Aumento persistente de la presión en las arterias.
Uno
o ambos componentes de la tensión arterial (la tensión
sistólica o máxima, que nos informa de la presión a la salida
del corazón y la tensión diastólica ó mínima, que nos informa
de la presión en los vasos de la periferia corporal) estan
aumentados.
Es
una de las causas más importantes de problemas de salud en el
mundo occidental.
En
la mayoría de los casos es desconocida.
En, aproximadamente un 5 % de los casos, es
secundaria a:
- insuficiencia renal crónica
- enfermedades renales y suprarrenales
- desórdenes y tumores endocrinos
- arterioesclerosis
- enfermedades de las arterias (arteritis)
- coartación (colapso) de la aorta
La
tensión elevada no produce, por sí misma, clínica.
Ésta viene provocada por sus complicaciones:
- Mareos.
- Dolor de cabeza.
- Confusión o pérdida de sensibilidad en extremidades, por
la afectación cerebral.
- Tos sanguinolenta o acortamiento de la respiración, por
la afectación de los pulmones.
- Hemorragias nasales.
- Pérdidas bruscas de visión.
- Fallo de los riñones, etc., por la afectación de la
circulación a los respectivos órganos.
Edad superior a 60 años.
Obesidad.
Tabaquismo.
Estrés.
Alcoholismo.
Exceso de café o bebidas estimulantes (con cafeína).
Dietas grasas y/o muy saladas.
Vida sedentaria.
Historia familiar de infarto o hipertensión.
Uso
de ciertos medicamentos:
- píldoras anticonceptivas
- esteroides
- supresores del apetito
- descongestionantes nasales
Niveles altos de colesterol ó de lípidos.
El
tratamiento con éxito de alguna de las enfermedades que
producen hipertensión puede evitarla.
Se debe prestar especial atención a las personas con
historia familiar muy positiva.
El tratamiento temprano de la enferemdad evita
complicaciones graves.
Diagnóstico y tratamiento
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Diagnóstico
El
diagnóstico se realiza mediante la toma de la tensión arterial
de forma adecuada (tres tomas en un mes, habiendo permanecido
el paciente en reposo antes de cada toma al menos cinco
minutos).
Una
vez diagnosticada, se realizarán las pruebas adecuadas para
descartar alguna enfermedad que la provoque mediante
exploración general y análisis de sangre y orina.
Una
vez descartada alguna causa para la misma, se deberá estudiar
la afectación que haya podido producir antes de su
diagnóstico, mediante:
- radiografías de tórax
- ECG (electrocardiograma)
- estudio de los vasos sanguíneos pequeños mediante el
examen del fondo de ojo