Mecanismo
de acción y formas de empleo
Se ingieren por vía oral, preferentemente en ayunas, solos
o mezclados con miel, en estado natural o secos, o en infusión,
de consumirse en infusión se recomienda no hervir durante
mucho tiempo. Los efectos inician entre 25 y 30 minutos después
de la ingestión, pudiendo durar hasta 6 horas. Al llegar
al cerebro, los alcaloides de estos hongos disminuyen la recaptación
de serotonina en el cerebro y en la periferia. Según lo
explica Albert Hofmann:
La psilocina y la psilocibina
tienen una estructura química muy similar al factor cerebral
serotonina
Los dos alcaloides del hongo, como la LSD, bloquean
los efectos de la serotonina en experimentos farmacológicos
en distintos órganos. Otras propiedades farmacológicas
de la psilocina y la psilocibina son similares a las de la LSD.
La diferencia principal consiste en la cantidad activa en experimentos
con animales y con seres humanos. La dosis activa promedio de
psilocina y psilocibina en humanos comienza con 10 mg; de acuerdo
a ello, estas dos sustancias son 100 veces menos activas que la
LSD, de la cual 0.1 mg constituye una dosis bastante fuerte. Además,
los efectos de los alcaloides de los hongos duran entre 4 y 6
horas solamente, mucho menos que los efectos de la LSD (8 a 12
horas). (14)
Usos
terapéuticos
A diferencia de otras plantas con efectos psicoactivos que suelen
usarse con fines religiosos o adivinatorios, el principal uso
del teonanácatl es en rituales curativos. Se cree que los
hongos son capaces de diagnosticar el mal y ofrecer la energía
necesaria para extirparlo.
Dosificación
Se calcula para una dosis baja la ingesta de 4 a 6 hongos, para
una media de 10 a12 y una dosis alta de 16 a 20.
Efectos
psicológicos y fisiológicos
A nivel sensorial, después del consumo de hongos usualmente
se presenta lo que se conoce como sinestesia: un estado peculiar
en el que los sonidos se "ven", los objetos se "escuchan",
los olores se "sienten", y cosas por el estilo. Pueden
aparecer patrones caleidoscópicos frente a los ojos. Frecuentemente
el consumidor siente que abandona su cuerpo, hay un proceso de
introspección y las cosas se ven desde una nueva perspectiva.
En El camino a Eleusis Gordon
Wasson describe de esta manera sus experiencias en una sesión
guiada por la legendaria chamana mazateca María Sabina:
El cuerpo de uno yace en la
oscuridad, pesado como el plomo, pero el espíritu parece
remontarse y abandonar la choza, y con la velocidad del pensamiento
viajar por donde lo desee, en el tiempo y en el espacio, acompañado
por el canto de la chamana y por el golpeteo de sus rítmicas
percusiones.
Lo que uno mira y lo que uno
escucha parece ser una sola cosa: la música asume formas
armoniosas, reviste de forma visual sus armonías, y lo
que uno está mirando adopta las modalidades de la música:
la música de las esferas... Todos los sentidos se encuentran
afectados de manera similar: el cigarrillo con el que uno ocasionalmente
rompe la tensión de la noche tiene un aroma como jamás
otro ha tenido; el vaso de agua pura es infinitamente mejor que
la champaña... la persona que ha ingerido hongos se encuentra
suspendida en el espacio... los cinco sentidos se encuentran despojados
del cuerpo, todos ellos a tono con ese alto nivel de sensibilidad
y alerta, todos ellos mezclándose de la manera más
extraña hasta que el sujeto, enteramente pasivo, deviene
en un puro receptor de sensaciones infinitamente delicado. Mientras
el cuerpo de uno yace allí en el saco de dormir, el alma
queda libre, pierde todo sentido del tiempo, alerta como nunca
antes; vive una eternidad en una noche, mira una infinidad en
un grano de arena.
Lo que uno ha visto y escuchado
queda grabado como por un buril en la memoria, de donde jamás
podrá ser borrado. Por fin conoce uno lo inefable y lo
que significa el éxtasis. ¡Éxtasis! El espíritu
se remonta al origen de esa palabra: para los griegos ekstasis
significaba que el alma volaba fuera del cuerpo... Pero el éxtasis
no es una diversión. Es el alma misma lo que es tomado
y sacudido hasta el estremecimiento... Unas cuantas horas después,
a la mañana siguiente, uno está listo para ir a
trabajar. Pero cuán baladí nos parece el trabajo
en comparación con los portentos ocurridos durante aquella
noche. Si uno puede hacerlo, preferirá permanecer cerca
de la casa y, junto con quienes compartieron esa noche, comparar
notas y gritar de asombro...
A nivel físico, el consumo
de hongos psicoactivos provoca dilatación de pupilas (midriasis),
modificaciones en el pulso, la tensión y los reflejos;
hipotensión y disminución del ritmo cardiaco; debilidad
y desorientación. No hay reportes de daño físico
ocasionado por el uso prolongado. En 1958 el equipo del profesor
Jean Delary emprendió en Francia una serie de experimentos
en torno a los efectos somáticos y psíquicos de
la psilocibina. Una dosis media de 10,2 mg fue administrada a
43 sujetos, trece de ellos calificados como "normales"
y treinta como "enfermos mentales". Los resultados fueron
comunicados a la Academia de las Ciencias ese mismo año,
señalándose que los principales efectos somáticos
eran los mismos entre los sujetos normales que entre los enfermos,
mientras que los efectos psíquicos variaban según
los sujetos. No obstante, el Dr. Delary, señaló
algunas constantes en la siguiente disección clínica:
Tras una fase de latencia que
varía de algunos minutos a una hora, aparecen los primeros
síntomas. El sujeto experimenta sensación de calor,
malestar físico. Tiene que dejar de leer o sus ocupaciones,
va espontáneamente a tenderse, quejándose de astenia
o de somnolencia... Las perturbaciones se instalan más
o menos rápidamente; la euforia domina habitualmente: satisfacción
profunda, reposo, contento de sí. A esto se añade
una sobreexcitación ligera con locuacidad, risa loca, necesidad
de movimientos. Pueden aparecer visiones coloreadas y movedizas;
arabescos, círculos luminosos, imágenes caleidoscópicas
que fascinan al sujeto y hacen mayor su bienestar. A estos trastornos
se asocian perturbaciones de la conciencia de tipo oniroide, alteraciones
en la percepción del tiempo vivido, una transformación
del ambiente que se torna raro e ideal. El sujeto percibe modificaciones
en su propio cuerpo. Asiste divertido o perplejo a una especie
de juego cuyo actor sigue siendo él. Gracias a esos trastornos
aparecen las intuiciones delirantes, las revelaciones inefables,
las contemplaciones estáticas. El sujeto descubre un universo
inaccesible a los demás, el de las verdades fundamentales
y de la "belleza pura". Pero la euforia no es permanente.
Sobreviene con arrebatos que parecen simultáneos a los
arranques vasomotores. Alterna con momentos de angustia más
o menos durables. La crisis dura unas cuatro horas. Las perturbaciones
de conciencia se atenúan las primeras, las perturbaciones
tímicas duran más tiempo
se nota frecuentemente
un periodo de hipomanía y a veces la euforia persiste el
día siguiente; pero el trastorno más duradero es
las astenia, a veces más acentuada, los días siguientes
que durante la crisis.
Potencial
de dependencia
se sabe que ni los hongos ni sus alcaloides generan tolerancia
si la ingestión se realiza con intervalos mayores a los
tres días consecutivos, no hay reportes sobre dependencia
física y su potencial de dependencia psicológica
es bajo considerando que cada viaje es una experiencia tan intensa
que difícilmente se tiene la disposición de repetirla
cotidianamente.
Material
adaptado de la página de Karina Malpica