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LITERATURA/Libros

Un complejo y acomplejado México al diván

Con toda sus contradicciones, traumas, esqueismos y justificaciones históricas sin fundamento, el país del tequila y el mariachi es llevado a una sesión que le extirpe sus fantasmas y le permita avanzar. Este es un libro recomendable y divertido que nos invita a reflexionar sobre lo que fuimos, somos y queremos ser

ENERO, 2016. Uno de los episodios más surrealistas de la revolución mexicana y al mismo tiempo uno de los menos conocidos, se dio en 1915 cuando poco después de la Toma de Torreón, Pancho Villa ordenó la expulsión de la comunidad española de La Laguna. Dejemos de lado que Villa lo haya hecho con un afán confiscatorio de sus bienes luego de años de estarles exigiendo un virtual "cobro de piso". El "antigachupinismo" de Villa se dio por alguien cuyo nombre de pila era Doroteo, que movía su división en caballos procedentes de Europa y que hablaba el idioma que los ancestros de esos hombres y mujeres habían traído al nuevo continente.

Esa es una de los millones de contradicciones que siguen azotándonos a los mexicanos. Por ello libros como Los mitos que nos dieron traumas es refrescante y necesaria. Más aún, el autor de este libro lleva a México al diván para someterlo a una profunda sesión que saque sus fobias, sus temores, sus horrores y sus convicciones históricas basadas en falsedades la mayor parte de ellas.

Confieso que cuando leí en la referencia del autor que había estudiado el "materialismo histórico", sentí un poco de desazón ante Juan Miguel Zunzunegui, autor de este libro excelente, recomendable en sus cuatro costados y que nos da gusto se haya convertido en una edición de altas ventas (muchos de sus postulados, aunque fuera la primera vez que supiéramos de Zunzunegui, son idénticos a los que hemos manejado en fasenlinea).

Un autor exitoso logra que sus lectores aprendan y se entretengan al mismo tiempo, y en tal sentido Uzunegui ha logrado una obra amenísima. En vez de los cansados, falsos, huecos y demagógicos libros que el Estado mexicano obliga a utilizar en los planteles educativos, lo que aquí tenemos es un desmenuzamiento de la historia de una nación compleja, tanto como los argumentos que esgrime "México" al momento de estar sometido a terapia. Empezamos con el "complejo del conquistado". ¿Y éste cuál es? Aunque la pregunta más exacta sería ¿cuántas veces no lo hemos escuchado?

Repasemos algunos de una lista interminable:

- El sifilítico Hernán Cortés conquistó a los mexicanos con ayuda de la traidora Malinche y ese fue el origen de nuestras desgracias.

- Los gringos se robaron nuestro territorio como condición para abandonar la capital mexicana en 1847 (y los mexicanos, dejadotes)

- Porfirio Díaz fue el tirano que dejó a México en la pobreza que desembocó en al revolución que tumbó al dictador. (Será que antes de Juárez y después de don Porfis el país exhumaba tranquilidad, bienestar, felicidad y optimismo.

- Somos pobres pero honrados.

Con argumentos contundentes, Zunzunegui derriba uno a uno estos ridículos mitos que, escribe, "tienen a México con la vista en el pasado, quejándose de su presente y lamentándose de su futuro".

Somos un pueblo tan antihispanista, añade, que venera a la Virgen ("perdón, la virgencita", añade) que también existe en España, un pueblo que rechaza a Cortés, "el verdadero padre de la patria" y que tiene apellidos como López, González o Sánchez y sus ojos con clara herencia europea. Este es uno de los párrafos más divertidos del libro. Y como éste hay muchos:

Al hablar del "esqueísmo" en el deporte --y que se aplica perfectamente al resto de nuestras actividades--, el emplear la muletilla del "es que" para justificar nuestra jodidez y nuestros traumas: Es que lo importante no es ganar sino competir... por eso perdemos... eso sí, con la frente en alto (...) es que los árbitros están en nuestra contra, por eso no ganamos los mundiales (aunque no sean los árbitros los que tiran los penaltis, y que haya sido Luis Hernández, no un árbitro, el que falló un tiro contra Alemania, a dos metros de la portería, y sin portero)".

El decir que los españoles "conquistaron a los mexicanos" cuando ese México como país va nacer, no en 1810 como apunta la historia oficial, sino hasta 1824, el ver la riqueza casi como un pecado mortal pero buscando sacar dinero fácil y sino logramos enriqueciéndonos brutalmente de las arcas públicas, pues qué mejor, el quejarnos incesantemente de nuestros políticos sin que jamás nos atrevamos a pedirles cuentas... todos estos puntos le son expuestos a "México" al sentarse al diván. Y el diagnóstico no es muy bueno.

El problema, de acuerdo con Zunzunegui, es que México es un país obsesionado son su pasado, pero es un pasado mítico, construido en mentiras y que resultan en un presente paradójico donde igualmente son héroes Carranza y Villa, enemigos irreconciliables, que se glorifique a Emiliano Zapata por el reparto de tierras cuando él mismo era un cacique, que también sea héroe sea Álvaro Obregón, quien manda matar a Villa, que Calles y Lázaro Cárdenas, igualmente enemigos a muerte, reposen uno junto al otro bajo el Monumento a la Revolución.

Pero ya no la comentamos más. Vaya y adquiera este libro. Se reirá, con sus cinco sesiones, reflexionará y verá cómo los verdaderos culpables de que seamos subdesarrollados son otros, aquellos que promueven estos mitos enfermizos, entre ellos el más reciente, el del "genoma mexicano" y que se aborda aquí. Bien por Juan Miguel Zunzunegui.

Los mitos que nos dieron patria
Juan Miguel Zunzunegui
Debolsillo Editores/2015

 

 

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1 comentarios

andres_malestra escribe 21.02.15

Por más bueno que sea el diagnóstico, si el paciente no hace caso a las recomendaciones, de nada servirá hacerle ver a México el origen de sus traumas, de cualquier manera me animaron a leer este libro, por lo menos sé que tendrá unas horas de risas y de reflexión

felipillovox escribe 02.02.16

Desafortunadamente seremos un pueblo jodido mientras sigamos solapando a la corrupción como acaba de suceder con el pillo de Ernesto Moreira que ya hasta acaba de regresar de España, el libro de Zunzunegui me parece interesante y el primer paso para ir quitando toda esa porquería que impide a México avanzar como país, y lo primero que debemos hacer en ese sentido ¡escuchen POR FAVOR, mexicanos! es dejar de votar por el PRI

 

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