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Comentario a la Oda I
de Rodrigo de Santaella
�A Nuestra Se�ora�

      Los motivos literarios m�s relevantes de esta oda proceden de
la eleg�a I,18 de Propercio.
El comienzo est� inspirado en los versos 5-6 del poeta de As�s:

Vnde tuos primum repetam, mea Cynthia fastus?
      quod das flendi, Cynthia, principium?

as� como las sucesivas interrogaciones introducidas por an y las conjunciones quia y quod:
an quia... /an tua quod
en los versos 17 y 23 de la eleg�a de Propercio.

          Los versos 39-42 proceden de los versos 14-16 del poema properciano:

      non ita saeua tamen uenerit ira mea,
ut tibi iam merito semper furor et tua flendo,
      lumina deiectis turpia sint lacrimis.

          El final del poema procede de los versos 31-32:

...resonent mihi �Cynthia� syluae
      nec deserta tuo nomine saxa uacent.

          y 21-22 de la eleg�a: ..

.resonant mea uerba.../
      scribitur et uestra �Cynthia� carminibus.

          Santaella busca en "el solitario retiro" de su habitaci�n la inspiraci�n po�tica y la comuni�n m�stica con la Virgen. All� resuena el nombre de Mar�a que �l grita como el enamorado que graba el nombre de su amada en la corteza de un �rbol y oye el eco repetirlo cuando �l lo grita por el bosque. Si bien esto �ltimo debe entenderse simplemente como la adaptaci�n de un conocido t�pico literario procedente de la l�rica amorosa latina (en concreto de la eleg�a I,18 de Propercio), precisamente el hecho de apartarse de su fuente en lo que al escenario se refiere prueba que el dato de la habitaci�n como lugar de inspiraci�n para Santaella s� es real. La influencia de Propercio es aun m�s evidente en las odas IV, V, VII y IX de Santaella, inspiradas respectivamente en las eleg�as I, II, XV y XVI del poeta de As�s.

          El verso 34 (grata manes coelo, gratior atque solo) recuerda la ant�tesis "cielo-suelo" en algunas de las m�s conocidas poes�as de Fray Luis de Le�n, quien pudo haber conocido las Odas de Santaella. Esta y otras muchas coincidencias en la elecci�n de met�foras, im�genes, expresiones y motivos en la poes�a de maese Rodrigo y de fray Luis pueden explicarse por formar parte de un material ampliamente difundido. Pero el hecho de que el �nico ejemplar conservado de las Odas impresas en 1504 se encuentre precisamente en la Biblioteca Universitaria de Salamanca permitir�a explicar esa posible influencia directa.

          El peligro de las fieras a que alude el d�cimo d�stico, especialmente de los lobos, era sentido como real por el hombre renacentista, quien pod�a creer incluso que su ataque obedec�a a un castigo divino. As� al menos lo expone el propio maese Rodrigo en su Tratado de la inmortalidad del �nima, Sevilla, 1503, cap. XXX, fols. 41 v� - 42 r�: "Algunas vezes es oculto o manifiesto juyzio de Dios que el demonio o los verdaderos lobos, movidos por divinal instinto, por pecados de los padres o de los mochachos, los matan o hazen mal, como leemos en el quarto de los Reyes, en el cap�tulo .ii., que acaesci� en aquellos quarenta y dos mochachos que, haziendo burla de Eliseo, dez�an: "Sube calvo, sube calvo". E por instinto de Dios salieron dos ossos del monte e los mataron. Y en el tercer libro de los Reyes, en el cap�tulo .xiii., se cuenta de aquel le�n que mat� al propheta de Dios porque no av�a cumplido su mandado. E assy leemos que en tiempo de Mamerto, obispo de Viena, se ordenaron las letan�as menores que se celebran tres d�as ante de la Ascensi�n porque entravan los lobos en las cibdades e p�blicamente com�an los hombres..." Tratado de la inmortalidad del �nima, Sevilla, 1503, cap.XXX, fols. 41 v� - 42 r�.

Joaqu�n Pascual Barea


Enlaces:

La oda I de Maese Rodrigo de Santaella: texto latino

La oda I de Maese Rodrigo de Santaella: traducci�n

Las odas de Maese Rodrigo de Santaella y las eleg�as de Propercio

Poes�as de Maese Rodrigo Fern�ndez de Santaella

Obras de Rodrigo de Santaella

Poes�a latina del Renacimiento en Sevilla


Santaella y la Virgen
Cuadro de Alejo Fern�ndez

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