Colesterol y triglicéridos: dos enemigos de nuestro corazón |
La enfermedad coronaria (infarto de miocardio, angina de pecho y muerte súbita) sigue siendo la principal causa de mortalidad en los países desarrollados.
La hipercolesterolemia constituye un factor de riesgo cardiovascular cuando sobrepasa los 240 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl) o los 200 mg/dl si existe hipertensión, tabaquismo, diabetes,
obesidad y sedentarismo. Acerca de esta cuestión, el Dr.
Alfredo Entrala, Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud
de la Universidad Alfonso X El Sabio y Miembro del Grupo
Asesor en Nutrición (GRAN), explicó que "el colesterol
elevado o hipercolesterolemia es un primer factor de riesgo
coronario y el que más relación directa tiene con la aparición
de la enfermedad coronaria".
Los triglicéridos constituyen otro
peligro en este tipo de patologías, pues participan en el
proceso de coagulación de la sangre, y en altas cantidades,
pueden producir depósitos de grasa que obstruyen o dañan los
vasos sanguíneos, lo cual impide que el organismo se irrigue
adecuadamente, pudiendo traer consecuencias tan graves como un
ataque al corazón.
Un papel fundamental en la prevención
de estas enfermedades lo desempeñan los ácidos grasos omega-3,
que cumplen una importante función vasodilatadora y reguladora
de la pared de los vasos sanguíneos. Además, son precursores
de las prostaglandinas, los tromboxanos y los leucotrienos,
por lo que son fundamentales en el organismo y están
implicados en el desarrollo del sistema nervioso, la
regulación de la presión sanguínea, la acción de otras
hormonas, algunas reacciones inflamatorias y ciertos
mecanismos de defensa.
"La persona que ingiere una
cantidad mensual media de 5,5 gramos de omega-3 reduce a la
mitad el riesgo de sufrir muerte súbita en comparación con un
individuo que no ha consumido dichas sustancias", afirmó
el Dr. Entrala, quien aseguró además que los nutricionistas
recomiendan tomar entre 200 y 300 g de pescado tres veces a la
semana, o bien ingerir entre 10 y 15 g diarios de aceite de
pescado azul (representan de 3 a 5 gramos de ácidos grasos
omega-3) para cubrir las necesidades de nuestro organismo.
Se encuentran principalmente en el
pescado azul (sardina, salmón, arenque, atún, bacalao...), y en suplementos
nutricionales. Hoy en día existen en el mercado productos
enriquecidos con este tipo de ácidos, como la leche, margarina, galletas, pan, etc.
"En la etapa de crecimiento la cantidad necesaria para el
normal funcionamiento del organismo es mayor, ya que en la
adulta únicamente se debe satisfacer la necesidad de
renovación", aclaró este experto.
Asimismo, los especialistas reiteran
que la dieta mediterránea es un modelo de alimentación sana y
aconsejan tomar entre tres y cinco veces al día el consumo de
verdura, y cuatro veces a la
semana pescado, dos de ellas preferiblemente azul.
Principales riesgos coronarios
Los beneficios de los omega-3
La dieta mediterránea, modelo a
imitar