El 11 de agosto de 1998 el Tribunal Superior de Salvaguarda
le dictó auto de detención por enriquecimiento ilícito al ex presidente Carlos
Andrés Pérez y a su posterior esposa, Cecilia Matos, como cómplice, en el caso
de las cuentas mancomunadas. La sentencia fue ratificada por la Corte Suprema de
Justicia, en ponencia del magistrado Iván Rincón Urdaneta.
Si CAP no hubiera sido electo senador por el estado Táchira
en los comicios de diciembre de 1998, no solamente hubiera tenido que quedarse
en casa cumpliendo el resto de la condena por el asunto de los 250 millones de
la partida secreta, sino que además habría sumado tiempo por una eventual
condena por las cuentas mancomunadas.
El expediente que condujo a CAP a la casa por cárcel por lo
de la partida secreta era identificado por el fiscal Ramón Escovar Salom y su
asistente especial para este asunto, Francisco Arocha, como "el gordito".
Fortuna atribuida a la pareja
Matos-Pérez
Caso |
Monto |
Denunciante |
Pérez-Matos (cuentas mancomunadas) |
$8.040.000 |
Gonzalo Pérez Hernández Cristóbal Fernández Daló |
La cifra anterior, supuestamente, estaría repartida en tres
bancos suizos, pero una portavoz del ministerio de Justicia desde Ginebra,
Daniele Bersier, se rehusó a confirmar la especie, al ser consultada por la
revista Facts en julio de 2000.
Uno de los abogados de Pérez, Alberto Arteaga Sánchez,
analizó la situación una vez que CAP fue electo nuevamente senador por Táchira,
y expuso que "el artículo 143 de la Constitución (la moribunda vigente entonces)
estipula que los senadores y diputados gozarán de inmunidad...y en consecuencia,
no podrán ser arrestados, confinados o sometidos a juicio penal" (El
Universal, 07/01/1999).
— Para reiniciar las investigaciones –recalcó el jurista- en
todo caso tendría que ser instada la Corte Suprema de Justicia para que emita un
pronunciamiento, y haría falta que se emita una decisión política por parte del
Senado de la República, de allanamiento de la inmunidad parlamentaria a Carlos
Andrés Pérez.
Sostenía la tesis de que la investigación a Pérez tenía que
ser suspendida por Salvaguarda, "pero, dado que la participación de Matos es
considerada accesoria al hecho principal que se le atribuye a Pérez,
evidentemente no podría darse responsabilidad penal en el caso señalado como
partícipe del delito. Pero si se paraliza un procedimiento no se entendería que
no se paralice el otro (el de Cecilia Matos)". De ser así, Pérez –sin la
posibilidad de una constituyente en el camino- hubiera sido reenjuiciado a
partir del año 2003, al cesar su nueva inmunidad parlamentaria.
En efecto, el proceso fue paralizado indefinidamente por el
Tribunal Superior de Salvaguarda el 7 de enero de 1999. Su presidente, Pedro
Osman Maldonado fue el portavoz: "en virtud de la prerrogativa adquirida por
Pérez durante el último proceso comicial, esta instancia se encuentra impedida
de proseguir con su enjuiciamiento" (El Universal, 08/01/1999). La
supuesta participación de Cecilia Matos en el caso de las cuentas mancomunadas
fue enviada a la Fiscalía dirigida por Iván Darío Badell, para que éste
decidiera si se procedía con la formulación de cargos por complicidad.
Pero el fiscal Badell apeló la decisión de Salvaguarda, por
considerar "incompetente" al Tribunal (El Universal, 13/01/1999). "El
artículo 144 de la Constitución y la Ley Orgánica de la Corte establecen que si
se encuentra un proceso en curso y se dicta un auto de detención contra algún
miembro del Congreso, la causa debe ser enviada al máximo tribunal del país,
para que éste se pronuncie de oficio", fue el argumento central.
El 14 de marzo de 1999, Carlos Andrés Pérez anunció su boda
con Cecilia Matos, "mi asistente personal", una vez separado legalmente de
Blanca Rodríguez desde hacía tiempo (Agencia EFE, 14/03/1999). Pérez
había hecho el señalamiento durante una entrevista concedida al programa Con
nosotros de República Dominicana.
— ¿Se va a casar con Cecilia Matos? –le preguntaron.
— Puede ser.
— ¿Ella es el amor de su vida, Presidente?
— Sí, sí. Si yo hubiera estado en Venezuela, no contesto tan
claro.
CAP también dio el paso de renunciar a la recién asumida
senaduría por Táchira, para lanzarse como candidato a la Constituyente. "Quise
dar el ejemplo y decirle al país que la asamblea debe ser un proyecto de todos
los venezolanos y no solamente del presidente Chávez" (El Universal,
28/05/1999). Manifestó no temerle a la reactivación de un juicio en su
contra y en el caso particular de las cuentas mancomunadas manifestó: "un fiscal
imparcial se dará cuenta de que allí no hay nada". La menguada popularidad de
CAP no pudo con el portaviones que le dio soporte a los candidatos de Chávez a
la Constituyente, por lo que decidió marcharse a Nueva York. Desde allá le salió
al paso al rumor de su muerte y a la posibilidad de ser nuevamente enjuiciado:
— Estoy tomando aires en Manhattan –expresó-... Me tiene sin
cuidado la reapertura de un proceso judicial por la Corte Suprema de Justicia.
Estoy dispuesto a enfrentar lo que sea. No hay problema con eso, que ya lo
averiguó la Corte antes, cuando Caldera quiso acusarme por las mismas cosas
(El Universal, 22/10/1999).
— ¿Y cuando regresa?
— Dentro de poco tiempo, para las elecciones, ja, ja, ja.
El periodista Roberto Giusti, jefe de prensa de Miraflores
cuando el golpe del 4F, lo entrevistó desde Nueva York, a fines de octubre de
1999:
— Afrontaré las situaciones que se me presenten... -dijo CAP.
— ¿Cuándo piensa regresar a Venezuela?
— No hay fecha fija. Pero tenga la seguridad de que cuando se
me presente cualquier cosa allí estaré.
— ¿A pesar de que no tenga las garantías de una justicia
imparcial?
— Eso pasó anteriormente y lo afronté.
— Usted dice que no era Presidente para el momento de haber
ocurrido las irregularidades. ¿Es culpable el ex presidente Jaime Lusinchi?
— No entro en comparaciones puntuales –afirmó-, ni tampoco me
dedico a juzgar la conducta de otros mandatarios. Yo juzgo las mías y hablo por
mí.
A Pérez le había salido un nuevo fantasma de juicio cuando el
magistrado Jorge Rosell resolvió revocar una decisión del Tribunal Superior de
Salvaguarda, que investigaba los gastos de la transición entre CAP y Jaime
Lusinchi, mediante la utilización de fondos de la partida secreta de Relaciones
Interiores, entre finales de 1988 y comienzos de 1989. El caso estaba bajo
investigación desde el 21 de diciembre de 1993. Quedaron fuera de todo sospecha
el ex ministro de Relaciones Interiores, Simón Alberto Consalvi; el
administrador de la oficina de CAP, Tirso Ramos Linares; y el ex director de
Administración de Miraflores, Jorge Mogna Salazar.
Este caso fue colateral al de las cuentas mancomunadas y se
abrió a instancias de la propia Corte Suprema de Justicia. Los abogados de
Pérez, reaccionaron de inmediato: " es un exabrupto jurídico", replicó Alberto
Arteaga Sánchez.
Pero como el mismo Pérez diría alguna vez, "llueve y
escampa". Apenas cinco días antes de ser eliminada la Corte, para dar paso al
Tribunal Supremo de Justicia, se emitieron dos fallos favorables a CAP: uno, que
lo exoneraba de responsabilidad frente a una vieja acusación formulada por el
entonces diputado copeyano, Paciano Padrón, quien lo responsabilizaba por
usufructo de beneficios, como gastos residenciales, transporte, escoltas,
sueldos sin trabajar, cuando abandonó la presidencia por el caso de los 250
millones de bolívares de la partida secreta. Los abogados Cornelio Vegas e
Ignacio Ramírez secundaron a Padrón en la iniciativa judicial.
La otra decisión lo exculpaba, junto con el ex ministro de
Relaciones Interiores y senador, Virgilio Avila Vivas, de extorsión,
agavillamiento y tráfico de influencias, como producto de una grabación donde
Pérez y Avila Vivas hablaban sobre cómo habrían, supuestamente, extorsionado al
magistrado Juan Manuel Palís para atenuarle delitos a CAP. Esta denuncia fue
consignada por el abogado Guillermo Ruth Ríos (El Universal, 06/01/2000).
El 12 de agosto de 2000, otro de los abogados de CAP,
Reinaldo Gadea, informó que los fiscales especiales designados en el caso de las
cuentas mancomunadas: María Alejandra Barrera, Alexis Rivero y Luis Álvarez;
habían presentado un informe al fiscal Javier Elechiguerra en el que se
aseguraba que no había pruebas suficientes para enjuiciar a la pareja, no
obstante que se demostró la existencia de una cuenta mancomunada de unos 37.450
dólares y el asunto estaba al borde de la prescripción. El expediente estaba en
manos de la Fiscalía, para que procediera a acusar o a sobreseer, de acuerdo con
las normas del COPP.
Fue una llamada telefónica hecha por un connotado personaje
de la IV República la que alertó al fiscal Elechiguerra sobre la posibilidad de
prescripción de la causa contra Pérez y Matos en el caso de las cuentas
mancomunadas.
— ¿Qué fue lo que ocurrió?
— La Fiscalía estaba muy atareada con la implementación del
Código Orgánico Procesal Penal y por poco Elechiguerra ni se entera de la
posible prescripción de este caso. Yo lo llamé por conciencia ciudadana y luego
él me devolvió la llamada para agradecerme.
Producto de la circunstancia planteada la Fiscalía, por
intermedio de Alí Núñez, segundo en jerarquía después de Elechiguerra, declaró
que "no existe informe alguno que favorezca al ex presidente Carlos Andrés Pérez
y su pareja, Cecilia Matos. Acabamos de solicitar información al Tribunal
Supremo con relación a la posibilidad de prescripción pronta de la averiguación
iniciada en el caso de las cuentas mancomunadas. Si el abogado Gadea tiene ese
informe debería mostrarlo, o se entenderá que él dio esta información para ver
qué tipo de reacciones provocaba y que es natural que él considere que su
representado no es enjuiciable" (El Universal, 16/08/2000).
El magistrado Alejandro Angulo Fontiveros advirtió sobre la
prescripción de la causa contra los Pérez-Matos, en virtud de que había que
aprovechar el momento en que el ex presidente renunció a su inmunidad
parlamentaria para lanzarse como candidato a la Asamblea Constituyente-. "El
proceso debió reactivarse de forma inmediata, cuando CAP renunció a su condición
de senador por el estado Táchira, el 27 de diciembre de 1999" (El Universal,
28/09/2000). El punto clave era que la Fiscalía, a la que Angulo Fontiveros
había remitido el expediente desde el 9 de agosto de 2000, se había demorado más
de 6 meses en decidir si acusaba o sobreseía la causa. Habían transcurrido 9
meses y la defensa de CAP podía, fácilmente, pedir el cierre del caso. Este caso
también era previo a la aprobación de la Constitución Bolivariana, que incluye
entre sus artículos la imprescriptibilidad de los casos contra la cosa pública.
En una entrevista que el periodista Carlos Croes le hizo a
Pérez, le preguntó (Quinto Día, 01 al 08/09/2000):
— ¿A quién le agradece Pérez haber salido a salvo del juicio
(por la partida secreta).
— A nadie. ¿Tú crees que un presidente que haya realizado los
grandes negocios de la nacionalización del petróleo y contratado grandes obras,
vaya a meterse con 30 tipos para ganarse un millón de dólares?
— ¿De dónde sale el mito de Carlos Andrés Pérez y su gran
fortuna?
— Del odio, porque de la envidia no se puede salvar quien
haya tenido éxito...
— En aquellos momentos se dijo que usted era socio de Felipe
González y de empresarios vinculados a éste.
— Fíjate tú, la falsedad quedó demostrada, comprobada, con
todo lo que gastó el gobierno de Caldera pata tratar de acusarme y no pudo
encontrar un solo cheque mío.
— ¿Cuánto gastó el gobierno de Caldera?
— Mucho dinero.
— ¿En Venezuela?
— Sí, y en el exterior.
— ¿Cuánto gastó?
— Miles de millones de bolívares.
— ¿Por qué?
— Porque querían demostrar a todo trance que yo era un
ladrón.
— ¿El gobierno de Caldera fue corrupto u honesto?
— Claro que fue corrupto, chico. Mira, la primera vez que yo
conocí de un caso de corrupción fue cuando un amigo mío me contó como habían
comprado los dos barcos Independencia de las compañías petroleras. ¿Te acuerdas?
A ese amigo le habían quedado 2 millones de dólares, 2 millones de dólares a su
hermano y 1 millón a otro, y así por el estilo. Luego, cuando yo llego por
primera vez a la Presidencia, un mediodía me llama el presidente de la CVG,
Argenis Gamboa, y me dice que fue invitado por el representante de una empresa
alemana a un desayuno en el Tamanaco, y éste le comunica: ‘mire, doctor Gamboa,
nosotros, de esta obra, sólo pagamos la primera parte de la comisión. ¿A quién
le tenemos que cancelar la otra parte?’. Ellos creían que yo estaba metido en
eso. Yo llamo a Pedro Pablo Aguilar y le transmito lo que me ha comunicado
Gamboa. Aguilar me sugiere ‘¿vamos a hablar con Caldera’. Conversó con Caldera y
yo por mi lado, llamo al embajador y le transmito mi inquietud. Aquí ha pasado
esto y esto, pero como todavía hay un dinero que no le hemos pagado a esa
empresa, lo vamos a retener y adviértales que no vayan a reclamar, porque así si
que vamos a armar un gran escándalo internacional, sin insisten en pedir ese
dinero que hemos retenido como garantía.
— ¿En el segundo gobierno de Caldera hubo corrupción?
— Claro, fue una gran corrupción.
— ¿Cómo le consta eso?
— Pero si eso lo vivimos todos los venezolanos, comenzando
por el ‘pimentón’ y tantos otros hechos que todavía permanecen extrañamente
silenciados.
— ¿Cuántos negocios grandes frustró usted como Presidente?
— Mira, eso es muy difícil precisarlo...