Definici�n: respuesta interna de alerta (de los animales provistos de sistema nervioso) al riesgo o peligro, en general inminente, presente en el entorno o en el interior de un organismo, para el cual hay acondicionado un correlato neuronal hereditario o aprendido de respuesta, especializado para cada tipo de riesgo. El sistema nervioso, del cual el cerebro es la parte principal, est� evolucionando a lo largo de las generaciones y a lo largo de la vida individual para adaptarse mejor a las alarmas.
Las tradicionales alarmas son el hambre, la sensaci�n de saciamiento, la sed, la sensaci�n de calma de la sed, la oportunidad sexual, los obst�culos del camino, etc. La lista no ha acabado pues falta agregar todo lo relacionado con la emoci�n del miedo. Este �ltimo se puede analizar con provecho como una t�pica adaptaci�n (Walter Cannon).
Como adaptaci�n, el miedo prepara al organismo para enfrentar el peligro. La evidencia de este mecanismo estriba en que entre los est�mulos ancestrales a la aparici�n del miedo est�n las alturas, los animales venenosos, las descargas el�ctricas en una tormenta, el encierro, la silueta de los predadores (ley de la simetr�a), los asaltos por sorpresa y las aguas donde no se puede hacer pie. El miedo est� asociado con incrementos de adrenalina en sangre y aceleramiento del pulso, lo cual implica un cebado o priming para que el organismo resuelva la situaci�n de peligro ya sea a trav�s de la hu�da, del enfrentamiento u otro recurso creativo. Esa misma adrenalina opera en el cerebro, a trav�s de la modificaci�n en el control cerebral de la conducta y la incentivaci�n del estado de alerta. Que es una adaptaci�n se argumenta con el caso del animal que vive en una isla sin depredadores y que resulta f�cil presa frente a una invasi�n de ellos.
Por analog�a con el miedo, estar alerta frente a un problema sin resolver, es un mecanismo superior de adaptaci�n o de habituaci�n. Es la consecuencia de un control especial del cerebro humano, una de las propiedades intelectuales superiores. Se interpreta que hay alarmas para impedir que no se aprovechen situaciones eventualmente gratificantes o favorables (no perder oportunidades). Los riesgos m�s neutros, los problemas en general, se pueden considerar como seudo-alarmas. Los sistemas nerviosos naturales han pasado por la prueba de eventos peligrosos a traves de las eras, hasta llegar a dichas propiedades superiores. En cambio, los cerebros mec�nicos no han tenido, en su fabricaci�n, experiencias para nada an�logas
28.dic.1998
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