fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Nacional

Hundiendo a México...

Y ahora con ustedes, otra gracejada letal de Hacienda

Los Presidentes: Felipe Calderón

Tres (y una muy bronca) lecciones postelectorales

Buena protesta, pero el voto anulado no arregla nada

El PVEM y su chocante complejo de nana

Archivo

 

 

 

NACIONAL

Hoy por los toros; mañana por tu derecho a hablar

Sin necesariamente ser aficionados a la llamada fiesta brava, la reciente y expedita prohibición para realizar corridas de toros en Coahuila mientras hay otros asuntos aún urgentes como olvidados, perfila una cornada contra la libertad de elección para ciertos sectores de la población. La historia en otras latitudes nos advierte que este tipo de restricciones son apenas el inicio 

Versión impresión

SEPTIEMBRE, 2015. Uno de los principales escollos sufridos por las economías "emergentes" como la mexicana viene a ser el caos en sus prioridades. Cosas que no requieren ser corregidas terminan convertidas en desastre tras ser víctimas de legislaciones torpes, o asuntos que requieren urgente atención son relegados hasta que estallan, muchas veces de modo violento. Curiosamente, en el primer caso los cambios a las leyes se aprueban con admirable rapidez y en el segundo, el papaleo y la tramitería se convierten en aplastantes valladares que impiden cualquier avance.

Esta no es la primera vez que se prohíben las corridas de toros en México. En 1919 el entonces presidente Venustiano Carranza emitió un decreto que las convertía ilegales al considerarlas una "salvajada". La prohibición duró algunos años aunque ello no evitó que Carranza fuera él mismo víctima de una "salvajada" y perdiera la vida en la lucha del poder protagonizada exclusivamente por seres humanos.

Recuerdo cómo de niño hace muchos años se transmitió una corrida de toros (hoy todavía las siguen pasando en la TV por cable) efectuada en el Palacio de los Deportes. Cuando uno de los toros recibió la estocada final entre el aplauso del público no olvido el haber llorado por la suerte del toro. Quede ese momento a modo de indicar que jamás he visto en vivo una corrida de toros, también por el temor de ver cómo un torero es ensartado y enviado a la enfermería aunque rara vez --recuerdo el caso de Paquirri-- éste muera en el ruedo o en la enfermería de la plaza.

Pero también sé que al toro que más respeta un torero es aquel que le atiza una cornada y que existen órdenes claras de nunca agredir al toro tras haber embestido a su oponente y se le aleja con capotes.

También sé que los aficionados a los toros no son unos sádicos y que la mayoría son seguidores de una tradición que se remonta a los mismos orígenes de la especie humana. Si los toreros son unos asesinos, doblemente lo son aquellos "doctores" que realizan abortos sobre un ser inofensivo a quien no defiende ningún activista ni partido político.

Uno de los argumentos esgrimidos por el gobierno de Coahuila para prohibir la llamada "fiesta brava" fue que ésta "fomentaba la violencia". Falso: ésta es provocada por la corrupción, por el encubrimiento --el hermano del actual gobernador está siendo investigado por el gobierno de Texas mientras que por el lado mexicano no se ha efectuado indagatoria alguna-- por la pésima educación impartida por un sindicato al que solo interesan las canonjías mientras sus alumnos les importan (ahora sí en términos taurinos) un cuerno-- y por la desesperanza económica, entre otros factores.

Yo no recuerdo que durante una corrida de toros el público se haya enfrascado en trifulcas con lesionados y aun muertos, como se ha dado en los estadios de futbol, o que los asistentes hayan quemado las gradas, avienten objetos que descalabran al torero, que se haya suspendido una corrida por falta de garantías, que a las afueras de la plaza se hubiera registrado una balacera o que las hinchas causaran desmanes a los negocios en los alrededores. En cambio, hemos visto innumerables, y seguiremos viendo, partidos de futbol que finalizan de forma violenta entre los aficionados.

¿Cuántos toros se sacrifican en las corridas de toros durante un año en México? Mucho menos que el número de reses que diariamente surten a las carnicerías y supermercados del país. 

Pero al final esa prohibición solo un daño económico a la entidad y no servirá de nada pues en los estados colindantes las corridas de toros son legales y, en el caso de la Laguna, basta con caminar algunos metros para encontrarse en suelo duranguense.

En otros estados, como Aguascalientes, se considera un patrimonio a las corridas, pues sin éstas la feria de San Marcos se derrumbaría sin remedio. Pero en Coahuila, con una deuda gigantesca heredada por el hermano del actual gobernador (y que lejos de disminuir, sigue creciendo), con un regazo en comparación con otras partes del país e impuestos tan altos como abusivos, amén de otros pendientes, se consideró inaplazable por los legisladores prohibir las corridas de toros.

Hasta hace poco si un espectáculo, una función teatral, una película o un concierto no nos parecía, la conclusión era abstenernos de asistir y respetar el libre derecho de quienes iban a verlos. Si a alguien no le parecía nada de esto y exigía que ese prohibiera, que se suprimiera, que saliera de cartelera, se le llamaba "mocho", "persignado" o "reaccionario". Hoy se les dan otros nombres: "ecologistas", "defensores de los animales", "activistas" pero al final su intolerancia, su cerrazón al diálogo o a escuchar una opinión contraria son pasmosamente idénticas.

Lo triste es que, luego de medidas como ésta, nos queda la sensación, sin necesariamente ser aficionados a la "fiesta brava", de que en México somos cada día menos libres, víctimas de gobiernos que quieren que hagamos o dejemos de hacer lo que ellos nos dicten.

 

Textos relacionados

El PVEM y su chocante complejo de nana [Mayo, 2015]

 

 

 

 

 

Inflación latente, depreciación del peso, desaceleración económica, más burocratización y descrédito internacional. ¿Qué más nos falta para predecir que este sexenio terminará como película de horror? 

 

 

Previo

Hundiendo a México...

Inflación latente, depreciación del peso, desaceleración económica, más burocratización y descrédito internacional. ¿Qué más nos falta para predecir que este sexenio terminará como película de horror?

 

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]

[email protected]  

 

--------------------------------------------------

1 Comentarios

pelacas_moreno escribe 04.09.15

La prohibición de las corridas de toros se aprobó en tiempo récord, ahi si caminan muy rápido las cosas, pero en las investigaciones de las transas del corrupto hermano del gobernador Moreira no solo se le encubre sino que el tribunal de "justicia" de Coahuila ya dijo que contra el tesorero Javier Villarreal "no hay delito que perseguir" pese a que las acusaciones formales hechas en Texas. Esas cornadas son las nos duelen a los coahuilenses

belton.situs escribe 04.09.15

Será de mucha tradición, se le llamará arte, los aficionados serán más bien portados que los que van al futbol, los ganaderos que crian los toros de lidia serán buenas gentes pero al final en la corridas de toros se hace sufrir innecesaria y cruelmente a un ser vivo, a mí me repatea Rubén Moreira pero creo que esta ha sido una de sus mejores acciones, quizá la única

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás