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Capítulo 1/La corrupción en tiempo de Chávez  

 

 

 

El regreso de Blanca Ibáñez

Blanca Ibáñez, sin duda símbolo de la corrupción de la IV República (foto: El Nacional).

Otra persona que reingresó a Venezuela y fue tomada in fraganti por el lente fotográfico de David Maris de El Nacional, fue Blanca Ibáñez, la inolvidable secretaria privada y actual esposa del ex presidente Jaime Lusinchi.

Una fotoleyenda publicada el 8 de marzo, titulada: El nuevo look de Blanca Ibáñez, informaba que "la indiscreción de alguien que la conoce permitió sorprender y abordar a la otrora secretaria y ahora esposa del ex presidente.., nada menos que la famosa Blanca Ibáñez, justo cuando salía de una peluquería del Centro Vizcaya, en Santa Paula, con un nuevo look que la hace casi irreconocible. Tanto, que ella misma quedó sorprendida de que los periodistas la identificaran."

— ¿Cómo supieron? — le preguntó la esposa del ex presidente Lusinchi al fotógrafo y suponemos que a un redactor que lo acompañaba.

"Explicó que, una vez superados los impedimentos legales, entra y sale" de Venezuela.

— Voy y vengo —explicó-, con mucha frecuencia. Pero de declaraciones nada, ni una palabra.

El 27 de julio de 1989 Teodoro Petkoff la identificó como "el símbolo de la corrupción de una época" (Recadi: la gran estafa, página 142).

Atrás quedaron, para Ibáñez y Lusinchi, toda una gama de acusaciones formuladas básicamente por Carlos Tablante, Luis Manuel Esculpi y Douglas Dáger, parlamentarios del MAS y de Copei, respectivamente.

Incluían cartas de recomendación de Ibáñez para la obtención de dólares preferenciales en Recadi, la firma de contratos con el Centro Simón Bolívar, su relación comercial y política con Luis Guevara y Alfonso Riverol, las cuentas bajo firmas aparentemente fantasmas en el North Ridge Bank de Miami y las denunciadas por Ana Teresa Arismendi Melchert en el Federal Reserve Bank de Mónaco y en el Irving Trust International Bank de Bahamas; la adjudicación de apartamentos en el Complejo Juan Pablo II, la polémica en torno a su nacionalidad y el título de bachiller. También se cuestionaron sus declaraciones juradas de bienes, los caballos de paso, sus relaciones con el Instituto Nacional de Hipódromos y el uso irreverente de uniformes militares.

Todo este escándalo concluyó con la expulsión de Ibáñez de Acción Democrática por decisión de un tribunal de ética. También pasaría al olvido la célebre frase de Ibáñez en el viejo Congreso, una vez que el miércoles 7 de junio de 1989 Henry Ramos Allup se parara para darle su silla: " siempre he cubrido todos mis gastos... Los ingresos mío son los que he tenido de mis cosas particulares".

 

   

 

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