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Payasos sin maquillaje: Jussie Smollett
Luego de orquestar un supuesto ataque racista en su contra, el circo se le cayó rápidamente a este conductor, de modo que, ya hablando de carpas circenses, tiene sentido que Jusie Smollett entre al club de esos payasos que actúan como tales sin echarse maquillaje encima
DICIEMBRE, 2021. La película
Harry El Sucio de 1971, protagonizada por Clint Eastwood, incluye
una escena donde el asesino serial, al sentir que el detective Harry
Callahan lo tiene ubicado como principal sospechoso y por tanto a punto
de enviarlo a prisión, contrata a un tipo para que le desfigure el
rostro y así asumirse como víctima de "brutalidad policiaca".
Inevitablemente, los medios convierten al sujeto en mártir de las
"tácticas fascistas" del detective Callahan y exigen su inmediata
renuncia.
No sabemos sí esa escena la tomó como "inspiración" para su payasada,
pero lo cierto es que se trata de uno de los mayores ridículos cometidos
por una celebridad y que de ese modo prácticamente destruyó su carrera.
Hablamos, naturalmente, de Jussie Smollett, nacido en una familia
birracial y quien luego de una carrera de mediano perfil, finalmente
consiguió la fama con el programa Empire, transmitido por la
cadena Fox.
En nuestra nueva edición de Payasos sin Maquillaje, referiremos
en qué consistió esta burda trama de Smollett, quien actualmente se
encuentra en un juicio en Chicago, ciudad donde originalmente ocurrió
esta ópera bufa.
La izquierda norteamericana llegó a
tener un odio patológico, digno de estudios médicos, hacia Donald
Trump una vez que llegó a la presidencia en el 2017. La alguna vez
talentosa Rosie O'Donnel llegó a manifestar que, al conocer el
resultado electoral, "no pude dormir por tres días y necesité tomar
terapia sicológica", o bien Chelsea Handler (ya "reconocida" como
Tonta de
la Semana) quien refirió que esta situación "me
provocó un enorme trauma que me ha provocado diversos males que han
requerido hospitalización" (¿en serioooo?)
Una de las acusaciones más frecuentes contra Trump fue la de ser un
racista o, en todo caso, promover el racismo entre los
norteamericanos a través de sus políticas y sus discursos, de modo
que todas las tragedias que ocurrieron durante su gobierno eran por
culpa del copetudo multimillonario: cuando un enfermo mental
rafagueó a decenas de jóvenes en una discoteca gay de Orlando, la
culpa fue de Trump aunque la página de facebook del sujeto estaba
saturada de frases homofóbicas y quien, lejos de ser un "supremacista
blanco" era de origen árabe. Qué importaba. Como dijo Bill Ayers,
uno de los fundadores del grupo radical Weather Underground y
"mentor" de Barack Obama: "Para conseguir un objetivo, la percepción
debe pesar más que un argumento de defensa".
Desglosemos ahora la payasada:
El 28 de enero del 2019 Smollett refirió a la policía que había
sufrido una agresión racista en el barrrio de Seyerville de
Chicago.
Al llegar al lugar, los agentes encontraron a Smollett con una
cuerda amarrada al cuello; afirmó qué había salido de su
departamento a comprar emparedados en un Subway --eran las 2 de la
mañana-- y que se le cruzaron dos tipos quienes luego de insultarlo
por ser gay, le gritaron "éste es territorio MAGA", en alusión a la
frase Make America Great Again de Trump y le propinaron una
paliza para después rociarle los ojos con una sustancia. Smollett
aseguró que la agresión tenía que ver con una carta amenazante que
había recibido unos días atrás.
Inevitablemente, los medios acogieron el ataque contra Smollett como
la muestra más clara, evidente, del odio que Trump estaba sembrando
entre la población y donde las principales víctimas eran las
minorías raciales y sexuales. Smollett fue invitado a todos los
programas de televisión donde, con preguntas de cunita, le dieron
oportunidad de asumirse como "víctima", dijo, "del odio
injustificado, prejuiciado, promovido por quienes tienen cierto
poder y abusan de él". Nadie percibió en su momento la asombrosa
ironía de ese comentario.
La policía de Chicago dio seguimiento a la acusación de la cual
comenzaron a surgir dudas e inconexiones, lo cual condujo a la
sospecha que el actor había inventado todo el asunto. Ese argumento
recibió un espaldarazo cuando se dio con el paradero de los dos
sujetos que aparecían en las imágenes tomadas por las cámaras de
seguridad. Se trataba de Ambimbola y Olabinjó Osundario, dos
hermanos que habían trabajado de extras en Empire y
¡sorpresa!" eran negros y de origen nigeriano. Asimismo, la policía
comprobó que Smullett se había reunido con ambos una semana antes en
un gimnasio de Chicago.
Había más incongruencias: ¿qué diablos tenía que andar haciendo un
tipo caminando en la madrugada, con temperaturas bajo cero, en una
ciudad que actualmente registra uno de los índices más altos de
asesinatos en la Unión Americana? ¿Realmente era creíble el grito de
"este es territorio MAGA" en una urbe donde Hillary Clinton recibió
el respaldo del 67 por ciento del electorado durante la elección
presidencial?
Pero una vez que el intendente Eddie T. Johnson convocó una rueda de
prensa para revelar la sospecha que Smullett había mentido a la
autoridad, los abogados del actor consiguieron que se retiraran los
cargos en su contra a cambio de un acuerdo confidencial y 15 horas
de servicio comunitario, todo esto luego de pagar 100 mil dólares de
fianza. El acuerdo fue efectuado por la fiscal Kim Foxx con personas
cercanas al actor, una escandalosa irregularidad que se dio pese a
que la demanda de la policía contra Smollett ya había sido
entablada; los hermanos nigerianos fueron nuevamente llamados a
declarar.
El caso cayó entonces en manos del fiscal Dan K. Webb, quien tras
aportar sus pruebas, consiguió que surgieran nuevos cargos contra
Smollett por alteración del orden público.
Tras caérsele el teatrito a Smollett, la cadena Fox sacó al actor de
la última temporada de Empire. Su carrera se encuentra en el
fango pese a que algunos medios siguen dorándole la píldora
promocionando otras de sus payasadas, entre ellas una película
financiada con recursos independientes.
¿Por qué Smollett decidió echar a andar esta megafarsa? En primer
lugar, porque buscaba incrementar su popularidad dado que el
rating de Empire peligraba y con éste su chamba dentro de la
emisión ¿y qué mejor que dándose autopromoción como una víctima del
racismo trumpista más insensato? De ese modo, Smollett recibiría
enorme proyección entre los medios, como finalmente ocurrió, pero no
contaba con que en esa calle había cámaras en que registraron la
"agresión" y permitieron identificar a los "simpatizantes de Trump",
de otro modo seguramente habrían postulado a Smullett para el Nóbel
de la Paz u otra jalada similar.
Hasta el momento, las pruebas que refuerzan la culpabilidad de
Smollett están resultando contundentes, y prácticamente sus amigotes
de Hollywood lo han dejado solo pese a que altos ejecutivos de
Netflix habían asegurado que la historia de "racismo sistemático"
que había sufrido Smollett "estaban en preparación".
Jussie Smollett es otro payaso sin maquillaje al que con gusto le
enviaremos a su nariz de bolita, zapatotes talla 50 y una peluca
morada a la dirección que nos indique.
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