El 23 de enero de 1998 se cumplían exactamente 40 años de la
democracia puntofijista. Los principales dirigentes de Acción Democrática y de
Copei hacían "mea culpa" del fracaso del modelo político y económico instaurado
en 1958.
Al calor de la campaña electoral, aprovechaban la oportunidad
para observar las debilidades del sistema adeco-copeyano tan sólo a once meses
de la derrota que luego les propinaría el Movimiento V República y sus aliados
del otrora "chiripero".
La misma edición del diario El Universal del 23 de enero de
1998 recogía los actos de contrición que hicieron públicamente, tanto la
Dirección Nacional de Copei, como el Comité Ejecutivo Nacional de AD.
"La Dirección Nacional realizó ayer unas jornadas de
reflexión ‘como parte del análisis crítico para el presente y futuro de
Venezuela’" –se leía en la edición del día-. "De este encuentro... surgió el
pronunciamiento sobre ‘el agotamiento del modelo populista instaurado mediante
el Pacto de Punto Fijo en 1958’".
Continuaba la reseña comentando que "ese Estado
partidocrático, centralizado, se está desmoronando, dando lugar a la crisis del
sistema y al proceso de cambios en marcha. Creemos que debe ser suplantado por
una democracia descentralizada, pluralista y participativa, argumentó Donald
Ramírez...". Esta "iniciativa es demostrativa del interés de Copei por
‘confrontar diversos puntos de vista para la búsqueda de soluciones y acercarse
a la verdad de las cosas’", enfatizó.
Por su parte, la misma edición daba cuenta de un documento
del CEN de AD, donde a propósito de la fecha aniversaria de la caída de la
dictadura, se establecía que "el hecho de que más de la mitad de la población
venezolana nació en el período democrático y otra gran parte tenía muy pocos
años de edad cuando el derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez, sería
una de las principales razones para que las tendencias autoritarias cuenten con
ciertas simpatías en contraposición con el desapego que algunos expresan por los
logros del régimen democrático".
Se agregaba que "AD no evade la autocrítica y, así como
tenemos el derecho inalienable de exhibir nuestra contribución decisiva, no
pretendemos ignorar nuestra cuota de errores y desviaciones que han provocado
inequidad y desajustes sociales".
Ninguna de las versiones recogidas por la prensa ese día
recogía la palabra "corrupción".
– Muchas personas piensan que la corrupción administrativa le
socavó las bases a la democracia puntofijista. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–preguntamos a Eduardo Fernández.
– Yo creo que eso es verdad –respondió-. Creo que,
efectivamente, tanto con la realidad de la corrupción como con sus mitos se
abusó...Parte de la irritación y del desgaste de la democracia representativa o
puntofijista, por llamarla de alguna manera, tuvo que ver con el tema de la
corrupción. Pero también tengo argumentos muy sólidos para afirmar que hoy hay
más corrupción que ayer: primero porque hay más dinero; segundo, porque el poder
está más concentrado; y tercero, porque no hay control. Antes, por lo menos,
había algunas apariencias de control.