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Con este nombre el periodista español Ernesto Ekaiser, tituló
la Crónica secreta de Mario Conde, el famoso banquero que en apenas "seis
años y doce días" echó por la borda y a la quiebra a Banesto el 28 de diciembre
de 1993. Se trataba del cuarto banco privado de España y su saneamiento sólo era
posible si se invertían 650 mil millones de pesetas.
Con apenas 20 días de diferencia, luego que el banco
norteamericano J. P. Morgan detectó irregularidades en los estados financieros
de Banesto desde el 31 de diciembre de 1992; aquí en Venezuela comenzó a
reproducirse -con sus particularidades locales- la misma situación.
El domingo 16 de enero de 1994 el gobierno interino de Ramón
J. Velásquez decidió la intervención del Banco Latino, dejando a la deriva a más
de 6 millones de clientes y, en entredicho, la reputación como buen
administrador del ex presidente de la institución y también del Banco Central,
Pedro Tinoco; y de sus pupilos: Gustavo Gómez López, Giácomo León, Ignacio
Andrade y otros tecnócratas de nuevo cuño a los que les encantaba establecer
relaciones con el poder político y no conocían límites en cuanto a la ambición
económica.
Las investigaciones accionaron causas judiciales en contra de
Claudia Febres Cordero, Gustavo Gómez López, María Angélica Pulgar Corao, Arturo
Celestino Malavé Álvarez, Rosemay Rojo Peña, María Teresa Pulgar Corao, Adolfo
Malavé Álvarez, Giácomo León Roseles, Fernando Antonio Lauría, Mery Rosen
Spilbergman, Diloa Martínez de Morillo, Agustín Aliber Hermosa, Daniel León
Yallonardo, Pedro Miguel Gilly, Folco Falchi, Mery Roffe de Silverman, Niloha
Martínez de Morillo, Eloy Alfredo Montenegro, Carmen Teresa Ferrarotti, Jany
Beatriz Killworth de Paoletti, Ricardo José Cisneros Rendiles, Gustavo Enrique
Planchart Pocaterra, Oscar de Los Santos Briceño González, Elio Silva Orellana,
Francisco Cabrera Reina, Jorge Emilio Gómez Hernández, Jesús Nava Castro,
Guilermo Bello Vicentini, Tomás Niembro Concha, María Delgado Martínez, José
Vicente Melo López.
Adicionalmente, Virginia Drelts Peláez, Adolfo Malavé, Martín
Jacinto Gutiérrez Ramírez, Rafael Enrique Abre Anselmi, Pedro Almoguera,
Guillermo Vegas Pacanins, Francisco Javier Cárdenas Egui, Carlos Luis Fernando
Cuesta, Miriam Delgado de Martínez, José Luis Blanco, Manuel Ignacio Arcaya
Arcaya, Edwin Acosta Rubio. En su mayoría exonerados el 12 de julio de 2001 por
una sentencia emitida por la Sala Accidental Primera de Reenvío de la Corte de
Apelaciones de Caracas, a cargo de los magistrados Carmen Mireya Tellechea, Irma
Avila Maestracci y María Eugenia Oporto. El fallo fue apelado por el fiscal
Isaías Rodríguez.
Un informe de la Superintendencia de Bancos, confeccionado en
diciembre de 1993, decía que el Banco Latino mantenía un déficit de 58.000
millones de bolívares y proponía un plan de recuperación, mediante la venta de
activos no bancarios, la racionalización de gastos y diversas exigencias
patrimoniales. Luego el déficit se amplió a más de 200 mil millones de
bolívares. El Latino había salido de la Cámara de Compensación por espacio de
casi una semana. Y los banqueros de la llamada "Red Conexus", enfrentada a los
de la "Red Suiche 7B", no pudieron recolectar los 40.000 millones de bolívares
que, junto con varios aumentos de capital por parte de los accionistas y unos
bonos que pondría en garantía el Centro Simón Bolívar por otros 8.400 millones
de bolívares; podrían paliar la situación de insolvencia.
Tras el Latino, cayeron uno a uno los bancos: Construcción,
Metropolitano y Confinanzas, Bancor, Barinas, Principal, La Guaira, Amazonas,
Maracaibo, Andino, Venezuela, Consolidado, Progreso, República y la sociedad
financiera Fiveca junto con todas las empresa relacionadas, en varias oleadas
sucesivas. Otros como el Unión, por ejemplo, mantenían sus barbas en remojo. Las
relaciones entre unos y otros eran tan imbricadas, que lo que se tuvo por
delante fue una auténtica crisis financiera y bancaria sin precedentes en el
país. Probablemente se trate del caso mas grave de irregularidades conocido,
después de Recadi.
"La crisis bancaria venezolana tiene diversos y variados
orígenes. Todos están siendo y serán analizados con profundidad. Sus
consecuencias sobre la sociedad venezolana son tremendas. Se trata de una crisis
de solvencia, originada, entre muchas razones, por mala gestión, por fraude, por
el problema fiscal, por los desajustes en el entorno macroeconómico, por la
falta de supervisión bancaria y por un cuestionable manejo de la misma por parte
de las autoridades", la describiría sobre la marcha el presidente del Banco
Venezolano de Crédito, Oscar García Mendoza, en una conferencia dictada ante el
II Congreso Nacional de Estudiantes de Economía de la Ucab en octubre de 1994 (Crisis
bancaria, visión de un banquero privado).
En la tesis de grado que le mereció la distinción mérito para
su publicación: La estatización del Banco de Venezuela; desnaturalización del
negocio bancario; el colega Gustavo Pernalete expuso con claridad las
siguientes causas globales de la crisis financiera de 1994, la cual se venía
gestando desde la década de los años 80:
Ausencia de controles
estatales.
Desregulación inapropiada del
sistema financiero.
Insolvencia e iliquidez
recurrente.
Prácticas bancarias
irregulares.
Pánico de los ahorristas.
Balances influenciados por
venta de activos, utilidades cambiarias y doble contabilidad.
Inspecciones focalizadas
determinan forjamiento de balances y reporte de utilidades ficticias.
Créditos mal otorgados y
usufructo en el manejo del diferencial de las tasas de interés activas y
pasivas.
Excesiva inversión en bonos
cero-cupón.
Desmesurada compra de divisas.
Desproporcionadas inversiones
en títulos valores y en negocios no financieros como inmuebles.
Con la entrada en vigencia del Código Orgánico Procesal Penal
(COPP), se le dio piso jurídico, gracias al artículo 34, a los acuerdos
reparatorios entre la República y los llamados banqueros prófugos, puesto que
las causas judiciales podrían no solamente detenerse sino desaparecer, en virtud
de la nueva modalidad de llegar a convenios de muto acuerdo. Así, los abogados
de más de 400 ejecutivos bancarios involucrados en la crisis del 1994, de los
cuales se calcula que al menos 200 abandonaron el país (entre ellos el yerno de
Rafael Caldera, Fernando Araujo) encontraban una rendija por donde dirimir su
situación legal y administrativa.
Esta posibilidad dividió las opiniones. Por ejemplo, el
otrora procurador Juan Nepomuceno Garrido, declaró que "mucho mejor es la
posibilidad de llegar a un arreglo que suscitar un pleito" (El Universal,
10/03/1998). En cambio, la presidenta de la Corte Suprema de Justicia,
Cecilia Sosa Gómez, aclaraba que "hasta el momento sólo entrará en vigencia la
norma que prevé la realización de acuerdos. Hay que tener en cuenta que un
acuerdo implica una manifestación de voluntad de las partes y ello requiere de
un lapso de tiempo mucho más largo" (El Universal, 06/03/1998).
El fiscal Iván Darío Badell era contrario a los acuerdos
reparatorios pues "Venezuela no soporta más impunidad, sobre todo en delitos de
cuello blanco. En relación con los banqueros, es materialmente imposible
determinar el monto de los daños causados. Se puede cuantificar cuánto le costo
a la República la quiebra bancaria, pero ¿quién puede valorar en dinero la
contribución de cada banquero prófugo a la pérdida de confianza en el sistema
financiero y en el país en general?" (El Universal, 09/03/1998). Igual
pensaban los ahorristas perjudicados por sus inversiones en la llamada banca
off shore de Curazao y Aruba, quienes manifestaron que "las nuevas
disposiciones los dejaban desamparados" (El Universal, 06/03/1998).
A todas estas, con el gobierno entrante de Chávez, se designó
Procurador a Javier Elechiguerra, quien declaraba que tenía toda la disposición
de tomar las medidas jurídicas que condujeran a la recuperación de los auxilios
financieros entregados por Fogade a los diferentes bancos. "De ahora en
adelante, se buscará que el Estado pierda el menor número de casos, partiendo de
la base de que somos un bufete cobrando un dinero que le pertenece a todos los
venezolanos".
En marzo de 1999 el contralor del momento Eduardo Roche
Lander, recordaba que del billón 600 mil millones de bolívares entregados a
Fogade para los auxilios a los bancos, para el mes en cuestión solamente se
había recuperado 49% en venta de activos y otros enseres y papeles de la banca
intervenida. Menos de la mitad. Pero según la Dirección de Servicios Jurídicos
de la Contraloría, la Fiscalía General de la República tenía todos los recaudos
necesarios para intervenir desde el 16 de septiembre de 1997, en cuanto a
ejercer acciones penales en el caso de los auxilios financieros entregados a los
banqueros. "Sin embargo, esperó hasta el 26 de febrero de 1999 para solicitar
una averiguación ante los tribunales penales ordinarios, por la presunta entrega
irregular de anticipos a Fogade, por parte de un grupo de directores y ex
directores del Banco Central de Venezuela" (El Universal, 24/03/1999).
Estas causas también llegaron tarde al Tribunal Superior de
Salvaguarda, hecho que ocurrió el 24 de febrero de 1998, poniendo en riesgo de
prescripción cualquier acción posterior porque solamente quedaban para el
momento unos tres meses y varios días con respecto a los cinco años
transcurridos desde junio de 1994. Por si fuera poco, en la Sala Político
Administrativa de la Corte Suprema reposaban desde el año 1996 al menos cuatro
causas, entre amparos, acusaciones y recursos de nulidad, relacionadas con la
entrega y uso de auxilios financieros, esperando por su respectiva decisión.
El presidente del Tribunal de Salvaguarda, Pedro Osman
Maldonado, se encargó de aclarar que apenas hacía tres semanas le habían
remitido el caso de los auxilios financieros. En paralelo, las autoridades del
Banco Central de Venezuela, señalaban que para el instituto emisor lo de los
auxilios financieros ya era cosa juzgada, con una sentencia emitida por la Corte
de fecha 1 de julio de 1998, "donde se determinó que el Banco Central había
procedido de conformidad con la ley al otorgar los anticipos, no apareciendo
ninguna irregularidad que pueda ser calificada como delito" (El Universal,
24/03/1999).
— Estimo que el contralor Eduardo Roche Lander tiene
suficientes elementos de juicio para sustentar el criterio de que parte del
directorio del Banco Central de Venezuela debe ser responsabilizado por el
fraude cometido por los banqueros prófugos que durante el año 1994 se hicieron
de fondos públicos por la vía de los anticipos otorgados por el BCV a Fogade
para que este organismo, a su vez, auxiliara a bancos insolventes -explicaba el
diputado Gonzalo Pérez Hernández, miembro de la comisión parlamentaria que
investigó el caso-. Se estima que los banqueros prófugos se beneficiaron
indebidamente en una cantidad que está por el orden de los 7 mil millones de
dólares (El Universal, 24/03/1999).
Según una auditoría realizada por la firma Espiñeira, Sheldon
y Asociados, el costo de las demandas y procesos judiciales en curso entre los
apoderados de los banqueros prófugos y las diversas instancias judiciales, para
marzo de 1999, era superior a los 133 mil millones de bolívares. Y por otro
lado, el sistema judicial expresado en el Tribunal Superior de Salvaguarda, por
un extremo se daba el lujo de sancionar al ex presidente del Banco Construcción,
José Gustavo Di Mase Urbaneja, con tres años y cuatro meses de prisión por el
delito de distracción de fondos públicos en grado de continuidad y coautoría y a
reparar los daños y perjuicios ocasionados, y por el otro exoneraba al ex
presidente del Banco Barinas, Juan Domingo Cordero, de idéntica acusación, por
ejemplo.
En mayo una nueva decisión de la Corte Suprema de Justicia
obligaba a los directivos de los bancos: Maracaibo, Metropolitano, Construcción,
La Guaira, Bancor, Barinas, Fiveca y Amazonas, a cancelar intereses sobre los
auxilios recibidos en calidad de préstamos por este grupo de instituciones. La
cifra adeudada era casi 1 billón de bolívares: 974 mil millones de bolívares, a
tasas de interés que variaban entre 45 y 85%. Solamente este grupo de ocho
bancos habían entregado garantías a la República por el orden de los 16.577
millones de bolívares, de los que apenas se habían podido recuperar un poco más
de 11 mil millones de bolívares (El Universal, 06/05/1999).
Magnitudes de la crisis financiera de
1994
Monto de los auxilios financieros |
Intereses a cobrar a los banqueros |
Deuda de Fogade con el BCV |
Bs. 1 billón 600 mil millones |
Bs. 974 mil millones |
Bs. 1 billón 360 mil millones |
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Costo en dólares de la crisis |
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Activos recuperados por Fogade |
$ 12.000.000.000 |
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Bs. 1 billón 7.081 millones |
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Bienes entregados por los banqueros |
Bienes vendidos por Fogade en subastas al 10/1999 |
1.614 inmuebles |
636 inmuebles |
Entre enero y septiembre de 1999, es decir, entre el último
mes de gobierno de Caldera y los primeros ocho de Chávez, se sucedieron el
retorno al país del líder del Banco Progreso, Orlando Castro, y posteriormente
de su hijo, Orlando Castro Castro; de la esposa de Gustavo Gómez López,
presidente del Banco Latino, Claudia Febres Cordero; y la exoneración de culpas
de los directivos de los Bancos Venezuela, Consolidado y Bancor por parte de los
tribunales. Especialmente estos últimos tres casos, encendieron fuertes críticas
en la opinión pública.
"La corrupción no prescribe" sentenció el presidente Hugo
Chávez al ser consultado sobre la exoneración masiva de banqueros, un total de
24, producto de tres decisiones emitidas por la Sala 5 de la Corte de
Apelaciones de Caracas, presidida por el juez Arnoldo Echegaray.
— Aquí no habrá justicia y decisiones verdaderas para poner
el punto sobre las íes en el caso de los banqueros– exclamó el presidente
algunas semanas después de la instalación de la Asamblea Constituyente-, hasta
que no tengamos una alta corte de justicia, cuyos miembros de verdad no sean
nombrados por los partidos, sino por sus condiciones morales, éticas,
intelectuales, académicas; de una manera más libre y cristalina. En Venezuela, y
lo digo con la más absoluta convicción, no tenemos Poder Judicial. La Asamblea
Constituyente lo va a rehacer y sólo así podremos luchar eficientemente contra
la corrupción (El Universal 06/09/1999).
Los casos del Venezuela, Consolidado y Bancor también
provocaron que el contralor Roche Lander instara al fiscal Rafael Pérez Perdomo
y al procurador Javier Elechiguerra a ejercer las acciones judiciales sobre los
famosos auxilios. "Insisto en que a ellos corresponde clarificar y efectuar las
acciones pertinentes de la situación de carácter penal, puesto que no se puede
quedar impune una situación que derivó en un proceso de inflación y pérdida del
poder adquisitivo de la moneda" (El Universal, 07/09/1999).
El inspector general de tribunales, Alirio Abreu Burelli,
designó dos funcionarios para analizar la actuación de la Corte de Apelaciones.
Lo propio hizo el fiscal Rafael Pérez Perdomo.
— La decisión se produjo en cumplimiento de nuestro deber de
jueces de revisión. No tenemos responsabilidad en los disparates jurídicos que
se cometieron en la elaboración de la Ley de Bancos –se excusó el juez Echegaray,
quien aprovechó la oportunidad para responder al constituyente William Ojeda,
autor del libro Cuánto vale un juez-... Mi nombramiento fue avalado por
una sentencia de la Corte Suprema definitivamente firme. Es normal que alguien
descontento por una sentencia acuda al juicio disciplinario, a veces por
ignorancia. Lo importante es la declaratoria de inadmisibilidad (El
Universal, 07/09/199).
En el ojo del huracán se encontraba también la juez Carmen
Elena Pennacchiio, quien había defendido la sentencia en particular del Banco de
Venezuela, aduciendo que "no podemos tomar decisiones sólo para complacer el
Ejecutivo o a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente. Si bien existe
una Comisión de Emergencia Judicial, no se puede tomar esto como una amenaza
para coartar las decisiones que uno tiene que tomar. La sentencia se basa en la
revisión de hechos y su fundamentación en el derecho, de donde se concluyó que
no había ilícitos" (El Universal, 07/09/1999).
— A través de la Comisión de Emergencia Judicial –declaró el
constituyente Carlos Tablante- debemos citar a los jueces que integran las salas
de apelación, solicitarles una explicación y revisar con ellos las sentencias.
Aunque no tengo pruebas, porque los delincuentes que actúan organizadamente
nunca dejan huellas, aquí hubo dinero de por medio, grandes cantidades. Se habla
incluso de que la doctora Carmen Elena Pennacchiio, a través de su ex esposo,
recibió algo así como 1 millón de dólares. Eso me lo dijeron otros jueces. Si en
la comunidad jurídica hay la convicción moral de que esta gente recibió mucha
plata, lo lógico es que tomemos las medidas (El Universal, 07/09/1999).
CNN en Español formalizó el anuncio de la suspensión de los
jueces Echegaray y Pennacchiio. "Fueron suspendidos pero no arrestados" declaró
el constituyente Elías López Portillo (08/09/1999).
Ante tal situación el banquero ya citado, Oscar García
Mendoza, exclamó: "no conozco los detalles, pero eso no huele bien. Creo que no
hay justificación alguna para liberar a unos individuos que son responsables
ante la opinión pública del mundo por una crisis que empobreció al país en 10
mil millones de dólares" (El Universal, 26/09/1999).
Veamos la evolución en el tiempo de algunos de los casos
considerados emblemáticos durante la crisis bancaria de 1994, reflejados en la
muestra de medios tomada para nuestra investigación:
Banco Consolidado y
Venezuela.
08/01/1999: "Gobierno
dispuesto a liberar de deudas a Álvarez Stelling"
08/01/1999: "Alvarez
Stelling exonerado de delitos por la Sala 5 de la Corte de
Apelaciones". "Revocados autos de detención contra Aurora Sampere,
Carlos Ernesto Stelling, Carlos Dávila, Oscar Pérez, Leopoldo
Ramírez, Raúl Stolk, Ricardo Degwitz, José Azpúrua, Rafael
Santander, Alejandro Cattini, Freddy Zapiain y Lorenzo Marturet"
Bancos Progreso y
Venezuela.
12/01/1999: Regreso
voluntario de Orlando Castro a Venezuela. "Regreso voluntariamente a
Venezuela, regreso sin presiones, y lo hago por decisión propia.
Regreso a mi familia, a mi hogar, a mis hijos, a mis amores. Regreso
a mi país. Te amo, Venezuela"
16/07/1999: Regreso
voluntario a Venezuela de Orlando Castro Castro y libertad para él y
su padre gracias a varios beneficios del COOP aplicados por el
Tribunal 24 Penal y Control.
Banco Latino.
05/02/1999: Claudia Febres
Cordero. "Se puso a derecho prófuga del Banco Latino"
03/08/1999: "La Corte
rechazó apelación del Latino" con la que se perseguía dejar sin
efecto el cierre del banco.
26/08/1999: "Gómez López
podrá regresar a Venezuela" .
19/09/1999: "Fiscalía apeló
sentencia del Latino".
06/11/1999: "Inspectoría de
Tribunales investiga reducción de la pena a Gómez López: intervenida
Sala 10 de Corte de Apelaciones".
26/04/2000: Gustavo Gómez
López: "Mi nombre se limpió con sentencia en Estados Unidos: mi
acusación le costo 13 millardos a Caldera".
17/07/2000: "Fogade retira
cargos contra ex directivo del Banco Latino: Eloy Montenegro".
10/07/2001. "Tribunal
estadounidense sancionó al Banco Latino y a sus abogados: el juicio
le costó a la República 20 millones de dólares".
11/10/2001: "Sala
Accidental Primera de Reenvío declaró absueltos a involucrados en
caso Latino".
13/07/2001: "Asamblea
investigará perdón a ex directivos del Banco Latino".
13/07/2001: "Fiscalía
solicitará nulidad de fallo en caso del Banco Latino".
19/0/2001: "Fiscalía apeló
decisión que absolvió a implicados del Banco Latino".
Banco Construcción.
22/01/1999: "Ex presidente
del Banco Construcción debe pagar daños al Estado: dictan sentencia
a José Di Mase".
30/06/1999: "Denuncia
violación de derechos constitucionales: Grupo Di Mase exige
información a Fogade".
Banco Bancor.
07/08/1999: "Demanda de
Bancor en la CSJ fracasará".
04/09/1999: "Absueltos
directivos de Bancor: Juan Santaella, Julio César Leáñez y Juan José
Caso Lamero".
21/10/1999: "Procurador
Elechiguerra objeto absolutoria de Bancor".
Banco Barinas.
22/01/1999: "Tribunal
Superior de Salvaguarda libró a ex director del Barinas, Juan
Domingo Cordero".
Banco Principal.
19/01/1999: Absueltos tres
implicados del Principal: César López Pérez, María Díaz de
Szlenzinger y Vicente Alfredo Caraballo".
Dada la concentración de absoluciones entre enero y
septiembre, los jueces, a propósito de una decisión favorable al banquero y ex
ministro Rafael Martín Guédez, temían tomar otras decisiones. "En el estricto
sentido de la justicia, deberían absolver a todas las personas que estuvieron
cuestionadas en el caso del Banco Amazonas, ya que se demostró que nunca hubo
balances inexactos, ni aprovechamiento de fondos públicos", sostenía la abogada
Sonia Oliveros Mora (El Universal, 21/09/1999).
En el caso particular del Banco de Venezuela, además de las
irregularidades generales documentadas en la tesis de grado de Gustavo Pernalete,
quien trabajaba en Banvenez para el momento de su intervención, hay que agregar
estas otras anormalidades, ya más específicas:
Operaciones irregulares en
mesa de dinero.
Creación de empresas
fantasmas desde la filial Holding Banvenez para transferencias al
exterior.
Creación de banco off-shore
(extraterritorial) al margen de la asamblea de accionistas.
Borrado de transacciones
del computador central.
Retiro indebido de las
bóvedas.
Otorgamiento de créditos
sin garantías apropiadas.
Ordenes de Presidencia para
no auditar las áreas de Finanzas a cargo de Oswaldo Villalobos
(Vicepresidente Ejecutivo de Finanzas).
Venta cruzada de acciones
del Banco de Venezuela International a dos personas jurídicas.
Venta inconsulta de
acciones a un pool bancario nacional.
Proceso de sustracción de
fondos y descapitalización calculada.
El cuadro anterior de irregularidades provocó que el
presidente del Banco de Venezuela y a la vez del Consejo Bancario Nacional, José
Bouza Izquierdo, fuera a dar a Madrid, desempolvando una muy poco usada
nacionalidad española. Bueno es recordar que José Álvarez Stelling, líder del
Consolidado, tras una alianza con Orlando Castro, del Grupo Progreso, le había
quitado el control de la institución, en una operación tipo take over, al
grupo de Carlos Bernárdez, luego de varios años de disputa accionaria.
El 20 de mayo de 1998 la Fiscalía de la Audiencia Nacional de
España resolvió mantener la situación de presidio, en la conocida cárcel
madrileña de Carabanchel, a José Bouza Izquierdo, "debido a que tenía pendiente
una petición de extradición formulada por la justicia venezolana para juzgarle
por delitos financieros" (El Universal, 20/05/1998). Al momento en que el
ex presidente del Banco de Venezuela se presentó para conocer del estado de su
extradición, el 18 de marzo anterior, fue detenido sorpresivamente, aunque luego
también fue recluido en otra cárcel, la conocida como Soto del Real.
Quince días más tarde, la misma audiencia confirmó que la
extradición de Bouza hacia Venezuela era procedente, quedando así ratificada la
primera sentencia del Tribunal III de la misma instancia, que el 2 de febrero
anterior había ya dictaminado la medida. Los abogados de Bouza Izquierdo habían
apelado. Sólo que aún podía recurrir ante el Tribunal Supremo de España, como
instancia de alzada para conocer la apelación. Para ese momento, 1º de julio de
1999, el ex presidente de Banvenez tenía dictados tres autos de detención por
seis delitos diferentes tipificados en la Ley de Bancos, Salvaguarda del
Patrimonio Público y de Fideicomiso. La solicitud de extradición fue resuelta
por la Corte Suprema de Justicia el 22 de enero de 1997.
El 4 de septiembre de 1999, por decisión de la Sala 5 de la
Corte de Apelaciones Caracas, José Bouza Izquierdo también fue exonerado de
delitos, en ponencia de la juez Carmen Elena Pennacchiio. Aunque solamente le
quedaba pendiente uno por intermediación financiera ilícita con condena de dos a
seis años de prisión. Pero como los autos venían desde 1994, el imputado,
solamente con presentarse, podía solicitar los beneficios de ley y quedar
inmediatamente en libertad. Es más, debido al tiempo transcurrido, sus
apoderados podían pedir la prescripción de la causa, sin problemas.
Para ese entonces, ya Bouza había obtenido la revocatoria de
su extradición en España, además de la nacionalidad originaria. Y, por si fuera
poco, con el tiempo se había convertido en un próspero vendedor de sotfwares
y contaba con varios puntos de alquiler de computadores, tanto en Madrid como en
Barcelona, según nos lo testimoniaron varios periodistas que pudieron conversar
con él en España en diversos momentos.
Junto con Bouza, fueron exonerados otros funcionarios de
Banvenez: José Álvarez Stelling, Carlos Ernesto Stelling, Jesús Ramón Quintero
–abogado de Álvarez Stelling- Tomás Castillo, Pablo Héctor Mantellini Oviedo,
Ignacio Galdós, Víctor Planchart, Gustavo Díaz y Eralys González. El único
imputado al que se le confirmó auto de detención fue al vicepresidente de
Finanzas, Oswaldo Villalobos, con carrera bancaria desde 1972 y el primer
prófugo de Banvenez.
Pero el 5 de octubre de 1999 se conoció que el Banco
Industrial de Venezuela tenía que devolver en calidad de reembolso unos 11
millones de bolívares a dos de los exonerados del caso del Banco de Venezuela:
Jesús Ramón Quintero y Pablo Héctor Mantellini Oviedo (luego secretario del
Consejo Bancario Nacional). El dinero respondía a fianzas previamente canceladas
por los imputados durante el proceso de juicio (El Universal, 05/10/1999).
En los primeros días de junio de 1994, exactamente dos meses
antes de la estatización de Banvenez ocurrida el 9 de agosto, José Bouza
Izquierdo se atrevió a dar consejo al resto de la banca nacional, al intervenir
en el foro Cómo tener confianza en Venezuela, organizado por el Consejo
de Estudiantes de la Universidad Metropolitana en el Centro Cultural
Consolidado. Ese día expresó:
— En estos días leí un grupo de recomendaciones a los
banqueros que en diciembre de 1863, hace más de 130 años, Hugh McCulloch, por
entonces interventor de la moneda, más tarde Secretario del Tesoro de los
Estados Unidos, había dirigido en carta a todos los bancos nacionales.
Permítanme transcribirles textualmente algunos de sus párrafos: ‘no conceda
créditos que no estén asegurados más allá de toda contingencia razonable; pague
a sus empleados salarios que les permitan vivir con holgura y respetabilidad sin
tener que robar; persiga un negocio bancario directo, honesto y legítimo’... Lo
que acabo de leerles, no puede hoy tener más vigencia que nunca y fue escrito,
como dije, hace más de 130 años. Es una vieja lección de actualidad –dijo Bouza
a la audiencia (Los verdaderos banqueros, Revista BancoVen No 199, julio de
1994).
Ya más sobre la fecha de la estatización, el viernes 21 de
junio de 1994, con fin de semana largo por delante, rumores por doquier y con
los clientes castigando las taquillas y los cajeros de las 180 agencias de
Banvenez en todo el país; Bouza Izquierdo convocó a un comité de gerentes en la
Sala de Juntas de la institución. Eran como las 9 de la mañana de ese día:
— Quiero informarles que la campaña malsana de rumores contra
el Banco de Venezuela va a llegar a su fin con la publicación, a fin de mes, de
nuestro balance al 30 de junio, el cual le dirá a todos los venezolanos,
clientes o no del banco, que la institución alcanza la más alta utilidad
semestral en toda su historia: más de 6 mil millones de bolívares. Aunque
todavía son cifras preliminares, estaremos en alrededor de los 6.100 millones de
bolívares (exactamente fueron 6.179 millones de bolívares), lo cual representará
una rentabilidad superior al 100 por ciento sobre nuestro capital.
La otra noticia del día era que el vicepresidente de
Finanzas, Oswaldo Villalobos, quien no estaba en la reunión, había salido
intempestivamente del banco y del país, según señalaron otros ejecutivos en los
días sucesivos.
Situación reportada por el Banco de
Venezuela con apenas dos mes de diferencia
Utilidades reportadas al 30/06/1994 |
Pérdidas reportadas al 08/08/1994 |
Bs. 6.179 millones |
Bs. 68.202 millones |
El primero de agosto, apenas 8 días antes de la intervención
del banco y de las empresas filiales y relacionadas, un José Bouza Izquierdo más
delgado, con una tez entre amarilla y verdosa, pero siempre con su sonrisa
ensayada a flor de piel, se presentó en una celebración organizada por la
Fundación Banco de Venezuela a las legiones de jubilados y veteranos de la
centenaria organización. Tras recibir un reloj de mesa con música para ampliar
su colección, el todavía presidente de Banvenez se expresó en los siguientes
términos:
— Muchas gracias por este obsequio. Ahora quiero pedirles que
recen mucho por mí y que recen más todavía por el Banco de Venezuela. Muchas
gracias...
Esa noche claramente se comprendía que el fin de la alianza
estratégica y de la sinergia protagonizada por el eje Bouza-Castro-Álvarez
Stelling en el Banco de Venezuela, tenía las horas contadas. El día anterior,
una famosa línea muerta que se materializaba en un aparato negro y que permitía
realizar o recibir llamadas de José Álvarez Stelling desde la presidencia del
Banco Consolidado, fue abruptamente arrancada de raíz por José Bouza Izquierdo
de una pared de la presidencia de Banvenez, cuando éste –suponemos- también
entendió que su prestigio como dirigente de la banca, la carrera iniciada 21
años atrás, el cuidado obsesivo de su apariencia, todo, estaba perdido.
La realidad era que el Banco de Venezuela arrojaba pérdidas
iniciales por 63 mil 202 millones de bolívares y requería una inyección urgente
por otros 5 mil millones de bolívares para un total de 68.202 millones de
bolívares y poder reponer el capital social y el patrimonio a la centenaria
institución. El famoso balance al 30 de junio de 1994 salió ciertamente
publicado, pero luego se convirtió en una de las múltiples acusaciones contra
los directivos, por su inexactitud.
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