fasenlínea.com

Análisis, comentario y demás

 

Versión impresión

Las bolsas del mandado, reivindicadas ante la insensatez ecologista

Hasta hace unos días eran las apestadas del supermercado pero hoy las plastibolsas vuelven a ser ofrecidas ante el peligro de contagio que representan las bolsas de lona, prueba del poco análisis que se da a medidas tomadas precipitadamente, O cómo dice nuestro entrevistado: "algo mejor, usemos las tradicionales bolsas de mercado multicolores" o bien recordemos la máxima: "si está bien, no lo muevas"

ABRIL, 2020. A  estas alturas ya debería sorprendernos porqué seguimos haciendo caso a los ecoalarmistas. Sus vaticinios erróneos superan por mucho a sus aciertos, nos han contado tantas mentiras que ya hasta da flojera desmentirlas una por una, y en ese trayecto se han apropiado de mucho de nuestro poder de decisión, de seguirnos tratando como niños incapaces de tener criterio propio, o de prohibirnos activididades sin consultar a nadie más que a ellos mismos. Al asumirse como ecologista, esa persona siente ostentar derecho moral superior sobre el resto de nosotros sin aceptar en ningún momento que las ideas que nos quieren imponer sean puestas a debate.

Ya no es ningún secreto el doble amasiato que el ecologismo tiene con el socialismo y con el marxismo. Patrick Moore, uno de los fundadores de Greenpeace, recordó cómo a mediados de los 80 varios activistas propusieron que Marx fuera considerado "el primer activista ecologista" de la historia, o que la gurú antiglobalización Nahomi Klein no haya dejado lugar a duda sobre el objetivo que se persigue en un libro reciente, titulado Esto lo Cambia Todo: "La lucha por salvar el planeta conlleva la necesidad de implantar una dictadura del proletariado y abolir la propiedad privada, causante principal del deterioro ecológico". Ninguna responsabilidad ni castigo propone Klein en su libro cuando ese atentado ocurre en un país comunista, como la fuga del reactor nuclear en Chernóbyl, por cierto.

Esa es la razón por la cual vemos cómo el activismo ecologista ni una sola vez censura o critica a los gobiernos, mucho menos cuando son "progresistas" y en cambio enfoca toda su artillería hacia las empresas de capital privado, sin reparar por un momento que la mayoría de ellas pagan altos impuestos ecológicos, están sometidas a estrictos controles sanitarios por parte del Estado el cual las hace acreedoras a fuertes multas (empresas que además, por cierto, de están financiando a cientos de ONGs que dicen combatir el "cambio climático", un financiamiento que más bien huele a chantaje pues, según lo reconoció Moore --años después desertó de Greenpeace-- estos grupos amenazan a esas empresas con crearles un escándalo mediático si dejan de subvencionarlas (que eso fue, sospecha el columnista Trevor Thomas de la página americanthinker.com, lo que ocurrió con la industria de las pajillas en Estados Unidos).

Hace poco menos de un año inició una campaña en las redes sociales para deshacernos de las bolsas de plástico de los supermercados, eso apenas dos décadas después que esos mismos ecoalarmistas habían logrado suprimir las bolsas de cartón que antes llenaban nuestro "mandado", esto con el alegato de que, bueno, ese cartón era dificíl de reciclar, el mismo principio que llevó a la desaparición de los empaques de cartón de los primeros CDs. De acuerdo con Thomas, un llamado activista ecologista llamado Frank Tahuer escribió un texto en 1988 donde, además de exigir la restricción de las bolsas de cartón en los supermercados propuso que "en su lugar se utilicen bolsas de plástico, más prácticas y con otros usos que se les puede dar".

El argumento para prohibir las bolsas de cartón señalaba entre otras cosas que éstas, al ser depiositadas en la basura y al humedecerse, formaban una dura capa la cual, aparte de no ser reciclable, tapaba las redes de drenaje al tiempo que la revista TIME denunciaba que esas bolsas de cartón "representaban un atentado ecológico ante la tala inmoderada de árboles requeridas para su fabricación" (Naturalmente que ese semanario se sentía ajeno al "atentado ecológico ante la tala inmoderada de árboles" para el papel requerido en su edición impresa).

(Y como todas esas propuestas ecológicas gringas rápidamente son exportadas al resto del mundo, México no tardó en sumarse a la fabricación de bolsas de cartón en los supermercados y las reemplazó por las bolsas de plástico).

Pues bien, la campaña en contra del uso de bolsas plásticas en las tiendas de autoservicio tuvo éxito y éstas dejaron de distribuirse en supermercados, tiendas de conveniencia y en farmacias; únicamente se distribuyen las bolsas transparentes donde se coloca la fruta y ls verdura pero también se busca que éstas pronto también desaparezcan y en lugar de ellas se empleen las bolsas de lona.

Poco importa que estas decisiones hayan perjudicado económicamente, primero, a los fabricantes de pajillas a queines súbitamente les cambiaron las reglas del juego pese a estar cumpliendo todos los requisitos ecológicos y sanitarios antes que se acusara a su producto como nocivo para el ambiente. o bien a los fabricantes de las bolsas de plástico para el supermercado, de los cuales estima el columnista Sergio Sarmiento, sin dejar de aplaudir esa medida, que se trata de una industria de la cual en México dependen, directa e indirectamente, más de 20 mil familias las cuales proveen de esas bolsas a los centros comerciales.

Sin embargo llega el COVID-19 y sin proponérselo vuelve a desenmascarar como mentirosos o al menos poco indagadores, a los ecoalarmistas que siguen perjudicando a la red productiva. Los gobiernos de varios estados mexicanos alertaron que las "ultraseguras" bolsas de lona y que no había necesidad de reciclarlas, "podrían ser portadoras del virus" por lo que se recomendó prescindir de ellas mientras dura la emergencia sanitaria con lo cual las bolsas volvieron a ser ofrecidas en los supermercados mientras las bolsa de lona ya no son tan bien recibidas por esos establecimientos.

De hecho, para nuestro entrevistado, el especialista en técnicas de reciclaje Edgar Adán Sifuentes, "hay pruebas suficientes para concluir que en las bolsas 'de mandado' es más difícil que se acumule este coronavirus que en otras superficies sólidas, como el metal, o más gruesas, como la lona o las chamarras", a lo que se agrega la opinión de Thomas, quien es médico facultado: "El CVD-19 no 'muere' pues no es un ser vivo, es una molécula proteínica que vulnera nuestras defensas y las pone en contra nuestra... igual que como sucede con un virus computacional".

¿Por qué, entonces no se investigaron los "contras" de prohibir en definitiva el uso de bolsas de plástico de los supermercados? "Son decisiones tomadas más a base de la manipulación sentimental, el qué, por ejemplo, cómo sufren los peces o los delfines con este plástico irreciclable cuando llega a los océanos. Nadie se molesta en investigar cuánta cantidad de ese plástico realmente termina en el mar o en los lagos o en los ríos. No niego que la contaminación del plástico sea un problema grave, pero al darse estas propuestas drástica, no solo se perjudica al setcor productivo, máxime cuando no se estudia al fondo lo que pasaría sí, por ejemplo, las bolsas de lona se convertirían en transmisoras en caso de una pandemia como la que estamos viviendo".

Finaliza: "No hay soluciones mágicas, mucho menos cuando estas medidas radicales son tomadas unilateralmente, perjudicando al rubro que las había fabricado cumpliendo con todos los requisitos sanitarios y ahora resulta que lo que habían estado haciendo está mal. En mi opinión, propongo la bolsas de mercado llamadas huacaleras, las que usaban nuestras mamás y nuestras abuelas; tienen mucho espacio, resisten bastante peso, son porosas por lo que es más difícil que retengan el coronavirus, y hasta las puedes lavar con jabón. Siento que se debió haber apoyando su uso incluso desde que las bolsas de plástico se adueñaron de los supermercados. Pero como las veían como 'corrientes', les hicieron el feo. Quizá sea otra vez momento de volver a usarlas".

 

Textos relacionados

Los popotes antiecológicos, paranoia que vale sorbete [Agosto, 2018]

Si ya se equivocaron antes ¿por qué esta vez no? [Mayo, 2016]

Otra perla que exhibe a los ecoestafadores y todos tan campantes [Junio, 2015]

Los desastrófilos, tan embusteros y tan campantes [Diciembre, 2012]

 

 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás