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Cómo la fuerza PC arruinó La Fuerza de Star Wars
Es entretenida y lo que se quiera, pero esta entrega de la saga creada por George Lucas ha sido contaminada con tantos elementos ajenos que miles de fans sienten que se ha traicionado su esencia original. Revisemos algunos de estos desvaríos
(OJO: Este texto contiene spoilers. Si no ha visto la película, le sugerimos brincarse a otros artículos de fasenlinea)
ENERO, 2017.
Como fan absoluto, total, de la trilogía original de Star Wars,
la aparición de la precuela en el 2000 fue una sorpresa que
pronto pasó a la desilusión. La historia era anodina, aburrida, llena de
diálogos inanes y La Fuerza, el elemento central de la saga, como clara
ausente pese a que se le menciona en las tres películas. Pero con todo y
Jar Jar Binks soportamos la afrenta... después de todo se trataba de
George Lucas, el genio que para muchos de nosotros abrió un mundo vivo,
lleno de aventuras y posibilidades, con el que entramos en contacto a
fines de 1977.
Con
The Force Awakens, la primera
película sin George Lucas de por medio, la aceptamos: la emoción de ver
nuevamente juntos a nuestros héroes era una oferta irresistible con todo
y que uno de ellos, Han Solo, muriera de una manera tan absurda ¡él, que
se despachó a Greedo en una situación mucho más complicada en la cantina
de Mos Eisley! (y sí, Han disparó primero). Aparecieron nuevos
personajes en escena, entre ellos Rey, una mujer que posee los mismos
poderes de un Jedi, y Kylo Ren, el nuevo líder de la Primera Orden...
ah, y que Leia dejó ser ser princesa para convertirse en "general".
Luego vino
Rogue One la cual, creo, vino a
establecer las reglas del juego que Disney quiere imbuir a los
espectadores... al mismo tiempo que irrita y deja extrañados a los fans
originales de la serie.
Con Star
Wars: The Last Jedi tenemos la peor película de toda la
saga. Disney ha arruinado a Star Wars y lo ha hecho de un modo
que muchos nos temíamos, haciéndole caso al activismo PC.
Que quede claro: la mayoría de los fans no estamos en contra de que el
protagonista sea ahora una mujer y que el elenco sea multiétnico, aunque
debería serlo también entre los miembros del Primer Orden, que parece
burdamente inspirado en la Alemania nazi. ¿Olvidaron los guionistas esta
vez que Finn fue un soldado al servicio de la Orden? ¿Acaso era el único
(es difícil saber si hay más soldados afroamericanos, dado que todos
llevan casco) y los demás son poseedores del white privilege, esa
término estúpido que está de moda entre la izquierda gringa?
Lo que nos molesta a los fans es que se haya matado a una franquicia con
el afán de promover posturas progresistas que nada tienen que ver con la
idea originalmente concebida por George Lucas donde se exaltan el valor,
el eterno conflicto interno, la apasionada defensa de un ideal. Estos
elementos, más que los sorprendentes efectos especiales, son los que
hicieron que Star Wars se convirtiera en un icono cultural de
nuestros tiempos.
Es como si los guionistas de esta película se hubieran puesto de acuerdo
en destruir todo lo que hasta hoy hemos conocido acerca de Star Wars
para adecuarlo a las convicciones progresistas actuales. Primer error:
el gigantesco éxito de esta saga se debe a que Lucas nos invitó a
adentrarnos a un mundo alterno, diferente, lleno de sofisticada
tecnología, seres de otras galaxias y planetas distantes y sí, con su
propio código de ética. Ahora Disney busca el efecto opuesto, esto es,
hacer que ese universo se parezca más al nuestro, incluida su etiqueta
PC. ¿A quién extraña entonces que a los fans este planteamiento nos haya
caído peor que una película donde Jar Jar Binks fuera el protagonista?
Los Jedi son como caballeros medievales quienes en vez de defender a un
líder determinado buscan preservar el orden en la galaxia. Imaginemos si
un día se filmara una cinta sobre el Rey Arturo y se alterara con un
elenco multirracial, una Reina Artura en vez del Rey Arturo, o que el
justiciero Robin Hood pasara a ser una mujer cuya mejor amiga bien
pudiera también ser su amante, o que los caballeros de la mesa redonda
se transformaran en fieras amazonas o trasgéneros. ¿Que aficionado a la
literatura medieval no se sentiría molesto ante semejante afrenta?
Bien lo dice el columnista Jonathan V. Last: "Si vamos a abordar la
igualdad de géneros en el cine. ¿por qué hasta hoy no hemos visto una
Wonder Woman trasgénero o unas amazonas convertidas en amazonos? Si
finalmente ocurre la tragedia de convertir a
James Bond en Jane Bond ¿no sería lo
más congruente entonces que también tuviéramos una villana, que bien
podría ser la hija de Blofeld?
Igualmente me molesta esta feminización de la Star Wars como si
anteriormente hubiéramos tenido una historia machista. Solo basta
revisar la historia de Leia, cuyo rol feminista es mucho más creíble, y
sólido, que el de Rey. Sabíamos que cuando Leia mata de asfixia al
repugnante Jabba the Hutt éste recibía su merecido por su misoginia,
pagando así el haber enviado a una de sus bailarinas a una mazmorra
donde terminó siendo devorada por la "mascota" del asqueroso matarife.
Cuando Han y Luke se encuentran sin salida al tratar de rescatar a Leia,
ésta responde "alguien tiene que tomar la iniciativa" y con su arma abre
un boquete que les permite escapar. Más adelante Leia le espeta a Han
"no sé quién seas pero de aquí en adelante harás lo que te diga".
¡Carajo, es Leia la responsable de que el Imperio caiga en la cuarta
entrega cuando colocó información vital sobre la estrella de la muerte
en la memoria de R2D2! Es ella, y ningún general, quien entrega las
medallas a Han y a Luke por haber destruido a la Estrella de la Muerte.
Star Wars tenía en Leia al personaje feminista ideal. Al
arriesgar el pellejo, al enfrentarse a Darth Vader --quien, como
sabemos, no le tuvo mucha paciencia a alguien que dudaba de su fe en La
Fuerza y por poco lo asfixia, y que no dudó en matar así a un almirante
que le fue a ofrecer disculpas-- el resistir una inyección antes que
revelar donde se encontraba la base rebelde y luego llamar "apestoso" a
Morf Tarkin, son todos actos de valor que nos hicieron respetar a Leia.
Muestras contundentes de feminismo que, hasta ahora, no le hemos visto a
Rey, con quien le Fuerza parece haber sido excepcionalmente generosa: no
solamente aprendió a manejar el Halcón milenario sin experiencia alguna
sino que apenas requirió tres breves lecciones de Luke para ponerse al
tu con tu con Kylo.
Quizá lo que molesta a los activistas
PC es que, pese a ser feminista, Leia nunca perdió su femineidad que la
lleva a enamorarse un truhán como Han Solo, de ahí la urgencia de
incluir esta vez a Laura Dern como Holdo, más bien salida de El
Quinto Elemento y cuya sexualidad es claramente ambigua (mucho se ha
hablado de que ella y Leia eran más que compañeras de lucha en la
Resistencia) además de ser totalmente un personaje totalmente
prescindible dentro de la trama.
Porque, dejémoslo en claro: durante la primera entrega de Star Wars,
esto es , el Episodio IV, el concepto innegable era los
Jedi y no las Jedi. Por eso se habla de Caballeros (Knights)
y no Damas (Ladies) Jedi. La primera vez que se nos insinúa que
las mujeres también pueden ser Jedi es hasta El Retorno del Jedi.
Ya más tarde en The Clone Wars aparece una mujer Jedi, una
bibliotecaria quien muy sobrada de sí misma, afirma que si un planeta no
aparece en los mapas, "es porque no existe", tremendo error que
permitirá a Bobba Fett convertirse en cruel mercenario. También se deja
entrever que las Jedi no eran guerreras sino que se dedicaban a labores
más calladas, fuera del campo de batalla.
Aparentemente para Disney, el considerar que solo pudiera haber hombres
Jedi era una situación políticamente incorrecta. Es una postura
comprensible solo si se desconoce el hecho que, desde su concepción y
como lo sabe cualquier seguidor de la saga, los Jedis han sido varones.
Este desdén de los guionistas pudiera explicar, por tanto, que el
siguiente en desaparecer fuera Luke Skywalker.
Como platicaba con un amigo, Star Wars: The Last Jedi sería una
buena película si nada tuviera que ver con el universo de Star Wars.
Y de ello dio sobrada cuenta Mark Hamill, el único que se atrevió a
hablar abiertamente sobre su desacuerdo con esta absurda historia y
quien, se intuye, ama a su personaje del mismo modo que todos nosotros.
El Luke Skywalker de esta cinta es un papanatas que se la pasó recluido
en una isla. ¿De qué o de quién se escondía? Por lo menos Obi Wan se
autoexilió en Tatooine luego de entregar al bebé Luke al tío Owen y
estaba sentenciado a muerte por el Imperio, pero al ver en peligro a la
República no dudó por un momento reintegrarse a la batalla; Luke estaba
reacio a seguirlo pero una vez que ha perdido todo, incluso a sus tíos,
expresa a Ben Kenobi su deseo de "aprender de la Fuerza y ser un Jedi
como mi padre". En cambio, el Luke Skywalker que vemos en esta película
es mucho más apático y zacatón que el tío Owen. ¿Por qué?
Una razón de existir para los Jedis es evitar el uso de la violencia y
la confrontación solo hasta que sea necesario. Así lo deja ver Obi Wan
cuando no ve otra salida en el pleito de la cantina, o bien prefiere
utilizar la manipulación mental cuando los guardias los detienen a la
entrada de Mos Eisley.
Los guionistas de este bodrio argumental claramente desconocen la
historia de Star Wars cuando hacen que Luke exprese deseos de
matar a su sobrino Kylo Ren. ¿Jamás les dijeron que el odio, las ganas
de liquidar al rival, son la manera más rápida de ser seducidos hacia el
Lado Oscuro? Por esa razón Luke opta por dialogar primero con Jabba the
Hutt y no se opone a ser hecho prisionero de éste en busca de una nueva
oportunidad en Return of the Jedi.
¿A quién extrañan, pues, las protestas de Hamill? Luego lo hicieron
callar y disculparse, pero su actitud, propia de un fan de la saga,
ejemplifica el descontento de muchos miles de seguidores de Star Wars
experimentamos tras ver The Last Jedi.
La desaparición de Leia es igualmente absurda: la hicieron flotar por el
espacio en una escena claramente copiada de Moonraker donde James
Bond arroja al espacio al villano Drax. De la de Luke es aun peor:
¿quién se traga el cuento de que era un holograma, desde cuándo Luke
Skywalker anda evadiendo su deber de defender a la galaxia o, peor aún,
implícitamente traiciona a la Fuerza, no brincándose al Lado Oscuro
sino, peor aún, transformándose en un cobarde?
Pareciera que, a juicio de Disney, los valientes de la trilogía original
y un Jedi estuvieron defendiendo valores que en este siglo XXI son
obsoletos. Igualmente molesta es esa moralina PC donde Rey llega a un
planeta y saca de las jaulas a los animalitos porque, suponemos, los
miembros de la Primera Orden son asimismo enemigos de la ecología, del
trato digno a los animales y del respeto a las minorías raciales. ¿Qué
veremos en la siguiente película, los miembros de la Resistencia
dispuestos a luchar contra unos malvados que están en contra del cambio
climático? Ya ni mencionemos la ridícula escena de un resort tipo
Las Vegas... una estupidez totalmente ajena al espíritu creado por
George Lucas.
Irritantemente, los activistas PC que han exigido estos cambios en la
historia central de Star Wars ni siquiera son fans y es posible
que jamás en su vida hayan comprado boleto para ver una estas películas.
¿Dejémoslo en claro: al igual que Star Trek, el universo de fans
de Star Wars es abrumadoramente masculino. Hasta el momento es
una de las cintas que más ha recaudado en la historia, y de ellos buena
parte fueron a la sala para ver por última vez a Carrie Fisher y a Luke
Skywalker, no tanto porque la historia de esta saga ha sido alterada
hasta el paroxismo.
De ahí en adelante no nos debe extrañar un "bajón" de asistencia para la
próxima entrega. Porque sin Han Solo, Leia ni Luke, Star Wars ha
dado poco, muy poco, de qué hablar, y no a causa de Chewbacca.
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