar la pomada dos veces al día.

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