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Y DEMÁS/Magnates

Señor Gates, no tiene por qué disculparse

Acosado por la culpa de su propio éxito, el cíbermagnate vuelve a reiterar que quiere devolver mediante actos filantrópicos lo que alguna vez arrebató a la sociedad. Pero lo que hizo Microsoft no fue un atraco, sino una aportación a la sociedad. No debiera sentirse mal por ello

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ENERO, 2008. Cada vez que nos sentamos frente a un teclado y un monitor expresamos un reconocimiento a ese nerd que a los 13 años fue capaz de meterse ilegalmente a un sistema computacional. Sin William Gates III es poco probable que muchos de nuestros lectores supieran de nuestra existencia, o quizá jamás se nos hubiera ocurrido resucitar lo que en un principio de llamó Revista FASE allá a principios de los 90. Vamos, sin Bill Gates es imposible concebir otra visión del mundo actual. Y como sucede con otros personajes cuyo sitio en la historia quedó garantizado desde hace tiempo, se le admira tanto como se le odia.

Bill Gates compite con el mexicano Carlos Slim por el trono como el hombre más rico del mundo. Un conteo reciente del semanario TIME apunta que Gates es dueño de una fortuna de 63 mil millones de dólares, equivalentes al PIB de cada país centroamericano. Pero bien sabemos que su capital podría hoy ser mayor dado que el cibermagnate ha realizado obras filantrópicas por el orden de los 30 mil millones de dólares las cuales incluyen centros de cómputo para niños de escasos recursos, hospitales, ONGs, y claro, la Microsoft Foundation, misma que destina fuertes cantidades para la investigación para combatir el calentamiento global.

En varias ocasiones Gates ha dicho que él ya tiene separada una parte de su patrimonio para él, su familia y sus descendientes, y que el resto simplemente lo donará hasta terminar el capital, algo que quizá pueda durar cuatro décadas, esto es, mucho después que Gates haya dejado este planeta, sin que por ello dejemos de desearle una vida más que longeva.

Otra frase repetida varias veces por el anteojudo nerd es que él desea "regresar a la sociedad lo que Microsoft le quitó". El argumento parece prístino en su filantropía, pero sus bases son equivocadas. La empresa de Gates no es ningún drácula ni un estado voraz que nos chupan el dinero en su propio beneficio. Queda claro que el creador de Windows tiene sentimiento de culpa ante los menos afortunados, pero no debería de ser; si mucho debiera tenerlo frente a Steve Jobs, de Apple, quien no es precisamente un menesteroso.

Lo que hizo Bill Gates fue mejorar la vida para millones de personas, y en eso no hay nada cercano a "quitarle" a la sociedad. A nadie de quienes causaron el boom del Internet a mediados de los 90 se le obligó a adquirir una computadora; antes bien, vieron en ella muchos beneficios y recompensaron económicamente a Microsoft por ello. Tal empresa se encuentra muy lejos de ser perfecta --y, cierto, ha caído en aberrantes políticas monopólicas-- pero los beneficios que ha aportado a los usuarios también sin innegables: fue pionera del e-mail gratuito, del primer navegador realmente estándar, de los avances multimedia y de las enciclopedias en CD ROM. De haber existido reticencia de los consumidores a adqurir estos productos, la fortuna de Bill Gates hubiera sido mucho menor.

El gigantesco tamaño de la empresa, por otro lado, debe mucho a la ausencia de reglamentos cuando la red comenzó a popularizarse. Ahora que el gobierno norteamericano y la Comunidad Económica Europea han detenido notablemente el crecimiento de Microsoft --la cual, recordemos, estuvo a punto de ser dividida hace algunos años por estas presiones--, y es aquí donde Bill Gates debería enfocar sus esfuerzos para ofrecer a millones la posibilidad de una vida mejor.

La historia de Microsoft bien pudiera aplicarse como paradigma del triunfo capitalista: como la Ford Motor Company, se trata de una empresa que masificó, a precios accesibles, un medio que parecía destinado a un grupo bastante pequeño de usuarios. Luego de eso y gracias a Microsoft tuvieron acceso todas las voces y opiniones, aunque aquellas adversas a Gates y a lo que, desde su perspectiva, representaba. Sin Microsoft, aquellos movimientos como la globalifobia difícilmente existirían hoy, así como esas páginas antiGates diseñadas en Page Maker y que pueden verse gracias al Explorer. Sería bueno que alguien proporcionara un ejemplo más claro de la democratización inherente al capitalismo.

Pero Bill Gates parece sentirse culpable de su éxito. Las críticas iniciales le calaron hondo y ha optado por dar la espalda al mundo que hizo posible el boom del Internet. Prueba de ello: ¿por qué Bill Gates no decide crear una rama que financie proyectos o ideas como la que él tuvo allá en los años setenta? La labor filantrópica de Microsoft es plausible, por supuesto, pero también lo sería si Gates apoyara económicamente a quienes quisieran emularlo.

Es extraño, pero hasta hoy ningún magnate que ha donado buena parte de su fortuna a causas filantrópicas ha apoyado la creación de más riqueza; en vez de ello optan por repartirla, lo cual contraviene el principio que en algún momento los llevó a la cumbre de los multibillonarios. Escribió Besquiat: "Es bueno capacitar para ayudar, pero es mejor ayudar para capacitar".

Quienes diariamente manejamos Windows, revisamos nuestra cuenta de Hotmail, utilizamos el Internet Explorer y revisamos la página MSN no sentimos que Bill Gates nos haya "arrebatado" algo y hoy se vea obligado a devolverlo. Si hace eso habrá traicionado su inteligencia, su intuición y las convicciones que dieron vida a Microsoft.

© copyright, Derechos Reservados, 2007 

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3  comentarios

cori escribe 26.01.08

BILL GATES NOS MERECE POCA COMPASION, POR SU CULPA EL MUNDO CAMBIO A WINDOWS HACIENDO A UN LADO A SISTEMAS MUCHO MÁS EFECTIVOS Y LIBRES DE BICHOS COMO EL DE APPLE Y UN NAVEGADOR RAPIDO Y EFICAZ COMO NETSCAPE. SU DINERO LO HIZO MEDIANTE EL MONOPOLIO Y LAS PRÁCTICAS COERCITIVAS Y LA VERDAD ME ENFERMA QUE AHORA NOS QUIERA SALIR CON QUE QUIERE LIMPIAR SU REPUTACION CON OBRAS FILANTROPICAS. 

sey_chavira escribe 23.01.08

¡Qué hipócrita y desgradecido este Bill Gates! ¿Cómo se atreve a decir en Davos que el capitalismo no funciona si él es claro ejemplo de hasta donde se puede llegar en un sistema de libre empresa cuando se tiene una buena idea? Dudo mucho que Bill Gates hubiera conseguido tanto de haber nacido en Cuba o Corea del Norte. Si ser un empresario exitoso y tener millones de dólares le molesta que los regale y se ponga pues a trabajar de jornalero que gane el mínimo. Quizá así estaría feliz. Lo dicho, lo suyo es hipocresía pura.

gabrieldiaz_oyala escribe 23.01.08

Allá en los 80 habia una película llamada La revancha de los nerds. Recuerdo que al salir del cine un amigo comentó que en menos de 20 años los nerds iban a ominar el mundo y mis amigos y yo noe reímos hasta que nos dolió la panza. Pues bien, es evidente que mi amigo tenía razón. Y es que mientras nosotros en la prepa conocíamos chavas y tratábamos de llevárnoslas a un sitio más privado para estar a gusto o hablábamos de futbol y autoestéreos, los nerds diseñaban programas que los iban a hinchar de lana.

 

 

 

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