TEMAS DE
ELECTRÓNICA |
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SITIO WEB DEL
PROF. GREGORIO FUENTES En este sitio
expongo parte de mis actividades en la docencia (Electrónica) y otras
tareas de investigación, como así también patentes y
registros de autor obtenidos, cursos, algunas clases en Escuelas
Técnicas, Clases de apoyo para RADIO INSTITUTO, fotos de muchos
trabajos realizados y otras acciones referidas al tema. Los enlaces a las
distintas páginas están al pié de cada una de
ellas. 17-4-16
ENLACES A OTRAS
PÁGINAS, ABAJO. RECORTE DE LOS RELATOS EXPUESTOS
EN MI LIBRO “MEMORIAS DE UN ZAMORANO” Mi paso
por Ford Motor Argentina No
debe haber cosa más odiosa que hablar de uno mismo y ésta
aseveración se potencia por si sola si los temas que se exponen son
favorables al dicente… Es ciertamente muy difícil que el relato
no se tome como una pedantería de quien lo escribe y pensar que se
está ante un ególatra narcisista… Bien, éste
asunto me llevó a pensar en no escribirlo, pero claro, se perdería
en el anonimato una parte importante de mi vida. La otra era minimizar los
hechos para que aparezca como una historia más real y humana y esto
último es lo que hice, aunque no lo parezca… Siempre dejo
pistas, algunas importantes, para que quien lea el artículo pueda
comprobar, si lo desea, la veracidad de lo expuesto. También
pensé en la disyuntiva que antaño planteaban los sacerdotes
cuando iban a realizar una boda: “Si alguien tiene algo que decir que
impida la consagración de éste matrimonio, que hable
ahora… o calle para siempre” y bien… yo decidí
hablar. Otra fecha importante fue mi ingreso a la fábrica de
automóviles y camiones Ford Motor Argentina en su planta modelo de
General Pacheco, provincia de Buenos Aires, el día 1º de
Septiembre de 1965, es decir, pocos días después de mi
casamiento (12 días después). Recuerdo que llegué de la
luna de miel y al otro día, a
trabajar. Debo decir que fui
presentado a las autoridades de la empresa (Ford) por un buen amigo del
barrio, Florentino García, que ya hacía un tiempo que trabajaba
como empleado en su profesión de Dibujante Técnico. Luego de
los exámenes médicos y pruebas técnicas me aceptaron
para trabajar. Mi actividad dentro de la empresa era Especialista electrónico en el sector de Mantenimiento. Voy a hacer una acotación, que tiene importancia, luego en el
relato: La empresa tenía o tiene, una escala de categorías para
los obreros que iban desde la 1ª a la 7ª , siendo la primera la
más baja y la séptima la más alta. Digamos que la
diferencia de dinero en los haberes entre una y otra era significativa. Pertenecíamos al sindicato de mecánicos y afines del
transporte automotor (SMATA), en aquel entonces era el gremio con sueldos
más altos y creo que continúa siéndolo. Al iniciar las actividades, cuando uno es "nuevito" le
otorgan una categoría que guarda relación con su actividad y
conocimientos, pienso que esto es igual en todas partes, digamos que un
obrero sin ninguna especialidad entra con la categoría 1ª y a
través del tiempo puede aspirar hasta una 3ª. Por lo general y de acuerdo a lo que yo veía, las
categorías más altas eran la 5ª, algunos pocos que
tenían la 6ª y menos aún con la 7ª, esto se
conseguía con el tiempo y haciendo buenos méritos. Empecé mi trabajo con una 3ª categoría, estaba en
la planta de estampado y mi función era reparar los problemas
eléctricos y/o electrónicos que se produjeran en las
máquinas de soldadura por resistencia, vulgarmente conocidas como
"soldaduras de punto". En un principio recibí adiestramiento de varios
compañeros electricistas duchos en estas máquinas (había
alrededor de 200 equipos), sin embargo no me dejaban entrar al laboratorio
donde se reparaban los equipos que gobernaban las máquinas.
Éste sitio era considerado algo tan importante como "el
pentágono" y solo podían entrar dos o tres personas
consideradas por los capataces verdaderos especialistas en éstos
equipos. Estos aparatos estaban armados sobre chasis metálicos, los
componían una cantidad de válvulas tiratrón; son
válvulas que trabajan con la ionización de una pequeña
cantidad de mercurio que contienen, de esta manera se consigue una alta
corriente catódica. Además tienen relés y una gran cantidad de componentes
pasivos. El chasis disponía de una manija para transportarlo,
guías para encajarlo en el gabinete y fichas de acople rápido. Esta explicación pretende "mostrar" como eran los
equipos que por el momento yo no podía tocar aunque me moría de
ganas de hacerlo, para que servían, de que elementos estaban
compuestos y armados de tal forma que ante una falla permitían su
reemplazo rápidamente y la máquina continuaba operando.
La cosa es que en los momentos que podía y había alguno
de estos muchachos, que eran compañeros míos, pero con
años de servicio reparando, me metía medio furtivamente,
conversaba un poco, miraba el instrumental disponible, en fin, trataba de
interiorizarme de todo lo que podía. Así me di cuenta que las reparaciones las hacían, TODOS,
con el método para nada recomendable de "prueba y verdad",
es decir, reemplazar un componente y ver que pasa; si no pasa nada, se
reemplaza otro y vemos... así continuamos reemplazando hasta que en
una de esas sale funcionando... Pregunto si no tienen circuitos, me contesta,
si, pero son un despelote, aquí
nadie los entiende, mira, este es el mejor método. Hasta aquí yo
llevaba algo menos de dos meses en Digamos que había varios equipos para reparar, ya quedaban
pocos en stock y en un rincón, llenos de tierra había alrededor
de 15 "desahuciados", considerados irreparables. Ese día, reparé varios, entre ellos algunos
"difíciles" (estos se van dejando para
"después"...). Al día siguiente pasó lo mismo
y esto llamó la atención a todos los jefes que ya me miraban
con otros ojos, verdaderamente sorprendidos. Antes de una semana, reunidos en el laboratorio, yo comencé a
enseñarles a los muchachos que cumplían con esta tarea de
reparación y también a capataces y capataz general, con el
circuito, que era grande, mas o menos de 2 X Esto a mí no me sorprendió, recuérdese que yo
venía justamente de ser docente y en mis aulas de la escuela pasaba lo
mismo. "Lo que Natura non da, Salamanca non presta". Los muchachos
en Ford, reemplazaron este refrán por; "El que sabe, sabe y el
que no, es Jefe".
A los cuatro meses de estar trabajando, el sobre de la primer
quincena ya vino con aumento; me habían otorgado la 4ª
categoría. Continué mi desempeño en el trabajo con mucha
soltura y libertad, pasé a ser el hombre de confianza de todos,
compañeros y capataces, todo era muy cordial, realmente un ambiente
entre amigos y debo incluir en este ambiente al jefe de personal Sr. Ricardo
Coletti a quien puedo considerar que fue el mejor amigo que tuve dentro de En este tiempo ya se me permitía y hasta me alentaban cuando se
me ocurría que alguna cosa o algún proceso podía
mejorarse. Voy a nombrar solo algunas. Desarrollé y se puso en prueba en una máquina, un
relé electrónico con el que se lograba mayor velocidad de
repetición de soldaduras y se eliminaba el problema del desgaste de
los contactos de los relés comunes ya que al ser electrónico no
tenía. Solucioné un problema de concepto del circuito, en todos
los equipos de una partida nueva que habían traído, unos 200. En el diseño no habían previsto un efecto que producen
las corrientes en circuitos inductivos y a consecuencia de ello había
que cambiar un relé en los equipos, muy seguido, es decir que su vida
útil era llamativamente corta. En realidad este asunto fue el que me
dio la idea para el desarrollo del electrónico citado. En una oportunidad había que hacer un trabajo que iba a
resultar tedioso. Se trataba de la purga y limpieza de todas las
cañerías de agua de la planta, que vaya a saber cuantos metros
lineales, ó kilómetros significaba ya que estaban distribuidas
por todas partes. Para éste trabajo se había programado hacerlo
con todo el personal de mantenimiento, creo, que al menos de dos turnos,
tarde y noche y también creo (no me acuerdo con certeza) que se iba a
demorar en terminarlo varios días. El trabajo se haría por sectores de la planta, cada sector a
cargo de un grupo de gente. Bien, llegado el momento, al iniciar la jornada
de esa noche (en esos momentos integraba el turno de noche) nos reúne
el capataz general, a quienes formábamos el plantel de mantenimiento y
nos explica las tareas a realizar y como debían encararse. Mientras
él hablaba yo iba pensando que esto podía hacerse de otra
manera mucho más sencilla, pero no me quedaba claro a mí mismo como... Sin embargo en poco tiempo más ya se me había
"aclarado el horizonte", a lo que dije: Sr. Neumann, si me permite, tengo una idea que puede solucionar este
trabajo mucho más rápidamente, que puede hacerse solo con el
grupo de gente aquí presente, que las cañerías van a
quedar mejor, más limpias
y que todo el trabajo estaría terminado antes que empiece a
trabajar el turno de la mañana, a las 7,30 hs, es decir, en esta misma
noche....
Se hizo un silencio, el capataz general (Sr. Neumann) y los
demás muchachos solo me miraban... Debían pensar que
había enloquecido. Bien,
respondió Neumann, explique como lo haría. (vuelvo a
aclarar que lo que yo dijera se respetaba). Hay que poner una llave esférica en la entrada de agua que
viene de la torre de enfriamiento, un niple de acople rápido para
entrada de aire del lado de esta llave que da a la planta, liberar (dejar al
aire) todos los puntos finales de la red de cañerías y luego
inyectar aire a presión en el niple. Esto va a arrastrar el agua de
todas las cañerías y con ella todos los cuerpos extraños
incluso desprendimientos de óxido que hay con seguridad. Luego abrimos
la llave esférica, cargamos de agua nuevamente las
cañerías y repetimos el proceso con el aire. Pienso que con dos
o tres veces, cuando el agua salga clara, ya está y tenemos 8 horas
para hacerlo, más que suficiente. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Neumann, que estaba
encargado de este trabajo, manos a la
obra todo el mundo y distribuyó la gente hacia los lugares
correspondientes. A eso de las 6 de la mañana ya estaba todo listo y funcionando
a la perfección; creo que nunca estuvieron tan limpias las
cañerías. Ya estábamos todos los muchachos reunidos en
el sector de mantenimiento, contentos por supuesto, el trabajo resultó
fácil, terminó bien, y recuerdo las palabras textuales de Serantes, uno de mis compañeros: Este
gallego con tal de no trabajar inventa cualquier cosa... risas de
todos... Otra "pegada" y muy importante, porque en esta le tocaba
sufrir a los jefes máximos de la planta de estampado fue la siguiente:
En un día de verano, de esos que suelen darse, de calor
"infernal" y uno detrás de otro (ola de calor), se le ocurre romperse al equipo de aire
acondicionado antes del medio día, con lo cual, el resto de la jornada
los "capos" han tenido que estar sometidos a un "baño
sauna" contra su voluntad. Para ilustrar bien el relato, debo decir que
las oficinas donde trabajan son todas de vidrio y tienen en su interior
cortinas de bandas verticales movibles. Este tipo de estructura, genera lo
que se llama "efecto invernadero" por lo que si no funciona el aire
acondicionado, la temperatura puede superar holgadamente los 50 grados
centígrados. Dado que la empresa entera, no solo la planta de estampado, estaba
ubicada en un predio de varias hectáreas, de General Pacheco, que en
ese tiempo era como decir que estábamos en el medio del campo. Como serían las cosas, que muchas veces se metían
liebres en la planta, principalmente en el turno de noche; había que
ver a los muchachos corriendo atrás de ellas... por suerte casi
siempre se escapaban, aunque de vez en cuando alguna terminaba en una
cacerola. Bueno, continuando con el tema, ese día las oficinas estuvieron
sin refrigeración y la parte de mantenimiento correspondiente al
sector denominado de "calderas" se puso a trabajar en el
desperfecto. Debo aclarar que mantenimiento se dividía en tres
sectores (que yo sepa eran solo tres), limpieza, calderas y mecánicos
electricistas electrónicos, a este último sector, que aparece
como triple, era al que yo pertenecía. Cada uno con su correspondiente
personal y sin injerencia uno con otro. La empresa trabajaba los tres turnos
de 8 hs. cada uno y en cada turno existían las tres áreas de
mantenimiento. Calderas era responsable de la calefacción y
refrigeración de las oficinas. Esa tarde, el sector calderas no pudo reparar el desperfecto.
Continuó el turno de la noche buscando solución al problema
pero llegó la mañana y todo seguía igual, por lo que
ahora se hizo cargo el turno de la mañana, siempre hablamos de
mantenimiento de calderas. Claro, llegó el medio día y el calor
en las oficinas era insoportable; el malhumor de los jefes, encima agudizado
por las altas temperaturas que tenían que soportar se hizo presente:
Amenazaron con echar sin contemplaciones a todo el personal con capataces
incluidos si al día siguiente no estaba funcionando la
refrigeración. Siguió el turno de la tarde nuevamente, tampoco lograron nada y
llegó la noche, donde nuevamente le toca a los muchachos de este turno
"bailar con la más fea". A partir de este momento todos los trabajadores de este sector,
calderas, estaban en la cuerda floja y muy nerviosos porque no encontraban El turno de noche entraba a las 22,30 y terminaba a las 7,30 del
día siguiente. Teníamos 45 minutos a las tres de la madrugada
para cenar algo. Luego de este tiempo, me encontraba trabajando en no sé que
cosa, siento una mano en el hombro y una voz conocida que me dice muy
amablemente. Fuentes que está
haciendo (era Ortigueira, un
capataz general; la única persona en Ford con el que me llevaba mal;
ni nos saludábamos...). Estoy
revisando este asunto... bueno, déjelo... hágame el favor,
acompáñeme a las calderas... tenemos un "problemita"
y me gustaría que usted lo viera a ver que le parece... Serían
las 4 de la mañana... a las 7 había que entregar el turno y
"el pescado sin vender"... Cuando entramos a la sala de calderas, donde hay equipos enormes y un
enjambre de cañerías, que yo desconocía (nunca
había estado en ese sitio) vi además a varios muchachos
sentados en el suelo con la cabeza entre las piernas sostenida con las manos,
otros apoyados en la pared y todos con una cara de velorio que asustaba...
Ahí nomás pensé; a la puta... parece que esto es algo más
que un "problemita"... Pregunté que era lo que estaba
pasando a los muchachos y me contaron todo lo que ya dije más arriba,
que si no estaba listo antes de las 7 suponían que quedaban sin
trabajo y que ya no sabían más que hacer. Bueno, vamos a darle máquina al asunto entonces, empiecen por
traerme todos los planos que tengan. A todo esto Ortigueira (el capataz
general) miraba sin decir nada, por el momento. Voy a ser breve en la
explicación de como conseguimos repararlo. Mirando los planos veo que
hay un elemento de seguridad que desconecta el compresor que es movido por un
motor a explosión. Ambos, compresor y motor son de enormes
dimensiones. Este elemento que en los planos figuraba como Flow-switch estaba
perdido entre la maraña de cañerías y los muchachos no
le dieron importancia, sin embargo era un componente fundamental; En caso que
no hubiera circulación de agua en las cañerías (el agua
enfriada para refrigerar las oficinas) debía abrir un circuito que
desconectaba el compresor, pero internamente, desde afuera no se notaba
porque el motor andaba igual y el compresor también, pero no enfriaba,
y así debe ser, porque si no circula el agua (aunque estén
llenas las cañerías) el daño que se produce es muy grande.
Puede destruirse todo. Ortigueira, que había estado callado, de pronto se pone a
opinar... decía cada gansada que nos desconcentraba y el tiempo
seguía corriendo, así que, de pronto y sin pensarlo, me
salió sin querer... Ortigueira, por favor, déjese de
joder y váyase de aquí... agachó la cabeza y se fue... Le
dije a los muchachos que busquen ese flow-switch. Todos empezaron a buscarlo
entre las cañerías, estaba bien alto y oculto el culpable. Cambiarlo fue fácil para los muchachos, pero seguía sin
enfriar, sin embargo esto ya resultó sencillo aunque llevó su
tiempo, tenía a mi favor los conocimientos de refrigeración que
gracias a Dios no me había olvidado (hice mención al principio,
escuela FULTON). Esta gente en la desesperación por hacerlo funcionar,
tocaron todo lo que tuvieron a su alcance, entre estas cosas estaban las
válvulas que inyectan el gas refrigerante y tienen un tornillo que
regula la cantidad que no debe ser ni más ni menos. Por suerte, tanto el compresor como el motor, tienen incorporados de
modo permanente todos los instrumentos que hacen falta para ponerlos a punto,
por ejemplo para regular las válvulas tenía el manómetro
de alta y el de baja (vacuómetro) más todos los demás. Conclusión: A las 6,30 estaba en
marcha y a las 7, hora de entregar el turno, las oficinas ya estaban
frescas... Todo había parecido un episodio de "Misión
Imposible" donde alcanzan a desactivar la bomba justo en el
último segundo... A decir verdad, estas cosas que acabo de contar no recuerdo si
sucedieron antes o después del siguiente episodio. Como dije mas
arriba, entré con una tercera categoría, a los cuatro meses me
dieron la cuarta y al año me pasaron directamente a la
séptima... tres
categorías juntas... Recordemos que ésta era la más
alta. Que yo sepa nunca hubo un caso como éste. Siempre los ascensos
fueron de a una categoría y en espacios de tiempo mayores. Luego de esto, un día el capataz nos reúne a todos en
nuestro sector (mantenimiento) que era un lugar dentro de la planta, cercado
todo alrededor por un alambrado. Yo pensé que sería una de las
habituales clases de seguridad que nos daban de tanto en tanto. Grande fue mi
sorpresa cuando escucho al capataz decir, casi textualmente: Sabemos del malestar que existe entre
varios operarios porque a Fuentes le han otorgado la 7ª
categoría. Si se le otorgó es porque la merece y quiero que
quien sienta que también es merecedor de tenerla que de un paso al
frente. La empresa hará un cotejo de capacidad entre ambos y si el
resultado es positivo, también recibirá la 7ª... Nadie
se movió de su sitio, yo estaba desorientado, no tenía la menor
idea de estos comentarios, lo que sí comprobé que la empresa
sabía vida y milagros de todos nuestros movimientos. De cualquier modo
mi relación con todos ellos siguió siendo de lo mejor, este
episodio de "celos" no hizo mella en nadie. Las cosas en la empresa cada día estaban mejor, para mí
al menos; en ese tiempo, el jefe de personal, que ya he nombrado, Sr.
Coletti, cada vez que entraba un operario nuevo para mantenimiento, me lo
mandaba a mí para adiestrarlo en las tareas que debía realizar,
sea cual fuere su especialidad, es decir que podía ser un electricista
normal o con conocimientos de electrónica, un mecánico, un
soldador etc. todos iban a parar a Fuentes.
Y la cara que ponían cuando me miraban... después de la
charla con Coletti sobre su "adiestrador..." Así las cosas,
un día, mejor dicho una noche, uno de mis compañeros, Juan
Carlos Soldatich, mecánico en su actividad, se acerca a mí con
una sonrisa pícara dibujada en su rostro, y dice... Tengo una noticia importantísima
para decirte, pero primero me tenés que dar una botella de whisky por
lo menos... Dejate de joder cura, no me vengas con cuentos (le
decíamos el padre Juan porque andaba medio entreverado con actividades
de la iglesia en su ciudad, Zárate). No, no es cuento y es realmente
algo muy importante para vos, ya vas a ver, y empezó a
contarme... Realmente la historia era más que importante y si no fuera que
era él quien me lo decía (un muchacho serio y respetable) era
para no creer. El comentario vale la pena exponerlo y fue como sigue: Resulta
que ha venido un jefe de la central de Ford de EEUU a Ese
jardinero es amigo mío, lo veo todos los días y hace tiempo que
me comenta algunas conversaciones que tiene con el americano, que habla un
castellano medio "champurreao" pero se le entiende bien. Me cuenta
que el hombre está muy solo, sin familiares en el país, ni
tampoco amigos, además no hace mucho que llegó y supone que no
se va a quedar mucho tiempo. También
me dijo varias veces que están "vigilando" con
atención a un muchacho que los tiene sorprendidos a todos
(los altos jefes) y me cuenta hechos
que pasan donde ese tipo está involucrado. Soldatich escuchaba pero no le prestaba atención al relato;
había en Ford más de 6.000 personas trabajando... Sin embargo
el jardinero seguía comentando episodios que le decía McElroy,
ya con cierto malestar, Ya me tiene
podrido, siempre tiene alguna historia de este muchacho, a lo que
Soldatich por fin le picó la curiosidad y le preguntó... no te dijo donde trabaja??...
sí, creo que en la planta de estampado... ahhh, entonces en una de
esas lo conozco, yo también trabajo ahí, y no te dijo como se
llama??... Sí, me dijo pero no me acuerdo, mañana le pregunto,
también me dijo que lo tienen en la mira para algo muy especial.
Ahora el diálogo continúa conmigo. Soldatich: y quien crees que me dijo que era cuando
lo volví a ver??... Gregorio Fuentes... Pero si ese es
compañero mío, trabajamos juntos, lo veo todos los
días... ¡¡yo mismo no lo podía creer!!. Yo
estaba anonadado, no entendía nada, me parecía
increíble, no recuerdo que contesté además de gracias
por la noticia. Pero ahora viene la contrapartida, inimaginable para cualquier persona
normal. A partir de ese momento caí en desgracia en Era tal el malestar dentro de la empresa que me agarró fiebre,
fiebre de verdad, de 38º todos los días, pero solo ahí
adentro, ya la tenía a la entrada, tomada en la enfermería y no
se iba, pero afuera, en mi casa por ejemplo, no tenía ni una
línea. Al llegar, iba a la enfermería, me veía el médico,
me tomaba la fiebre y me mandaba a casa.
Debe ser una virosis rebelde, quédese en cama y vuelva dentro de
cuatro días. Como este asunto se mantenía igual, optaron por mandarme a una
clínica donde durante tres meses me investigaron todo, de pies a cabeza
y todo tipo de análisis. Es curioso; se ve que mi mente a esta
clínica la relacionaba con la empresa y aquí también
tenía fiebre... Finalmente no encontraron nada anormal y emitieron un diagnostico
final: Fiebre ideopática. Con este dictamen, a trabajar nuevamente con fiebre o sin ella,
evidentemente llegaron a la misma conclusión que yo: era mi cabeza la
que generaba El médico de la compañía, el que me
atendía al entrar al trabajo, además era Psicoanalista y en
conversaciones que hemos tenido antes de las investigaciones médicas
ya me había advertido que dado a como estaban las cosas y el problema
interno que yo tenía al que calificó como político... debía renunciar, caso contrario
podía llegar a producir yo
mismo de manera involuntaria un accidente que me podría causar graves
consecuencias. Cuanta razón tenía. Después de tres meses de investigaciones médicas, me
reintegré nuevamente al trabajo a las 7,30 hs. - Más o menos
una hora después tuve el primer llamado desde una máquina de
producción que andaba mal, era
el primer trabajo que iba a hacer después de tres meses de inactividad...
Acudí al llamado rápidamente (estas reparaciones hay que
hacerlas velozmente porque se detiene una "cadena" de procesos)
dispuesto a hacer una tarea que hice cientos de veces, era sencilla y siempre
terminaba bien y rápido... pero esta vez no fue así...
Subí al balcón donde hay varios equipos de control de estas
máquinas, realicé un puente en una bornera con un trozo de
cable para anular una botonera que la tenía requeteconocida, lo hice
con la mano izquierda, pero me equivoqué de terminales en dicha
bornera y el puente lo hice sobre las dos fases de c.a. donde hay 380 volt...
Saqué la mano negra, sin ningún pelo y con la piel de
todos los dedos del lado exterior (contrario a la palma) colgando. Los
anteojos neutros que es obligación usar tenían los cristales
llenos de cobre fundido incrustado en ellos y alguna quemadura sin
importancia en A las 9 de la mañana me llevaron nuevamente a la
enfermería, al mismo sitio donde había estado una hora antes
mas o menos para darme el alta. Recuerdo las palabras textuales del enfermero y el médico: Doctor, doctor (gritando, el
médico estaba en otra habitación, más lejos) Fuentes otra vez... Yo sabía, yo
sabía (venía corriendo) que
le pasó, que le pasó?. Al ver mi mano toda quemada me dijo:
Que le dije??... y tuvo mucha suerte,
yo esperaba algo peor... Los jefes que me perseguían se encargaron de hacer el resto,
pasaron un informe de sabotaje (??) . Después de casi tres años
brillantes en pocos meses me sacaron del medio, yo había pasado de
golpe, a ser una amenaza para ellos. Este asunto (su comportamiento hacia mí) nunca lo pude
comprender, ya que pienso y no creo equivocarme que el futuro que me
tenían reservado para mí, al que se refería McElroy,
estaba en Estados Unidos y si hubiera sido aquí y por esas cosas del
destino hubiera quedado sobre ellos en jerarquía, nunca se me hubiera
ocurrido perjudicarlos en lo más mínimo. En estos días (mediados de septiembre de 2005) y ya entrando en
el relato de mi paso por Ford, se me ocurrió ver si podía
encontrar a Soldatich y hablar con él, así que me metí
en internet y a través de un sitio llamado Telexplorer se puede ubicar
a una persona de varios modos y lo
encontré!!. Que alegría me dio cuando apareció en pantalla Juan Carlos Soldatich en la localidad de
Zárate. Cuando leí Zárate no tuve dudas que era
él ya que hace 40 años,
cuando éramos compañeros de Ford vivía aquí y
sigue en el mismo sitio. Si alguien quiere comprobar el relato expuesto que
lo involucra, no tiene más que ponerse en contacto con él, para
ello, comuníquese conmigo por mail y le daré todos los datos. Lo llamé por teléfono a la noche, me identifiqué,
se puso muy contento de hablar conmigo, le comenté que estaba
escribiendo esta biografía, que lo iba a incluir a él en
ciertos pasajes de la misma y cuando tocamos el tema de la "buena
noticia" que me había traído y que recuerda bien, me
interrumpió y me dijo... Si ya se lo que pasó... te
sepulté... No Juan, que culpa vas a tener, son cosas
que en la vida pasan a menudo y seguimos conversando un largo rato.
Otra persona que conoce los sucesos expuestos, es mi amigo de la infancia
Jorge Fumagalli ya que era compañero de trabajo en la misma planta,
aunque él pertenecía al grupo de mecánicos y yo al de
electricistas, es el hermano de Andrés Fumagalli, mi amigo y compadre
de Bariloche. A quien no pude encontrar fue al señor Coletti, el jefe
de personal que he mencionado; un amigazo. Continúan
las memorias con otros temas. |