NACIONAL: El clero católicoe n su zona de confort mientras aumenta el protestantismo

Entre otros temas igualmente ingentes, hubo uno que en este año se aceleró, el de los católicos que abrazan otras creencias, en especial las protestantes. Pero si aquí no es tanto el asunto de los sacerdotes pederastas, ¿por qué miles de ellos optan por abandonar la religión de sus padres y sus abuelos?

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DICIEMBRE, 2014. Durante muchos años Saúl se preparaba luego del desayuno para ir a la misa dominical de mediodía, pero esa mañana ocurrió algo que resultaría en un cambio en sus convicciones religiosas. "Tocaban a la puerta dos mujeres con vestido largo y sombreros púrpuras, las que en México se conocen vulgarmente como aleluyas, de hecho yo también les llamaba así. Abro la puerta, entre molesto y harto, tras unas palabras me entregan un tríptico. Me siento a la mesa en la cocina y lo hojeo distraídamente hasta que algo llama mi atención: 'A Cristo Jesús no le sirves con una actitud de espectador'". Esa frase siguió retumbando en mi cabeza incluso cuando manejaba hacia la Iglesia".

Saúl continúa: "Estoy como de costumbre en la misa, sentado, de pie, ahora hincado, repitiendo las mismas oraciones desde que era niño. Poco a poco comencé a sentirme ajeno a todo ese rito. Y estábamos todos como robots, con la mayoría de nosotros, estoy seguro, con la mente en otra parte". A manera de comprobarlo, horas después de la misa Saúl preguntó a unos amigos si recordaban el Evangelio ese día. "Ninguno lo sabía, ya no digamos que hubieran recordado por lo menos una frase. Eso terminó por convencerme de que ya había estado bueno de ser solo un espectador en una ceremonia donde vas por pura inercia, te sientas, te vuelves a parar, saludas de mano a quienes están a tu alrededor, donas dinero pero ni idea tienes de qué se trataban las escrituras ese día".

Saúl advierte que está lejos de ser "de esos convertidos que de un día a otro reniegan de todo, que queman sus discos de música y libros, a mí me sigue gustando mucho el rock y nadie en la congregación me critica por ello". En febrero de este año Saúl se paró por última vez en un templo católico; meses después ya era miembro formal de los Adventistas tras un breve paso por la iglesia mormona. Era otro mexicano que brincaba a una religión distinta a la de sus padres y sus abuelos.

"No sé cuál será la reacción al decirle a mis compañeros de trabajo que no pienso peregrinar este año aunque después de todo algunos ya lo sospechan: hace semanas se casó la hija de uno de ellos y solo asistí a la boda, no a la iglesia", pero añade, "no soy el único: en la oficina somos otros seis que nos dijimos 'la Iglesia católica ya no responde a mis inquietudes. Bye bye..."

De acuerdo a Rubén Mesta, nuestro entrevistado y un conocedor del fenómeno de la inmigración de católicos hacia otras religiones en México, "ésta es una tendencia silenciosa, la de las llamados ovejas descarriadas cuando lo cierto es que deberían mejor ser llamados hermanos desilusionados. El descarriado puede volver al redil; al desilusionado le será más difícil hacerlo..."

Otro caso es el de Laura, quien se volvió Metodista hace año y medio y asegura no arrepentirse: "Mi hermano Antonio quería ser sacerdote en su adolescencia pero también ya comenzaba a sentir gran atracción por las mujeres. Va con un sacerdote y le pide su opinión: 'es mejor servir a Cristo que a una mujer que con los años se va a poner gorda y fea', le responde el prelado y se pregunta mi hermano '¿no habíamos quedado que todos somos iguales ante los ojos de Dios?' Poco después se cambió de religión y ahí le dijeron que podía amar a Cristo Jesús y tener una mujer en la tierra. Hoy es ministro y tiene dos hijos. Durante varios años quiso convencerme y finalmente también yo recibí a Cristo, fue una de las mejores decisiones de mi vida".

Una crisis más grande de la imaginada

Dado que la historia de México y el catolicismo han caminado juntas por muchos siglos, este éxodo debiera prender las luces de alarma a los prelados nacionales, según Mesta. "En otros países, como Estados Unidos, la desilusión se ha dado por la proliferación de sacerdotes pederastas; en México también los hay como el reciente caso en San Luis Potosí, pero creo que el asunto en este país va por otro lado. Cada vez son más los compatriotas que no se identifican con la religión de sus padres. Buscan algo distinto que les haga llenar sus vidas".

Nuestro entrevistado está de acuerdo en que la Iglesia católica ha caído en una zona de confort. "Es innegable. Yo no voy a misa muy seguido pero luego de tres años asistí recientemente y es exactamente lo mismo, con la mayoría de los fieles con caras aburridas o pensando en otras cosas. Un amigo bromeaba en que lo único que ha cambiado es que antes se decía 'consubstancial al padre' y hoy 'de la misma naturaleza que el Padre'. Alguien más decía que lo único que cambia es el nombre del obispo de la ciudad en que te encuentras".

En contraste, los ministros protestantes han sabido verse, añade, "como personajes terrenales, como tu o como yo. Te platican de sus hijos en la escuela, de cuando van al supermercado, al dentista. Los sacerdotes rara vez o nunca hablan en el púlpito de esos asuntos mundanos que pudieran servir para conectarlos con su feligresía..."

Otra diferencia fundamental, según la sicóloga Verónica Celis ("católica pero no muy practicante") "es que los protestantes buscan que sus fieles adapten la Biblia a su vida diaria y lo sacerdotes católicos suelen hacerlo al revés. El sacerdote aparece embestido con ropas ceremoniales y el pastor sale de saco y corbata, éstos siempre se han esmerado en lucir más terrenales, precisamente para que la gente se identifique con ellos".

Una clara contradicción del "brinco" que muchos católicos dan hacia el protestantismo se da cuando en su nueva religión se les exige pasar más tiempo en los templos, cooperar obligatoriamente con parte de sus sueldos como ocurre con los fieles mormones y de romper todo lazo con sus familiares "infieles". "Pero esto es parte de la estrategia de estas religiones para hacerse de adeptos", señala Celis, "el hacer que el recién llegado se sienta importante en su nuevo entorno, esto aparte de constituir un claro cocowash.

"El pastor está en constante contacto con su grey, los visita con frecuencia, come con ellos. Los sacerdotes hace años que perdieron esa costumbre", añade. "Ningún católico lo va a aceptar abiertamente pero existe un abismo enorme entre los fieles y los prelados, lo mismo el hecho de que se siga yendo a misa porque es una costumbre más que porque se vea como una necesidad espiritual..."

Si se quiere evitar que continúe el éxodo, advierte Mesta, "el clero tendrá que adaptarse a los tiempos, no le queda de otra. Tampoco puede intentar seguir siendo una estructura monolítica, porque sus fieles hace mucho que ya no lo son".

Cristo es nuestro único dogma

Su fino bigote recortado y un traje sastre café acompañado de una corbata negra parecerían confirmar el look que ostentan los predicadores y los pastores protestantes. Pero en vez de encontrarnos con alguien que recita citas bíblicas en cada enunciado y exhortaciones para integrarnos a su grey si no queremos condenarnos en el infierno, José Pablo Macías se alegra de recibirnos aun tras decirle que el autor de este texto se considera católico. Me sirve un café y promete "no querer convencerte que te nos unas. El momento del llamado a todos llega a su tiempo indicado".

"Nuestro único dogma es este: queCristo llegó a la tierra para salvarnos a todos del pecado original. Quiero ser respetuoso con el clero católico pues durante muchas generaciones mi familia fue parte de éste. Pero aquí no creemos en los santos pues nadie está arriba o al mismo nivel de Cristo, más si eso lo decide una autoridad totalmente terrenal, como es el Papa..."

--¿Le alegra que un número mayor de católicos en México se están convirtiendo al protestantismo?

--No es cuestión de alegrarse o no, pero sí de comprenderlo. Cuando una institución tan antigua se niega a cambiar sus fieles lo perciben y optan por abandonarla.

--Platicaba hace unos días con un converso y me dijo que optó por salirse al ver cómo los sacerdotes exigían a los fieles alejarse del lucro y vivir modestamente cuando muchos de ellos gozan de lujos impensables...

--Es importante no confundir el lucro con la avaricia. El primero es necesario para subsistir, y nosotros lo apoyamos completamente, el segundo es condenable porque te hace esclavo de lo material y te aleja de la salvación.

--O sea que los sacerdotes son esclavos de lo material y no son salvos...

--(Sonrisa sarcástica) Eso tu lo dijiste, yo no...

Está en proceso la reestructuración

Nuestra siguiente parada fue con el "padre Abel" (no quiere que publiquemos su segundo apellido), quien oficia en un templo de clase media.

Abel manifiesta estar al tanto del éxodo de los católicos hacia otras creencias, "no todas son religiones, hay que dejarlo claro. Pero en efecto, los católicos que abandonan su religión han ido aumentando progresivamente en México, sería absurdo negarlo".

Amable, de anteojos y con entradas y un cabello rubio del que ya estacan algunas canas platinadas en las sienes. Abel asegura que "la Iglesia está al tanto del problema". Iniciamos la charla, esta vez con un refresco de cola ("ya es un poco tardecito para el café")

--Primero quiero transmitirle la inquietud de algunos ex católicos: afirman que se fueron porque sentían que la misa es un guión que lleva años sin cambiar: sentados, hincados, sentados otra vez, hincados...

--Quien asiste a misa lo hace para presenciar el sacramento de nuestra fe. Si yo me molesto por tener que sentarme, luego pararme e hincarme, no estoy obligado a hacerlo; puedo pasarme la misa sin levantarme de la banca y tiene igual valor. Creo que esto es un pretexto. Y lamento informar a esas personas que si se hacen musulmanes, o judíos u ortodoxos van se encontrarán en una misma situación... son ritos religiosos, no encuentros deportivos donde puedes cambiar las reglas.

--Padre, no mencionó a los protestantes, porque esos ex católicos hoy profesan el protestantismo, no se convirtieron al judaísmo o al Islam...

--Si alguien se convierte en protestante porque allá se puede pasar todo el rato sentado, que Dios lo bendiga, finalmente sigue siendo un cristiano. Es triste que se vayan, por supuesto, pero es más triste que lo hagan pensando que la misa es una mera formalidad.

Déjame agregar algo que poca gente sabe. Hasta la Edad Media los católicos estábamos obligados a dedicar todo el Dominus, domingo, al Señor, desde que amanecía hasta el anochecer. Este recogimiento te lo exigen hoy los musulmanes, los judíos y muchos protestantes, pero la Iglesia católica decide reducir el número de horas del domingo para en vez de ello emplear el domingo para departir con la familia. Lo más que exigimos a un católico es ofrecerle semanalmente 40 minutos al Señor. Si no son capaces de ese sacrificio tampoco debe extrañarnos que abandonen la religión en la que fueron bautizados.

--Esos fieles hablaban en el sentido de que la Iglesia había caído en una zona de confort...

--La zona de confort la forman de esos fieles que van a la misa sin dedicarla enteramente a Dios; es, de nuevo, un acto de soberbia. Vamos a misa a escuchar la palabra del Señor, de tomarla como ejemplo para la semana.

--Supongo que la Iglesia está al tanto de este fenómeno. ¿Hay propuestas al respecto?

--La Iglesia se ha propuesto ser más participativa, el integrarse más a su comunidad. Pero es una estructura gigantesca, es la grey más grande del planeta. Naturalmente que estamos al tanto y las propuestas ya son parte de la agenda del Papa Francisco.

Conclusión

Si bien en México impera la libertad de cultos y quien abandona el catolicismo está en entero albedrío de hacerlo, el hecho que una religión que hasta hace décadas era mayoritariamente hasta en un 90 por ciento no deja de ser preocupante.

Cuando alguien busca un cambio es porque no le satisface lo que está recibiendo. Ese es el punto que el clero católico debe analizar; su "zona de confort" innegablemente existe y es causa central de un éxodo que amenaza con acelerarse los años inmediatos.

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_{2 C}_omentarios

belton.situs escribe 11.12.14

Yo creo que el comfort al que se refieren sobre el clero en su artículo viene a ser un efecto en esas clases sociales donde "ir a misa" es un formalismo del domingo como el hacer carnitas asadas y pasarsela sentado frente a la tele viendo el futbol. Los padres, como le decimos en México a los sacerdotes ya no se involucran tanto con sus fieles como era hace años, si no hacen algo al respecto con todo y lo guadalupano que sea este país, seguirá perdiendo más católicos

manny_guardiano escribe 08.12.14

El caso de Saúl es igual al que me sucedió a mi, nacido en una familia ultracatólica durante muchas generaciones, un día en la iglesia me pregunté a mi mismo que estoy haciendo aquí, solo viendo a un sacerdote haciendo lo mismo cada domingo sin importarle quienes eran las personas que estaban en la misa por eso decidí convertirme a la Iglesia Episcopal donde el presbítero escucha nuestras inquietudes y conoce de nombre a todos en la congregación. Muchos saludos desde Santurce, Puerto Rico

felipillovox escribe 04.12.14

El Padre Abel debiera dar su nombre completo, total, pero el punto aquí es que una de las razones de la crisis por la que atraviesa el catolicismo es que es una burocracia gigantesca con el poder muy concentrado en el Papa, un reino con muchas sucursales en todo el mundo, pues. Martín Lutero detectó esto hace cuatro siglos y por eso cuando fundó su propia iglesia luterana se negó a que lo consideraran el "elegido" por San Pedro. Los protestantes no tienen a un líder indiscutible y eso les ha servido para irse adaptando a las comunidades a las que llegan. De cualquier manera, e independientemente de que yo sea católico, coincido más con el Padre Abel

belton_situs escribe 04.12.14

Alguien dijo si quieres hacerte millonario rápido y sin esfuerzo funda una religión. Como ejemplo, los mormones deben "donar" una cuarta parte de sus ingresos a la iglesia y deben hacerlo comprobandolo con sus estados de cuenta bancarios, casi casi como si fueran el fisco, también estan obligados a reclutar nuevos miembros y a romper todo lazo con sus familiares que pertenezcan a otra religión, también tienen que ir sin excusas al templo no solo los domingos sino cualquier día que se les requiera, aunque sean horas de trabajo. Yo soy católico y doy de limosna lo que quiero o puedo y la cantidad es voluntaria, a menos que por decisión propio me vaya de misionero tendría que andar reclutando nuevos católicos, si falto a misa no va el padrea tocar a mi casa para que le dé dando explicaciones y tengo amigos protestantes, judíos y hasta budistas sin que s eme prohiba hacerlo. La iglesia católica tendrá muchos defectos pero es la que te da mayor albedrío para llevar tu vida.