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Historias de Los Ángeles: la muerte del coronel Hogan

Fue uno de los actores más cotizados en los comedia norteamericana de los 60. Pero Bob Crane llevaba una vida secreta que terminaría en un asesinato abominable. Otra historia de la ciudad angelina donde la llegada de la fama no siempre acaba bien

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NOTA: Este artículo forma parte de seriado de historias que tuvieron un final horrendo en la soleada ciudad la cual, junto con su vecina, la admirada Hollywood, suelen también ser un polo de atracción para hechos violentos inimaginables hasta que éstos suceden en la que muchos consideran es la capital del glamour en Estados Unidos

AGOSTO, 2021. Conforme se acercaba el fin de los años setenta, la ciudad de Los Ángeles parecía estarse acostumbrando a los hechos violentos dentro del mundo que muchos suponen glamoroso y hedonista. Ya hablamos en otro texto acerca del actor mexicano Ramón Novarro, víctima de unos mozalbetes quienes a cambio de quitarle la vida solo lograron llevarse 20 dólares. Hoy toca el turno de revisar la vida de Bob Crane, más conocido como el coronel Robert Hogan.

Los Héroes de Hogan rompieron un paradigma dentro de la televisión norteamericana de los años sesenta. En primer lugar, era el primer programa de comedia que tenía lugar en tiempos de la segunda guerra mundial y, más aún, la acción se desarrollaba en un campo de prisioneros administrado por los nazis, esto pese a que sus críticos, quienes claramente nunca vieron la serie, insistían en que era un campo de concentración.

La revista TIME denunció que Los Héroes de Hogan promovía la "trivialización" de la segunda guerra mundial cuando lo cierto fue que el nazismo, pese a haber dejado a su paso millones de muertos víctimas del fanatismo, es igualmente verdad que fue una ópera bufa creada por un payaso, del mismo modo en que, detrás de sus seguidores más fervientes, muchos de ellos eran auténticos tontos de capirote.

Como prueba de ello está la declaración del actor Werner Klemperer, quien encargó al coronel Wilhelm Klink, encargado del campo de prisioneros (y quien además era judío): "Una condición acordada con los productores fue que si en algún episodio Klink no terminaba como un idiota, inmediatamente yo abandonaría la serie".

La serie fue un éxito casi inmediato gracias al carisma de su protagonista, el coronel Hogan, líder de los prisioneros aliados y quien intercedía frente a los guardias nazis, entraba a la oficina de Klink sin tocar e invariablemente le veía a éste la cara en cada episodio y era quien realmente manejaba el sitio excepto cuando llegaban de visita los capitostes nazis. Fue una propuesta distinta que tuvo buena acogida entre los televidentes, al punto que duró seis temporadas.

Crane nació en Connecticut en 1928. Estuvo un tiempo en el ejército y perteneció a la banda de guerra. Terminado el conflicto Crane desempeñó varios trabajos hasta que inició su carrera en la radio en 1950 con programas de entrevista. Más tarde él y su familia se trasladaron a California donde su formato siguió teniendo enorme éxito. En 1965 se estrenó el primer episodio de Los Héroes de Hogan y tuvo un éxito enorme primero en Estados Unidos y luego en varios países, incluso en la entonces Alemania Federal.

Crane no desaprovechó su enorme fama: pese a estar casado solía conquistar a varias muchachas ansiosas de rentar al mundo de Hollywood; se divorció para más tarde contraer matrimonio con una de las actrices de la serie, la bella Sifrid Vakldis, quien hacía de secretaria del coronel Klink. Todo habría sido una historia más en la llamada meca del cine de no haber sido porque el actor inglés Richard Dawson, su coestelar en la serie, le presentó a un tal John Carpenter, homónimo del célebre cineasta director de las películas de Halloween.

Carpenter era un técnico aficionado a la fotografía, en la cual también Crane estaba interesado. De su gusto por las entonces novedosas cámaras de video, las cosas tomaron otro giro cuando ambos descubrieron su obsesión por la pornografía. Muy pronto optaron por asociarse para producir películas porno. Aprovechando su enorme fama y a que era bien parecido, Crane no batalló en convencer a decenas de chicas a participar en esas películas donde Carpenter era el camarógrafo, aunque a veces "intercambiaban roles".

De acuerdo a varios biógrafos, Crane era un enfermo sexual desde su adolescencia pero la fama que le dio la serie le permitió extralimitarse en su búsqueda para hacer realidad todas sus fantasías. Y de hecho lo consiguió, pues se estima que por lo menos 1,500 jóvenes fueron filmadas por Crane y Carpenter. Dawson recordó una ocasión en que, ya concluida la serie, se topó con Crane quien le confesó a lo que se dedicaba. "Cuando fuimos a su auto y Bob abrió la cajuela, decenas de fotografías polaroid de chicas que estaban desnudas brincaron y se desparramaron sobre el piso. En muchas de ellas se les veía con Bob en poses explícitas".

La vida de Crane era un desastre para ese momento. Al principio rechazaba los roles que le ofrecían por considerarlos "inferiores" a su talento pero cuando dejaron de llamarlo se encontró el dificultades económicas. Participó en algunos programas de Disney y luego entró al teatro al cual hasta hace poco le había hecho el feo.

Por presiones de, entre otros Dawson y su esposa como condición para seguir a su lado, Crane se sometió a terapia pero recayó varias veces en su adicción al sexo. Hacia fines de 1977 Crane se "perdía" por días y regresaba, con su aspecto descuidado, malvestido y con su barba en desorden, prometiendo enmendarse. Finalmente se convenció de que el principal obstáculo para su rehabilitación era Carpenter.

Durante una gira teatral en Scottsdale, Arizona, Crane rentó un lugar en un complejo de departamentos y hasta allá lo alcanzó Carpenter. Luego de una función. Crane le llamó para decirle que pondría fin a su relación que para ese momento se había convertido en infernal. Pero al día siguiente el cadáver de Crane fue encontrado en el departamento; su cráneo estaba destrozado severamente del lado derecho, aparentemente por un trípode de cámara.

Y aunque todo apuntaba a que Carpenter era culpable, su abogado alegó que, cuando Crane llegó al departamento encontró a alguien adentro, posiblemente unos ladrones , a los que se enfrentó. ¿Pero dónde estaba Carpenter en ese momento? Aparentemente éste comprobó que había salido "temporalmente del departamento "para pensar y reflexionar sobre lo que diría al ver a Crane".

Lo extraño es que, si se trató de ladrones, no se llevaron el valioso equipo fotográfico y presuntamente solo habían vaciado la cartera del actor. Cuando se alegó que Carpenter habría contratado a alguien para matar a Crane, de nuevo el abogado logró que el juez deshechara la acusación. El caso fue cerrado pero volvió a abrirse en 1995: increíblemente nada se le pudo comprobar. (Carpenter murió poco después; nunca dejó de alegar su inocencia).

La película Autofocus maneja la teoría de que Crane y Carpenter fueran amantes y que se tratara de un crimen por despecho, aunque también se ha barajado la posibilidad de que éste último debía al actor una cantidad considerable de dinero y que Carpenter estaba decidido a no pagar.

Por supuesto que la sorpresa mayor fue para los fans, quienes no imaginaban siquiera que Crane tuviera una doble vida en franco contraste con el generalmente apacible y carismático coronel Hogan. "Bob realmente se desató al darse cuenta del clima de permisividad que siempre ha existido para las celebridades de Hollywood", escribió el vloguero Scott Michaels (ver aquí sobre su museo freaky) "desafortunadamente, en Hollywood siempre encontrarás en el camino alguien con ideas más desatadas que las tuyas en ese clima de permisividad y que pueden llevarte a tu perdición"

Y aunque el desenlace se dio a más de 300 kilómetros del sur de California, se considera que ésta fue otra historia de Los Ángeles donde la fama, las drogas y los problemas emocionales terminan imponiéndose al glamour, generalmente un espejismo, que Hollywood suele usar como maquillaje.

Casi dos décadas posteriores a su entierro, el cuerpo de Crane fue inhumado nuevamente en el Westwood Memorial donde esta vez reposa junto a Valkdis, su segunda esposa. Irónicamente, a unos pasos de ahí descansa Richard Dawson, su coestelar en Los Héroes de Hogan y quien por muchos años fuera el conductor de Family Feud, programa de  concurso que en la versión local conocimos como 100 Mexicanos Dijieron.

 

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