VIRGEN DEL CANTAL
OLIETE (Teruel)
Virgen del
Cantal
Oliete (Teruel)
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A un kilómetro aproximadamente de la Villa de Oliete, en la
provincia de Teruel, alzase una modesta ermita consagrada a la Madre de
Dios. Su situación no puede ser más pintoresca; colocada en la falda de un
montecillo, rodeada de olivos y cipreses, domina el frondoso olivar y la
feroz huerta del pueblo, sus casas y propiedades.
El título de la Virgen del
Cantal es propio y exclusivo de la imagen que se venera en esta ermita, como
es propia y singular la protección que María Santísima del Cantal ha
dispensado siempre a los habitantes de Oliete.
¿Cuál es el origen de esta santa imagen?. Dice el eruditismo Faci (“Aragón,
reino de Cristo y dote de María Santísima”, edición publicada en Zaragoza,
año 1739, pág., 104) en su obra sobre las imágenes de Jesucristo y de María
Santísima veneradas en Aragón: que cuando Oliete fue liberado del poder de
los moros, se encontró la benditísima imagen de que hablamos en un hoyo,
cubierta con una piedra. ¿Es que el temor de una profanación en aquellos
días aciagos hizo a los cristianos de este pueblo esconder de este modo la
imagen para ocultarla a los mahometanos? ¿O es que Dios quiso que se
manifestara de un modo tan extraño la santa imagen? Esto último no puede
asegurarse; lo que si puede decirse es que la devoción y entusiasmo de los
olietanos fue desde aquel día fervorosa y cordial. Como en el lenguaje
antiguo, a la piedra se le llamaba cantal; por encontrarse cubierta con una
piedra, se le dio el título de Nuestra Señora del Cantal.
No es extraño que los
moradores de Oliete quisieran edificarle entonces una ermita o capilla que,
según el autor antes citado, era tan reducida en un principio, que apenas
cabían dentro unas treinta personas; y como si el cielo quisiera tomar parte
en esta obra, de pronto brotó una fuente cerca del Santuario, cuyas aguas
fueron por algún tiempo tenidas como milagrosas, y recogidas después en una
balsa, sirvieron para regar los olivos y plantas de la pertenencia de la
Virgen Santísima.
Varias modificaciones se
han hecho sucesivamente en esta ermita, mereciendo especial mención la que
se llevó acabo en el año 1864, en el que se construyeron la sacristía, el
coro y el pórtico, tal como hoy existen. En 1930 se construyó el actual
camarín, que permite adorar a la santa imagen.
Muchos favores ha
concedido en todo tiempo a sus devotos María Santísima del Cantal. El ya
citado autor Faci refiere varias curaciones habidas por milagrosas.
Son muchos los vecinos de
Oliete que han experimentado las bondades de tan excelsa protectora,
librándolos de enfermedades, peligros y necesidades en que se hallaban
sumidos.
Quisiera Dios que esta
devoción a María Santísima del Cantal, lejos de entibiarse aumentase de día
en
A la Virgen del
Cantal
El
cielo azul se extiende sobre la era la parva amarilla espera ser
alzada pero el viento ha cesado y el calor poderoso aplasta el día
sobre la tierra. Las piedras calientes guardan silencio en la subida
a la ermita mariana, que, escondida entre rocas desgastadas, es
presencia de Dios en la tierra. El frescor sedante que allí
guardan el silencio de la luz y de los rayos dan vida a la oración
confiada que como hijo cansado allí se escucha. La fuente verdosa
del pan de rana espanta abejas y avispas con su chasqueo, sacia la
sed de mi cabalgadura y allí sentado contemplo: Tierra bien nacida y
bien criada que te alza al amor de tu Señor, te sientes segura y
poderosa con el Sol, la Luna y tu
Dios.
José Manuel
Parache
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