RENOVACIÓN  CATÓLICA  CARISMÁTICA                                                     

                                           Diócesis de Piedras Negras

 


 

 

 Actividades del Movimiento de Renovación

 
Curso de Evangelización Fundamental

En el proceso normal del renovado, viene, en primer lugar, el Curso de Evangelización Fundamental.

De acuerdo con su misión, el Movimiento de Renovación Carismática Católica busca que sus miembros logren un encuentro vivo con Jesús y una adhesión explícita y personal a Él. Esto se logra, ordinariamente, mediante un Curso de Evangelización Fundamental o Curso de Iniciación, o Renovación, que comprende el anuncio primero del Evangelio (Kerygma), no como enseñanza de carácter doctrinal, sino como una proclamación viva del mensaje de salvación, en un clima de oración y conversión, que conduzca a una experiencia personal del amor de Dios; de Jesús, como Señor y Salvador; y del Espíritu Santo, como motor de la vida interior.

Para lograr esta experiencia de Dios es muy útil la oración, en que se pide un reavivamiento de la acción del Espíritu Santo, que de una conciencia profunda de la presencia íntima y del amor de Dios, que penetra el alma y la transforma, por la acción santificadora de su Espíritu. Este reavivamiento actualiza en cada uno, con efectos más o menos sensibles y prodigiosos, el don del Espíritu Santo recibido en el Bautismo y la Confirmación.

Si bien, este primer anuncio va dirigido de modo particular a quienes nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús, se vuelve cada vez más necesario, a causa de las situaciones de descristianización frecuentes en nuestros días, para gran número de personas que ya recibieron el Bautismo. Por ello, esta experiencia se realiza mediante la renovación del propio Bautismo y de la Confirmación, buscando una participación plena y madura en el culto y en la misión de la comunidad eclesial.

El Curso de Evangelización Fundamental puede ser: de un fin de semana (intensivo) o en sesiones cortas a lo largo de varios días (extensivo); y lo imparten Equipos Evangelizadores, supervisados por el Movimiento, con programas cuyo contenido doctrinal esté aprobado por la autoridad eclesiástica competente.

El Movimiento podrá impartir Cursos de Evangelización Fundamental dirigidos a otros grupos o movimientos, previa petición al Coordinador de la Renovación Local o al Equipo Coordinador Diocesano. Se impartirá desde el carisma propio del Movimiento de Renovación Carismática Católica, de acuerdo a sus posibilidades, siempre con la disposición de colaborar con toda la Iglesia Diocesana en la edificación del pueblo de Dios.


La Asamblea de Oración Carismática

La experiencia vivida por nuestro Movimiento dice que, normalmente, el segundo paso de un renovado en su proceso es su contacto con la Asamblea de Oración Carismática Católica. Esta, es una reunión semanal, abierta a la comunidad parroquial, que es la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos, lugar de animación, coordinación y comunión de comunidades menores y movimientos, que busca la fraternidad sincera y efectiva, siguiendo el modelo de las comunidades cristianas primitivas.

Su finalidad primordial es la oración en común; por ello, se preferirá en su desarrollo cuanto la facilite, y se evitarán las circunstancias que la dificulten. En ella, los fieles elevan al Padre su oración de alabanza, acción de gracias y petición; por Cristo, el Señor, centro de la reunión, con Él y en Él; en la unidad del Espíritu Santo, principio activo que crea la comunidad; y en compañía de la Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia.

La oración se debe compartir de manera espontánea, bajo la conducción del Espíritu Santo, y brindando a todos la oportunidad de actuar personalmente, siempre en el mismo Espíritu que da dones específicos para edificación de la comunidad. Hay que dar lugar a esos carismas, pidiendo humilde, confiada e insistentemente aquéllos que se sientan necesarios para su edificación integral.

Las asambleas de Oración Carismática son una respuesta del Movimiento al anhelo que siente la comunidad de los creyentes de una participación más activa y personal en la comunidad eclesial, así como de las relaciones más profundas y estables en la fe, sostenidas y animadas por la Palabra de Dios y la oración en común.

El Movimiento reconoce que el más importante de los dones es el amor, fruto por excelencia del Espíritu Santo, aunque sabe bien que la primacía del amor no significa la exclusión de otros dones, que son muy convenientes y útiles a las necesidades de la Iglesia. Por lo demás, se somete al juicio que, sobre su autenticidad y ejercicio razonable, compete a los Pastores; no, por cierto, para que apaguen el Espíritu, sino para discernir todo y retener lo que es bueno, con el fin de que todos los carismas cooperen, en su diversidad y complementariedad, al bien común.


Pequeños Grupos de Oración


Otro paso del proceso de un renovado en el Espíritu Santo es la necesidad de que los evangelizados se reúnan en Pequeños Grupos de Oración, para sostenerse y animarse en su caminar espiritual.

Además de la Asamblea de Oración Carismática, es necesario que los miembros de la misma, que ya participaron en el Curso de Evangelización Fundamental, se reúnan semanalmente en grupos más pequeños para orar y edificarse mutuamente.

El Pequeño Grupo de Oración, debe contener los elementos ya enumerados para la Asamblea, y se enriquece con la enseñanza impartida por gente capaz, ya que se trata de un grupo estable, no de un grupo abierto, con el conocimiento mutuo de los participantes y la comunicación de sus experiencias, compartidas en un clima de mayor intimidad.

Los Pequeños Grupos de Oración deben pertenecer a una Renovación Local, registrada, y ser supervisados por el Ministerio correspondiente de Pequeños Grupos de Oración.

Dóciles siempre a la discreta acción del Espíritu Santo, los Pequeños Grupos de Oración, han de transformarse en espacios de edificación mutua, plenamente integrados y comprometidos, por una mayor radicalidad evangélica, en la edificación de la Iglesia y de una nueva sociedad. Esta transformación los ha de llevar a buscar cauces para su compromiso apostólico, en las parroquias y demás estructuras de la Iglesia Diocesana.

Si el Pequeño Grupo de Oración camina hacia este ideal de madurez, debe estar en activa búsqueda de la voluntad de Dios, dispuesto siempre a llevarla a la práctica en compromisos concretos, cuidando que tales compromisos no obstaculicen el cumplimiento de los propios deberes de estado, pero consecuente con su vocación de ser grupo anunciador del Evangelio, habiéndolo él mismo escuchado primero.


Formación Básica

En el proceso de renovación del renovado es indispensable una profundización programada, sistemática y permanente de las verdades fundamentales de nuestra fe. Que le ayude a conseguir madurez en su vida cristiana e ilumine su caminar como testigo de Cristo con la fuerza del Espíritu Santo; para ello, el Movimiento ofrece un curso amplio de formación básica.

El Movimiento asume la responsabilidad de ser educador en la fe. Ya que tendrá verdadera fecundidad en la Iglesia; en la medida en que conduzca al mayor número posible de fieles, en su vida cotidiana, a un esfuerzo humilde, paciente y perseverante, en orden a conocer cada día mejor el misterio de Cristo y dar testimonio de Él.

El objetivo principal de esta enseñanza es que los miembros del Movimiento logren descubrir su propia vocación; para que, por un recto entendimiento de las verdades básicas de la fe, mismas que han escuchado y acogido por el Kerygma, asuman hábitos de vida cristiana que les permita cumplir su misión.

Particularmente, este proceso de maduración en la fe debe lograr: que el miembro del Movimiento consolide una seria vida de oración personal y comunitaria; como modo indispensable de penetrar en el misterio de Dios y de vivir la comunión con Él.

La finalidad de la catequesis es promover y alimentar diariamente la vida cristiana de los fieles de todas las edades. Hacer crecer a nivel de conocimiento y de vida, el germen de la fe sembrado por el Espíritu Santo con el primer anuncio y transmitido eficazmente a través del Bautismo. Ser cristiano significa responderle positivamente a Jesucristo, recordemos que esta respuesta tiene dos niveles: primero, entregarse a la Palabra de Dios y apoyarse en ella; segundo, esforzarse por conocer cada vez mejor el sentido profundo de esa Palabra.

Dicha formación debe llevar a la celebración de la fe en los Sacramentos, como medio necesario de acrecentar la vida en el Espíritu Santo que se ha renovado por la adhesión de corazón al primer anuncio.

Para lograr el objetivo de la formación, el Movimiento considera medio insustituible los cursos que ofrece a quienes han tenido ya su curso de Evangelización Fundamental, a través del Ministerio de Formación Básica.

Estos cursos extraen su contenido de la fuente viva de la Palabra de Dios, transmitida mediante la Tradición y la Escritura, depósito sagrado encomendado a la Iglesia y que el Magisterio escucha, custodia y explica con el carisma de la verdad.

Este contenido se encuentra desarrollado en el libro de Formación Básica (Crecimientos) y en una serie de folletos que tratan de responder al objetivo propio.

La Formación Básica busca conducir a los cristianos, en la unidad de la fe, al conocimiento del Hijo de Dios y a formar al cristiano maduro, que realice la imitación de Cristo, según la voluntad del Padre y con la guía del Espíritu Santo. Por ello, el Movimiento impulsa a sus miembros a que asuman el compromiso de procurar su formación permanente, de acuerdo a sus carismas y a las necesidades de su comunidad. Esto supone que el renovado debe continuar su formación religiosa toda su vida.
 


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