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JUAN CERVERA
SU
OBRA 4
LA SEGUIRIYA GITANA
Iba vestida de negro
y era negra su mirada,
su pelo era largo y negro
y de negro rebrillaba.
En su perfil de tragedia
la tristeza se enredaba
y un infinito de espinas
sus sienes ensangrentaba.
Caminaba como ausente
e inmensamente cansada,
como quien carga el dolor
del mundo -¡todo!- en su espalda.
Iba por la calle, sola
y como loca. Descalza.
Iba vestida de negro
la seguiriya gitana.
LORA DEL RÍO
En Lora del Río nací
y en Lora del Río quisiera
cuando me muera morir.
Lora de la blanca cal,
del clavel y el alhelí.
Lora de las nubes blancas
y el intenso cielo añil.
Lora de los naranjales
con corazón de jardín.
Lora de las amapolas
con espíritu de anís.
Lora de los gorriones
con memoria de perdiz.
Lora de mis sueños niños
y alma niña de jazmín.
Lora muchacha bonita
con aires de emperatriz.
Lora de mis fantasías,
¿quién dice que te perdí?
Lora cada vez más mía,
más dentro y dentro de mí.
¡Ay, Lora, Lora del Río,
del río Guadalquivir!
CONVIENE
Conviene en tiempos de pena
inclinarse a la alegría,
y si sujeto a cadenas
desatar la fantasía.
Conviene amigos cantar
cuando el ojo humedecido
está punto de llorar
y el corazón malherido.
Conviene no abandonarse
en manos del abandono:
y, al caerse, levantarse
y luchar con más encono.
Conviene no darse nunca
por vencido de antemano
y, si la carrera es trunca,
dar un salto sobrehumano.
Conviene considerar
que no hay nada permanente,
que nuestra vida es pasar.
No lo hagamos tristemente.
Conviene pues, no enredarse
a infelices ataduras,
y sí conviene librarse
de hieles y de amarguras.
Conviene en tiempos de penas
dejar las penas a un lado
y ver las cosas terrenas
con ojos de enamorado.
Conviene, en fin, entender
que aquel que juega a la vida
la vida habrá de perder
para ganar la partida.
Sangra la rosa herida, y no se queja,
en el jardín herido de la vida.
Sangra y sangra y sangrando se alza en vida
por el aroma, y libre de la queja.
La rosa sangra mas jamás se queja,
que fiel amante es ella de la vida,
como su sangre amante es luz de vida
por sobre de la herida que la aqueja.
La rosa herida canta en flor de vida
volando por encima de la queja
y dándole a la herida alas de vida.
Que la rosa sangrante, a contraqueja,
es sangre enamorada de la vida,
y aunque herida no da voz a la queja.
Traigo mi mano izquierda desgarrada
y mi mano derecha entristecida,
traigo solo una muerte y una vida
y unos sueños que al fin no serán nada.
Traigo mi voz de hombre apasionada
que nunca escucha nadie, y esta herida
donde canta mi sangre enardecida
esperando una sombra enamorada.
Traigo mi soledad y mi tristeza,
mi corazón en flor de rebeldía
y mi frente con polvo de esperanza.
Traigo mi sed antigua de belleza
y este barro que sufre cada día
poniendo en la canción su confianza.
SEXTINAS DEL DESAMADO AMOR
Estoy en guerra a vida con la vida;
que la vida me engaña con cualquiera,
incluso con el loco y el suicida,
pues es mujer la vida y traicionera
y remedio no tiene haber nacido
que todo aquel que nace está perdido.
En la cansada noche del enebro
entristecidamente me deshojo
y el hilo de mi sino desenhebro,
mujer, al pairo esclavo de tu antojo.
Por tu causa, ya ves, ando maltrecho,
ya que herido de hembra está mi pecho.
Que nací de mujer y de ella muero;
que no hay varón que muera de otra rosa
que la rosa voraz y misteriosa
que llamamos mujer con jardinero
deleite enamorado en la mirada
por la rosa mujer enamorada.
Hambrienta de mujer, la soledad,
hace pensar al hombre en miel y seda
si mujer lo acompaña y, la verdad,
ya junto a la mujer, es harto aceda;
pero harto acedo es todo en esta vida
gracias a la mujer embellecida.
Que aunque la vida siempre es un desastre
y es un desastre siempre la mujer,
y andar enamorado es siempre un lastre,
uno, que vive y muere sin querer,
quisiera vivir siempre enamorado
hijo al fin de mujer y desastrado.
POR LA TRINIDAD DEL AIRE
Por la trinidad del aire
se me perdió la memoria.
Tributario de tu luz
y del agua de tu noria
besé tu rosa desnuda
y me eternicé en sus olas.
Todo el pasado del mundo
se hizo presente en tu boca.
Le di la espalda a mi tiempo
y olí el futuro en tu aroma.
En tu universo de flores
se celebraban las bodas
de la dalia y el geranio.
Cármenes de luces hondas.
Volví al pueblo de mi infancia
envuelto en campanas locas.
Mi tiempo se abrió de nuevo
en explosiones de auroras.
Tu vientre bajo mi vientre
reinventaba mil historias.
Las calles recién llovidas
olieron a tierra absorta.
Tu desnudez y la mía
en recuerdos de palomas
revolaban los tejados
y las finas torres góticas.
EL PENSAMIENTO DEL AGUA
El pensamiento del agua
poblaba de amor mis ojos.
La memoria de la luz
le rindió culto a lo hermoso.
Desde el corazón del pan
escuché hablar a tus mostos.
Tu cuerpo recién lavado
olía a voz de heliotropo.
Besé tus pechos y hallé
la flor de lo religioso.
Luego, sin saber por qué,
me acordé de tus calostros.
Supe que éramos eternos
a la vez que transitorios.
Lloré y reí en tu cintura
y me fugué por tus hombros.
Dije tu nombre y el mío
con mis labios temblorosos;
te invité a que nos perdiéramos
en la sed de mi equinoccio.
El tiempo huyó sin memoria
por tus secretos arroyos
y el pensamiento del agua
inundó de amor mis ojos.
AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001
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