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La magia extraña de ELO

Dirigidos por un versátil Jeff Lynne, este grupo de Birmingham se mantuvo en el último tramo del legado Beatle y aportó obras donde los instrumentos clásicos se combinaban con el teclado electrónico. El desdén de los críticos hizo más irresistible escuchar una y otra vez a The Electric Light Orchestra

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FEBRERO, 2010. "A principios de los sesenta en Gran Bretaña no había más radio que la BBC y las opciones eran pocas, así que por las noches podías escuchar difusoras más distantes con música realmente increíble. Uno de esos artistas era Roy Orbison; su manera de cantar y su sensibilidad lo hacían único. Junto con los Beatles han sido mis preferidos por mucho tiempo", señaló hace años Jeff Lynne, el líder fundador de la Electric Light Orchestra, y agregó, "no hay secreto alguno en decir que moldee mi voz de acuerdo a la de Roy, aunque alcanzar su tesitura resultara totalmente imposible".

Jeff Lynne, nacido en Birmingham en 1948, nunca pensó en otra cosa más que convertirse en músico, aparte, comentó alguna vez, "era bastante tímido con las chicas". Desde los inicios de su carrera ha utilizado anteojos de sol --durante un tiempo apareció con ellos en un par de portadas-- aunque rara vez de le ha fotografiado sin ellos. "Cuando estuve en The Travelling Wilburys, George (Harrison) me pidió que me los quitara, y aunque había prometido traerlos puestos mientras componía, carajo ¿cómo decirle que no a un favor que te pide un ex Beatle?" Pero más que otra cosa, traer puestos los espejuelos no es más que "algo que de lo que ya me acostumbré, como ponerte una camisa y abrocharla todos los días", dijo al periodista Mikal Gilmore de Rolling Stone, en 1978.

Algo del lo que también seguramente se acostumbró en el cenit de su carrera fue tener por un lado uno de los grupos ingleses que más discos ha vendido en Estados Unidos, apenas abajo de los Beatles y los Rolling Stones, y por el otro el odio, en ocasiones personal, de los críticos, quienes lo acusaban de "pretencioso". Pero a Lynne ello terminó por divertirlo: "En especial me encantaba confundir a los críticos que a menudo comentaban lo peor sobre mis esfuerzos. Pero estas canciones llegaron a vender millones por lo que aprendí a no preocuparme mucho por ellos", escribió Lynne en el cuadernillo de un reciente CD de éxitos. Lo anterior caería ad hoc con lo que publicó algun veza el columnista Jonathan V. Last: "Si los críticos garantizaran popularidad, los Sex Pistols y los New York Dolls se habrían hecho ricos nada más por vender discos".

El rock and roll de Chuck Berry, de Orbison y hasta de Jerry Lee Lewis lo motivaron a estudiar música en su ciudad natal. Muy pronto surgió en su mente combinar algunos de esos elementos con los clásicos pero en 1967 se sorprendió al escuchar que The Moody Blues y su "Nights in White Satin" prácticamente le habían birlado la idea; "tenía que apresurarme y por ello decidí irme a vivir en Londres". Uno de sus amigos tenía acceso a los estudios Abbey Road donde los Beatles grababan el Álbum Blanco: "Ahí estábamos escondidos detrás de una consola mientras Paul ensayaba los acordes de 'Obladi Oblada" y en otro cuarto John grababa 'Julia'. Sólo temíamos que alguien llegara y nos dijera 'muy bien, chicos, ahora por favor ya váyanse de aquí...", comentó Lynne en 1988.

Finalmente en 1969, Roy Wood, un conocido suyo, lo invitó a tomar parte de The Move, cuyo concepto era "continuar donde se habían quedado los Beatles" (su mánager, por cierto, era Don Arden, el padre de Sharon, esposa de Ozzy Osbourne). El grupo consiguió un contrato con una pequeña disquera y en 1971 lanzaron su primer disco del cual se popularizó una versión del clásico "Roll Over Beethoven". Pero mientras preparaban sui segundo disco surgieron fuertes diferencias de Wood con Lynne dada la capacidad de liderazgo de ambos. Cuando estaban a punto de terminar su segundo disco el primero abandonó a The Electric Light Orchestra para formar Wizzard. Fue así como Lynne se quedó con los derechos y con el control total del grupo.

Desde el principio Lynne estableció que lo suyo no era "rock clásico" pues, dijo a una revista inglesa, "éste utiliza enormes orquestas", sin embargo siempre se le catalogó así. Quizá de ahí provenga el rechazo de los críticos, dado que desde fines de los sesenta consideraron que el género había caído en excesos y lo superfluo. De cualquier manera su segundo disco tuvo éxito inmediato, sobre todo en Estados Unidos, que a principios de los setenta aún estaba sediento por escuchar nuevos sonidos británicos.

Su primer gira por Norteamérica tuvo un éxito inmediato. Lynne tuvo la idea de que al abrir los conciertos todos salieran de una enorme nave espacial, misma que pasaría a ser símbolo del grupo. Su público solía oscilar entre los "nerds" y personas con estudios universitarios. Fue en esa época (1975) cuando lanzaron Eldorado, un disco sumamente elaborado que tomó a Lynne casi ocho meses de trabajo. Aquel fue el inicio de una cadena importante de hits, entre ellos "Turn to Stone", "Telephone Line", "Rockaria", "Strange Magic" y varios más. Cada gira y cada concierto tuvo excelente acogida aunque Lynne sentía que su creatividad estaba amarrada: "Para principios del 78 lo que parecía ser una diversión pasó a convertirse en algo obligatorio (...) nuestra disquera exigía hits, nos quería ver en las listas todo el tiempo. Durante un par de discos traté de complacerlos pero al final estaba agotado", refirió a Rolling Stone. 

Fue por esos días cuando se le pidió componer la música para una película; desde hacía tiempo Lynne estaba ansioso por musicalizar una película de modo que aceptó gustoso aunque sufrió un enorme disgusto cuando la disquera y sin autorización suya sobrepuso la voz de olivie Newton John al tema "Xanadu". Aparentemente se consideraba que ELO no poseía potencial para ser un grupo comercial por lo que se optó por grabar la voz de la australiana. Desde entonces Lynne ha conseguido que "Xanadu" no sea incluida en las recopilaciones de ELO., aunque sí ha aparecido en los discos de Grandes Éxitos de Newton John.

El disco TIME, aparecido en 1981, contenía los temas "Don't Bring Me Down" "Confusion" y "Last Train to London" que terminarían por convertirse en hits, pero Lynne ya había tenido suficiente. Tampoco ayudaba que en ELO había habido una constante rotación de integrantes que sólo los fans más consumados del grupo podían identificarlos.

Luego de TIME y la virtual desaparición del grupo, Lynne sufrió una profunda depresión de la que le ayudó a salir su amigo Dave Edmunds, quien lo invitó a producir un disco; Lynne aprovechó la oportunidad y compuso "Slippin' Away", que se convirtió en un hit solista para Edmunds. Fue éste quien le aconsejó dedicarse a la producción, lo cual se convertiría en un enorme golpe de suerte ya que ello llegó a oídos de Roy Orbison, el ídolo de Lynne. Orbison planeaba un regreso y precisaba de un productor con su misma sensibilidad. El líder de ELO no sólo produjo el disco sino que compuso "I Drove All Night", que se convertiría en hit en 1985. Más tarde llegaron peticiones de Bob Dylan, Tom Petty y aun de George Harrison; "entonces me di cuenta que la historia de ELO era sólo el comienzo, no el final, de mi carrera. ¡Producir a George Harrison! ¡Ni con un pellizco despertaría", dijo Lynne en 1990.

"Para Jeff producir un disco es como un niño que entra a una dulcería '¡vamos a hacer un disco, qué emocionante! Muchos productores sólo viven pendientes del reloj, a ver a qué horas terminan sus horas del contrato para irse a un bar; para Jeff es una diversión, algo que realmente le encanta hacer", dijo Petty, a quien Lynne produjo en 1985 Full Moon Fever, su primer álbum solista, mucho más exitoso que los que grabó con The Heartbreakers. Debido a esos compromisos, Lynne compró una residencia en Los Ángeles que divide en sus viajes a Londres.

Al año siguiente Lynne consideró que había llegado el momento de resucitar a ELO, con un material tituado Balance of Power, sólo que con algunas variantes. En primer lugar la alineación se había reducido únicamente a Lynne, Bev Bevan y Richard Tandy; también se hicieron de lado los violoncelos y se optó por más sintetizadores. Y otra más: "Este sería el último disco de ELO si no hay respuesta de los fans", dijo a The London Times. Para su suerte el álbum tuvo gran éxito en Europa, en espacial por el hit "Calling America", difundido ampliamente por MTV. Sin embargo en Estados Unidos, tradicionalmente su mejor mercado, los recibió tibiamente, situación que frustró una gira de conciertos.

Meses después Petty y Lynne fueron invitados a visitar la casa que George Harrison tenía cerca de Londres. Tras contar anécdotas ("de haber seguido los Beatles me habría encantado que siguieran el camino de la Electric Light Orchestra", dijo a Lynne el autor de "Something") los tres se pusieron a tocar "por mero gusto". Días después se les unió Bob Dylan, en una serie se sesiones que luego se trasladaron a California. Así y sin mánagers de por medio, nacieron The Traveling Wilburys, donde Lynne compuso la mitad de las canciones del primer álbum. "Lo más emocionante es que jamás hubo guerra de egos '¡oh, yo soy Bob Dylan y no puedo hacer eso!' o bien 'yo, como George Harrison, me niego a hacer una segunda estrofa", dijo Lynne a Rolling Stone.

Otro músico al que produjo un álbum fue a Brian Wilson, líder de The Beach Boys, cuya música Lynne siempre había admirado, "aunque rara vez se reflejara en ELO". A su parecer, Wilson era "un tipo brillantey de ideas rápidas, aunque un tanto distante". Durante las sesiones le confesó sentir cierta envidia por Lynne ya que a éste no parecían importarle las críticas nio se sentía afectado por ellas al momento de trabajar. "Yo hice caso de ellas y terminé por audestruirme", le confesó Wilson. También le habló sobre Murry, su tiránico padre, quien para desgracia del grupo terminó convertido en su mánager. Pero siemopre inglés y siempre diplomático, Lynne se niega a abundar sobre otras confesiones que le hizo Wilson.

Finalmente la misma disquera que había exigido a Lynne años atrás que escribiera algo "comercialmente atractivo" le pidió un disco solista --"de hecho el anterior también lo había sido", comentó-- a lo que objetó sus estrategias comerciales, "pero ellos dijeron 'olvida eso, lo que queremos es que grabes un disco". El resultado fue Armchair Theatre, que se vendió modestamente, "pwro esta vez ya no me angustiaba si se vendía o no". De cualquier manera los fans de ELO, que se muestran especialmente fieles al material que grabó en los setenta sigue ahí: las regalías llegan cada día y le permiten a Lynne vivir holgadamente.

Pero poco después de aparecer el segundo disco de los Wilburys, Orbison falleció de un ataque al corazón. Los restantes miembros coincidieron en que sería absurdo continuar sin su compañero. "Cuando formamos los Wilburys acordamos en que dejaríamos de participar una vez que dejara de ser divertido, y eso fue precisamente lo que ocurrió tras la muerte de Roy", refiere Lynne. Por mientras regresó a su labor como productor hasta que una tarde le llamó el director Paul Thomas Anderson con el fin de pedirle autorización para incluir una canción suya el en filme Boogie Nights, cuyos protagonista era un actor porno. "Al principio Jeff se mostró reacio pues alegaba que, al tener dos hijas adolescentes, la pornografía le resultaba especialmente perniciosa. Pero al final de la exhibición privada se levantó de su asiento, alzó los brazos y dijo '¡esta es la mejor película que he visto en mi vida!'", dijo Anderson a la revista Entertainment Weekly. Lynne autorizó que el tema "Living Thing" fuera utilizado en la película.

Otro asunto que divirtió menos a Lynne fue su ex tecladista Bev Bevan, quien aprovechando un resquicio legal --había adquirido algunos derechos como compensación a unos pagos pendientes-- lanzó el grupo ELO II el cual incluso lanzó dos discos, son sonido idéntico al de la banda original. Lynne jamás tuvo nada que ver en ello y al final ganó la batalla cuando Bevan le vendió los derechos en el 2001. Eso permitió que al año siguiente la Electric Light orchestra resucitara con el álbum Zoom que incluía una de las últimas grabaciones de George Harrison. El disco ofrecía el estilo tradicional de ELO, algo que el músico acepta fue a propósito, como una manera de hacer ver a Bevan quién era el verdadero motor del grupo.

Ya con sesenta años de vida encima, Jeff Lynne siente haber alcanzado su sueño: "Desde aquel momento en que escuchaba el rock and roll por el radio con la luz apagada del cuarto hasta haber participado con aquellos intérpretes han pasado muchos años, todos ellos productivos. Pero el máximo orgullo es que haya habido fans a quienes aún gusta la música de ELO. Es una manera muy emocionante de trascender", comentó.

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