Otros textos de Y Demás
Paul Stanley y su proyecto alterno;
un beso con sabor a soul
Eric Carmen: una carrera de éxitos
donde, por cierto, no ha estado completamente solo
La Casa Winchester; tantas habitaciones como
leyendas, realidades y mitos
Cómo la ansiedad terminó con Elvis, con
Michael Jackson y otros más
A lo mejor se acuerda:
teen idols
setenteros y ochenteros
Brian Johnson, ni la sordera
detuvo su talento
Archivo
|
|
Y DEMÁS/Lado oscuro
Historias de Los Ángeles: la muerte del coronel Hogan
Fue uno de los actores más
cotizados en los comedia norteamericana de los 60. Pero Bob Crane
llevaba una vida secreta que terminaría en un asesinato abominable.
Otra historia de la ciudad angelina donde la llegada de la fama no
siempre acaba bien
Versión impresión
NOTA: Este artículo
forma parte de seriado de historias que tuvieron un final horrendo
en la soleada ciudad la cual, junto con su vecina, la admirada
Hollywood, suelen también ser un polo de atracción para hechos
violentos inimaginables hasta que éstos suceden en la que muchos
consideran es la capital del glamour en Estados Unidos
AGOSTO, 2021. Conforme se
acercaba el fin de los años setenta, la ciudad de Los Ángeles
parecía estarse acostumbrando a los hechos violentos dentro del
mundo que muchos suponen glamoroso y hedonista. Ya hablamos en otro
texto acerca del actor mexicano Ramón Novarro, víctima de unos
mozalbetes quienes a cambio de quitarle la vida solo lograron
llevarse 20 dólares. Hoy toca el turno de revisar la vida de Bob
Crane, más conocido como el coronel Robert Hogan.
Los Héroes de Hogan rompieron un paradigma dentro de la televisión
norteamericana de los años sesenta. En primer lugar, era el primer
programa de comedia que tenía lugar en tiempos de la segunda guerra
mundial y, más aún, la acción se desarrollaba en un campo de prisioneros administrado por los
nazis, esto pese a que sus críticos, quienes claramente nunca vieron
la serie, insistían en que era un campo de concentración.
La revista TIME denunció que Los Héroes de Hogan promovía la "trivialización"
de la segunda guerra mundial cuando lo cierto fue que el nazismo,
pese a haber dejado a su paso millones de muertos víctimas del
fanatismo, es igualmente verdad que fue una ópera bufa creada por un
payaso, del mismo modo en que, detrás de sus seguidores más
fervientes, muchos de ellos eran auténticos tontos de capirote.
Como prueba de ello está la declaración del actor Werner Klemperer,
quien encargó al coronel Wilhelm Klink, encargado del campo de
prisioneros (y quien además era judío): "Una condición acordada con
los productores fue que si en algún episodio Klink no terminaba como
un idiota, inmediatamente yo abandonaría la serie".
La serie fue un éxito casi inmediato gracias al carisma de su
protagonista, el coronel Hogan, líder de los prisioneros aliados y
quien intercedía frente a los guardias nazis, entraba a la oficina de Klink sin tocar
e invariablemente le
veía a éste la cara en cada episodio y era quien realmente manejaba
el sitio excepto cuando llegaban de visita los capitostes nazis. Fue
una propuesta distinta que tuvo buena acogida entre los
televidentes, al punto que duró seis temporadas.
Crane nació en Connecticut en 1928. Estuvo un tiempo en el ejército y
perteneció a la banda de guerra. Terminado el conflicto Crane
desempeñó varios trabajos hasta que inició su carrera en la radio en
1950 con programas de entrevista. Más tarde él y su familia se
trasladaron a California donde su formato siguió teniendo enorme
éxito. En 1965 se estrenó el primer episodio de Los Héroes de Hogan
y tuvo un éxito enorme primero en Estados Unidos y luego en
varios países, incluso en la entonces Alemania Federal.
Crane no desaprovechó su enorme fama: pese a estar casado solía conquistar a varias muchachas ansiosas de
rentar al mundo de
Hollywood; se divorció para más tarde contraer matrimonio con una de las actrices de la
serie, la bella Sifrid Vakldis, quien hacía de secretaria del
coronel Klink. Todo habría sido una historia más en la llamada meca del
cine de no haber sido porque el actor inglés Richard Dawson, su
coestelar en la serie, le presentó a un tal John Carpenter, homónimo
del célebre cineasta director de las películas de Halloween.
Carpenter era un técnico aficionado a la fotografía, en la cual
también Crane estaba interesado. De su gusto por las entonces novedosas cámaras de video, las
cosas tomaron otro giro cuando ambos
descubrieron su obsesión por la pornografía. Muy pronto optaron por
asociarse para producir películas porno. Aprovechando su enorme
fama y a que era bien parecido, Crane no batalló en convencer a
decenas de chicas a participar en esas películas donde
Carpenter era el camarógrafo, aunque a veces "intercambiaban
roles".
De acuerdo a varios biógrafos, Crane era un enfermo sexual desde
su adolescencia pero la fama que le dio la serie le permitió extralimitarse en su
búsqueda para hacer realidad todas sus fantasías. Y de hecho lo consiguió, pues se estima que por lo menos 1,500 jóvenes fueron
filmadas por Crane y Carpenter. Dawson recordó una ocasión en
que, ya concluida la serie, se topó con Crane quien le confesó a
lo que se dedicaba. "Cuando fuimos a su auto y Bob abrió la cajuela,
decenas de fotografías polaroid de chicas que estaban
desnudas brincaron y se desparramaron sobre el piso. En muchas de ellas se
les veía con Bob en poses explícitas".
La vida de Crane era un desastre para ese momento. Al principio
rechazaba los roles que le ofrecían por considerarlos "inferiores" a
su talento pero cuando dejaron de llamarlo se encontró el
dificultades económicas. Participó en algunos programas de Disney y
luego entró al teatro al cual hasta hace poco le había hecho el feo.
Por presiones de, entre otros Dawson y su esposa como condición para
seguir a su lado, Crane se sometió a terapia pero recayó varias
veces en su adicción al sexo. Hacia fines de 1977 Crane se "perdía"
por días y regresaba, con su aspecto descuidado, malvestido y con su
barba en desorden, prometiendo enmendarse. Finalmente se convenció
de que el principal obstáculo para su rehabilitación era Carpenter.
Durante una gira teatral en Scottsdale, Arizona, Crane rentó un
lugar
en un complejo de departamentos y hasta allá lo alcanzó Carpenter.
Luego de una función. Crane le llamó para decirle que pondría fin
a su relación que para ese momento se había convertido en infernal.
Pero al día siguiente el cadáver de Crane fue encontrado en el departamento;
su cráneo estaba destrozado severamente del lado derecho,
aparentemente por un trípode de cámara.
Y aunque todo apuntaba a que Carpenter era culpable, su abogado
alegó que, cuando Crane llegó al departamento encontró a alguien
adentro, posiblemente unos ladrones , a los que se enfrentó. ¿Pero dónde
estaba Carpenter en ese momento? Aparentemente éste
comprobó que había salido "temporalmente del departamento "para
pensar y reflexionar sobre lo que diría al ver a Crane".
Lo extraño es que, si se trató de ladrones, no
se llevaron el
valioso equipo fotográfico y presuntamente solo habían vaciado la
cartera del actor. Cuando se alegó que Carpenter habría
contratado a alguien para matar a Crane, de nuevo el abogado
logró que el juez deshechara la acusación. El caso fue cerrado pero
volvió a abrirse en 1995: increíblemente nada se le pudo
comprobar. (Carpenter murió poco después; nunca dejó de alegar su
inocencia).
La película Autofocus maneja la
teoría de que Crane y Carpenter fueran amantes y que se tratara de
un crimen por despecho, aunque también se ha barajado la posibilidad
de que éste último debía al actor una cantidad considerable de
dinero y que Carpenter estaba decidido a no pagar.
Por supuesto que la sorpresa mayor fue para los fans, quienes no
imaginaban siquiera que Crane tuviera una doble vida en franco contraste con el generalmente apacible y carismático coronel
Hogan. "Bob realmente se desató al darse cuenta del clima de
permisividad que siempre ha existido para las celebridades de Hollywood",
escribió el vloguero Scott Michaels (ver aquí sobre su
museo
freaky) "desafortunadamente, en Hollywood
siempre encontrarás en el camino alguien con ideas más desatadas que
las tuyas en ese clima de permisividad y que pueden llevarte a tu
perdición"
Y aunque el desenlace se dio a más de
300 kilómetros del sur de California, se considera que ésta fue otra
historia de Los Ángeles donde la fama, las drogas y los problemas
emocionales terminan imponiéndose al glamour, generalmente un
espejismo, que Hollywood suele usar como maquillaje.
Casi dos décadas posteriores a su
entierro, el cuerpo de Crane fue inhumado nuevamente en el Westwood
Memorial donde esta vez reposa junto a Valkdis, su segunda esposa.
Irónicamente, a unos pasos de ahí descansa Richard Dawson, su
coestelar en Los Héroes de Hogan y quien por muchos años
fuera el conductor de Family Feud, programa de concurso
que en la versión local conocimos como 100 Mexicanos Dijieron.
Textos relacionados
Un cementerio singular para seguir siendo
celebridad post-mortem
[Julio, 2021]
Historia de Los Ángeles: Ramón Novarro
[Noviembre,2020]
Historia de Los Ángeles:
Dorothy Stratten [Julio, 2020]
California sigue en picada: cierra el Museo
más freaky de Hollywood [Febrero 2020]
¿Desea opinar sobre este
texto?
[email protected]
[email protected]
0 opiniones
© copyright, Derechos Reservados, 2021 |