OCTUBRE, 2007. Se trata más bien de dos compositores antes que músicos, dos personajes cuyo estilo suele rozar con lo extravagante sin alejarse del alto estándar de calidad que ha caracterizado a Steely Dan. Cuando los dos recibieron el Grammy como Disco del Año en el 2001 se encontraban lejos de su momento de máxima creatividad. Sin embargo, y como en aquellos años el Grammy aún podía ser tomado en serio, los otros nominados reconocieron que habían perdido frente a un gigante del un rock hasta cierto punto intelectual pero, casi sin excepción, de excelente catadura.

Steely Dan básicamente lo conforman Walter Becker y Donald Fagen, ambos jóvenes neoyorquinos de origen judío que se conocieron en la universidad mientras estudiaban Artes. Lo que los unió fue su afición al jazz, aunque con su mentalidad realista, y sabedores que a fines de los sesenta lo que no tenía sonido beatle sencillamente no vendía --aparte que el jazz fue uno de los pocos estilos que los escarabajos de Liverpool se abstuvieron de tocar-- decidieron formar un grupo en el que el comediante Chevy Chase participó como batería. No tardaron es descubrir que sus propósitos carecían de dirección: "Al terminar los ensayos pensaba que habíamos hecho un trabajo estupendo, pero de rato sentía jaquecas... no era un buen síntoma de nuestro avance", refirió Fagen, con su humor característico.

Adicional a ello, la mezcla de jazz con el rock, que ellos consideraban una fórmula poco explorada, comenzó a ser desarrollada, con gran éxito inicial, por grupos como Blood Sweat and Tears. De hecho esta fue una de las razones que motivaron al singular par a trasladarse a Los Ángeles: "Ellos (se refiere a ese grupo y a su líder Al Kooper) ya tenían copado a Nueva York... el viaje a la costa oeste se hizo indispensable".

Sin embargo la razón más poderosa se debió a que su amigo y productor Gary Katz consiguió un empleo en Los Ángeles en la disquera ABC. Katz fue el responsables de delinear y estructurar el sonido del grupo, que aún no tenía nombre. En 1971 Fagen leyó la novela Naked Lunch de William Borroughs y encontró el título de Steely Dan, que es como en la novela se define a un estimulador femenino (la revista Rolling Stone luego homenajeó el título en una de sus portadas dedicada al grupo).

Fue inevitable que Fagen y Becker encontraran en Los Ángeles un aditamento adicional a su fórmula jazz-rock, y ésta era el sabor latino representado en figuras como Poco, El Chicano, Carlos Santana y War, el grupo que tras separarse de Eric Burdon también iba en busca del elíxir de un jazz-rock con sabor latino. En 1973 apareció Can't Buy a Thrill, que incluía "Do it Again", tema que frecuentemente era confundido como una composición de Santana. El disco también presentaba el corte "Reeling in the Years", con un estilo opuesto casi en su totalidad al "Do It Again". "En la compañía disquera temían que la diversidad de estilos fuera a confundir a los potenciales fans", refirió Fagen, "tonterías... yo lo veía como una recopilación de varios artistas; las recopilaciones suelen venderse bien".

En efecto, "Reeling in the Years" se fue al primer sitio de las listas en 1973. Su disquera sugirió que realizan una gira de conciertos sin saber que se trataba de músicos de sesión y que las cintas estaban llenas de overdubs (arreglos hechos en estudio). El resultado fue desastroso y estresante que ambos decidieron no volver a intentarlo. "Hay quienes disfrutan hacer giras de conciertos, nosotros no. Recuerdo cómo Walter (Becker me dijo al terminar todo aquello, 'ahora sé porqué los Beatles prescindieron de ellas'".

Ello no impidió que realizaran esporádicas presentaciones aunque en todas procuraron mantener el sonido original que se escucha en los discos. "Nos criticaban por eso... pero si nos iban a ver es porque les gustaban las versiones del álbum". Sobra recalcar que no hubo fuerza, aun la de Irving Azoff --uno de los empresarios musicales más poderosos de los 70 y jefe de Elektra Records, donde grababan Eagles y Linda Ronstandt-- que los disuadiera de lanzar material en vivo.

Su siguiente fue Pretzel Logic, que incluía "Rikki Don't Lose that Number", con un intro que es estándar entre los músicos de jazz. Es una composición excelente, bastante alejada de las exigencias del pop de esa época. Sin embargo el disco no arrojó más hits.

En 1974 Steely Dan lanzó Kathy Lied, un disco mucho más intelectual que encantó a los críticos pero fue decepcionante en ventas. El grupo realizó tantas experimentaciones que esta vez sí terminaron por confundir a sus fans. Llegó el momento en que muchos se preguntaban si Steely Dan había sido éxito de un día. Más aún, la relación con su disquera ABC se fue deteriorando.

En el lapso que Steely Dan se tomó de receso fue aprovechado para dar un giro distinto a su estilo. Se contrataron músicos de sesión como Michael McDonald --futuro miembro de The Doobie Brothers-- de manera que Countdown to Ecstasy, su siguiente LP tuvo ventas relativamente mejores. Pero independientemente de ello Becker y Fagen sintieron que sus ideas para esa producción no habían madurado lo suficiente, en especial Fagen, un obsesivo perfeccionista.

El título del disco es consecuencia de la constante presión que la disquera tuvo sobre ellos para que terminaran el material. "Cada vez llamaban para preguntarnos si ya habíamos completado las cintas respondíamos con un 'ajá' y colgábamos. Cierta vez uno de los ejecutivos, exasperado, nos reclamó si nos estábamos burlándonos de ellos... 'ajá', fue mi respuesta", dijo un sonriente Becker en una entrevista.

Aja, que salió a la venta en marzo de 1977, marcó el regreso formal de Steely Dan, todo esto en momentos que la música disco copaba la mayoría de los gustos musicales. El sencillo "Peg" llegó al Top Ten de las listas, lo mismo que "Josie". La mayoría de los títulos de las canciones eran de mujeres, algo que se fue dando en forma inconsciente, según Becker: "Cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde". Y en vez de realizar una gira de conciertos --algo que habría ayudado en sus finanzas, bastante agotadas tras la terminación del álbum-- ambos se fueron de vacaciones a Florida mientras Aja escalaba posiciones en el Billboard. "Todavía no lo he escuchado en la radio, pero he leído que le va bastante bien", dijo Becker al periodista Cameron Crowe en 1977. También en ese año Steely Dan participó en el soundtrack de FM, una película producida por Irving Azoff.

A los pocos meses cada uno de ellos decidió trabajar en proyectos independientes. El más activo fue Fagen, quien tenía pensado grabar la música de una película que tuviera como tema central una conflagración nuclear aunque el proyecto terminó archivado, más cuando el grupo cambió de disquera a Warner, donde el 1980 terminaron Gaucho, disco que contó con una gran cantidad de colaboradores externos. El sencillo más importante fue "Hey Nineteen", cuyo título anterior era "Hey Fourteen" y que originalmente se refería a una lolita, lo cual fue cambiado por objeciones de la compañía discográfica.

Gaucho fue también el último material que Steely Dan lanzó en los 80. La separación nunca fue planeada, "simplemente ambos necesitábamos nuestro espacio; nos leímos la mente", dijo Fagen, quien casi de inmediato dedicó buena parte de su tiempo a terminar la música de la película que nunca llegó a concretarse. El álbum llevaba por nombre The Nightfly y apareció en 1982 y cuyo sonido era idéntico al de... Steely Dan. "New Frontier", que iba además a ser el título de la cinta, se convirtió en el único hit, gracias en buena parte a la difusión del video por MTV.

Fagen fue el más activo de los dos; grabó otro par de discos solistas (ninguno alcanzó o rebasó la fama de Steely Dan, aunque su calidad era incuestionable), hasta que en el segundo Becker volvió a acompañarlo en un par de composiciones. Era 1997 y había llegado el momento de resucitar a Steely Dan. "Nos tomaríamos todo nuestro tiempo pues ya estábamos en una disquera independiente. El resultado fue Two Against Nature, el cual se vendió pobremente hasta que fue nominado a los Grammys, y una vez que lo ganó las ventas se dispararon en un 700 por ciento.

Sin embargo eso no era lo que más importaba a Fagen y a Becker: "Obviamente nos alegra el sonido de las cajas registradoras, pero no tanto el ver cómo siguen surgiendo ideas de nuestras cabezas a casi 40 años de trabajar juntos", refirió Fagen. Finalmente y por alguna extraña razón, el grupo aún no es aceptado en el Salón de la Fama del Rock and Roll. "Cuando ello ocurra estaremos de vacaciones, ya lo verán", vaticinó Becker hace tres años.