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Alejandro
II (1855-1881), sucesor de Nicolás I, inició una política
liberalizadora, concediendo mayor libertad a la Iglesia Católica polaca
y a las universidades rusas. Disminuyó la censura de libros, permitiendo
la difusión de muchos que habían estado prohibidos, y concedió una
amnistía en el momento de su coronación. |
Una de sus
reformas más importantes fue la emancipación de los siervos en 1861,
para lo que tuvo que vencer la oposición de los terratenientes y de la
mayoría de sus ministros. Los siervos, además de conseguir la libertad,
recibieron tierras, quedando en su poder casi la mitad del suelo
cultivado, pero al tener que pagar por sus tierras compensaciones
económicas más elevadas a sus antiguos amos, no sólo no mejoraron sus
condiciones de vida, sino que incluso empeoraron, porque tenían que
hacer frente a mayores impuestos, viéndose obligados a recurrir a
préstamos usurarios. Algunos nuevos hombres libres optaron por el
comercio, abriendo tiendas o fabricando diferentes objetos, pero los
impuestos terminaban hundiéndolos. Un ejemplo de ello, lo encontramos en
los padres de
Antón Chéjov |
El incremento
de la población campesina, sin que aumentaran paralelamente las tierras
cultivables, agravó aún más la situación. La repercusión de la
emancipación de los siervos fue mayor en el comercio y la industria que
en el campo, ya que hizo avanzar la difusión de la moneda, y permitió
acumular capitales a los terratenientes agrícolas que recibían dinero a
cambio de sus tierras. |
Alejandro II
reformó también la administración de la justicia, introduciendo los
juicios con jurados y las audiencias públicas, aunque no se llegó a
aplicar en todas las regiones, debido, en parte, a la falta de abogados
con una mínima preparación jurídica. |
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Las reformas
de Alejandro II potenciaron el desarrollo de los zemstvos o asambleas
aldeanas (organismos aristocráticos elegidos por los terratenientes) de
gran importancia por su labor sanitaria y educativa, que tendrían un
carácter más comunal que en otros países europeos. |
En Polonia se
permitió a los nobles la posibilidad de asociarse y una mayor libertad
de expresión, pero el alzamiento polaco de 1863 puso fin a su autonomía
y a estas mínimas libertades. Desapareció el “reino de Polonia”, que
desde entonces se llamaría “región del Vístula”. El gobierno ruso
utilizó al campesinado polaco para debilitar a la aristocracia
nacionalista, concediéndole a aquéllos más tierras que a los siervos
rusos, y dándoles a las comunas campesinas mayores atribuciones. La
mayoría de la población mejoró así su nivel de vida, consiguiendo de
este modo aislar al movimiento nacionalista dentro de su propio país.
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