La juez Irma Mansilla, a cargo del Tribunal 24 de Primera
Instancia Penal, decidió abrir una investigación por "noticia criminis" con la
finalidad de determinar si la directiva de Fogade, encabezada por Esther de
Margulis, habría incurrido en irregularidades en la entrega de auxilios
financieros a los bancos intervenidos por el Estado. Adicionalmente, sobre el
Fondo de Garantía de los Depósitos Bancarios también pesaba la acusación de no
haber publicado en la prensa los balances semestrales auditados (El
Universal, 04/02/1999).
El cuadro se complicó aún más cuando un ex directivo de
Fogade, Roberto Castillo Dupuy, afirmó tener "evidencias donde consta que la
empresa israelí International Security & Defense Systems ha realizado, como
labor principal para Fogade, actividades de espionaje telefónico y grabaciones
de reuniones a personalidades del alto gobierno, tanto del anterior como del
actual" (El Universal, 05/05/1999).
Este abogado y economista sostenía que Margulis "había
cometido falta de probidad, negligencia manifiesta en el manejo del patrimonio
de Fogade, e incumplimiento de las obligaciones inherentes al cargo". Basaba sus
denuncias en los siguientes casos:
El Banco de Venezuela fue
vendido (reprivatizado) en 265 millones de dólares cuando valía 555
millones de dólares.
Hubo irregularidades en la
transacción para adquirir el Central Las Majaguas, por parte del Grupo
Lara.
Fogade violó la ley al no
publicar los balances semestrales.
Fogade no cancela su deuda con
el Banco Central de Venezuela.
Las juntas liquidadoras de los
bancos intervenidos actuaron para eternizar los procesos de
intervención.
Fogade no solicitó a los bancos
intervenidos la publicación de los balances.
Los balances auditados a Fogade
indican que al cierre de agosto de 1998 enfrentaba demandas por 133 mil
millones de bolívares.
Entrega en comodato de un pent
house al consultor jurídico de Fogade, Carlos Soré, quien está casado
con una sobrina de Margulis.
Otro abogado, Cesáreo Espinal Vásquez, también había
consignado acusaciones similares, al igual que el presidente del Banco
Venezolano de Crédito, Oscar García Mendoza.
Esther de Margulis se había echado al parlamento encima, por
su persistente actitud de desacato a las interpelaciones a las que había sido
citada, más no comparecido. Una comisión bicameral presidida por Luis Alfonso
Dávila había detectado algunas anormalidades en la conducción del fondo a las
que calificaron como "hechos generadores de responsabilidad administrativa, como
no haber exigido suficientes garantías a algunos banqueros que debían
prestarlas, o haberlas aceptado insuficientemente, así como la omisión de
control previsto por la Ley Orgánica de Contraloría".
No obstante Margulis había aceptado contestar un cuestionario
el 8 de julio de 1999, que le fue enviado por la comisión. El punto clave era
que los banqueros habían recibido fondos de auxilio, en muchos casos
aprovechados fraudulentamente, "por 2 billones 151 mil millones de bolívares a
un tipo de cambio de 170, lo que se traduce en 12 mil millones de dólares, y
Fogade sólo había recuperado para el momento 2.261 millones de dólares, es
decir, un 32% de los activos recibidos por los recursos desembolsados por Fogade
y 9% de los auxilios otorgados", escribía el periodista Víctor Salmerón el 11 de
septiembre en el diario El Universal.
Margulis fue sustituida en el cargo por Carlos Calderón,
quien salió posteriormente debido a la intervención de Cavendes y a las
diferencias que sostuvo con la interventora designada. Finalmente el cargo lo
ocupó el economista Rómulo Henríquez.