5
.
Capítulo 1/La corrupción en tiempo de Chávez  

 

 

 

¿Cómo nos veían desde afuera?

El jueves Santo de 2001 la corrupción fue la gran protagonista en la quema de Judas (foto: Fast Multimedia).

Coincidencialmente, el viernes 16 de marzo se difundieron, una en El Nacional y otra en 2001, dos informaciones en las cuales el país, desde el punto de vista de la percepción internacional, ocupaba las peores posiciones en materia de corrupción administrativa, ineficiencia y falta de transparencia.

La primera, basada en los resultados del ranking anual 2000 de la organización Transparencia Internacional y en un estudio de fines de 1999 elaborado por Daniel Kaufmann, jefe del Departamento de Gobernabilidad, Regulaciones y Finanzas del Banco Mundial, revelaba que Venezuela y Bolivia, después de Ecuador, "eran los dos países con mayores niveles de corrupción en América Latina".

La información había sido presentada por Edmundo Jarquín, jefe del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el marco de la reunión anual del órgano financiero multilateral que se celebraba en Chile. "Venezuela y República Dominicana —adicionalmente- ocupan el segundo lugar entre los países y gobiernos más ineficientes de la región. En el primer puesto está Paraguay" (El Nacional, 16/03/2001).

Mientras que en la primera página de 2001, el editorial del día se tituló: Venezuela, país poco transparente. El texto comenzaba diciendo que "la reconocida firma consultora estadounidense Price-Waterhouse-Coopers, hizo una investigación de reciente data sobre la transparencia de cada país y el alto costo de capital que puede arrojar la opacidad —índice creado por los investigadores de la firma".

Se agregó que "como base de la investigación, la firma... tomó a Singapur, estado miembro independiente del Commonwealth Británico, cuyo índice de opacidad es 29 y el castigo es 0,00%. De acuerdo con la investigación, el país más transparente de la América Latina es Chile, con 36 de opacidad y 3,00% de castigo, posición que comparte con los Estados Unidos".

Revelaba este editorial que "entre los nueve países latinoamericanos, Venezuela ocupa el séptimo lugar, con 63 de opacidad y 7,12% de castigo, siendo superada, además de Chile, por México, Uruguay, Colombia, Argentina y Brasil, en ese orden. Nuestro país solamente supera en la investigación a Guatemala y Ecuador... Es de imperiosa necesidad limpiar esa imagen de corrupción que se tiene en el exterior de Venezuela, cuyo resultado ha sido altamente perjudicial".

Estos dos escritos tampoco pasaron desapercibidos para el periodista Eleazar Díaz Rangel, quien desde el vespertino El Mundo del 19 de marzo, escribió que, "independientemente de los métodos que utiliza Transparencia Internacional, de sus fuentes y de las distorsiones que pueda tener del grado de credibilidad internacional, es de suponer que allí está reflejada una realidad, y en el caso de Venezuela, debería llamar a la preocupación en los altos niveles del estado y de los partidos que apoyan al gobierno".

Tal vez la preocupación a la que aludió Díaz Rangel fue lo que motivó a los vecinos de diversas parroquias y barriadas populares de Caracas, a clausurar la Semana Santa 2001 con la quema de varios Judas Iscariotes, representando, más que a una persona en particular, una situación que define un rasgo certero de la democracia venezolana: la corrupción.

 

   

 

                                    © Copyright 2002. Derechos Reservados-Agustín Beroes. Contacto: [email protected]

Hosted by www.Geocities.ws

1