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La deplorable en esta historia del ridículo es Hillary Clinton, una mala perdedora
Mientras su reputación se hunde irremediablemente en el resumidero, casi se cumple un año de las elecciones norteamericanas y Hillary Clinton sigue aumentando los culpables de que ella no haya ganado. Un espectáculo patético por parte de alguien que siente poseer derecho divino para ocupar la Casa Blanca
Quien llega primero a la meta protagoniza la historia. Quien llega segundo protagoniza las excusas
Howard Cosell, comentarista deportivo (1918-1995)
SEPTIEMBRE, 2017. ¿Hasta dónde
llega el ego de la señora Hillary Clinton? Ella misma dio la respuesta
en el programa Sunday Morning que transmitió la CBS el pasado día
10: "Ni siquiera había yo redactado un discurso donde aceptaba mi
derrota. Había estado trabajando en el discurso de la victoria" el cual
conforme transcurría la noche de la elección presidencial se dio cuenta,
agrega, "que el triunfo no iba a ocurrir". El tener al 90 por ciento de
la prensa, de los empresarios más poderosos, de las celebridades de
Hollywood y la música y las simpatías en buena parte del mundo pueden
inflar desmesuradamente la autoestima de una persona, sin duda. ¿Pero
olvidar o de plano hacer a un lado un discurso donde acepta haber
perdido la elección presidencial?
La incongruencia, el salpicar culpas para todos lados, el decir (¿ahora
sí?) que Barack Obama le "aconsejó" bajar el tono a sus ataques a Bernie
Sanders para evitar que éste se fuera por la libre (a lo que se agrega
la paradoja de que Sanders era un "independiente") fueron la parte
medular de ese programa televisivo. Un espectáculo penoso, sinceramente.
¡Ya va a cumplirse un año de las elecciones y Hillary Clinton aún no
acepta su propia responsabilidad en la derrota!
Repasemos otra de esas mentiras: "Ya completé mi etapa como candidata
pero sigo metida en la política porque en verdad creo que el futuro de
nuestro país se encuentra en riesgo". Falso, Hillary sigue atrapada en
su etapa como candidata en su rol de mujer de la cual sus enemigos
políticos y hasta sus supuestos amigos se aprovecharon. Nada de lo
ocurrido es culpa suya, todos conspiraron en su contra, llámense Donald
Trump y su acoso sexual, los deplorables, su equipo de campaña, Vladimir
Putin y patatín patatán.
Incluso la prensa, esa misma que encubrió sus trapacerías en Benghazi o
jamás se preocupó por investigar la grave obstrucción de la Casa Blanca
en el asunto de los mails que comprometió la seguridad nacional,
esa prensa que, como Newsweek, publicó una "edición especial
titulada "Madame Presidente" cuando aún no terminaba el conteo de votos,
ahora resulta ser copartícipe de la derrota clintoniana.
Hasta dónde llega el asunto que el propio Comité Demócrata le está
pidiendo a Hillary que guarde silencio, que sus declaraciones insensatas
le hacen más daño a ese Partido. "Ya deja eso atrás y mira hacia
adelante", le advirtió Sanders al tiempo que Joe Biden dijo: "La verdad
nunca fue una buena candidata; en la democracia se gana y se pierde, y
con sus declaraciones no se gana la simpatía de nadie".
Repasemos otras declaraciones hechas por la candidata perdedora. Una
marca absoluta de humor involuntario:
"El más importante de los errores que cometí fue enviar correos a través
de mi cuenta personal".
Ese "error" puso en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos, nada
más. Hasta los hackers menos calados encontrarán relativamente
fácil accesar a una cuenta de correo electrónica que son usadas por
millones de personas y donde también se incluyen las cuentas privadas
como la de la Fundación Clinton. El gobierno norteamericano maneja su
red interna la cual es constantemente encriptada para evitar los ataques
de intrusos. ¿Por qué hasta hoy a ningún otro funcionario, llámense
Barack Obama o John Kerry, les han balconeado lo que escribieron en sus
cuentas de correo? ¿no será porque éstos sí utilizaron la red interna?
(No extraña, por tanto, que a John Podesta, parte del equipo de campaña
de Clinton, también le hayan expuesto sus mails). La única
explicación: éste también manejaba sus cuentas en la página de la
Fundación Clinton que igualmente fue hackeada.
Al culpar a James Comey, ex director del FBI, Clinton muestra su
absoluto desprecio por la ley. Al utilizar cuentas privadas para enviar
información clasificada del gobierno norteamericano, era obligación de
esa dependencia realizar una investigación la cual fue bruscamente
detenida por órdenes de Obama y que terminarían con la conclusión de que
no había delito que perseguir por parte de Comey unos días después.
Obstrucción de la justicia por parte de Obama, a quien Hillary acusa de
no "haberla apoyado lo suficiente". ¡Increíble!
"Me preocupa que el comportamiento (de Trump) que vimos en Access
Hollywood fue deplorable y hubo mucha gente a la que no le importó.
Trump resultó ser una estrella de la TV bastante efectiva".
Lo mismo puede decirse de su coscolino marido --el cual, aparentemente,
jamás ha acosado a mujer alguna dado que no le vale una sola crítica-- y
de los millones de norteamericanos que el pasado noviembre votaron por
ella.
Cuando Hillary atendió la ceremonia de inauguración en Washington,
afirmó sentirse "humillada, como viviendo una experiencia fuera de mi
propio cuerpo" Y luego su discurso divisionista, el cual tuvo un tono de
nacionalismo blanco, en ningún momento nos exigió a todos trabajar
juntos".
¿Acaso el llamar "deplorables" a los seguidores de su contrincante no es
alentar el discurso divisionista, ése mismo que Obama estuvo manejando
todos los días de sus ocho años de gobierno? ¿Y por qué Hillary Clinton
se sintió "humillada" si en ningún momento del discurso Trump aludió a
ella? Más bien, lo que estaba "humillado" en ese momento era su ego, ése
que le hizo creer que tenía derecho divino para convertirse en la
primera presidente de Estados Unidos.
"Muchas mujeres no votaron por mí luego que sus novios y sus maridos les
advertían 'no votes por Hillary, la van a meter en prisión, mejor vota
por Trump', dijo en otra parte de la entrevista.
Además de ser una idea claramente misógina ("claro que sí, mi amorcito,
no votaré por Hillary solo porque tu me lo dices") Hillary muestra su
despreció y su profundo rencor hacia esa parte de la población que no le
dio el el triunfo. Es como si para ella, las mujeres carecieran de
cerebro y criterio propio para emitir su voto por quién les de la gana y
necesitaran que sus novios o maridos les dijeran por quién votar.
Obviamente, para Clinton las únicas mujeres inteligentes de Estados
Unidos son quienes votaron por ella.
Hillary Cliton perdió porque la mayoría de los norteamericanos la
rechazan y porque ya están hartos de todo lo que huela o sepa a Clinton.
Por ello la idea de "posicionar" a Chelsea Clinton, primero en un
talk show y luego como "analista política" han fracasado
miserablemente. Al culpar a los demás, incluso antiguos aliados, de su
propia derrota, Hillary está mostrando en público su progresivo
deterioro mental, similar al de quien sentía tener derecho a recibir una
herencia millonaria y al final ni siquiera se le menciona en el
testamento.
¿Cuál es el siguiente paso una vez que las ventas de su nuevo libro
What Happened se derrumben dentro de unos días? ¿Otra candidatura
presidencial, aunque poco probable, hacia el 2020, o bien una larga
visita a un asilo mental?
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