El contralor Clodosbaldo Russián, como sabemos, había llegado
al cargo por designación transitoria hecha por la Asamblea Constituyente, el 23
de diciembre de 1999, aunque se posesionó del mismo el 28 de diciembre, en
sustitución del destituido Eduardo Roche Lander.
El 15 de diciembre de 2000, un año después de estar en
funciones, hizo pública la intención de permanecer al frente del despacho.
— Hemos avanzado en la reestructuración del organismo
–explicó al periodista Edgard López de El Nacional-, en la elaboración del
proyecto de reforma de la ley del organismo, en el proceso de capacitación del
funcionario y en cuanto a un aspecto subjetivo, pero no menos importante, pues
la administración está conciente de que quiénes estén involucrados en
irregularidades van a ser sancionados (El Nacional, 15/11/2000).
— ¿Cuántas declaraciones de responsabilidad administrativa o
cuántos reparos se han dictado desde que usted asumió la dirección de la
Contraloría General de la República? –le preguntó el reportero.
— Esa respuesta, con el mayor gusto, te la doy en enero.
—¿Cuántos pronunciamientos se han emitido respecto de las
presuntas irregularidades cometidas en organismos públicos durante el gobierno
del presidente Hugo Chávez?- se le insistió.
— La función de control no se determina por la cantidad de
sanciones administrativas que se impongan –dijo.
— ¿Quiere decir que no han concluido, por sólo nombrar dos
casos, las investigaciones sobre supuestas irregularidades en la ejecución del
Plan Bolívar 2000 y en la gobernación de Barinas, durante la gestión de Hugo de
Los Reyes Chávez?.
— No han concluido.
— ¿En que caso han concluido las investigaciones?
— Ninguno...
El diálogo anterior refleja fielmente la actitud de bajo
perfil asumida por el contralor Russián desde que asumió el cargo. Veamos otro
ejemplo, pero esta vez ante la insistencia del periodista Ernesto Villegas
Poljak, de El Universal (06/11/2000):
— Hay casos puntuales, como el del ex gobernador del Distrito
Federal, Hernán Grüber Odremán. ¿Han investigado eso?
— Sí, como no.
— ¿En qué estado está esa investigación?
— Está bien avanzada...
— ¿Qué resultados ha arrojado?
— Cuando haya una información final la podremos dar. En una
Contraloría no podemos dar informes parciales porque corremos el riesgo de que
esa información preliminar, que incluso conocen las autoridades para que revisen
lo que se les apunta, pueda salir.
— ¿Qué ha pasado con el caso del Plan Bolívar 2000?
— Estamos en la fase de culminación de ese trabajo. Ese es un
ejemplo de lo que te estoy diciendo...
— ¿Nunca jamás lo han llamado para ponerle sordina a una
investigación?
— Jamás, porqué ¿quiénes me pueden llamar? ¿La gente del
gobierno? Y yo creo que soy Contralor, entre otras cosas, por eso. Yo no soy
presionable ¿A estas alturas de mi vida? Que va...
Como le ocurrió en el pasado al contralor Roche Lander, a
Russián también le salió un clon que estafaba a otros funcionarios de la
administración pública, para ayudar a los damnificados de Vargas. Braulio
Antonio Arismendi Rondón trató de obtener 250 mil bolívares del prefecto de
Caracas, Baldomero Vásquez, para comprar bolsas de comida. Sin embargo, fue
detenido, tras hacerle un seguimiento a unas llamadas desde un teléfono móvil
celular, el 7 de diciembre de 2000.
Una reseña difundida por Unión Radio el 15 de diciembre
insistía en el bajo perfil del Contralor, en los siguientes términos: "al ser
cuestionado por su bajo perfil ante los últimos pronunciamientos del Tribunal
Supremo de Justicia, así como por las escasas decisiones que ha tomado en cuanto
a casos de corrupción, el contralor general, Clodosbaldo Russián, no consideró
pertinente que dicho organismo haga pronunciamientos hasta tanto no termine por
completo las investigaciones del caso".
— No soy una figura pública –advertía a la audiencia
radioescucha.
Uno días antes el vespertino Tal Cual lo había atacado,
titulando: Contraloría de vacaciones sin informe de gestión. "Russián
tampoco entregará, por lo menos antes de que finalice el año 2000, el informe de
gestión del ejercicio fiscal. Los venezolanos no podrán conocer los detalles de
la administración, que lo hizo merecedor de estar durante siete años más al
frente de la Contraloría... El premio que el Legislativo otorgará a Russián por
su silencio frente a los presuntos hechos de corrupción en el gobierno y en la
oposición, posiblemente será su ratificación... ¿Será por eso que Russián quiere
descansar?" (Tal Cual, 20/12/2000).
En efecto, el Contralor había trasladado hasta el 3 de abril
de 2001, la presentación del informe correspondiente a la administración pública
en el año 2000. Pero la gran pregunta era: ¿qué había pasado con la presentación
del informe del año 1999, que se debió presentar a comienzos del 2000?
— Cuando acuda a la Asamblea Nacional, ¿se pronunciará sobre
la cantidad de casos de corrupción que están en el ambiente? –le preguntamos el
6 de marzo, un mes antes de su comparecencia ante la Asamblea.
— Hay casos que ya pudiésemos señalar, pero hay otros que no
vamos a señalar hasta que los informes preliminares se conviertan en informes
definitivos.
— ¿Por qué usted no presentó informe de gestión en el año
2000, sobre el comportamiento de la administración pública en 1999?
— Yo no era Contralor en el año 1999. El Contralor era otra
persona (Eduardo Roche Lander). El presentó un informe.
— Roche hizo la presentación de su último informe al pueblo,
porque según declaró, no había a quién presentárselo. Eran momentos del proceso
constituyente.
— Eso fue algo inaudito, porque uno presenta su informe. Es
que no podía haber nadie. El informe que él presentó, nosotros con un oficio se
lo mandamos a la Comisión Legislativa Nacional (Congresillo). Es más, en una
oportunidad yo pensé mandarlo con un oficio a la Asamblea Nacional o llevárselo
por delicadeza. Si ellos querían que yo fuera, pues no tenía ningún
inconveniente en hacerlo. Se los presentaba, se los dábamos a los medios y hasta
lo metíamos en la página nuestra en internet.
— Pero un momento Contralor, ¿a usted no le competía
presentar un informe el año pasado? –insistimos.
— No, es que nosotros lo presentamos. Nosotros, es decir, el
informe del año 99, que es anterior a nuestra gestión, se lo pasamos por escrito
a la Asamblea. Era un trabajo que estaba casi listo y que no se podía rehacer.
Yo eso lo mantuve porque eso es muy delicado. Si bien es cierto que los
funcionarios que lo habían hecho en buena medida se mantienen acá, ese informe
se presentó a la Comisión Legislativa que se llamó Congresillo, que era a quien
le competía conocerlo.
— ¿Cuándo se presentó?
— En el primer trimestre del año pasado (entre enero y marzo
de 2000). Porque si bien es cierto que la Comisión carece de un informe anual
que nos fija fecha... Pero la Ley de Contraloría que está vigente, te habla del
primer trimestre. Un poco en esa tónica fue que se hizo. Para lo que sí estoy
ganado es que para este año durante el primer trimestre se presente un informe,
pero los casos parciales los iremos presentando sucesivamente.
— ¿En la medida en que estén listos?
— Claro. Creo que si logramos una interrelación y comprensión
con los medios, eso debe ser bueno porque la opinión pública va dosificando la
información. Si dentro de dos meses presentamos ya un informe definitivo sobre
el Consejo Nacional Electoral o dentro de tres meses presentamos un informe
definitivo sobre el Plan Bolívar 2000, eso es más sano y tiene más sentido.
Si se revisa la página web de la Contraloría,
específicamente la subsección Indice de Informes, la correlación de los
informes anuales o de gestión se detiene en 1998 y luego salta al año 2000.
Falta el informe del año 1999. La versión que presentó Roche Lander al pueblo
está contenida en su libro En defensa del Estado, la democracia y el
ciudadano: 6 años contra la corrupción (páginas 231 a 239).
— ¿Qué espera usted del informe que presentará el contralor
Russián , donde tendrá que pronunciarse sobre casos importantes como Cavendes,
las megaelecciones, el Plan Bolívar 2000, las aduanas, etc.? –preguntamos al ex
contralor Eduardo Roche Lander.
— Yo no espero nada. El Contralor debió presentar para esta
fecha dos informes y, al parecer, va a presentar uno. Son dos años y cada año
debe presentar su informe. El primer año no presentó informe. Ahora no sé si va
a presentar un informe de su segundo año de gestión.
Al respecto en su oportunidad consultamos el criterio de la
presidenta de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, Vestalia de
Araujo.
— ¿A qué atribuye usted que el contralor Russián no haya
presentado informe de gestión del año pasado?
— Increíble. Y no solamente que no lo presentó él, sino que
tampoco exigió rendición de cuentas al Presidente de la República ni a los
ministros.
El contralor Clodosbaldo Russián se presentó ante la Asamblea
Nacional el martes 3 de abril de 2001. Previamente se había filtrado, como ya
sabemos, el informe preliminar sobre el Plan Bolívar 2000, dirigido al
presidente de la Fundación Proyecto País, general Manuel Antonio Rosendo.
Finalmente presentó un informe sobre la gestión de la administración pública en
el año 2000. Quedaba el vacío del año 1999, ejercicio en el que arrancaron
importantes actividades oficiales como el Plan Bolívar 2000 o el Fondo Único
Social, que demandaron ingentes cantidades de recursos.
Planificación de actividades
sin contar con recursos humanos y financieros suficientes.
Deficiencias en la programación
del presupuesto.
Inexistencia o desactualización
de manuales de normas, procedimientos y organización.
Carencia de archivos
debidamente estructurados.
Debilidades de control interno.
Incumplimiento de las
instrucciones y modelos para la contabilidad fiscal contenidos en las
publicaciones prescritas por la Contraloría General de la República.
Obras iniciadas sin la
realización de los proyectos respectivos y sin celebrarse previamente
los contratos.
Utilización de recursos en
finalidades distintas a las previstas.
Fraccionamiento en los
contratos de obras con el objeto de evadir los procesos licitatorios.
Adquisición de compromisos sin
disponibilidad presupuestaria.
Ordenación de pagos indebidos.
Omisión de los procesos de
licitación o deficiencia en su ejecución.
Ausencia de indicadores de
gestión que permitan medir los índices de eficiencia, eficacia, calidad
e impacto de gestión.
Falta de implantación de
medidas efectivas, consistentes y permanentes para subsanar las
deficiencias detectadas.
En el texto Russián señalaba que "las mencionadas fallas,
agravadas por las debilidades de supervisión, además de contribuir al incremento
de los focos de corrupción, a la insuficiencia de las instituciones y a la
dispersión de los programas públicos, representan una gran amenaza para el logro
de los objetivos integrales inherentes a la gestión del Ejecutivo Nacional. De
allí que para revertir esta situación, promover el desarrollo del país y poder
ofrecer a los ciudadanos seguridad personal, jurídica y económica, educación y
bienestar social, resulta inaplazable adoptar políticas coherentes para mejorar
la eficacia, eficiencia, calidad y productividad de las estructuras, procesos y
recursos del sistema administrativo nacional".
A su manera, el Contralor llamaba la atención del Ejecutivo a
corregir ciertos rumbos administrativos y direccionales de la administración
pública, pues "los vicios y corruptelas pueden paralizar y hacer retroceder las
transformaciones institucionales".
— Los mismos intereses que en el pasado han obrado para la
perpetuación de los vicios y corruptelas en el manejo de los caudales públicos,
pueden constituirse, incluso desde el propio sector oficial, en la rémora que
atrase, entorpezca e inhiba, la continuidad, rapidez y la efectividad de los
cambios, y primordialmente del adecentamiento de la gestión pública –le
escuchamos decir desde la planta alta del hemiciclo parlamentario en su discurso
ante la Asamblea.
Mención aparte hizo sobre los gastos secretos. "Hemos
solicitado que los gastos de seguridad y defensa sean limitados estrictamente a
los que se causen por operaciones de inteligencia de los organismos de seguridad
del Estado". El tema venía desde la época de Roche Lander, quien señaló en
varias oportunidades un incremento inexplicable y nada justificado. En el pasado
no muy lejano los gastos de las partidas secretas durante la IV República habían
financiado toda suerte de desatinos. Incluso llevaron a la cárcel a un
presidente en ejercicio.
Incremento de la partida secreta según
Eduardo Roche Lander
Fuente: Clodosbaldo Russián.
"Cabe destacar que los gastos de seguridad y defensa",
precisó Clodosbaldo Russián, "se incrementaron en el año 1999 en 18% con
respecto a 1998 y en el año 2000 en 15% con respecto a 1999". El Contralor había
objetado órdenes de pago por concepto de seguridad y defensa por unos 29.000
millones de bolívares, "por utilización de procedimientos impropios de órdenes
de pago, omisión de las actas de control perceptivo y de las fianzas de anticipo
que debieron estar conformadas por la Contraloría General de la Fuerza Armada".
El líneas generales, el informe del Contralor no gustó ni a
los parlamentarios oficialistas , mucho menos a los de la oposición. Se
esperaban pronunciamientos sobre los casos de corrupción que estaban en el
tapete. "Hay infiltrados en la Contraloría que participan en una conspiración
para estigmatizar al gobierno de corrupto" decía el diputado Pedro Carreño, del
MVR; vicepresidente de la Comisión de Contraloría (El Nacional, 05/04/2001).
Henry Ramos Allup, uno de los jefes de la bancada de Acción
Democrática, señaló que "este informe que nos han traído y me perdonan la
expresión, es un huevo sin sal. No sabe a nada (El Nacional, 04/04/2001).
Y así, sucesivamente.
El contralor replicaba que "la gente de la oposición puede
decir lo que quiera". Roche Lander no desaprovechó la oportunidad: "fue puesto
para eso" (El Nacional, 05/04/2001).
Ante la andanada el contralor Russián tuvo un poco de más
roce con los medios y por espacio de una semana dio declaraciones por doquier.
Ultimas Noticias escribió que "será ésta la primera vez en que Pedro Carreño y
Vestalia de Araujo estén de acuerdo en algo: no quedaron satisfechos con lo
expuesto por el Contralor".
— Chávez debe estar molesto con tanta corrupción, porque esa
fue su principal bandera electoral –le entrevistaron en el vespertino El Mundo
(05/04/2001).
— Es cierto. Hay mucha corrupción. El presidente Chávez está
triste con tanta corrupción –dijo Russián- . No solamente él, sino también yo.
Tengo los pelos del burro en la mano y no puedo hacer nada porque soy respetuoso
de la Constitución y de las leyes. Además este gobierno le ha dedicado
cuantiosos recursos a los programas sociales, pero las estadísticas que son
confiables nos indican que seguimos teniendo 80% de pobreza. Uno piensa y
presume que parte de esos recursos se han quedado en el camino, Sáquense de la
cabeza que la culpa de que haya corrupción la tenemos nosotros. La corrupción en
Venezuela, como en cualquier parte del mundo, es un problema cultural...