Hoy por hoy nadie duda que la red nacional de aduanas del
país ha servido como uno de los soportes fundamentales que le han dado sostén a
las redes públicas y privadas de corrupción en Venezuela.
Este privilegio no ha sido exclusivo de la IV como tampoco de
la V República. Muy por el contrario, durante ambos períodos han surgido
situaciones críticas que han ameritado su intervención, la destitución de las
autoridades que las han conducido y supervisado, y la sucesiva aprobación de
leyes y reglamentos para normar la actividad de las cadenas civiles y militares
que en ellas intervienen.
Las aduanas sirvieron en el pasado para ayudar a consumar
grandes fraudes de subfaturación o sobrefacturación tanto de importaciones como
de exportaciones, evadir impuestos y aranceles, legalizar contrabando en
detrimento de la industria nacional, extorsionar a particulares y empresarios y
para amasar grandes fortunas unipersonales y grupales.
Hoy la situación no es nada diferente. Lo único distinto, si
se quiere, es que la estructura administrativa y jerárquica de las aduanas
depende de una Intendencia de Aduanas creada por la V República y que, junto con
la de Tributos Internos, ramifican en dos la actividad de la Superintendencia
Nacional Tributaria (Seniat). Pero en cuanto a las redes de corrupción que se
benefician de la actividad impositiva y arancelaria, éstas se adaptaron con
facilidad a la salida del viejo Ministerio de Hacienda, se asimilaron con
eficiencia y capacidad al Servicio Nacional de Administración Tributaria, y han
expandido con celeridad los tentáculos de irregularidades desde y hacia la
Intendencia Nacional de Aduanas, el propio Seniat y, en general, hacia el
conjunto de la sociedad, incluido el Poder Judicial y la Fuerza Armada.
De acuerdo con lo establecido por el Seniat, una aduana es
"un ente público de carácter nacional prestador de servicios, y cuyas
actividades de control están destinadas a lograr que el paso por el territorio
nacional de mercancías extranjeras, nacionales o nacionalizadas, se realice
conforme a la normativa legal".
Se les clasifica de dos maneras: por jerarquía, en
principales, subalternas y habilitadas. Y, por el sentido de tráfico: de
entrada, de destino, de paso y de paso de frontera.
La política aduanera vigente persigue, entre otros, cubrir
los siguientes aspectos, en concordancia con una serie de acuerdos, tratados y
convenios internacionales de los que Venezuela es signataria como el Acuerdo
General de Aranceles y Comercio (GATT):
Contribuir al mejoramiento de
los niveles de vida.
Procurar el pleno empleo.
Buscar el aprovechamiento
cualitativo de los recursos mundiales.
Desarrollar la producción en
economías de escala.
Estimular el intercambio
especializado de mercancías.
Fomentar el crecimiento y el
desarrollo económico.
El año 1999 comenzó para las aduanas con la entrada en
vigencia de una reforma a la Ley Orgánica de Aduanas. De los 155 artículos, se
modificaron 95. Pero además, con el reconocimiento hecho por Edgar Vásquez,
gerente de la aduana marítima de La Guaira, quien admitía que en 20 años no se
habían realizado inversiones en la infraestructura aduanal (El Universal,
04/01/1999).
—Hay gente inescrupulosa que no tiene nada que ver con los
funcionarios de la aduana ni con los de la Guardia Nacional, que forjan
planillas y pasan las alcabalas porque no hay un mecanismo de detección de
documentación falsa.
La Asociación Nacional de Agentes Aduanales (Asonaga), en
cabeza de su presidente, Hugo Mijares Flores, procedió con la impugnación de la
reforma de la ley ante la Corte Suprema. Este dirigente gremial es el mismo que
en 1986 y 1989 denunció la inconstitucionalidad de los acuerdos firmados por el
entonces ministro de Hacienda, Manuel Azpúrua, con las empresas verificadoras de
precios, calidad y cantidad en las mercancías importadas con dólares
preferenciales, a propósito del Régimen de Cambios Diferencial materializado en
Recadi. Entrevistado por la periodista Yolanda Ojeda, expresó lo siguiente
(El Universal, 18/01/99):
— ¿Se oponen acaso a la modernización?
— Eso sería necio. Lo que hemos sostenido es que no se puede
modernizar un carro viejo poniéndole la turbina de un DC-9. Hay dos grupos de
agencias de aduanas: el primero, el de los grandes que son apéndices de bancos y
compañías de seguros, llamados los 'pulpos' del negocio aduanero. A esta gente
no le cuesta nada la fianza equivalente a los impuestos causados, lo que nos
representa 40 millardos de bolívares. El segundo grupo: los pequeños y medianos
que tienen detrás sólo nuestros clientes, sin bancos y seguros que no respalden;
una fianza representa un costo muy elevado.
La anterior era la situación general con las aduanas en la
transición entre el último gobierno de la IV y el primero de la V República.
Sólo bastaría agregar el último escándalo de corrupción ocurrido en el Seniat,
el cual fue divulgado por los medios el 30 de enero de 1999, apenas dos días
antes de la asunción de Chávez al poder: "Denuncian corrupción en el Seniat",
era, por ejemplo, el titular de El Universal.
"Un escándalo de corrupción reventó en el Servicio Nacional
Integrado de Administración Tributaria, Seniat, esta vez por un caso de
extorsión denunciado por un comerciante (Jorge Enrique Vásquez Villarreal),
quien contó con pelos y señales cómo fue sobornado (3,5 millones de bolívares
solicitados) por funcionarios de ese organismo, secundados por un cómplice
perteneciente a la PTJ ( supuestamente, el grupo estaba integrado por Humberto
Urbina, Robinson Rodríguez, Máximo Humberto Márquez Aguilar y Freddy
Monasterios). Los detalles de la irregularidades fueron expuestos por Alberto
Perdomo, quien ocupa el cargo de Coordinador Nacional del Seniat, y decidió
hacer pública la denuncia hastiado de las irregularidades".
— Ahí hay cualquier cantidad de marramucias y nadie hace
nada. Alguien tiene que hacer algo –se desahogó Perdomo con varios periodistas.
Al día siguiente de la juramentación de Chávez como
Presidente, o sea el 3 de febrero de 1999, se conoció que "el comisario Alberto
Perdomo, coordinador nacional de seguridad del Seniat" –el mismo que actuó en el
caso del empresario Vásquez Villarreal-, "aseguró que el Superintendente
Nacional Tributario, Eduardo Wallis Olavarría, lo destituyó del cargo por haber
denunciado públicamente una serie de hechos ilícitos" (El Universal,
04/02/1999).
— Me han amenazado y me han dicho que voy a aparecer
cualquier día con un mosquero en la boca –denunció el ahora ex funcionario.
Lo cierto era que la Disip había detenido preventivamente a
varios funcionarios: Luis Koesling (hermano del abogado Ricardo Koesling),
director nacional de Seguridad del Seniat; Máximo Márquez, jefe nacional de
Investigaciones; el inspector de la PTJ, Robinson Rodríguez; Humberto Urbina,
supervisor de Seguridad; y Freddy Monasterios, empleado del Departamento de
Investigaciones. Como puede apreciarse, la composición de cargos del grupo es
muy similar a la que tendría el denominado Los Blindados, detenido tras
otra extorsión en Valencia en abril de 2001 y donde figuraría como imputado
Carlos Díaz hijo del Superintendente Nacional Tributario, Trino Alcides Díaz.
La cadena de ilícitos en la dupla Seniat-Aduanas no se
detenía:
10/02/1999: "Once funcionarios
de la aduana de La Guaira fueron encontrados responsables por
negligencia en la preservación y salvaguarda de los derechos del
patrimonio público de la Nación" (El Universal).
20/02/1999: "Liberados bajo
fianza ex empleados del Seniat detenidos por la Disip" (El Universal).
17/04/1999: "detenidos falsos
gestores por estafa de 48 millones" (El Universal).
27/10/2000: "detenidos tres ex
funcionarios del Seniat que intentaron sobornar a la Disip" (El
Universal).
30/10/2000: "Detenido valorador
de la aduana de La Guaira por extorsión" (El Universal).
20/01/2001: "Detenidos tres
reconocedores de la aduana marítima de La Guaira recibiendo 700 mil
bolívares" (Tal Cual).
01/02/2001: "Detenidos 8
funcionarios de aduanas y un gerente" (El Universal).
03/02/2001: "Suspendido 9
jueces que legalizaban contrabando" (El Universal).
16/02/2001: "Seis detenidos en
allanamiento de aduana de Puerto Cabello" (El Nacional).
09/03/2001: "Presos 8 altos
funcionarios del Seniat por fraude fiscal" (Últimas Noticias).
26/03/2001: "funcionario de
aduana de La Guaira capturado in fraganti por la Disip fue
reincorporado al cargo" (El Nacional).
22/04/2001: "Funcionario del
Seniat sentenciado a cuatro años de casa por cárcel" (El Nacional).
25/04/2001: "Detenido individuo
que se hacía pasar por fiscal del ente tributario" (El Universal).
El último superintendente nacional Tributario de la IV
República, Jorge Wallis Olavarría, fue sustituido por el primero de la V:
Humberto Prieto. Prometía el rescate de la autonomía funcional y presupuestaria
del Seniat y una primera reestructuración, luego de ser juramentado por Hugo
Chávez:
— Para el Presidente y para nuestro proyecto político, el
Seniat tiene muchísima importancia, pues es lo que nos va a permitir obtener los
recursos para superar el déficit fiscal... En la institución observamos una gran
burocracia en la parte normativa y muy pocos recursos en la parte operativa (fue
concebido para 2.000 empleados y disponía de 7.000 para el 1º. de febrero de
1999) (El Universal, 19/02/1999).
Prieto denunció el 13 de febrero la existencia de un "Seniat
virtual".
— ¿Qué es eso? –le preguntaron los reporteros de la fuente.
— El Seniat virtual está integrado por el personal que fue
despedido, pero que sin embargo, por disposiciones presentes en la Ley de
Carrera Administrativa, no puede ser efectivamente separado de su cargo. En la
organización hay casos de un cargo que es ocupado hasta por cuatro funcionarios.
Esto está afectando el funcionamiento normal del ente. También hay unos 700
contratados o trabajadores temporales.
En torno al tema de las aduanas, fue muy específico: "el
Estado y los venezolanos estamos pidiendo que las aduanas sean controladas". Por
ello anunció un plan de control y nuevos jefes para las mismas.
El periodista y empresario Tomás Socías López, ex presidente
de la Cámara Venezolana de Alimentos (Cavidea), veía la situación en los
siguientes términos: "hay un inmenso consenso nacional en torno a la necesidad
de impedir que las aduanas sigan siendo el peor de los ejemplos de cómo se
violan las leyes... Combatir el ilícito es el primer paso. De ser una curiosidad
eventual, pasó a ser una industria próspera para quienes viven de él" (El
Universal, 18/02/1999).
La primera intervención de las aduanas resuelta por el
gobierno de Chávez ocurrió el 22 de febrero de 1999. El operativo, encabezado
por Humberto Prieto, se realizó con la compañía de 180 fiscales del Ministerio
Público, del Ministerio de Hacienda y efectivos de Resguardo Nacional Tributario
de la GN, en las aduanas marítimas de La Guaira, Maracaibo, Puerto Cabello,
Guanta y las aéreas de La Guaira y Valencia. Para el momento se estimaba que
unos 300 funcionarios podrían estar ligados a la corrupción, algunos de los
cuales ya contaban con expedientes internos.
— El objetivo de este plan –reveló Prieto- es hacer un
saneamiento de las aduanas, empezando por la evasión de 80% de las importaciones
que se hacen en el país... En cuatro años de existencia del Seniat se han
instruido unos 120 expedientes y apenas se ha despedido un solo funcionario.
En apenas dos meses la recaudación en la aduana de La Guaira
pasó de 20 a 100 mil millones de bolívares, según reportó el Destacamento 58 de
la Guardia Nacional. Es decir, pasó de 5 mil millones semanales a 5 mil millones
diarios, por el momento. Las intervenciones se fueron dando hasta completar un
número de 16: la aérea y la marítima de la Guaira, Valencia, Puerto Cabello, El
Guamache en Nueva Esparta, Maracaibo, San Antonio del Táchira,
Centro-occidental, entre otras de las clasificadas como principales.
Para el antes citado presidente de Asonaga, Hugo Mijares
Flores, la intervención de las aduanas "es una medida blandita. Allí en las
aduanas no hay nada sano, hay que sustituir hasta los obreros que hacen la
limpieza. La situación en las aduanas es una mesa que se compone de tres patas:
los funcionarios del Seniat, la Guardia Nacional y los contrabandistas" (El
Universal, 24/02/1999).
Un primer tropiezo importante que tuvo la gestión de Humberto
Prieto, fue la designación como nueva gerente de la aduana marítima de La Guaira
de Zulay Pérez Jiménez. "Ella fue mencionada en un informe de la contraloría
interna (del Seniat), como una de las responsables por la supuesta evasión de 20
mil millones de bolívares mediante tránsitos internacionales" (El Universal,
25/02/1999).
La nueva Ley de Aduanas trajo consigo la necesidad de
actualizar el respectivo reglamento, cuyo proyecto disponía de más de 700
artículos, algunos de los cuales fijaban los requisitos de desempeño de los
agentes del ramo.
Los buenos deseos se vieron impactados con un auto de
detención dictado al ex superintendente nacional Tributario, Eduardo Wallis
Olavarría, y otros 30 funcionarios importantes y medios del Seniat. Un tribunal
penal de Maracaibo dictaba medidas basado en la Ley de Salvaguarda. Se
investigaba un posible fraude por el orden de los 30 mil millones de bolívares
mediante el cobro irregular de Certificados de Registro Tributario (CRT).
Cuarenta allanamientos en Caracas y Maracaibo buscaban dar
con el paradero de Wallis Olavarría y de Miguel Revette, ex gerente general de
Desarrollo Tributario; Héctor Orochena, ex gerente de la Región Zulia y ex
gerente de Fiscalización; y Nancy Becerra, ex gerente de Recaudación y para el
momento del incidente gerente de Fiscalización, entre otros imputados (El
Universal, 25/03/1999). En Zulia se procedió con la detención de Ileana
Finol, Iván Rodríguez, Enmanuel García, Alida González, Donato Parra, Fabio
Bello, y Félix Osorio (El Universal, 26/03/1999).
La cadena del delito, según la juez Isabel Hernández, estaba
basada en la utilización de los CRT para cancelar a dos empresas inexistentes:
Plásticos Occidente y Resinas El Lago, con supuestas casas matrices en Caracas.
Las respectivas resoluciones culminatorias de certificados de reintegro y la
reparación de derechos que exigían, adicionalmente, se publicaban en la Gaceta
Oficial.
Uno de los imputados, Héctor Orochena, se comunicó
telefónicamente con el periodista Nelson Bocaranda Sardi a su programa radial, y
reveló que "inicié una investigación e incluso sostuve reuniones con el coronel
Humberto Prieto, actual superintendente del Seniat, y con el coronel Domínguez,
su adjunto. Les expliqué lo grave de la situación e inclusive envié copia del
informe a la Contraloría Interna del Ministerio de Hacienda. Como todo eso me
generó dudas, llamo al teléfono que aparecía en la factura y me encuentro con
que el proveedor era un taller mecánico"(El Universal, 26/03/1999).
Expresó que la operación fue parada por su persona, Miguel Revette y Nancy
Becerra.
La gravedad del caso, la jerarquía de los involucrados y la
cuantía de recursos señalada, hizo que el ministro del Interior, Luis Miquilena,
declarara que el Seniat "está siendo investigado en todo el país, y así como
ocurrió en el estado Zulia, se pueden producir autos de detención en otras
partes del país" (El Universal, 27/03/1999). Sin duda se trataba del
primer caso de corrupción con personal del Seniat en la V República.
La primera intervención de las aduanas, además de la
aplicación de multas por 60 mil millones de bolívares en cuatro meses, también
generó reacciones como la planteada por el presidente de la Asociación Naviera
de Venezuela, José Sabatino Pizzolante, quien denunció que "en Puerto Cabello
hay una paranoia fiscal, porque se asume que todos los que por allí pasan son
unos contrabandistas" (El Universal, 03/05/1999
El caso de Wallis Olavarría dio un giro, en tanto se asignó a
una nueva juez, Mirtha Ríos de Álvarez, y en cuanto se aclaró que lo que pesaba
en su contra no era un auto de detención sino una orden de captura. "Se trató de
un error que no fue aclarado en su oportunidad porque no se le dio la debida
importancia" (El Universal, 28/05/1999).
Fue a mediados de agosto de 1999 cuando el gobierno y las
autoridades del Seniat comenzaron a acariciar la idea de crear una Intendencia
de Aduanas. Hasta ese momento la supervisión aduanera era vista como una
operación tributaria más dentro del conjunto de la Superintendencia Nacional.
Pero la estructura del Seniat no solamente demostraba su
capacidad de corrupción interna, sino que también era presa de ataques externos.
Tres pistoleros irrumpieron en la sede principal ubicada en Plaza Venezuela,
sometieron a vigilantes y empleados, abrieron una caja fuerte y cargaron con
cinco kilos de oro que estaban bajo custodia a la orden de un tribunal de
Vargas. Esto ocurrió muy temprano por la mañana del 18 de agosto. "Más de 50
funcionarios civiles y militares se encargan de custodiar las oficinas del
Seniat, pero ninguno de ellos pudo explicar cómo ingresaron los antisociales y
tampoco cómo se marcharon" se leía en la reseña de El Universal (19/08/1999).
Un segundo proceso de reestructuración fue emprendido por el
gobierno en el Seniat a comienzos de octubre de 1999. Estaba en cabeza del
Ministerio de Finanzas, órgano que había procedido con la destitución del
Coronel Aviación Rafael Domínguez Sequera, superintendente adjunto a Prieto;
Willmer Lugo, intendente de Aduanas; José Gregorio Pérez, gerente de
Informática; y Carlos Peña, gerente Jurídico Tributario (El Universal,
08/10/1999). Un comunicado anunció las designaciones de: Coronel Aviación
Francisco Alvarado Pinto, como superintendente adjunto; Teniente Coronel
Fernando Viloria Gómez, como intendente de aduanas; Víctor Mejía, gerente de
Planificación; Amer Krajensky, gerente de Informática; y Freddy Sancler, gerente
Jurídico Tributario.
"Desde hace algún tiempo se venían notando incoherencias en
el Seniat. Se comenzó a investigar y se determinó que había una cantidad de
puntos clave que debían cambiarse. Teníamos un problema de gerencia en el Seniat
y éste es uno de los primeros pasos que estamos dando, luego vamos a proceder a
la modernización de las aduanas y a la modernización de todo el sistema
tributario aduanero", decía el comunicado.
Días antes, la Guardia Nacional y la Disip habían
desmantelado una aduana paralela a la marítima de La Guaira, que era capaz de
manejar los mismos números correlativos que la oficial, conectada con los bancos
de la zona y con un completo stock de sellos y papelería oficial.
Manejaba ingresos por el orden de los 1 mil millones de bolívares solamente en
documentos de nacionalización y permisos sanitarios.
El organismo estaba virtualmente intervenido, ya que el
titular Humberto Prieto había sido destituido por ofrecer declaraciones no
autorizadas en materia económica, que contrastaban con criterios emitidos por la
Oficina Central de Presupuesto, Banco Central de Venezuela y Ministerio de
Finanzas, en materia de estadísticas y proyecciones. Fue sustituido por Pablo
Balestrini.
Una encerrona de los gerentes y directores de línea del
Seniat con el ministro de Finanzas, José Rojas, en la sede de Mata de Coco, fue
suficiente para anunciar una nueva reestructuración global del organismo,
tomando cuerpo aún más la creación de una Intendencia Nacional de Aduanas y otra
de Tributos Internos.
Para proceder con el plan el gobierno oficializó por decreto
la intervención del Seniat el 21 de diciembre de 1999. El ministro Rojas fue el
portavoz de la noticia y concretó que una junta de tres interventores de Pdvsa,
Finanzas y el Ministerio de Planificación y Desarrollo procedería a la
conformación de las dos nuevas intendencias.
Así, el propio Rojas, Héctor Ciavaldini y Jorge Giordani
quedaron constituidos en comité interventor. El superintendente Balestrini salió
del cargo y en su lugar entró el Coronel Francisco Alvarado, como titular
encargado.
Pero como siempre, un nuevo episodio enturbiaba la búsqueda
de soluciones. En esta oportunidad un mayor retirado de nombre Eliécer
Sanmartín, gerente de Tramitaciones del Seniat, "fue atrapado por detectives de
la División General contra la Delincuencia Organizada de PTJ. El funcionario le
había prometido al comerciante Julio Restrepo una licencia para vender licores
en la tasca Mi Tesoro de la avenida Lecuna", reportó El Universal
(16/03/2000). La operación era a cambio de 30 millones de bolívares.
Los trabajadores del Seniat reaccionaron frente a la
situación de intervención del organismo. El sindicato de trabajadores se las
ingenió para conseguir un dictamen de la Procuraduría General, según el cual el
procedimiento resultaba "jurídicamente inconveniente", dada la personalidad
jurídica de la institución (El Universal, 07/04/2000). En paralelo un
grupo amplio de trabajadores y funcionarios rechazaron la presencia de Petróleos
de Venezuela en la junta interventora a través de un remitido al presidente
Chávez: "el sometimiento del Seniat al control de Pdvsa, que es el primer
contribuyente del Estado, es éticamente improcedente y contradice su promesa
original de descubrir la caja negra de Pdvsa" (El Universal, 11/04/2000).
— No hay designación de funcionarios de Pdvsa... Fueron
alguna vez... funcionarios de Pdvsa –explicó el Ministro de Finanzas... Pdvsa es
una institución con una gran capacidad técnica y muchas veces nos presta
funcionarios para llevar adelante ciertas actividades. Dentro de las personas
que han sido nombradas, ninguno es funcionario activo de Pdvsa, sino que tienen
una gran experiencia, son personas con doctorados, son grandes gerentes, que es
lo que se necesita" (El Universal, 14/04/2000).
Pero el criterio del recién destituido intendente de Aduanas,
Fernando Viloria, era totalmente contrario: "aunque el ministro (José Rojas)
preside la junta, el director de la orquesta es el señor Ciavaldini, quien de
hecho nombró a la mayor parte de los gerentes nuevos y al mismo Viceministro de
Finanzas" (El Universal, 14/04/2000). En el lote de nuevas designaciones
iba Pedro Rodríguez, designado como nuevo Intendente de Aduanas.
Mientras tanto la purga continuaba: salieron también Miguel
Velandia, gerente de la Región Centro-Occidental; Tania Ruiz, de la oficina de
Divulgación Tributaria; Héctor Pérez, director de Servicios; Marcos Carrillo,
gerente de Administración; Edgard Hernández Behrens, gerente de Tributos
Internos; y Carmen González, directora de Planificación (El Universal,
06/05/2000).
La junta interventora estudiaba unos 150 casos de
destituciones adicionales, sobre personal con expedientes abiertos, al tiempo
que anunciaba la apertura de una licitación con el fin de "analizar y estudiar
propuestas para el mejoramiento de la estructura, adquisición de bienes de
capital, materiales y contratación mediante concesión de tecnología para el
sistema de carga y contenedores que serán utilizados por las diversas aduanas
del país", revelaba otro comunicado del Ministerio de Finanzas despachado a los
medios el 8 de septiembre.
El primer caso propiamente dicho e importante de corrupción
en el eje Seniat-Aduanas en la V República lo constituyó la detención del
intendente nacional de Aduanas, Pedro Rodríguez, el 3 de octubre de 2000. Una
operación encubierta de la Disip dio como resultado la captura del funcionario
activo en su propia casa (Pent-House del edificio Irvia en la avenida La Salle
de Los Caobos), en momentos en los que recibía 10 millones de bolívares producto
de una supuesta extorsión. Pero en su casa se encontraron más de 30 millones de
bolívares en efectivo. "Fuentes ligadas al caso indicaron que el funcionario
supuestamente cobraba una cuota semanal a los jefes aduanales: 10 millones de
bolívares a los de Puerto Cabello y La Guaira, que son los lugares con más flujo
de mercancía. El resto debía pagar 5 millones de bolívares por semana" revelaba
la reseña de El Nacional (04/10/2000).
Enoé Vásquez, jefe de Investigaciones de la Disip, declaró
que "todas las aduanas van a ser investigadas. Todas las que dependían del
Intendente Nacional de Aduanas" (El Nacional, 04/10/2000).
La detención de Rodríguez se produjo como parte de un
seguimiento realizado tras la denuncia hecha por el gerente de la Aduana, Víctor
Molina, quien señaló que se le querían cobrar entre 10 y 20 millones de
bolívares semanales por permanecer en el cargo (El Universal, 04/10/2000).
El Intendente fue confinado en la sede de la Disip y Chávez
se enteró de la detención en Maracay, desde donde precisó: "donde quiera que
haya una denuncia o rumores de corrupción, se abrirá de inmediato una
averiguación que llegará hasta donde le corresponda al gobierno" (El
Universal, 04/10/2000).
Carmelo Gualdrón, coordinador nacional de Seguridad del
Seniat, estuvo presente en la detención de Rodríguez y, posteriormente, denunció
amenazas de muerte:
— Me mandaron a contar mangueras contra incendio dañadas y me
advirtieron que no tenía que seguir investigando hechos de corrupción. Si algo
me llegara a suceder responsabilizo al Coronel Francisco Alvarado Pinto,
superintendente nacional adjunto, y a Héctor Ciavaldini, presidente de Pdvsa...
La corrupción (en el Seniat) llegó al extremo de la depravación (El
Universal, 06/10/200).
Los 30 millones en efectivo encontrados en el apartamento de
Rodríguez estaban ocultos en cajas de tabaco:
— Que yo sepa, ese señor jamás ha fumado – advertía Gualdrón,
un ex funcionario e investigador de la PTJ.
El 6 de octubre el gerente de aduana denunciante, Víctor
Molina, sostuvo el siguiente diálogo con los periodistas de la fuente judicial:
— ¿A usted también lo han amenazado de muerte como al jefe de
seguridad del Seniat?
— No.
-¿Desde cuándo lo estaban extorsionando?
— Ehh... bueno...
—¿Cuánto dinero le pidió el Intendente Nacional de Aduanas?
— 10 millones de bolívares semanales.
— ¿En calidad de qué acudió usted a la Disip?
— En calidad de víctima.
— ¿Alguna empresa ha denunciado que le están cobrando para
hacer los trámites?
— Para que haya un corrupto tiene que haber un corruptor.
Ellos siempre dicen que les cobran las habilitaciones y los trámites, pero
ninguno viene a denunciar quién les cobra.
"Molina, con su tabaco en la mano, prometió que cuando
termine la investigación ofrecerá más detalles", finalizaba la reseña del día
escrita por Luisa Amelia Maracara (El Universal, 06/10/2000).
Persuadido de la significación que tenía la captura in
fraganti de Pedro Rodríguez, Tulio Hernández escribió en El Nacional
(08/10/2000) que "los venezolanos de la era bolivariana necesitamos con
urgencia un -¡por lo menos uno!- corrupto ejemplar. Un corrupto de verdad. No el
chino de Recadi. Uno del cual no quede duda alguna y ni los jueces ni la opinión
pública titubeen a la hora de condenarlo. Si es posible, que tenga cara de
corrupto, ademanes de corrupto y, esto sería lo más importante, en torno al cual
se reúnan las más sólidas e inequívocas pruebas de sus pervertidas maneras de
actuar...".
Agregaba que "de lo contrario, si no aparece pronto, si no
encontramos lo que podríamos llamar un corrupto ejemplar, o abandonamos el tema
de la lucha contra la corrupción -promesa básica y soporte ideológico de los
juramentos quinta-republicanos- o, a falta de evidencias y de culpables, nos
servimos de los instrumentos de la fe revelada para no retomar los viejos
caminos del escepticismo y la desilusión. Porque eso fue lo que nos dejó la IV
República: amagos y amenazas de luchar contra la corrupción. Nos dejó, por
ejemplo, la legendaria lista de corruptos de Don Luis Piñerúa que, cual
telenovela infinita, nunca llegó al último capítulo, el de las revelaciones. Nos
dejó el sabor amargo de la prescripción de los juicios a Lusinchi y Blanca
Ibáñez, y la sucesiva humillación nacional de ver al ex Presidente de Juan Pablo
II y otras fechorías colocando su trasero sobre la dignidad nacional cada vez
que el fenecido Congreso requería de su voto vitalicio para terminar de cuadrar
algún arreglo cupular".
— Búscate a los abogados que te busques, pero cómo vas a
explicar el dinero, y lo del señor que fue a tu casa a llevártelo -exclamó
Chávez en el Aló Presidente del domingo 8 de octubre-...Quiero verles las caras
y que el pueblo los vea para que les dé pena. Eso sí, sin violar sus derechos
humanos.
Otro artículo revelador fue el escrito por Trino Márquez en
El Universal (18/10/2000): "desde que Hugo Chávez asumió el Gobierno, el
Seniat ha tenido cinco Superintendentes. Con tal inestabilidad resulta imposible
mantener una política permanente de supervisión de los mecanismos de recaudación
fiscal y modernización de las aduanas y de control sobre los numerosos
vericuetos que va construyendo la corrupción... Con relación a la corrupción,
ciertamente nadie podría decir que había desaparecido en las administraciones
anteriores. Los corruptos han demostrado una capacidad de adaptación mayor que
la de los esquimales, además, son verdaderos genios de la inventiva. Los
intereses que se combinan son muy poderosos e inveterados. La Guardia Nacional,
los funcionarios civiles y los gestores privados forman un gang
hermético. Por lo pasillos del organismo se comenta que el episodio de Pedro
Rodríguez no es más que un ajuste de cuentas entre grupos que se disputan el
poder dentro del servicio".
Por el delito de concusión fue acusado el ex Intendente de
Aduanas por la Fiscalía ante el juez 36 de Control, Alejandro Rebolledo, el 21
de octubre, quien tenía que decidir si formalizaba una acusación. Había sido
grabado y filmado el día de la captura y en las semanas precedentes. Por cierto
que un carro embistió contra el vehículo del juez Rebolledo, la noche del 18 de
octubre en la autopista Francisco Fajardo (El Nacional, 20/10/2000).
Un año después del segundo proceso de reestructuración
emprendido en el Seniat y las aduanas, el 5 de noviembre de 2000, el presidente
Chávez conformó un nuevo equipo gerencial, integrado por el ex rector de la UCV,
Trino Alcides Díaz, como superintendente nacional Tributario; Elías Eljuri, ex
vicerrector administrativo de la UCV, como intendente nacional de Tributos
Internos; y el ex constituyente, Capitán José Vielma Mora, como intendente
nacional de Aduanas.
El resto del nuevo equipo quedó conformado por: Coronel
Francisco Alvarado Pinto, como superintendente adjunto ratificado; Freddy
Sanclair, gerente jurídico; Aníbal Espejo, gerente de Recursos Humanos;
Rigoberto Hernández Taboada, gerente de Recaudación; Pedro Azuaje (ex
viceministro del Trabajo), gerente de Fiscalización. Ivonne Castro ingresó como
gerente de Finanzas y Lucila Ascanio, como gerente de Región Capital.
— Para que Venezuela tenga un desarrollo continuo es
necesario un sistema tributario que funcione perfectamente bien... Hay que
reforzar al Seniat para recuperar el prestigio que tenía cuando fue creado
–fueron las primeras palabras de Trino Alcides Días, tras ser juramentado (El
Universal, 06/11/2000).
El ex rector se propuso de entrada un plan de rescate tanto
del Seniat como del sistema de aduanas. Se propuso darle vigor al plan Sidunea,
es decir, la instalación de una aduana piloto tipo laboratorio en La Guaira
antes de que finalizara el año 2000. Se venían haciendo algunas pruebas con 12
empresas que importan 60% de la mercancía que ingresa por el puerto de La
Guaira.
El intendente nacional de Aduanas, Vielma Mora, hizo saber
que 10% de la nómina del Seniat tenía expedientes por corrupción.
— La situación del Seniat es peor de lo que se pensaba
–declaró el superintendente Díaz a la semana de asumir el cargo (El
Universal, 18/11/2000)... Los puntos más graves son la ineficiencia que
presentan algunas gerencias, los procedimientos que se aplican no son los más
convenientes, no hay casi controles y el personal de fiscalización no abarca
todas las regiones.
Eventos, fechas y nombres clave del
Seniat en la V República
Fuente: El Nacional, El Universal y Unión Radio.
El mismo día de las anteriores declaraciones, el 17 de
noviembre, Pedro Rodríguez fue llevado a los tribunales. Una vez allí, gritó:
— ¡Todo esto es un montaje, una trampa política para
afectarme a mí y a Héctor Ciavaldini, y al presidente Chávez lo están engañando
con el proyecto de modernización del Seniat! (El Universal, 18/11/2000).
Para este momento el ex Intendente de Aduanas tenía ya 46
días preso en un calabozo de la Disip, el juez Rebolledo había conseguido
méritos para el enjuiciamiento y, a la vez, decidió no otorgar ningún beneficio
procesal por "existir peligro de fuga", cosa que contrarió a los abogados
defensores Omar Mora y Rubén Pinzón. Los otros imputados eran: Michele Cimino,
abogado de profesión; y Leonardo De Sousa, amigo de Pedro Rodríguez.
— Tengo mi moral alta. Si me hubiese sentido culpable lo
hubiera declarado (...) Ser depósito de la Fiscalía es vergonzante –le confesó
Rodríguez a la periodista Luisa Amelia Maracara- ... Censuré operaciones
fraudulentas que él (Víctor Molina) cometió en La Guaira.
—¿Cómo se premia a alguien que había cometido
irregularidades? – le preguntó la periodista.
— Bueno, pero ahí está la cuestión de la nobleza de uno. Soy
un hombre noble, que cree en la caballerosidad, en la lealtad... El no aceptó
irse al proyecto. ¿A quién le conviene salir de la aduana cuando se acerca
diciembre, cuando se mueve el mayor volumen de mercancía?
— ¿Cuál es su relación con Michele Cimino?
— Me fue presentado dos semanas después de llegar al Seniat.
— ¿No se lo presentó un amigo suyo?
— Bueno, sí. Leonardo (De Sousa) sí es mi amigo.
— Si hay un montaje, ¿cuál es el interés de Cimino?
— No sé cuál es la vinculación entre uno y otro, cuando leí
el expediente me desayuné.
El 17 de enero, cuando Trino Alcides Díaz apenas tenía dos
meses y medio al frente del Seniat, se procedió con el allanamiento de una
empresa de bolsas plásticas denominada 2442 SRL, ubicada en los altos mirandinos
y señalada de evadir impuestos por más de 13 mil 400 millones de bolívares. Lo
llamativo del allanamiento es que estuvo encabezado por el presidente Hugo
Chávez, el superintendente Díaz y funcionarios de la Guardia Nacional, Seniat y
Fiscalía. Extraño allanamiento en el que no hubo detenciones, pero luego
aparecieron como imputados Juan Díaz, contador público, y Rosalba Bernaola de
Cavanillas, empleada (El Nacional, 09/04/2001).
— Vengo de un allanamiento, primer allanamiento en mi vida en
el que participo. Estando preso me allanaron mi celda varias veces y mi casa
cuando era oficial activo del Ejército. Para gratificar un poco esa batalla
nuestra de todos los días, hay unas mafias bien organizadas desde hace mucho
tiempo y nunca nadie se metía con ellas, porque anteriormente los mafiosos
financiaban campañas, teníamos presidentes amarrados, subordinados a esas mafias
o a esos grupos, como se les llame. Hoy, vi a unos falsos empresarios que son
unos mafiosos, incurren en delitos. Pero hay un gobierno que no tiene
compromisos ni ataduras con ninguna mafia, con ninguna élite, con ningún sector
y eso no se perdona... Yo quise ver, con todo un procedimiento por supuesto,
respetando las leyes, un fiscal, un juez, la Guardia Nacional, y yo fui de
invitado especial pues, a mirar -explicaba su participación en el allanamiento
el presidente Chávez ante el cuerpo diplomático congregado en Miraflores (El
Universal, 18/01/2001).
Un extenso reportaje publicado por El Nacional el miércoles
24 de enero de 2001 nos hizo conocer que la empresa 2442 SRL era propiedad de la
familia de Baruch Ivcher, Menahem Ivcher y Mercedes Benarroch de Ivcher. El
primero, enemigo jurado de Vladimiro Montesinos y del hoy ex presidente peruano,
Alberto Fujimori, quien en 1997 le había retirado la nacionalidad peruana y
confiscado un canal de televisión (Canal 2 Frecuencia Latina de Lima). Todos se
encontraban fuera del país para el momento del allanamiento (El Nacional,
24/01/2001).
Los abogados David Bittan Obadía, José Salcedo Vivas y Martín
Manzanilla, apoderados de la firma 2442, salieron al paso de la situación
planteada: "Montesinos está detrás del allanamiento a la empresa propiedad de la
familia Ivcher" (El Nacional, 26/01/2001).
— La presencia del propio presidente Hugo Chávez en el
allanamiento de las empresas le otorga, desde ese mismo momento, un efecto
político a todo el procedimiento. Aunque la presencia del jefe de Estado impidió
cualquier exceso en el allanamiento, cosa que agradecemos, estamos cien por
ciento seguros que todo esto es una retaliación de Montesinos –detalló la
posible vinculación el abogado David Bittan, al aclarar que cualquier situación
tributaria estaban dispuesta a resolverla.
La Fiscalía levantó cargos por contrabando y la empresa
despidió cerca de 60 empleados por encontrarse paralizada, junto con otra
denominada Keter Plastic.
Al anterior lo sustituyó en el plano de la opinión pública el
caso de la detención de Gilberto Gutiérrez, un valorador de la aduana marítima
de La Guaira, quien fue acusado de intentar extorsionar, presumiblemente, al
empresario Arnoldo García, dueño de la empresa Canteras y Mármoles. Fue
capturado in fraganti luego de haber sido filmado recibiendo 1,5 millones
de bolívares. Pero luego fue reincorporado a su cargo y buscó el asesoramiento
legal del abogado Omar Arenas Candelo. "García urdió en connivencia con
funcionarios de la Disip una pretendida entrega controlada, de manera de crear
la apariencia de un delito in fraganti que nunca ocurrió" (El
Nacional, 03/04/2001). Este funcionario fue condenado a cuatro años de casa
por cárcel, por la juez Rosalía Barreto, juez 2da. de Vargas (El Nacional,
22/04/2001).
— Se trata de un montaje promovido por los verdaderos
corruptos que sí existen en las aduanas del país. El caso de García es uno más
en los que los importadores corruptos, que tienen mucho poder económico y
político, utilizan sus influencias para salirse con la suya –sentenció el
conocido abogado penalista.
Este otro caso fue la antesala para el que vendría después:
la captura de algunos de los miembros del grupo denominado Los Blindados, donde
figuraría el hijo de Trino Alcides Díaz, Carlos Díaz, funcionario del Seniat
desde 1997.
— ¿Carlos Díaz tiene cargo en Seniat? – le tomaron opinión al
intendente nacional de Aduanas, José Vielma Mora, desde el semanario La Razón
(15/04/2001).
— Trabajaba allí antes de asumir el cargo Trino Alcides Díaz.
Creo que en Auditoría Interna del Seniat. Era auditor investigador, y aún es
funcionario.
— ¿Los detenidos con el jefe de Seguridad trabajaron o
trabajan en el Seniat?
— No conozco a ninguno de ellos, salvo a Carlos González,
quien era el jefe de Seguridad Interna del Seniat.
— ¿También mete las manos en el fuego por la honestidad de
Carlos Díaz, hijo del Superintendente?
— Sería aventurada una opinión. Cuando ocurrió todo yo estaba
en Chile, en una reunión del Centro Interamericano de Administración Tributaria,
pero además me toca la parte aduanera. No he querido revisar el expediente, ni
siquiera he visto el video. No lo voy a hacer. Me parece que Carlos, al igual
que todos los acusados, son inocentes hasta que la justicia demuestre lo
contrario.
El Superintendente, luego de recibir apoyo del Presidente,
volvió a tocar el tema del hijo:
— Esto está en manos de la Fiscalía. Si ellos determinan que
mi hijo tiene cierta culpabilidad lo destituiré de inmediato (Televen,
16/04/2001).
El fiscal Isaías Rodríguez confirmó, aunque Trino Alcides
Díaz al comienzo lo negó, que la Disip había tomado las dependencias de
Seguridad y Auditoría Interna del Seniat en busca de pruebas y documentos para
la investigación emprendida. Y en paralelo, el Superintendente se defendía de
las acusaciones levantadas contra su persona y su hijo, por el funcionario
Carlos González Silva:
— El debe presentar pruebas al respecto... Con respecto a mi
hijo, no es como se ha dicho por allí que estaba huyendo y que tenía auto de
detención. Fue de manera voluntaria como testigo a declarar (Unión Radio,
09/04/2001).
El equipo gerencial del Seniat propuso dos instrumentos para
combatir la corrupción interna y flexibilizar al Seniat: uno era un decreto de
emergencia aduanera, y otra era una Ley del Servicio Integrado de Administración
Tributaria, pues el Seniat no tenía ley propia con fuerza para emprender una
nuevo saneamiento administrativo y de personal en no más de seis meses. El marco
jurídico también evidenció las diferencias de criterio entre Trino Alcides Díaz
y José Vielma Mora. "Mientras el Superintendente Nacional Tributario... asegura
que tanto el decreto como la Ley del Seniat se encuentran en manos del
presidente Chávez, el Intendente de Aduanas... reitera que el decreto no ha
salido aún del órgano recaudador"(El Universal, 05/05/2001).
— No, no, no, no. Lo tiene el Superintendente, pregúntenle a
él sobre el decreto de emergencia de las aduanas –decía Vielma Mora-. Yo quiero
que salga inmediatamente, pero si no está listo yo no me puedo parar, yo sigo
trabajando, sobre todo en el tema de la modernización de las aduanas.
"Para el Superintendente... la decisión de aprobar estas
medidas de emergencia dependen del Presidente y de la Vicepresidenta, quienes
los tienen en sus manos actualmente" revelaba El Universal del mismo día en la
misma nota (05/05/2001).
Por su parte, en una entrevista publicada por el periódico
Hoy de Barquisimeto, el teniente José Nelo, quien no se había puesto a derecho y
se le señalaba como posible jefe de Los Blindados, anunció su pronta
entrega ante el Ministerio Público, no sin antes disparar varios dardos
envenenados: "Es imposible que hubiera tomado 300 millones de bolívares por los
que se me acusa, porque yo ni siquiera estaba ahí el día que desmontan el
fraude" (El Nacional, 02/05/2001).
— Las mafias tributarias quieren desestabilizar la gestión
que adelantan el superintendente tributario, Trino Alcides Díaz, su hijo, Carlos
Díaz, Carlos González y yo. A mí me quieren meter en esto porque nosotros le
estamos dando palo a los contrabandistas en Carabobo... Nosotros no somos de
ninguna banda. Dicen que somos blindados porque la mayoría de nosotros entramos
por orden presidencial, lo que es verdad. Pero de ahí a que seamos Los
Blindados, no lo creo.
Responsabilizó al comisario Enoé Vásquez, jefe de
Investigaciones de la Disip de "formar parte de una mafia que cobra vacunas"
(Globovisión, 07/05/2001). Luego concedió una entrevista clandestina a El
Nacional, donde expresó que no se entregaría hasta tanto la Fiscalía no le
cambiara su figuración de acusado a testigo (El Nacional, 11/05/2001).
Para el fiscal Isaías Rodríguez la propuesta de Nelo, un ex
golpista del 27 de noviembre de 1992, no le fue indiferente: "sólo el tribunal
puede quitarle la condición de imputado a José Nelo" (El Nacional,
13/05/2001).
José Vielma Mora anunció el 29 de mayo que unos 802
funcionarios de las aduanas saldrían con la firma del decreto de emergencia
aduanera por tres años, de los cuales 402 tenían expedientes abiertos por la
Disip y el Ministerio Público.
La causa contra los supuestos Blindados seguía ventilándose
en el tribunal 10 de Control de Carabobo, a cargo del juez Héctor Pérez la Rosa.
Éste dictó el 16 de junio una medida de privación de libertad contra Carlos
Díaz, hijo del Superintendente, por considerar que había suficiente evidencia de
su posible participación en la extorsión a la firma Textiles Castillo. Fue
recluido en la sede de la Disip de Naguanagua, al tiempo que José Nelo aclaró
que él no tenía nada que ver con la detención de Díaz: "No se ha enviado ninguna
prueba o acusación", aunque se mantenía fugitivo (El Nacional, 17/06/2001).
El Superintendente visitó a su hijo detenido el Día del
Padre: "lo han tratado muy bien, claro está, nosotros deploramos mucho que lo
hayan casi incomunicado, incluso no han permitido las visitas, lo cual es otro
atropello que se hace contra él, pues como ustedes saben, se encuentra detenido
ilegalmente" (El nacional, 18/06/2001). Luego Díaz salió gracias a una
medida sustitutiva concedida el 28 de junio, pero con la investigación abierta
en su contra.
En medio de la nueva situación del caso de Carlos Díaz, El
Nacional pudo entrevistar a otro protagonista anterior: Pedro Rodríguez, el ex
intendente nacional de Aduanas. Fue trasladado al hospital José Gregorio
Hernández, luego de sufrir una crisis de hipertensión.
— Se quiere sabotear a ultranza el plan de modernización de
las aduanas, y eso está demostrado en que cada vez que va a comenzar a
ejecutarse, se paraliza por un nuevo escándalo... Yo conocí a Carlos (Díaz)
cuando estaba dentro del Seniat, en auditoría, y no tuve ningún problema con él.
Espero que muy pronto salga de este problema, y la verdad se exponga a la luz
pública (El Nacional, 21/06/2001).
— ¿Por qué cree que han postergado tanto su juicio? –le
preguntó la periodista Lucía Lacurcia.
— El asunto es que el Presidente fue engañado. Le echaron un
cuento mal echado, porque le hicieron ver que yo era el gran corrupto y era
responsable de todo el desastre de las aduanas, cuando yo tengo documentos
probatorios de que yo en comunicación con el ministro José Rojas le hice un
inventario de todo lo que debía corregirse, y sobre la necesidad de intervenir
las aduanas, sobre todo las de La Guaira y Puerto Cabello.
— ¿Quién cree que le echó mal el cuento al Presidente?
— Yo estoy seguro de que ese fue el resultado de una
rivalidad entre el ministro Rojas y Héctor Ciavaldini, que fue quien me envió en
comisión de servicios a ejecutar el plan de modernización de las aduanas.
Mientras, el abogado Rubén Pinzón deslizaba una perla: "en
Venezuela existe la pena de muerte solapada, y se la están aplicando a Pedro. Si
se muere, se va a morir en la Disip, y la responsabilidad caerá sobre los
fiscales y la juez, que negó la medida recomendada por el médico. Si se hiciera
el juicio, no tendrían con qué probar su culpabilidad, y el pobre viejo es el
estandarte de la lucha anticorrupción del gobierno. Si no fuera por él, no
habría ni un preso por corrupción" (El Nacional, 21/06/2001).
Las estelas abrían paso para el próximo y seguramente no el
último escándalo: la remoción del gerente de Administración del Seniat, Alirio
Muñoz, en otro enfrentamiento interno con el superintendente Trino Alcides Díaz.
Cuestionaba la realización de un nuevo proceso licitatorio para adquirir bandas
de garantía por la cantidad de 1.700 millones de bolívares y le pidieron la
renuncia.
— Quieren echar para atrás esa licitación para meter una
empresa... Trino Alcides Díaz no es el hombre para dirigir esta institución tan
difícil y tan compleja –acuñó el funcionario (El Nacional, 04/07/2001).
El Superintendente le respondió a Muñoz, públicamente:
— Alirio Muñoz quería ser Superintendente del Seniat y por
eso actúa de esa forma... No existe ninguna confianza entre este caballero y mi
persona. Recientemente, cuando ocurrieron los hechos de extorsión en Valencia,
declaró que renunciaría en protesta por el apoyo y la ratificación en el cargo
que me dio el Presidente de la República....
Trino Alcides Díaz expresó que la auditoría mencionada por
Muñoz no costaría 1.700 sino 200 millones de bolívares. También refutó unas
"compras urgentes" que lejos de hacerlas se procedió con una investigación que
determinó la posibilidad de sobreprecios por 800 millones de bolívares, más bien
(El Nacional, 05/07/2001).
Pero el ping pong continuó un día más, cuando Muñoz ripostó:
— Trino Alcides Díaz le mintió al país y a los medios de
comunicación, es un ‘culillúo y no tiene bolas para tomar decisiones... Yo reto
a Trino Alcides Díaz, a Elías Elyuri, a mi sucesor, Rigoberto Fernández, el que
ellos seleccionen, para que demuestren que yo soy un corrupto... Quiero decir
que vivo alquilado, en un apartamentico con mi mujer, y pago 150 mil bolívares
mensuales. No tengo carro ni bienes. (El Nacional, 07/07/2001).
Sin embargo contraatacó: "Díaz fue bueno para manejar la
Universidad Central de Venezuela, pero no el Seniat. En lo que va de año sólo se
ha ejecutado 26% del presupuesto, y eso acarrea responsabilidad administrativa
de acuerdo con las leyes de Régimen Presupuestario y de la Contraloría".