Ayer al atardecer,
en un lugar maravilloso
donde pueden contemplarse,
los almendros en flor, 
sentir la brisa llena de aromas
y oír el canto de los pájaros,
allí estaba yo.
-¿Qué haces Amanecer?,
preguntó una sombra.
-Estoy esperando la noche, 
mientras contemplo
los almendros floridos,
respiro de la brisa, "el azahar",
y escucho el trino de las aves...
-No es posible, aún no es primavera...
-No necesito la primavera
para contemplar la belleza,
respirar fragancias
y escuchar el gorjeo
de los jilgueros.
-¿Te aburres Amanecer?,
-No, porque tengo recuerdos
y sueños. Pronto será de noche,
y espero un acontecer maravilloso.
¡Quiero ver llorar una estrella!,
porque las estrellas lloran,
lo dijo el poeta, y yo le creo,
estoy aquí para que las lágrimas
del poeta no se pierdan.
¡El está en las estrellas!,
y cuando llore...
quiero recoger sus lágrimas
en el cáliz de un lirio,
como un gran tesoro.
Deseo que sus lágrimas
se tornen versos,
sus estrofas nos deleiten
su presencia nos enriquezca,
que permanezca entre nosotros.
¡Quiero que sea feliz!,
porque sin él...

¡ESTE LUGAR NO SERÁ LO MISMO!

Celia García García ©
Junio de 2002.