Tu sonrisa es la insinuación
de un deseo,
tu mirada llega a mí
como un lucero,
luz que inunda mi alma,
tus manos son como pétalos,
en las caricias
que recorren mi cuerpo...
¡Tu cuerpo!
Por un instante
siento que floto
en un lugar remoto,
allí no cuenta el tiempo,
el amor puede ser eterno,
se duerme bajo las estrellas.
Agua cristalina brota del manantial,
las mariposas acarician las flores,
en su cáliz liban las abejas,
el silencio solo lo rompe
el susurrar de las hojas
mecidas por un viento,
suave, acariciador...
!Cómplice de nuestro amor!.
Podemos amarnos,
libar nuestros néctares
como las abejas,
sentir el revoloteo
de nuestros cuerpos
como la mariposa en la flor.
Allí el agua del manantial,
y el rocío del amanecer
esparcen sus gotas
en el entorno, cual perlas.
Quisiera detener el tiempo,
eternizar este instante
y guardarlo en mi corazón
como...
!JOYA PRECIADA!
Celia García García ©
JUNIO DE 2002