El verso con métrica y rima

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   JUAN CERVERA  

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DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

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               SU OBRA 3        


    En esta página encontrarás las siguientes poesías:

 

CANCIONES

1

¿Quién nos dirá por qué instinto
o no pretendida suerte
la vida es un laberinto
cuya salida es la muerte?

 
2

¡En la alta noche despierto
tratando de recordar
no sé qué adiós ni qué puerto
ni qué hora de zarpar!

 

3

 Aquella paloma anciana
fue joven y bella un día;
la niña de la ventana
ignora que es fantasía.

  
4

 Lo mismo que tú, me muero
a causa de haber nacido.
Yo soy un simple viajero
rumbo al hambre del olvido.

  
5

 Desde la lágrima vieja,
que humedece tu mejilla,
la voz del tiempo se queja
mientras que el tiempo se astilla.

  
6

 Con mi febril pluma rondo
la sangre de tu lucero.
Sigo sin llegar al fondo
de tu cósmico tintero.

  
7

 Pudo ver desde el presente
su pasado más oscuro
y, el pasado, de repente,
lo iluminó de futuro.

  
8

 Siempre compartí la pena
de la loba agria del bosque;
esa loba que encadena
a su pena el guardabosque.

 

 

 LIRAS


1

 ¿En qué cárcel de espuma
me siento férreamente prisionero?
¿por qué tiempo de pluma
sigo siendo tintero
y hablando por la tinta al mundo entero?

  
2

 Dialogan los jazmines
con la parra en el patio. Arde la casa
de niños querubines.
Un ángel la traspasa
El reloj de pared tiembla y se atrasa.

  
3

 Un geranio nos mira
desde el balcón abierto al sol poniente.
Una veleta gira.
La vida, nuevamente,
anida ruiseñores en tu frente.

  
 4

 Nos hablan los claveles
del rojo más vibrante del planeta
y un verdor de laureles,
¡oh magia!, nos sujeta
al estado de gracia del poeta.

  
5

Un cielo de cobalto
nos puebla de azul virgen la mirada.
Alcanza lo más alto
el alma, cautivada
por la voz del jardín sobresaltada.

  
6

 Desde su aristocracia
canta como distante y abstraído
un jilguero en la acacia.
Su canto sostenido
nos revela el misterio trascendido.

  
7

 El naranjal se excita.
La higuera se enternece junto al pozo.
Bajo su sombra habita
la sensación del gozo.
Tú y yo nos abrazamos de alborozo.

  
8

 Desde el papal florido
la adivinada miel de tu colmena,
en forma de zumbido,
se hace carne morena
y a tu lábil cintura me encadena.

 
 

 COPLAS DE PIE QUEBRADO

1

 Frente a este desolador
y torpe tiempo masivo
se levanta
mi individual fervor
y la sangre con que escribo
ama y canta.
Me sé así sobreviviente
de esta noche desastrosa.
Lo aseguro:
mi canto estará presente
en el alma vigorosa
del futuro.

  
2

 Según me han dicho no hay más
que una vida y una muerte:
que son dos
uno más uno y jamás
debo contar con la suerte
o con Dios.
Sin embargo yo me empeño
en creer en la falible
vida mía
y me pierdo por el sueño
y me entrego a lo imposible
cada día.

 

 

    LAGARTO VIEJO

  

I

 El viejo lagarto calla
en una esquina del mar
mientras busca entre las olas
lo imposible de encontrar:
El amor de una lagarta
que le enlagarte el amar
y ponga saurios olvidos
a las uñas de su mal.

 

 
II

 El viejo lagarto canta,
aunque no sabe cantar,
a la oreja de su sombra
que no lo quiere escuchar.
¿Dónde estará la lagarta,
Dios mío, dónde estará
la lagarta que comparta
con él algo que soñar.

 
 
III

 El viejo lagarto mira,
con nostalgia en el mirar,
el altramuz quejumbroso
de otro sol que se le va
sin hallar a la lagarta
con la que abrir y cerrar
los castillos de la noche
donde quisiera reinar.

 
 
IV

 El viejo lagarto escribe
con la pluma de un faisán
cartas a cien direcciones
sin saber si llegará
por lo menos una de ellas
donde debiera llegar.
("Querida lagarta mía:
yo soy perito en jamás".)

 
 
V

 El viejo lagarto mata
por el gusto de matar
memorias de insectos niños
contra el dolor del cristal.
Cree el lagarto que la muerte
tiene el poder de crear
una lagarta de Luegos
con corazón de Quizás.

 
VI

 El viejo lagarto roba
horarios de soledad,
relojes de agujas frías
y dípteros de ansiedad.
Sus deseos de lagarta
no le dejan alcanzar
ese lagarto equilibrio
que sueña para su hogar.

 

HOMBRE

III

HOMBRE descolorido de impaciencia,
que amarillo de ayeres desconfía
del índigo doliente que lo guía
con voz de amoratada penitencia.
 
Hombre que pone en duda su existencia,
que, dudando en azul, radiografía
lo febril de su roja plumería
jugando al verdinegro de la ausencia.
 
Hombre que amó la rosa jardinera
urdiendo un arcoiris con su herida
y blanqueando el filo de la espada.
 
Hombre que no alcanzó color siquiera
y viajó solo y pobre por la vida
con el negro del mundo en la mirada.

 

VII

HOMBRE que discutió con los relojes
sobre el tiempo del tiempo prisionero.
Hombre que fue en sus huesos extranjero
y soñando eucaliptos tuvo bojes.
 
Hombre que sufrió otoños y deshojes
y laboró en silencio su madero.
Hombre que fue sufrido molinero
y albañil constructor de blancas trojes.
 
Hombre que tristemente amó a deshora
y se dolió por dentro de su nombre
sintiéndose infeliz, vil calandrajo.
 
Hombre que contra todo canta y ora
y se entrega al oficio de ser hombre
por la clara belleza del trabajo.

 
   
IX

HOMBRE que entró en la esencia de la rosa
y en el rubio secreto del maíz.
Hombre que por la gracia del anís
fue transformando en música su prosa.
 
Hombre de acción frutal y misteriosa
y universal y mágica raíz.
Hombre que acarició la flor de lis
y supo de la flor más prodigiosa.
 
Hombre que al ababol le habló de tú
y comulgó en silencio con la grama
y la malva feliz de la cuneta.
 
Hombre que vocalmente ardió en la U
del altramuz solar y, por la rama
del laurel del amor, vivió en poeta.

 
 
XI

 HOMBRE que se escondió por los rincones
herido de geranios y azucenas.
Hombre que soportó largas condenas
y conoció las más duras prisiones.
 
Hombre que fue en distintas direcciones
y a las propias unió penas ajenas.
Hombre que laborando con las penas
pena a pena las fue haciendo canciones.
 
Hombre que fue doctor en ruiseñores
y usó los más extraños meteoros
para cicatrizar su carne herida.
 
Hombre que inventó cárceles de flores
y universos de pájaros canoros
para sobrellevar su triste vida.

 

 

EL SONETO

III

Las más viejas palabras se hacen nuevas
en tu soneto siempre renovado
por donde, verso a verso, decantado,
con espíritu libre te renuevas.
 
Y sílaba tras sílaba, en las cuevas
del vino substancial, iluminado
respiras, minotauro empitonado,
y por el mirlo flauta te relevas.
 
Que eres tú, y los demás, línea constante
y curvados mensajes en el viento
de un alma geometral hecha de espuma.
 
Que todo vive y muere cada instante,
pues dinámica acción es cada acento
en la encendida punta de la pluma.

VII

Mi soneto es un pan recién salido
del horno misterioso de la vida,
es levadura y sal, agua encendida
con temblor de trigal amanecido
 
Mi soneto es un campo recogido
en la flor de tu mesa sorprendida
por el olor del hambre trascendida
y el recuerdo del surco florecido
 
Mi soneto de noche panadera
y candeal albura y hostia ilesa.
Amasijo de amor iluminado.
 
Que es mi soneto voz de sementera
y laboriosa música de artesa
en tiempo de vivir transubstanciado.

 
IX

Si en un soneto cabe la tristeza
en un soneto cabe la alegría
y yo por ti, mi Amor, sonetearía
el tiempo intemporal de la belleza.
 
Si cabe en un soneto la grandeza
en un soneto, oh, sí, también cabría
nuestra microilusión de cada día
y un minúsculo hueso de cereza.
 
Que en un soneto cabe tu ventana
con tu calle, tu casa y su tejado
y el espíritusinfín de la veleta.
 
Y cabe en un soneto una manzana
junta con todo un huerto y un mercado
y la frutal memoria del planeta.

  
XV

Vive en el universo de un soneto
esta noche de julio en que te amo;
quédese detenida en este ramo
de versos, que por ti beso y sujeto.
 
Sujeto aquí esta noche, y me someto
a estos catorce versos en que llamo
flor y aroma al soneto, en que te aclamo
y con tu amor, Amor me comprometo.
 
Me comprometo, oh, sí, que gozaremos
por siempre en el soneto y su universo
esta noche de julio enamorada.
 
Que aquí, y por siempre, Amor, siempre estaremos
viviendo en la belleza, y verso a verso,
la vida del soneto eternizada.

 

 

 
 
CONTRASEÑAS

II

Herido de arcabuz va mi fantasma
por tu casa de piedra verdecida.
La absorta telaraña de la vida
agoniza de súbito en el alma.
 
Le falta el aire al tiempo y se me pasma
el corazón sin ti, luego se oxida
la plata de una antigua amanecida
y la noche del mundo se enmarasma
 
Todo queda suspenso. Detenido
queda todo por siempre en mi mirada.
Los armarios se empolvan y los trajes
 
envejecen colgados del olvido.
Siento el beso sin labios de la nada
y en un viaje inicio todos los viajes.

 

V

La vida es sólo un lujo, tú lo sabes.
Suenan las caracolas frente al mar.
El sueño que soñaba despertar
se encuentra con el oro de tus llaves.
 
La vida es un dispendio, rosas claves
para mágicamente retornar
a la acción del perfume y respirar
a la sedienta altura de tus aves.
 
La vida tiene muerte en la mirada
y yo vivo mi muerte a vida plena.
Un campanario azul me da su sombra.
 
Muerdo otra vez el pan de tu alborada
y recobro la fe de la azucena.
Se nombra al fin la luz que no se nombra.

 

CEREZAS EN EL VIENTO

I

Desde el claro de luna de las noches pluviales
del heliotropo virgen , y niño, del aroma
recobro los misterios antiguos del idioma
y hablo, secretamente, con tus besos frutales.
 
La vida canta y baila, se despierta en zorzales,
y vuela zarca y alta con alas de paloma
mientras que la memoria del sueño se desploma
por un tiempo de absortas y magnas catedrales.
 
Una oración oculta fortalece mi vida
y tu sangre y mi sangre, ya por la historia en vuelo,
dan fervor, estatura, luz y causa a mi nombre.
 
Yo subo al campanario de tu carne encendida.
 Un aerolito verde cruza de prisa el cielo
y el mar habla de peces para elevarse en hombre.

  
VI

No presumas de joven, pronto seremos viejos
y el óxido del tiempo nos morderá las venas
y mirando hacia atrás callaremos penas
y todo lo veremos perdidamente lejos.
 
La vida es como un hilo de dolientes reflejos
y el sueño de ser libres, que sueña en las almenas
de la carne, es tan sólo un tiempo de cadenas
sujeto a las imágenes ciegas de los espejos.
 
No olvides que diciembre comienza con enero
y que la inteligencia que niega el sentimiento,
irremediablemente deviene en vida trunca.
 
Ama hasta donde puedas y date todo entero
y vive tu segundo con generoso aliento.
Por encima del hombro a nadie mires nunca.

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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