Por su parte Claudio Fermín, quien venía de una acción de
oposición en la Constituyente a la que llegó encaramado en un distanciamiento
con un partido tradicional: AD; presentó un documento denominado Compromiso
de gestión, sostenido en dos promesas fundamentales:
Reconciliar a Venezuela.
Restablecer el compromiso común de todos los venezolanos con un proyecto
de país: Venezuela necesita reconciliación, no odios.
El crecimiento económico, el
compromiso de contribuir a instaurar en Venezuela una economía próspera,
de uso intensivo de capitales y de gerencia, de gente competente. Este
compromiso tiene que ver con la calidad de los servicios, de la salud,
de la educación, de la seguridad y la justicia.
En otras palabras, Fermín que ya lo había hecho como
candidato presidencial de AD en el pasado relativamente reciente, volvía a
postular el esquema de máxima apertura económica.
Con respecto al Sistema Judicial en particular, proponía tres
acciones concretas:
Creación de un apartado
presupuestario judicial.
Elección de los miembros del
Tribunal Supremo de Justicia y de la Magistratura a través de un proceso
democrático, siempre y cuando se determinen los pre-requisitos que deben
cumplir los candidatos a los diferentes cargos.
Aumentar el número de jueces y
tribunales en el país, como mecanismo básico para la desconcentración de
las cárceles.
Como Fermín había sido constituyente y de por medio estaba
una nueva constitución, su oferta era "profundizar las relaciones del Estado con
los ciudadanos, institucionalizar la V República y cristalizar el estado
democrático, social, de derecho y de justicia".