Si señores y señoras, damas
y caballeros, lo que no puede faltar en la cartera de la dama o el bolsillo
del caballero la GUÍA DEL CUCUMELO.
Basta de drogas sintetizadas, no mas crack, pasta base o porquerías
por el estilo. Hoy por tratarse de una oferta sin precedentes y por
el módico precio del conocimiento ponemos a su disposición
un material que pretende ser una forma de echar luz sobre los famosos
y archiconocidos honguitos de la bosta. Desde tiempos inmemoriales,
ya desde la América prehispánica se conocen relatos de
ceremonias con hongos psicoactivos, estas antiguas culturas veían
en las propiedades de las setas una forma de conectarse con las divinidades
y expandir la conciencia, además de formas de diagnostico y curación
de enfermedades, abundan los relatos como el siguiente:
En su Historia de los Indios de la Nueva España, Fray Toribio
de Benavente (Motolinea) describe una antigua ceremonia con teonanácatl:
Lo primero que se comía durante la fiesta eran unos honguillos
negros a los que llaman nanacatl, que tienen la virtud de embriagar,
de dar alucinaciones y aun de mover a la lujuria. Los comen antes de
hacerse de día, y comían también cacao antes de
salir la aurora. Comían los honguillos con miel, y cuando por
su influjo se sentían enardecidos, se ponían a bailar.
Algunos cantaban, otros lloraban porque estaban ebrios. Los había
que estaban sin voz; se sentaban como absortos, en la pieza en que se
reunían. Unos creían morir y lloraban en su alucinación;
otros se veían comidos por una fiera; otros se figuraban que
hacían preso a un enemigo en la pelea; éste que sería
rico; aquél que tendría muchos esclavos... Pasada la embriaguez
platicaban entre sí de sus alucinaciones.
También muchos médicos modernos
han administrado psicoactivos a sus pacientes: En 1962, el médico
Walter Phnke, como parte de su estudio para titularse en Harvard como
doctor en religión, realizó un experimento que se hizo
célebre en aquella época, conocido como "el experimento
de Viernes Santo". En el marco de un servicio católico de
Viernes Santo, Pahnke administró psilocibina a quince profesores
y estudiantes de teología en la Universidad de Boston. El psicoactivo
se administró a "doble ciego", esto es, que ni él
ni sus voluntarios sabían quiénes recibirían psilocibina
y quiénes ácido nicótico como placebo para constituir
el grupo de control. Los relatos de cada participante fueron evaluados
de manera independiente por tres antiguos profesores de la escuela que
se basaron en los nueve rasgos de la experiencia mística que
enumeraba Walter Stace en su libro Misticism and Philosophy. Los resultados
mostraron que "las personas que recibieron psilocibina experimentaron
fenómenos apenas diferenciables, cuando no idénticos,
de las categorías definidas por la tipología del misticismo."
Lamentablemente en la sociedad consumista de hoy
día la mayor parte del tiempo las motivaciones para consumir
drogas psicoactivas son mucho menos místicas y tienen poco de
esa búsqueda de trascender la conciencia, mas bien se trata de
pasar el rato y escapar a los problemas diarios cada ves que se pueda.
Bien saben esto los que prohiben las drogas y al mismo tiempo hacen
del comercio ilegal su principal fuente de ingresos directos o indirectos.
A instancias del gobierno norteamericano, la ONU se encargó de
reunir a sus países miembros en Ginebra durante la Convención
única de 1961. En ella los convocados se comprometieron a prohibir
en sus respectivos países el consumo de fármacos (algunos
ya prohibidos por convenios anteriores aunque no siempre globales) tales
como: opio, heroína, marihuana, cocaína, morfina y otras
substancias derivadas de los principios activos de plantas como la adormidera,
el cáñamo y la coca. El cultivo legal de éstas
quedó con ello rígidamente limitado a las "aplicaciones
de uso médico. Fue entonces cuando comenzó el auge de
las transnacionales farmacéuticas (obviamente primermundistas)
como encargadas únicas de producir y comercializar drogas analgésicas,
narcóticas y demás psicoactivos. Con ellas se pretendía
sustituir paulatinamente el consumo, en muchos casos ancestral, de drogas
cuya utilización -fuera del ámbito junky en Occidente-
no era sólo recreativa, sino médica y religiosa. Además
de los usuarios, resultaron afectados millones de campesinos (en su
gran mayoría tercermundistas) dedicados al cultivo de plantas
que, de la noche a la mañana, se decretaron prohibidas porque
afectaban la salud y la cordura" de toxicómanos
básicamente europeos y norteamericanos (o sea: primerrnundistas).
No sólo los farmacéuticos se vieron
favorecidos con la prohibición, la industria armamentista
(monopolio del primer mundo) resultó quizá mayormente
beneficiada a raíz de la égida mundial: tanto el expandido
cuerpo encargado de la inteligencia y la coerción física,
como el de productores, distribuidores y expendedores, desde entonces
mundialmente ilegales, requirió de sus artículos.
Por eso desde estas paginas intentaremos
echar luz sobre el archiconocido cucumelo (psilocibe)demonizado como
tantas otras drogas. Por que solo el conocimiento nos hará libres.