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ANÁLISIS COMENTARIO Y DEMÁS

 
 

 

 

 

 

 

 

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Y DEMÁS/Sustos

La paranoia catastrofista

El calentamiento global es otro ladrillo en una larga barda de historias de terror ecológico y hecatombes humanas. En relación a ello tenemos un breve listado

Todo/Todo te da cáncer/no hay cura/no hay respuesta/todo te da cáncer...

Cancer, de Joe Jackson (1984)

JULIO, 2007. Los catastrofistas como Al Gore no son cosa fresca. La historia reciente se encuentra llena de ellos y de sus historias en las que vaticinan el fin de la humanidad. En ocasiones lo que se azuza es el temor el cual, una vez que "prende" en la opinión pública, tiene como siguiente paso la intervención gubernamental seguida de estrictas prohibiciones, porque los catastrofistas están convencidos de dos cosas, una, que el causante de la emergencia es el capitalismo, el empresariado voraz cegado por su avaricia y, otra, que el antídoto es un Estado representado por inmaculados burócratas. Todo esto ocurre luego que se nos inocula un sentimiento de culpa.

¿Aún piensa usted que Gore no sigue un guión escrito en página ya bastante amarillentas? Lea estas muestras catastrofistas que, al final tuvieron como efecto el empeoramiento de la situación o jamás se materializaron.

SOBREPOBLACIÓN ALARMANTE

Un caballero inglés de nombre Thomas Malthus se hizo famoso al asegurar que, a mediados del siglo XIX, su país tendría 120 millones de habitantes mientras el mundo enfrentaría una emergencia al contar con 10 mil millones de habitantes para principios del siglo XX. ¿Qué pasaría entonces? ¿cómo iban a alimentarse tantas bocas?

Una de las peores consecuencias, decían los malthusianos, estaría en que nos veríamos obligados a comer carne humana. La tontería del malthusianismo quedaba evidenciada por dos aspectos que se le "pasaron" al economista británico: que la gente se moría y que la sobrepoblación no necesariamente nos lleva a la pobreza, como puede verse en el caso de Japón.

La Revolución Industrial terminó por enterrar las supercherías de Malthus aunque todavía es posible toparnos con discípulos suyos, los que aún propalan argumentos desmentidos hace ya siglo y medio.

ALTO AL DDT

La creadora del actual movimiento ecologista es Rachel Carson, quien en los años sesenta escribió un libro con igual peso al que el No Logo, de Naomi Klein, tiene entre los globalifóbicos. Carson culpaba --como lo hace Gore-- a la "avaricia" de las transnacionales (hoy llamadas "corporativos"), obsesionada por hacer dinero sin tomar en cuenta el daño contra la ecología.

Fue Carson quien propuso la creación de "brigadas", el activismo político pintado de verde y, en lo que fue uno de sus máximos logros, la prohibición del DDT como erradicador de plagas. Lo que olvidan los admiradores de Carson es que al dejarse de utilizar el DDT en los campos resurgió la epidemia de dengue, que ya se pensaba erradicado.

Asimismo, ha habido estudios donde se demuestra que ese producto no altera el equilibrio ecológico como se había pensado. Al Gore ha mencionado a la ya fallecida Carson como uno de sus "grandes inspiraciones".

CÁNCER HASTA EN EL CÁNCER

A mediados de los setenta sonó la alarma entre la comunidad médica y la ecologista: no sólo el consumo de cigarrillos producía cáncer, también lo hacia el uso de teléfonos, el tomar zumo de naranja, utilizar pelucas, los relojes con correa metálica, las fotocopiadoras, la TV a color y el uso de casos industriales.

Los activistas sugerían prohibir la venta de estos artículos y culpaban la propagación del cáncer al "consumismo" al tiempo que ubicaban al bloque oriental y la desaparecida URSS como "zona libre de cáncer", una estupidez argumental que terminó con el desastre de Chernobyl, el cual condenará a 5 millones de rusos a morir de cáncer las próximas décadas por efecto de la radiación.

Las investigaciones posteriores sólo concluyeron que los cigarrillos tenían influencia directa en el enfisema pulmonar aunque todavía escuchamos esas tonterías, como la reciente que nos advertía que el uso de los teléfonos celulares... of course!... producía cáncer.

EL AGUJERO DE OZONO

Reproducimos esto de un artículo del Newsweek publicado en 1983: "En caso que los gobiernos no tomen las medidas necesarias, para el 2003 los rayos ultravioleta harán imposible la vida en poblaciones australes como Buenos Aires, y aun poblaciones de Perú y Ecuador.

Pero si hoy la vida en esa región es insoportable se debe a sus gobiernos, no tanto al agujero en la capa de ozono, el cual hace rato dejó de preocupar a nuestros catastrofistas ecológicos, empezando por Al Gore. La región polar que más les importa hoy es la ubicada en Groenlandia, mientras que la Antártica, que hasta hace 20 años era denunciada como víctima de los sprays, quizá hoy vive más tranquila.

¿Qué pasó? Que la naturaleza ha actuado en consecuencia, y si bien aún hoy existe el "hoyo", si disminución, paulatina pero importante, es una buena noticia no apta para el ánimo de los catastrofistas. No: lo que los ecologistas quieren es que nos vayamos a la cama asustados, con nuestros hijos llorando al ver como el hielo separa a los osos polares.

© copyright, Derechos Reservados, 2007 

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